Capítulo 2
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Mayo de 1945. Europa continental.
El duelo entre Albus Dumbledore y el mago tenebroso Gellert Grindelwald se estaba llegando a cabo, las personas que estaban presenciándolo estaban fascinados ante lo hábiles que eran ambos magos, nadie podía creer que ya llevaban casi tres horas peleando y no parecía que ninguno torcería el brazo para redice.
- Padre se está cansando - Murmuro Jon de ahora 15 años
- Él puede contra ese anciano - Murmuro Astrid de ahora 12 años
Ambos niños estaban bien camuflados haciéndose pasar por dos personas que habían atacado hace unas horas atrás, Vinda estaba igual camuflada detrás de ambos niños protegiéndolos.
Los dos menores tenían ganas de intervenir para apoyar a su padre, pero ambos padres les habían indicado nunca meterse a la batalla, ellos no podían ir contra las indicaciones de sus padres, era de barbaros hacerlo.
- ¿No piensa rendirse ese anciano? - Gruñó Vinda mirando el duelo
- No parece, madre - Murmuro Jon molesto
Vinda apenas vio que la varita de Gellert fue arrebatada de la mano del platinado por un hechizo se tensó agarrando los hombros de sus hijos con mayor firmeza, lista para irse de aquel lugar.
El gran duelo de ambos magos culminó con la derrota definitiva de Grindelwald, la dispersión de su ejército se hizo presente en el momento, y el fin de la guerra de magos global había concluido.
Tanto Jon como Astrid levantaron sus varitas para dejar la marca de las reliquias de la muerte junto al lema "Por el bien de todos" debajo de la marca teñida en el cielo, Vinda hizo que los tres desaparecieran de aquel lugar, tal y como Gellert le pidió.
- ¿Vinda? - La llamo una pelinegra confundida
- ¿Renata? ¡Renata! - La llamo aun sin creer que Gellert había perdido- Él acaba de ser derrotado por Albus Dumbledore
- Vamos adentro - Le dijo rápidamente- ¿Están bien? - Los examino con la mirada buscando alguna herida
- Sí, no nos hicieron daño - Asintió intentando que su voz no se rompa
Renata asintió para llevarlos adentro, Astrid y Jon habían visto como su padre había perdido la batalla, ya no lo verían más.
En lo que ambas hablaban ambos niños estaban procesando como su padre había sido derrotado por aquel señor que estaban odiando cada segundo más.
- Guarden sus varitas, hijos - Le pidió Vinda viendo como ambos seguían empuñándola con firmeza
- Sí, madre - Asintieron de forma robótica para guardándolas
- ¿A hora qué haremos sin padre, madre? - Le pregunto Jon preocupado- Los aurores te estarán buscando por ser su más leal acólita y madre de sus hijos
- Lo sé - Lo miro- Nos quedaremos aquí por un tiempo, tu padre confiaba en ellos, son amigos de confianza
- ¿Dónde estamos? - Le pregunto Astrid mirando la zona
- Italia - Le contesto Vinda- Cámbiense, tienen la ropa de esas personas, este lugar será su nuevo hogar por un corto o largo tiempo, así que memoricen los pasillos, el lugar es grande - Empezó a sacar las cosas de su túnica- Después conocerán a los amigos de su padre, Renata nos traerá comida
- Estaba todo planeado, ¿Cierto? - Miro a su madre- Padre te ordeno enviarnos aquí y te dejo indicaciones concretas
- ¿Cómo deduces eso? - Alzo una ceja con curiosidad
- Porque hubiera hecho lo mismo - Se encogió de hombros- Hubiera dejado indicaciones si llegaba a pasar lo peor o lo mejor del duelo, es algo muy lógico, a decir verdad
Vinda sonrió de lado para asentir con la cabeza, los tres se cambiaron y esperaron a que Renata regresara con la comida para los tres, ahora solo tenían que estar escondidos por algún tiempo, Vinda por toda la vida, pero ellos dos solo hasta que fueran mayores.
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1951. Volterra, Italia.
- Mira madre - Le dijo Astrid- Una nueva colección de otoño - Le mostro la revista muggle- Estos muggles son muy extravagantes y elegantes para ser lo que son
Astrid ahora tenía 18 años, su complexión delgada, fina y curvilínea como su madre, su cabello rubio seguía siendo largo y rizado, pero esos ojos azules intensos ya no estaban, ahora su ojo derecho de un color gris casi blanco, mientras que el izquierdo era de un color marrón oscuro casi negro.
Solo faltaba que su cabello fuera platinado como el de su padre para ser una copia femenina de él, su carácter seguía siendo risueño y dulce, usaba sus encantos para disfrazar lo malévola que podía ser en realidad.
- Es muy linda la blusa - Le dijo mirando la revista- Usan túnicas, eso me gusta
- Madre - La llamo Jon- Marcus me regalo un nuevo anillo - Se acerco a su madre estirando su mano
Jon ahora tenía 21 años, era una copia masculina de Vinda, su cabello rizado y castaño oscuro, su cuerpo delgado, pero musculoso pareció al de Gellert. Era todo un hombre, tenía una gran altura de un metro 71 centímetros, tenía manteniendo su carácter risueño y encantadora cubriendo su ser malévolo y grotesco que podía ser.
- A este paso tendrás más joyas que ropa, hijo - Le dijo con diversión- No lo vayas a perder como con mi anillo
- Y como el mío - Agrego Astrid frunciendo su ceño levemente de la molestia- Tarde dos horas buscando el anillo perfecto para ti y lo pierdes a los días
- Perdón - Rodo los ojos- Soy más distraído que las dos, iré a mi habitación mejor - Se fue a su cuarto refunfuñando
Vinda negó con diversión para seguir viendo las revistas de moda muggle recién compradas por su hija.
- Madre - La llamo Astrid- ¿Cuándo volveremos a París? Y no me digas que mi hermano y yo podemos, no nos iremos a ningún lado sin ti
- En todo caso - Suspiro derrotada- Tendríamos que buscar una casa donde vivir, yo me mantengo en casa o me hago pasar por alguien más cuando quieran que salgamos los tres juntos
- Te cambiamos algunas cosas con unos simples hechizos - Analizo el rostro de Vinda- Y te hacemos pasar por la novia de Jon
- ¡Acepto! - Grito Jon desde su cuarto- ¡Pero no lo último! ¡Sería raro! ¡Aparte ya tengo pareja!
- No se besarían - Dijo obvia- Solo actuarían como una pareja normal, pero sin besos, tal vez abrazos y agarrados de la mano junto con unos apodos lindos, y ni ella ni tú han anunciado algo al mundo entero
- ¡Entonces acepto todo! - Le contesto para volver a lo suyo
- Chismoso - Refunfuñó para mirar a su madre- ¿Qué dice, madre? ¿París? ¿Inglaterra? Debemos salir de Italia, ya me aburrí de las italianas
- Bien, Jon y tú pueden buscar casa en donde gusten - Rodo los ojos- Sé que jamás podre convencerlos de dejarme en Italia, son demasiado necios cuando se lo proponen
- Somos Grindelwald madre - Le dijo con diversión- Ser necios está en nuestra sangre - Vinda se carcajeo para negar con diversión
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