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Astrid estaba sentada en el sillón leyendo el periódico mientras que Renesmee estaba correteando por la casa siendo seguida por la pelota mágica que le había regalado la rubia.

- Cuidado - Le pidió Bella cuando la pelota le paso a unos escasos centímetros de su hombro

- Perdón - Canturreo Renesmee sin parar de correr

- No debiste regalarle esta pelota - Le dijo a Astrid sentándose en un sillón

Como de costumbre la rubia la ignoro haciendo que de nuevo le duela el pecho ante el rechazo, negó con tristeza para agarrar una revista y empezar a leerla, aunque en realidad miraba más a Astrid que a la revista.

No podía dejarla de ver, esa melena rubia tan amarrilla como el sol ya no estaba, ahora era un rubio cenizo desde que se tomó aquel liquido negro, sus ojos bicolores estaban bien fijados en el periódico.

Le maravillaban ver que la magia era mucho más fuerte que la ponzoña, sus ojos no habían cambiado a unos rojizos como ella en las primeras semanas como neófita, aun eran de un color gris y unos marrón oscuro.

Dejo de verla cuando el resto llego a la sala, las miradas estaban en la rubia que seguía pasando de todas ellas nuevamente. Renesmee apareció en la sala bastante manchada de la ropa por la pintura, en sus manos traía esa pelota mágica que todos curioseaban.

- ¿Qué sucedió bodoque? - Le pregunto dejando el periódico a un lado para verla

- Me canse - Se sentó en las piernas de la rubia recostando su cuerpo sobre el de ella

- Hoy caerás rendida - Tomo la pelota para encerrarla en una esfera- Vamos a cambiarte y a que te des un baño

Renesmee agarro su mano para guiarla hasta la cabaña, todos miraban como apenas la presencia de la menor llegaba cambiaba totalmente, las mayores siempre se sentían celosas ante aquello.

- No me gusta que solo ella tenga tu atención - Berrincho Kate mirando como se iban- Yo también soy tu pareja, imbécil - Vio como Astrid le restó importancia con un movimiento de su mano

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- Mi ama, ya está listo todo - Le dijo el elfo enfrente de ella- El amo Jon está en camino

- Bien, que todo salga perfecto - Le pidió parándose del sillón- No quiero ni un error

- Si mi ama - Desapareció de la sala

Camino hasta su habitación para bañarse y cambiarse de ropa, al llegar a la sala ya estaban sus invitados junto a Jon y Elina.

- Hermana - Beso su mejilla- ¿Cómo van las cosas con ellas?

- Bien - Le restó importancia- Ellas son lo de menos ahora - Miro a su creador- Tiempo sin verte

- Tú eres la que se mantiene ocupada - Alzo una ceja- Aparte que las mujeres de tanto el clan Cullen y Denali son tus parejas, eso lo hubiera dichos en vez de ser tan... tú

- Perdóneme, pero ellos no deben saber que eres mi creador - Le recordó- Mejor dicho, que estoy relacionada con todos - Señalo al resto- Eres como un padre para mí, tengo que dar dicha información en el momento preciso o todo será un caos

- ¿Y cuándo será eso? - Le pregunto Marcus- Tus acólitos nos informaron que no has movido piezas grandes aparte de aliarte al ministerio británico, querida

- Todo a su tiempo, Marcus - Se acerco a ambos- No debemos acelerar las cosas o no saldrán según lo planeado, cuando menos lo esperes ya será la hora y todos seremos libres

- No le hagas caso a Marcus, querida - Le sonrió de lado- Tus métodos son cautelosos y bien calculados, no me sorprendería que el día de mañana tengas a todo el mundo mágico en tus manos

- Exacto - Asintió- El plan es simple, ser discreto y cauteloso hasta que sea el momento, eso le falto a mi padre

- A padre siempre le gusto sentir la atención en él - Corrigió Jon con diversión- Su egocentrismo lo cegó tanto que hizo movimientos innecesarios solo por un poco de atención, por ejemplo, nominarse para ser un jefe supremo, ¿Para qué pedir algo así si después lo serás?

- Lo acabas de decir hermano - Lo miro- Su egocentrismo lo cegó, pero el mío no me ciega, no haré esos tipos de movimientos, los míos serán discretos y seguros

- Mis amos, todo está listo - Les aviso el elfo apareciendo a un lado de ellos

- Perfecto, trae el banquete para los invitados - Le pidió Jon

- Si mi amo - Desapareció

El elfo trajo con él a un gran grupo de humanos para sus invitados, la reunión siguió con normalidad hasta que cayó la noche donde ya se tenían que retirar, Astrid tuvo que ir a casa de los Cullen ya que Renesmee no se quería dormir.

- ¿Qué pasa bodoque? - Le pregunto mientras la acurrucaba más a ella- ¿Por qué no quieres dormir?

- No puedo dormir - Escondió su rostro en el cuello de Astrid

- Me quedaré contigo hasta que duermas - Beso su melena castaña para llevarla a su habitación- Pero me iré antes que salga el sol, aún tengo cosas por hacer

Renesmee asintió aferrándose al cuerpo de la rubia, arropo bien a la menor mientras la arrullaba para que se durmiera.

- Hoy no viniste - Le dijo Bella apoyada en el lumbral de la puerta

- No, tenía cosas por hacer - Le dijo con frialdad- Tal vez al rato tampoco pueda venir, las cosas con el ministerio son demasiado ajetreadas, la captura de los mortifagos se está poniendo más complicada de lo que tenía planeado

- ¿Cuándo dejaras de ser tan fría con nosotras? - Le pregunto dolida- ¿Cuándo nos dejaras entrar?

- Cuando en el infierno nieve, cuando el sol se apague, cuando la luna deje de ser redonda - La miro- Cuando muera, solo así tal vez las deje pasar, si es que tienen suerte, ahora ve con tu esposo y déjame estar en paz con tu hija - Miro a Renesmee nuevamente

- ¿No te duele ser así con nosotras? ¿No te duele el rechazo que nos haces? - Le pregunto con la voz rota

- No - Acariciaba la mejilla de Renesmee- Es extraño en realidad, me debería doler, pero no lo hace, ahora sin más que decir, es hora que te retires y me dejes en paz - Bella la miro dolida por última vez para irse de la habitación.

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