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Las carcajadas de Renesmee resonaban en la sala, cuando llegaron a la sala vieron que estaba entre los brazos de Astrid mientras veían La Era de Hielo... Nuevamente, la menor estaba casi roja de la risa por Sid el perezoso.

Astrid tenía su mitad del rostro metida en la cabellera de Renesmee mientras se reía entre dientes, era una tierna imagen por observar, Alice silenciosamente tomo una foto de ambas en ambas.

Las dos rompieron en carcajadas cuando el bebé cayo por unos túneles de hielo dramáticamente mientras que Mani, Sid y Diego se asustaban e iban detrás de él para salvarlo.

Renesmee era la única que estaba comiendo palomitas hechas por Esme, ambas no parecían percatarse de que todos las miraban, estaban muy entretenidas viendo la película.

Hasta que llego la parte triste de la historia de Mani y Renesmee empezó a llorar, Bella se iba a acercar hasta que vio que Astrid la atrajo más hacia ella arrullándola.

- Tranquila, él tendrá un final feliz - Le murmuro suavemente- Muchas personas merecen finales felices

- ¿Y tú? - La miro con los ojos llenos de lágrimas- ¿Mereces un final feliz?

Astrid la miro atentamente- No, las personas oscuras, malévolas y llenos de maldad no lo merece, tanto que no merecemos uno así de feliz y pleno

- Eres buena - Le dijo acomodándose mejor- Me compras helado, miras películas conmigo, aunque no convives con los demás - Frunció sus labios- Deberías hacer lo mismo con ellas

- Eres muy pequeña y no sabes nada - Siseo entre dientes- La vida no es como tus padres y resto del clan te lo pinta, no siempre tienes lo que quieres, ves a las personas usarte para su conveniencia, ves como las personas se vuelven codiciosas y avariciosas solo porque han tenido una mínima parte de poder

La película termino, todos quedaron con un ligero mal sabor de boca después de escuchar las palabras de Astrid, no sabían que vivido y visto estos años como la hija de Gellert, pero estaban seguros que vio demasiadas cosas malas que ya no veía las buenas.

Astrid volvió a ser fría y cerrada cuando Renesmee se fue a la reserva junto a Jacob, Esme quería acercarse, pero nuevamente vinieron por ella, un joven que habían visto antes, uno de sus acólitos.

- Mi ama, la tenemos - Le dijo con ilusión- Tenemos su ubicación, estamos esperando su llegada, nadie la puede agarrar al menos que sea usted quien lo haga

- Al fin buenas noticias - Se paro del sillón- Estaba creyendo sus incompetencias no lograrían ni hacer eso

Vieron como Arlette saco un espejo pequeño y redondo de su túnica, cuando lo lazo hacia la pared este se expandió lo suficiente para que una persona pasara por ella, vieron una sala tan alta como una iglesia y lleno de nada.

Los estantes que había eran altos cubiertos de esferas pequeñas y polvorientas de vidrio, debidamente brillaban a la luz de la emisión de los soportes de velas más establecidos en intervalos a lo largo de los estantes, la luz era tan tenue que apenas un humano podría ver.

Había un grupo de personas en una intercepción de los tantos pasillos que había ahí, el joven se acercó al espejo, este cuando paso el vidrio del espejo se hizo como una especie de agua y lo dejo pasar con el resto de personas.

Astrid paso causando lo mismo, vieron como todos hicieron una reverencia ante ella abriéndole paso, la rubia agarro una de las esferas con delicadeza y la admiro, pero varios rayos de diferentes colores empezaron a ir hacia ellos.

Los acólitos reaccionaron rápidamente y empezaron a luchar, Astrid igual empezó a luchar, veían como los rayos pasaban de un lado para el otro, gracias a que tenían mejor visión podían ver en la oscuridad del lugar.

La protego se fueron hacia sus acólitos y los teletransporto mientras ella seguía luchando contra todas las personas, creo una gran muralla con su protego para correr hacia el espejo nuevamente, iba a caer de boca contra el piso, pero pudo recuperarse en el aire.

- Maldito mortifagos - Gruñó mirando el espejo

La muralla se fue, los mortifagos avanzaron y al ver que ya no estaba se fueron, el espejo regreso a su tamaño inicial para volar hasta Astrid, quien la guardo en tu túnica.

- ¿Qué es eso? - Le pregunto Alice curiosa mirando la esfera

- Es mi profecía - Miro a Alice para mirar la esfera- Todos los magos tenemos una, para muchos son irrelevantes, pero para mí no, solo pueden ser tomadas por las personas a las cuales hagan referencia - Apunto su varita hacia ella- Alohomora...

- La ama de la muerte morirá por tres días...

Para resurgir de ella más fuerte y poderosa que antes...

La ama y señora encontrará y señalará sus iguales de forma inesperada...

Tendrá que elegir entre sus ambiciones y sus iguales...

Su comienzo a su lado la liberará y aprenderá un nuevo poder...

Perdonara, sanara y comenzara su nuevo yo junto a sus iguales....

O caerá una oscuridad total sobre todo... No habrá tegua en el mundo...

Y nunca habrá paz en su nueva era... - Hablo una voz femenina suave y tranquila

Astrid miraba la esfera que había hablado, guardo su varita en su túnica y paso de una mano a otra la profecía, Jasper estaba muy confundido, no podía sentir nada en la rubia, era como si guardara tan bien sus emociones que le era imposible sentirlas.

La esfera al terminar de pasarla entre sus manos quedo en su mano derecha, la aventó con enojo contra una de las paredes y gruñó molesta, la vena del cuello se realzo de todo el enojo que sentía.

Jasper se brumo ante el golpe de sentimientos tan fuertes que desprendió Astrid, gracias al toque de las pequeñas manos de Alice se tranquilizó.

- Ustedes y su estúpida aparición - Les gruñó molesta- ¿Por qué tienen que arruinarlo todo? Antes que ustedes aparecieran yo no veía estúpidas películas muggle ni convivía con una mocosa que resulto ser mi pareja

En su voz podían escuchar perfectamente la furia que sentía, vieron como su ojo derecho se empezó a poner algo rojizo, Astrid gruñó molesta para llevar sus dedos a este, le estaba picando del enojo que sentía.

- Mi ama - Apareció un joven- He recibido su llamado

- Prepara todo, los planes se adelantarán - Le indico mirándolo- Prepara a todos y no quiero ni un solo error

- Pero mi ama, es demasiado... - Se callo cuando Astrid lo agarro de su ropa acercándolo a ella

- Te he dicho que prepares todo, ¿Quieres que te mate aquí mismo? - El joven negó- Entonces haz lo que te pedí - Lo soltó sin tacto- Ah, y tráeme a Pansy Parkinson ahora mismo

- Sí mi ama - Desapareció temblando del miedo

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