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Todos se asustaron al escuchar como varios árboles se rompían de golpe, todos salieron a ver lo que sucedía, era Astrid luchando contra un mortifago mientras ambos volaban en sus brumas respectivas.

- Avada kedavra - Dijo Astrid con fuerza

La bruma negra cesaba mientras que el cuerpo de un hombre caía al suelo del bosque, Astrid aterrizo a su lado, su protego lo hizo cenizas sin problemas deshaciéndose del cuerpo.

- ¿Estás bien? - Le pregunto Esme preocupada

- Sí - Se aliso su túnica- Nada que no pueda manejar - Las miro- Buenas tardes, me disponía a venir cuando el mortifago me ataco, nada fuera de lo normal - Le restó importancia empezando a caminar hacia adentro de la gran casa

Todos la siguieron consternados ante lo normalizado que tenía que los mortifagos la quisieran matar, las mujeres se preocuparon más notando su poca preocupación hacia su muerte.

- ¿Podrías contarnos algo de ti? - Le pidió Bella- Todos saben de tu padre, pero yo no sé nada, solo quien era

- Ya saben lo que tienen que saber - La miro- Soy hija menor de Gellert Grindelwald y Vinda Rosier, me conocen por ser la ama de la muerte, todos me temen y respetan, fin, se acabó, no hay más - Saco su periódico de su túnica y empezó a leerlo

- ¿Desde cuándo eres inmortal? - Le pregunto curiosa ignorando su frialdad

- Desde 1957, tenía 24 años - Le contesto restándole importancia- Y el saber quién es mi creador no es sus incumbencias - Cambio de página del periódico

- ¿Dónde estudiaste? - Le pregunto Carlisle- Según tengo entendido no hay casi nada de su historia

- Y así seguirá - Le aseguro- Nadie sabrá nada más, así doy por acabada esta conversación, mejor dicho, interrogatorio

- Solo queremos conocerte - Le dijo Esme- Ahora eres parte de esta familia

Astrid paso la siguiente página del periódico ignorando a todos, Rosalie exploto y se acercó a ella para quitarle el periódico de sus manos.

- Deja de ser tan testaruda - Gruñó molesta- Aceptaste el lazo, ahora pon de tu parte

- Si me vuelves a quitar el periódico, te demostrare mi verdadero ser oscuro - Siseo entre dientes furiosa- No me importara que seas mi pareja, te mataré si es necesario, ni tú ni tu familia no son ni serán la excepción para que no pueda hacerlo

El periódico regreso a sus manos para seguir leyendo, las mujeres se le quedaron mirando con dolor, acababa de amenazarlas con matarlas sin importar que fueran parejas.

Apareció una señora en la sala, era algo mayor, pero tenía la misma mirada de repulsión que Astrid cuando los miro.

- Mi ama - Se puso de rodillas enfrente de ella con la cabeza agachada- Todos los están esperando en el punto de encuentro - Astrid alzo su rosto con su pie sin tacto alguno

- Te he dicho que me mires cuando te dirijas a mí - Vieron como la vena de su cuello se marcaba del enojo- Diles a todos que estaré ahí en unos segundos, aseguren bien la zona, no quiero más errores, mucho tuve con tu inepto hermano

- Sí... Sí mi ama - balbuceo del miedo- Me retiro, mi señora - Desapareció de la sala

Astrid gruñó molesta para doblar el periódico de mala gana y guardarlo en su túnica, desapareció del sillón sin decir algo. Apareció en el lugar de encuentro quedado en medio de todos, acalló con la mirada los murmullos que sus acólitos tenían.

- Amigos míos - Siseo mirándolos- Tengo que admitir que no estoy nada contenta con sus eficiencias - Escucho como varios pasaron saliva en seco- Han tenido tantos errores, tantas bajas ¿Qué sucede? ¿No se sienten motivados por el bien de todos? - Todos permanecieron en silencio- El día de ayer tuvimos un gran ataque a uno de las sedes, todos lucharon, pero pocos regresaron, no comprendo el bajo nivel que tienen

- Mi ama, discúlpenos - Hablo un señor temeroso- Pero nuestros horarios de trabajo y la familia no nos... - Se calló cuando la protego de Astrid lo mato

- ¿Alguien más con la misma excusa? - Le pregunto al resto que negó rápidamente- No me importa sus horarios de trabajos o de caridad con sus familias, todo ello se va ir si no seguimos con nuestra causa, pero invito a todo aquel que quiera retirarse de ella, pase al frente y yo los mandaré con sus familias

Empezó a crear su protego alrededor de ella con su varita, poso sus manos detrás de ella y espero en silencio, escucho los pasos de varios detrás de ella acercándose, vio como algunos otros que estaban enfrente suyo o costados empezaban a acercarse.

Cuando todos se acercaron apartándose del resto, se redujeron en cenizas en segundos, los que se habían quedado estáticos en sus lugares padecieron por completo.

>> Nadie sale de esto, nadie puede dar un paso atrás sin salir tan fácilmente - Miro a todos- Recuerden todo lo que han hecho a esta causa, recuerden cuantas personas han matado, manipulado, secuestrado, torturado y hasta encerrado en mi castillo por esta causa, lo que los espera allá fuera con los ministerios respectivos de sus países, es peor que la muerte

>> ¡¡Les espera Azkaban!! ¡¡Con sentencias de por vida o sentencias con el beso de un dementor!! - Los murmullos de terror resonaron en el lugar- Dentro de poco tendremos a todos los ministerios bajo nuestro poder y todo aquello no sucederá, dentro de poco tendremos a todos bajo nuestro poder para seguir con el bien de todos, dentro de poco... - Sonrió de lado-... Seremos libres y nada ni nadie nos parara

- ¡¡Por el bien de todos!! - Correaron todos para irse en sus brumas verdes del lugar

Arlette espero a que todos se fueran para desaparecer de aquel lugar y volver a estar en el sillón de la casa de los Cullen.

Aliso su túnica y se acomodó en el sillón para volver a leer el periódico, podía sentir todas las miradas en ella, un horrible aroma a perro mojado inundo sus fosas nasales.

- ¿Qué es ese horrible hedor? - Les pregunto asqueada- ¿Tienen un perro tan mal oliente? - Alzo su mirada encontrándose con unos ojos negros que la miraban con enojo

- No quieres que hablemos de hedores - Le dijo un moreno- El tuyo no es el más agradable

En un parpadeo ella estuvo enfrente suyo, notaron la gran diferencia de altura, Jacob medía dos metros mientras que ella solo metro 69.

- ¿Quién te crees para hablarme de esa manera? - Apretó su mandíbula con fuerza sin dejarlo de ver a los ojos mientras apuntaba su varita en el pecho de él...

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