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Las semanas pasaban y ambos clanes no volvieron a tener noticias de Astrid, Harry no había vuelto desde el encuentro con los Vulturi, el clan Denali no se quería ir por si alguno de los dos regresaba.

En la única forma que se enteraban de lo que sucedía era atreves de la suscripción del periódico mágico "El Profeta" donde Harry los había inscrito para que estuvieran al tanto de lo que pasaba en el mundo mágico.

No dudaron en aceptar aquella propuesta, cada vez leían más y más noticias de enfrentamientos de los aurores contra los mortifagos o pocas veces contra los acólitos de Astrid, quien no había aparecido en público.

Eran muy contadas las veces que el rostro de la rubia salía en el periódico y siempre lo acompañaba con las redacciones de como ella había podido acabar con muchos mortifagos a la vez sin hacer mucho esfuerzo, parecía el verdadero comienzo de una guerra, cuando en realidad solo estaban luchando el quien podía llegar primero a ella.

Estaban ambos clanes regresando de cazar cuando vieron a Harry parado en la puerta principal de la casa esperándolos con su típica ropa de época que aun utilizaban, les gustaba como seguían fieles a las túnicas y pequeños detalles como los corsés.

- Buenas tardes familia Cullen y Denali - Los saludo con amabilidad- Espero que estén satisfechos

- Buenas tardes, Harry - Lo saludo Carlisle por todos- Espero que no estuvieras esperándonos por tanto tiempo

- Oh no - Negó rápidamente- Llevo uno o dos minutos aquí, traigo noticias de Astrid

- Por tu tono de voz, no son noticias buenas - Le dijo Bella preocupada

- La encontramos muy débil a las afueras de Bulgaria - Les dijo algo nervioso- Estaba cerca del ministerio búlgaro de magia, esta demacrada, débil y parece estar sin vida, así como ustedes, no sabemos que tiene, los medimagos y sanadores que la han atendido no saben que tiene

- Es porque está lejos de sus compañeras - Le dijo Eleazar llamando su atención- Un vampiro no puede estar lejos de su compañero porque se empieza a debilitar, la falta de su presencia nos causa cansancio, debilidad y parecemos estar en desdicha total

- Entonces tendrán que acompañarme a San Mungo - Al ver sus caras de confusión prosiguió hablando- San Mungo, es un hospital de enfermedades y heridas mágicas, está internada ahí hace unas horas, la alimentaron con todo tipo de sangre, pero si es lo que usted dice, tendrán que acompañarme

- ¿Necesitamos algo por llevar? - Le pregunto Esme preocupada

- Solo sus identificaciones - Respondió con simpleza- La niña Renesmee también puede ir, pero deben mantenerla a su lado por si se extravía por la zona - Todos asintieron- Bien, tómense de las manos, haremos una aparición, sentirán un gran empujón, lo más seguro que la niña vomite al final, pero nada que preocuparse y no se suelten

Acataron las indicaciones de Harry sin problemas, tal y como se los había dicho, sintieron una gran presión en sus cuerpos, como si los forzaran a entrar por algún sitió muy reducido para ellos.

Cuando vieron a su alrededor estaban en Londres, Inglaterra, enfrente de unos almacenes viejos llamados Purge y Dowse S.A. Harry los soltó y los empezó a guiar hacia dentro, estaban confundidos, no entendían el porqué de estar ahí si iban a un hospital.

Al entrar se sorprendieron que por dentro era un hospital bien cuidado y limpio, vieron como había personas esperando en la recepción por noticias de su familiar, tal vez pareja o amigos.

- Síganme, por favor - Les indico mientras empezaba a caminar- Astrid está en una habitación privada y custodiada por aurores de alto rango para cuidarla

Mientras caminaban por los pasillos vieron algunos vendados de alguna parte de sus cuerpos, no parecía ser nada diferente a los hospitales que ellos conocían hasta que vieron como unos doctores y enfermeros trataban con magia algunas heridas o le daban algunas sustancias muy diferentes.

- ¿Cuántas horas aproximadamente está internada? - Le pregunto Tanya preocupada

- Casi 12 horas - Le contesto doblando por una esquina- Ayer por la noche se le encontró cuando terminaba de salir de una de los edificios cerca del ministerio, no sabemos qué hacía por la zona y mucho menos ha hablado con nosotros, a pesar de estar débil sigue siendo muy fuerte para que entremos en su mente, su protego nos mantiene alejados cuando intentamos hacer contacto cercano - Vieron a dos hombres parados en penúltima puerta del pasillo- A dentro esta Ron y otro auror cuidándola

Uno de los aurores abrió la puerta para que entraran, cuando terminaron de entrar vieron a Astrid sentada en una silla, se veía muy mal, tenía grandes ojeras, sus ojos estaban apagados, su cabello no estaba tan hermoso y brillante.

Se veía igual que Edward cuando estuvo en Brasil solo, aquel recuerdo oprimió el corazón de Bella y Alice, ya que fueron las únicas en verlo tan mal.

- ¿Qué hacen ellos aquí, Potter? - Su vos era ronca y áspera como si no hubiera hablado por semanas

- Ellos saben que tienes - Le respondió- Dicen que es por la...

- Sé que tengo - Lo interrumpió de golpe- Y prefiero seguir mi curso que aceptarlo, ahora sácalos, no gastaré mi energía en ellas

- Eres muy testaruda - Gruñó Rosalie molesta- Sabes que te pasara y nos llevaras a nosotras contigo

Astrid la ignoro mientras miraba a la nada, parecía estar bajo algún narcótico muy fuerte, no se había movido ni un centímetro y mucho menos los había mirado.

- No dejaremos que eso pase - Le dijo Irina con frialdad- Ahora levanta la mirada y míranos

Otra vez Astrid los ignora mientras miraba a la nada, Alice jadeo al entrar en una visión, había sido tan corta y confusa que no pudo apreciarla bien, miro a Edward confundida, pero él estaba igual.

La puerta fue abierta de golpe dejando ver un hombre alto y muy guapo, este fulmino con la mirada a Harry intimidándolo.

- Potter - Su acento francés era muy marcado- Me podría decir, ¿Por qué no me notificaron que ella estaba internada?

- Le hemos avisado, señor Grindelwald - Le contesto rápidamente- Pero por lo visto no le ha llegado la notificación

- El ministerio sigue manejando la misma incompetencia de siempre, no me extraña que no puedan ni notificar bien a las personas - Le dijo con dureza- Me la llevare, soy la persona a cargo de ella si llega a sucederle algo

- Pero, señor... - Harry se quedó mudo cuando la varita del hombre lo apunto...

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