ANTES DE EMPEZAR

Esta historia será un two-shot, e inspirado en un sueño. Al final de la historia explico un poco más en detalle. Por ahora... disfruten :3

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"Estúpida, estúpida, estúpida".

Caminaba por las calles, mordiéndose sus uñas pintadas de color púrpura, y con sus ojos azules fijos en el suelo. Se podía oír el resonar de su pasos contra el pavimento. Sobre su cabeza rubia, el cielo se estaba tornando de colores anaranjados, rosados y rojizos. No podía regresar a casa, no aún, ya que tenía demasiado en la cabeza. No, mejor dicho, una sola cosa, un recuerdo, que resonaba como un eco.

"¡Estúpida, estúpida, estúpida!" 

Era lo único que podía decirse a sí misma porque era la verdad. Era una estúpida. Sus padres y profesores siempre se lo decían, "piensa dos veces antes de hacer algo". Bueno, pues ojalá hubiera pensado unas tres veces. O cuatro. Cuantas veces hiciera falta.

-"Perdona, no debí..." 

Se detuvo y soltó un hondo suspiro. Le dolían los pies, y tenía la sensación de que estuvo corriendo por horas. Podía sentir los músculos de sus piernas palpitar y un dolor agudo en el talón de su pie derecho. Miró a su alrededor, y vio que había llegado a un pequeño parque para niños. Aún habían chiquillos jugando, y sus padres estaban vigilandos desde lejos. 

Se acercó a uno de los bancos que estaban vacíos y se dejó caer. Extendió sus piernas y echó la cabeza hacia atrás para mirar el cielo. Amaba los colores del cielo, y las formas de las nubes, las cuáles le recordaban a una pintura sobre un lienzo. Normalmente salía con su cuaderno en mano, lista para replicar aquellos colores que la cautivaban siempre, pero aquella vez no lo trajo consigo. Y dudaba de que pudiese pintar aún si tuviese su preciado cuaderno.

"ESTÚPIDA, ESTÚPIDA, ESTÚPIDA". 

No podía parar de repetir lo sucedido. Cada frase, cada expresión. Cada expiración que soltó. 

Cerró sus ojos y contuvo las ganas de gritar mientras repasaba por enesíma vez lo que hizo. 

                                                                          ***

-Gracias por venir, Alba. 

-¡Pues claro! ¿Para qué están las amigas? 

Fuerza una sonrisa la cuál muestra sus dientes y gesticula con sus brazos de forma algo exagerada, en un intento de actuar natural. Pero le cuesta hacerlo cuando esta en presencia de Bianca...

Se conocieron el año pasado cuando ella se cambió a su instituto. Les tocó sentarse juntas, lo cuál durante las primeras semanas fue algo incómodo, así que se limitaban a intercambiar frases muy cortas del tipo "buenos días", "cómo estás", "¿había tarea hoy?" 

Hasta que un día, Bianca la pilló dibujando algo en su libreta. Aquel dia Alba estaba aburrida, y haciendo oídos sordos al profesor, (que tenía una expresión de muerto en vida), comenzó a  dibujar algo pequeño en la esquina de la libreta. Empezó como una carita sonriente, la cuál consistí de sólo dos puntos y una sonrisa. Luego dibujó un circulo alrededor, luego lo comenzó a colorear, pintando las mejillas de color rosado, luego le dibujó un cabello largo que pintó de color café, luego le pintó la piel y añadió pecas-

-¿Qué estás dibujando? -le preguntó Alba en un susurro, sobresaltándola y haciédola soltar el lápiz que sostenía. 

-Oh, sólo un garabato... -repondió en un susurro. 

-No está nada mal. Me gusta.

-Gracias... Aunque tengo mejores... 

-¿Puedo verlos?

-Ahora no, que nos pilla el profesor.

-Entonces... ¿después?

-... Después.

Así fue como, por primera vez, las dos hablaron fuera de clases e intercambiaron más de una línea. Tras un par de días ya se hicieron muy buenas amigas. Y tras un par de semanas, Alba comenzó a sentir algo por su nueva mejor amiga... 

-Una vez más, perdón por haberte llamado de forma tan repentina. 

-Ya te he dicho, somos amigas y estoy para ti. 

Bianca asintió, como si estuviese convencida finalmente. Soltó un suspiro y le dio la espalda a Alba, quien la observó confundida.

-¿Sucede algo?

-Vamos a mi cuarto.

Aunque no la podía ver, Alba asintió y la siguió. 

-¿No hay nadie?

-No. Esperé a que mis padres se fuesen, porque... no puedo decirles.

-Ah... 

Por un par de segundos se hizo el silencio en la pequeña habitación. En ese momento de silencio, Alba admiró la espalda de su amiga, como la camisa que llevaba destacaba cada hueso y músculo de su espalda. Se fijó también en su cabello corto castaño sobre sus hombros. Se fijó en el tono rosado de sus hombros, que estaban al descubierto por el tipo de camisa que llevaba (era una de color menta y sin mangas). 

Finalmente, Bianca giró su cuerpo, estando frente a frente con Alba, que la observaba preocupada. Bianca tenía sus brazos cruzados sobre su pecho, como intentando protegerse, y sus ojos verdes miraban al espacio en el suelo que la separaba a ella y su mejor amiga. 

-Bianca... ¿qué te pasa?

-Bueno, no es algo realmente malo, pero... como que es muy importante para mí. 

-Ajá. 

-Me di cuenta hace poco....  O sea, lo sospechaba de hace mucho, pero estuve reflexionando... 

-Okay. 

-Yo... -soltó un suspiro tembloroso y finalmente miró a Alba a los ojos-. Creo que soy bisexual.

-... 

-... 

-... Pfff.

-¿Eh? 

Una sonrisa se asomó en una de las esquinas de la boca de Alba. Luego en la otra esquina. Estaba sonriendo de oreja a oreja. 

-¿Alba? 

Finalmente se echó a reír, sorprendiendo a Bianca. Se tapó la boca, algo avergonzada de sí misma, pero no dejó de reir.

-¿Por qué...?

-¡Ay, chica, me estabas asustando! ¡Creí que era algo realmente serio! 

-¡ESTO ES SERIO!

-Perdón, perdón -dejó de reírse de golpe-. Es que... Bianca, esta bien. 

-Lo sé, sólo que... -sacudió su cabeza-. Perdón, no debí gritarte.

-Esta bien, yo entiendo. Acabas de descubrir una parte nueva de ti misma y yo me reí...

-Sí, pero, no te reías de mí. Lo siento.

-Esta bien, en serio -no podía dejar de sonreír. ¿Tanta gracia le había hecho? No, no era eso...

Estaba contenta. 

-Entonces, ¿no piensas que soy rara, o que estoy confundida...?

-¡Para nada! De hecho... -fijó sus ojos en sus dedos, con los que estaba jugueteando-. Te entiendo muy bien.

-... ¿Qué quieres decir? 

-Bueno... Ah... Yo... Quiero decir... Tú... -mierda, se estaba atragantando con sus propias palabras. ¿Por qué no podía simplemente decirlo? Quizás... 

Sin pensarlo dos veces (estúpida estúpida estúpida) sostuvo los hombros de su amiga (¡estúpida estúpida estúpida!) y la atrajo hacia sí, para poder plantarle un beso en los labios. 

.... ESTÚPIDA. 

-¡¿Qué haces?! -preguntó Bianca, con sus grandes ojos abiertos de forma exagerada. Se echó hacia atrás apenas Alba rozó sus labios, soltándose de su agarre. Ante su reacción, Alba sólo se quedó congelada-. Alba, ¿por qué hiciste eso? -preguntó en un susurro. 

Finalmente reaccionó. Soltó un jadeo de sorpresa y se cubrió la boca con ambas manos, mirando aterrorizada a su amiga, y sintiendo el color abandonando su rostro.

-Yo... Yo... Yo...

-¿Alba?

-Perdona, no debí... -lentamente, bajo las manos de su boca, las cuáles temblaban ligeramente-. De verdad lo siento mucho, es que... Yo pensé... 

-Alba... ¿a-acaso tú....? -hizo una pausa para tragar saliva-. ¿Te gusto?

-... Sí -admitió en un tono de derrota, mirando hacia otro lado-. Perdona, creí que... como eres bisexual, yo... tenía una oportunidad -susurró lo último, deseando por dentro que la tierra se la tragase hasta el centro de la Tierra. 

-... Entiendo. Esta bien. Aún quiero que seamos amigas. Pero... por favor, hasta que... pueda procesar esto, mantén tu distancia, ¿sí? 

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Y hasta aquí la primera parte. Espero os haya gustado, y esperen pronto para la segunda :3