Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO XXXIV. Control

El Uzumaki tomó una gran bocarada de aire para controlar sus deseos. Sentir a su chica retorcerse y gemir contra su cuerpo era una tortura, una tortura que el mismo había provocado.

— Demonios, Sakura. ¿Escuchas eso? — Dijo él refiriéndose a los sonidos que hacían sus dedos. — Estás tan mojada y cálida que podría tomarte ahora mismo. — Susurró mordiéndole el lóbulo de la oreja.

Esas atrevidas palabras solo hacían que ella quisiera lo mismo que él. Se arqueó y movió para frotar los pezones contra su torso en busca de alivio. Leves quejidos y sollozos comenzaban a brotar de su garganta.

— ¿Qué pasa? ¿Quieres un poco más?— Dijo al notar los movimientos de la pelirrosa.

No esperó una respuesta para bajar la cabeza y tomar uno de los rosados y necesitados pezones entre sus labios y lengua para chuparlos, así lo hizo alternando entre uno y otro. Al ser una posición complicada sacó los dedos del interior de la chica y concentró los movimientos en el sensible manojo de nervios entre sus piernas. Con los mismos dedos que le había introducido comenzó a trazar rápidos círculos sobre este, todo esto sumado a las atenciones que su boca daba a sus pechos. La chica se sentía al borde y él lo sabía.

— N-Naruto... Ya no puedo... Y-Yo - — Fue callada justo a tiempo por un feroz beso.

Las convulsiones y temblores se hicieron presentes en ella, esa sensación que cada vez sentía más familiar la invadió como lava en su interior, quería terminar con el contacto sobre su sensible clítoris pero no podía, quería gritar ante tal sensibilidad. El aire le faltaba y el calor la invadía, perlas de sudor comenzaban a formarse en su frente.

Fue entonces que el rubio liberó sus muñecas para con ese brazo sujetarla de la cintura ya que notó como las piernas de la ojiverde comenzaban a flaquear. Ella se sujetó de los hombros del chico y enterró las uñas con fuerza sobre su piel lidiando con las oleadas de placer. Él la sostuvo con fuerza. La pelirrosa recargó la cabeza en el hombro del rubio.

— Ah... Naruto — Jadeo en su oído causándole un escalofrío.

— Aquí estoy, pequeña. — Respondió con voz ronca

Alejó los dedos de su hendidura para cargarla hasta la cama donde la recostó con cuidado. Se posicionó por los pies de la cama y gateo un poco hasta estar a la altura de su vientre. Deslizó las manos sobre sus piernas, desde los tobillos hasta las rodillas y las flexionó para abrirlas de par en par.

— Tan dulce — Exclamó en un susurro antes de bajar y lamer los húmedos pliegues.

— Cariño, por favor, es suficiente — Dijo ella pues aún seguía muy sensible por lo acontecido.

— Tranquila, Hanii, solo te estoy limpiando, debes estar exhausta. — Informó.

La pelirrosa no dijo nada más, juntó sus manos sobre sus pechos para presionarlos un poco y calmar su necesidad. Naruto estaba siendo lento pero constante. Su respiración volvió a ser irregular y cortos jadeos salieron de su boca. Acercó uno de sus dedos flexionados hasta sus labios y lo posó para no hacer ruido.

— Si no te detienes me vendré de nuevo — Susurró.

— ¿Realmente este limitado contacto puede hacer eso? — Dudó levantando la mirada con ambas cejas arqueadas.

Se sorprendió al verla tan sonrojada, su pecho subía y bajaba no excesivamente rápido pero si de manera irregular. Alcanzó a escuchar los leves suspiros que soltaba.

Pasó ambos brazos por debajo de sus muslos hasta alcanzar sus manos y entrelazarlas. Alcanzaba a escuchar su nombre entre los leves jadeos de su amada.

Su lengua seguía trazando los lentos movimientos sin patrón sobre sus pliegues chupando de vez en cuando. Quería ver si realmente podía hacer que se corriera de aquel modo tan superficial y lento. No pasó mucho tiempo cuando los primeros espasmos aparecieron, después de removerse ligeramente sobre la cama, un gemido bajo acompañado de su nombre, Sakura se derritió nuevamente en su boca con temblores y notables escalofríos, apretó sus manos ladeando la cabeza.

Sorprendido bajó su cabeza para tomar el dulce néctar que escurría desde el interior de su vagina. No había sido un orgasmo tan devastador y llamativo como los anteriores pero ambos lo habían disfrutado, especialmente su hermoso cerezo. Ella era realmente sensible ante sus caricias y eso lo mataba en vida de la mejor manera.

Le soltó las manos para incorporarse a un costado de la cama, se sentó a su lado acariciando su desnudo y sonrojado cuerpo. Sus yemas apenas y la tocaban, lo hacía lento para observar detenidamente como su piel se erizaba bajo sus manos. Se inclinó lo suficiente para que sus respiraciones chocaran y la besó con la misma calma. Podía sentir lo caliente de su piel, aún soltaba ligeros gemiditos. La soltó para mirarla a los ojos.

— Ahora estás limpia. — Le sonrió con adoración. Ella rió por lo bajo.

Quería dejarla descansar, seguramente estaba más que agotada. Se incorporó decidido a ir a tomar con urgencia un baño de agua helada para bajar la erección que la ojiverde había provocado, frunció el ceño por lo incómodo que era no poder lidiar adecuadamente con ese asunto.

Cuando dio la vuelta alguien sujetó su mano. Volteó a sabiendas que se trataba de su novia. Estaba sentada de lado con una mano sobre la cama sosteniendo su desnudo cuerpo mientras sus piernas yacían flexionadas sobre las sábanas.

— ¿Pasa algo, cariño? — Preguntó él.

— Eso quisiera yo saber... ¿A dónde vas? ¿Estás enojado? ¿Hice algo mal? — Preguntó tímida.

— ¿Eh? — Ladeó la cabeza.

- Bueno... Es que pensé que íbamos a... - Dejó la frase en el aire.

La expresión del rubio se relajó dando paso a una espléndida sonrisa.

— Aquí no, Hanii — Dio la vuelta para disculparse con la mirada.

— ¿Pero por qué? — Hizo un puchero. — Eres tan malo a veces. — Apartó la mirada con molestia.

Ese gesto tan lindo provocó una risa divertida en el ojiazul. Se acercó a ella para presionarla contra su pecho.

— ¿Aún quieres más, pequeña? — Su pecho vibró por lo gracioso de la situación.

— ¡No! Bueno... Sí... Pero, tú... — No sabía cómo decirlo.

— ¿Yo qué? — Agachó la mirada para contemplarla.

— Yo también... ... ... — Susurró algo inaudible para el chico.

— Mírame, no te escuché. — Solicitó levantando su barbilla. — ¿Qué dijiste?

— Yo también quiero — Admitió bastante avergonzada.

— ¿Qué quieres hacer, hermosa? — Seguía divertido ante su actitud.

— ¡Agh! Suficiente — Exclamó antes de tirar de la toalla del rubio para dejarlo completamente desnudo ante ella.

«¡Demonios, Sai!» Gritó internamente al ver que sus conjeturas no eran erradas.

El rubio no era nada pequeño como solía burlarse su ex compañero de equipo. Claramente esos comentarios eran solo para molestar. Notó que no llevaba mucho vello, apenas y se notaba, debía afeitarse esporádicamente. Su esculpido cuerpo lo hacía lucir tan condenadamente sexi.

************************************

¡Hola, hola!

Aprovecho que estoy despierta y que ya es viernes para actualizar 🤭
Como ya saben los viernes después de las 5:00 PM hay 2 capítulos nuevos así que para que vean que soy buena se los voy a adelantar.
Espero que les guste, agradezco su apoyo chicos ❤️

¡Los quiero! ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡

Z.R. 🌸

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro