CAPÍTULO XXXIII. Quieta
Naruto la besaba con deseo y lujuria. Metió su lengua en la boca de su novia tanto como se lo permitía la no tan cómoda posición de sus cabezas, ella intentaba apartarse cada tanto para tomar algo de aire pero el volvía a tomarla entre sus labios apagando en su boca los gemidos y jadeos que le robaba. Le mordió levemente el labio cuando ella se removió en busca de más contacto. Alejó su boca para mirarla a los ojos.
— Quédate quieta, dulzura, o harás que te folle aquí mismo. — Advirtió.
— Por favor… — Pidió ella.
Estaba sonrojada y con los labios rojos e hinchados por los besos. Sus ojos suplicaban deseosos por placer. Al chico le era difícil contenerse teniendo una vista como aquella sumado a sus súplicas.
— No me hagas esto Sakura. — Dijo en un tono profundo.
Naruto se inclinó un poco hacia adelante para sostener entre sus manos la parte posterior de las rodillas de la ojiverde para levantarlas y posarlas sobre la orilla de la bañera dejando de este modo libre el camino a su entrepierna. Debía hacer que ella se corriera antes de perder el control y hacerla suya en el baño de aquel departamento.
— Naruto — Volvió a pedir ella.
El respondió besándola con desesperación invadiendo su boca. Introdujo de una sus dos dedos al interior de la vagina de Sakura y bombeó con rapidez. Un chillido de la pelirrosa fue atrapado por él. Rodaba el rosado pezón de ella entre sus dedos y tiraba levemente.
La sensación que la pelirrosa estaba experimentando era bastante extraña, tener ese tipo de actividad en el agua le daba un plus. No podía evitar arquearse y retorcerse por el placer. Soltó la boca del rubio y miró hacia el otro lado intentando respirar. Le faltaba el aire, sentía que el oxígeno en el ambiente no era suficiente. Él la estaba llevando a la sima.
El ojiazul se dio cuenta que ella estaba por correrse. Sin dejar de penetrarla con los dedos le dio atención al clítoris. Aprisionó un pezón entre sus dedos de una manera casi dolorosa haciendo que su chica diera un leve grito. Dirigió su boca al cuello de la misma dejando leves y húmedos mordiscos.
— Vamos dulzura, córrete para mí. — Dijo lamiéndole la oreja.
Eso fue suficiente para la ojiverde. Llevó ambas manos a sus labios para evitar hacer ruido ahogando los gemidos que salían de su garganta. Todo esto ante la atenta mirada del rubio quien se sentía satisfecho solo con verla en ese estado de éxtasis. La sostuvo con fuerza contra su pecho mientras ella le enterraba la parte posterior de la cabeza en el hombro. Sintió los temblores y convulsiones de ella y como respiraba con dificultad. Le sacó los dedos del interior para poder acariciarle los brazos, aún podía sentir la piel erizada bajo sus palmas. Ella jadeaba sin fuerzas.
— Eso es, preciosa. — Dijo besándole el cuello.
— Naruto — Gimió bajo.
— Eres tan hermosa — Declaró — Mírame— Solicitó.
Ella obediente abrió los ojos y giró la cabeza hasta que conectó con esos ojos azules que la volvían loca. La miraban con intensidad y deseo como si quisiera comérsela. Extendió una mano y le acarició la mejilla.
— Quisiera hacerte mía ahora mismo — Dijo él con voz ronca.
— Yo también lo quiero — Admitió ella.
— No aquí, pequeña. — Dijo besándola, esta vez con ternura.
Era un beso lleno de necesidad por parte de ambos. Naruto seguía sosteniendo la mejilla de la pelirrosa con su mano. Profundizó el beso robándole un gemido. Ella seguía sensible y los movimientos de su lengua le recordaban lo que él le hacía con ella en otra parte de su cuerpo.
Estaba por empezar otra vez cuando alguien tocó su puerta. Se detuvieron de inmediato algo confunfIdos. Ninguno se movió, quizá no había sido nadie. Se miraron entre sí sin escuchar nada. Iban a ignorar el sonido y besarse nuevamente hasta que otra vez llamaron a la puerta, está vez con un poco más de fuerza.
El rubio le dedicó una mirada de disculpa a su chica y le hizo una seña para que no hiciera ruido. Si bien no tenía nada de malo compartir algo de intimidad con su novia no sabía cómo se lo tomarían los encargados del hospedaje.
Se enrolló una toalla alrededor de la cadera y salió del cuarto de baño para dirigirse a la puerta con el ceño fruncido por la interrupción. Estaba por llegar cuando tocaron nuevamente.
— ¡Ya voy! — Dijo abriendo algo irritado. — Kankuro — La sorpresa fue evidente.
— Hola Naruto, perdón por molestar tan tarde — Se rascó la cabeza. — ¿Sabes si ya regresó Sakura? Es que llamé a su puerta pero no atendió.
¿Buscaba a Sakura? A esas horas de la noche?¿Acaso había pasado algo con los pacientes afectados por el veneno?
— Ah sí. — Respondió algo dudoso. — Dijo que estaba agotada. Seguramente ya está dormida. — Sonrió nervioso. — ¿Por qué? ¿Pasó algo en el hospital?
— No, no. Nada de eso. — Hizo un ademán con las manos.— Solo que mañana a primera hora partiré a una misión y posiblemente no los vea hasta el final del mes.
— Oh… Ya veo. — los celos estaban por surgir. — Quizá mañana te de tiempo.
— Ojalá… — Dijo desanimado. — Bueno. En caso ella. Buenas noches, Naruto. Que tengan un buen regreso.
— Gracias, suerte en la misión. — Cerró la puerta con molestia.
— Estas no son horas para ver a una chica… Hum… Seguramente quería besarla o seducirla… Ese Kankuro a veces es tan atrevido — Murmuraba con desagrado de vuelta al baño.
Cuando abrió la puerta fue recibido con la vista de su pelirrosa agachada a escasos centímetros de su entrepierna rebuscando entre las cosas de la gaveta. Cuando ella volteó su cabeza chocó con la toalla que el rubio llevaba sobre la cadera. El chico dio rápidamente un paso atrás y la ojiverde cayó sobre su trasero.
— ¡P-Perdón, Sakura-Chan! No sabía que estabas ahí. — Le extendió la mano para ayudarla.
Sakura no dijo nada y en cuanto estuvo de pie se lanzó sobre los labios de su novio tomándolo por sorpresa. Este al principio se quedó quieto pero casi al instante le correspondió del mismo modo. La espalda de la ojiverde golpeó contra la puerta abierta del baño, el Uzumaki la tomó de las muñecas y las sostuvo a cada lado de su cabeza. Pegó sus cuerpos para que ella sintiera lo excitado que él estaba. Estando tan cerca y ambos prácticamente desnudos, exceptuando la pequeña toalla, podía sentir los senos y duros pezones de su chica contra su pecho y eso lo prendía aún más. Dejó los labios de la chica para dirigirse a su cuello.
— ¿Lo sientes? — Dijo mordisqueándole la oreja. — Así me pones Sakura, estoy tan duro que duele.
Sakura notó que sus piernas fallaban. Que él le hablara de ese modo casi la hacía venirse. Ladeó la cabeza para darle mayor acceso a su piel. Él se frotaba sobre su desnudo vientre aún con la toalla puesta. Por supuesto que ella lo sentía, la prenda que lo ocultaba no ayudaba a impedirlo.
— Por favor... Te necesito —Dijo entrecortadamente.
Jadeaba en su oído intentando liberar sus manos. Cómo era de esperar él no se lo permitió. Contrario a esto el chico elevó ambas sobre su cabeza para sostenerlas con una sola mano. Con sus pies le separó un poco las piernas, bajó la mano libre hasta ahí y comenzó a frotarle el clítoris muy rápido, tanto que ella sintió como el calor la invadía en ese mismo segundo, ya estaba deseosa por sus caricias. Cerró los.ojos para disfrutarlo un poco más.
Sakura gemía con satisfacción, se vio obligada a ponerse de puntillas en un fallido intento por alejarse de los juguetones dedos del ojiazul. En su lugar el respondió introduciéndolos a su interior. La miró a los ojos al hacerlo, ella los abrió para mirarlo ante la sorpresa, gimió alto sin poder ocultarlo.
— ¡Naruto!— Dijo con los ojos vidriosos por el deseo
Jadeaba sin un ritmo establecido, se mordía el labio para contenerse pero a veces no era suficiente. Él no estaba siendo tan paciente, esta vez era rudo y fuerte. Tenía que dejarla completamente satisfecha o la tomaría fuerte y en definitiva no quería eso para ella.
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Bueno, aquí está el segundo, espero que les guste. ❤️
Esta semana seguiré con las correcciones de los.primeroa capitulos, como ya lo saben estaría actualizando el viernes con dos capítulos 😊
¡Gracias por su apoyo!
¡Los quiero! ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡
Z.R. 🌸
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