Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO XXIV. Te extrañé

Ya habían pasado dos días y Sakura no había despertado, con cada minuto sin escuchar su voz Naruto perdía un poco más la cordura. Por la tarde Temari había llevado un extraño artefacto que habían encontrado en la guarida de los atacantes, un disco que emanaba Chakra, rápidamente supusieron que era de la pelirrosa. Naruto se había encargado de colocarlo debajo de su mano para que fuera absorbido.

La mañana siguiente Sakura había recuperado el sello de su frente, Naruto y Kurama también habían ayudado compartiendo de su Chakra. Se veía mejor, había recuperado el calor corporal, sus labios lucían tan llamativos como de costumbre y a pesar de ser tan blanca ya no se notaba pálida ni ojerosa. Sus heridas estaban prácticamente curadas, solo faltaba que despertara.

Naruto no se despegó de ella ni un minuto, se le notaba cabizbajo y decaído. Apenas y lograban hacer que comiera. Ya entrada la noche se despertó sobresaltado. Estaba sentado en una silla a lado de la cama de Sakura, se había quedado dormido, su cabeza reposaba en sus antebrazos, estos a su vez en la cama a un costado de la chica. El brillo de la luna se colaba por las ventanas de la habitación. Miró el reloj, eran apenas las 2:37 de la madrugada.

Suspiró, se incorporó en su asiento y miró a la ojiverde dormir. Su respiración era pausada pero estable, ya no estaba fría como aquel día, tomó una mano entre las suyas y la besó con dulzura. Cerró los ojos mientras la frotaba en su mejilla.

— Naruto — La débil voz de Sakura le hizo abrir los ojos apresuradamente.

— Sakura-Chan — Se levantó de un salto para estar más cerca de ella. — ¿Como te sientes? ¿Necesitas algo? ¿Llamo a una enfermera?

Preguntó de manera apresurada. Ella por su parte no dijo nada, solo lo observaba fijamente. Él le sostuvo la mirada sin comprender, ¿realmente estaba bien?

— Te amo — Exclamó la ojiverde incorporándose en la cama.

La luz que se filtraba hacia que el rostro del rubio se viera un poco sombrío haciendo resaltar el azul de sus ojos. No dijo nada, se había quedado helado.

— ¿Que has dicho? — Frunció el ceño, tal vez había escuchado mal.

— He dicho que te amo, tonto. — Extendió una mano para acariciar la mejilla de su novio. — Bésame.

No tuvo que pedirlo dos veces, el ojiazul se lanzó como lobo hambriento a su boca. Se contuvo al pensar que ella estaba débil. Rozó sus labios con ternura antes de juntarlos, comenzó marcando un ritmo lento y sensual lleno de necesidad y anhelo. Para facilitar las cosas se subió a la cama poniendo una pierna a cada lado de la pelirrosa tratando de no hacerle daño pero aún sin romper el contacto de sus bocas.

Con un brazo rodeo su cintura mientras apoyaba el otro a un costado de la almohada detrás de su novia. Poco a poco fue recostándola nuevamente, de todos modos la camilla estaba inclinada para que ella estuviera más cómoda. El beso fue subiendo de intensidad, mordió ligeramente el labio de la chica haciendo que jadeara sobre su boca, aprovechó está oportunidad para introducir su lengua en la cavidad de esta.

 Sakura no esperaba esta jugada pero no sé resistió, respondió con el mismo entusiasmo que él, lo sujetó de los brazos para evitar que se alejara mientras enrollaba una de sus piernas sobre la cadera del rubio, este a su vez le acarició el muslo con su mano libre. Hizo un movimiento para que una de las piernas de Sakura quedará entre las suyas y viceversa. El beso era feroz y apasionado, lleno de deseo y desesperación.

La rodilla que se encontraba entre los muslos de la chica subió hasta tocar su punto sensible, gimió sobre sus labios e intento apartarse pero solo consiguió que la presión en su cintura aumentara mientras él hacía pequeños movimientos en círculos sobre ella. Jadeos entrecortados eran callados por sus besos. Necesitaban respirar un poco.

Naruto rompió el beso para mirarla a los ojos, ambos jadeaban, y respiraban con dificultad. Ella tenía los ojos cerrados, la luz de luna daba de lleno en su rostro dejando a la vista su notable sonrojo y labios ligeramente hinchados. Después de unos segundos levantó los párpados mostrando sus maravillosos ojos color jade que tanto enloquecían al rubio.

— Te amo, Sakura-Chan — Juntó sus frentes antes de depositar un tierno beso en sus labios. Ambos cerraron los ojos disfrutando del contacto.

Ella protestó cuando el se alejó de su boca pero rápidamente fue sorprendida por un camino de besos hasta su cuello dónde Naruto se entretuvo mordiendo y lamiendo la piel a su alcance. Los jadeos de la pelirrosa fueron reemplazados por sonoros gemidos de placer.

— Shh... No hagas ruido o nos van a escuchar — Susurró Naruto sobre su oído, el cálido aliento le provocó un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo, el rubio fue consiente del efecto que tenía sobre ella. — Eres tan hermosa.

Volvió a atacar su cuello, la mano que sostenía su  cintura se movió ligeramente hacia arriba para desatar el nudo de la bata que le habían colocado en el hospital. Sacó su mano para enganchar el dobladillo de la misma que estaba en su hombro, lentamente fue deslizándolo mientras besaba delicadamente la piel descubierta a su paso, hizo lo mismo de ambos lados hasta que la bata había dejado al descubierto ambos pechos de la ojiverde. Cómo era de esperar no llevaba ropa interior.

Alzó la vista para contemplar la reacción de su novia. Su cabeza estaba apoyada en la almohada volteando hacia la ventana, lo había hecho para darle un mejor acceso a su piel. Rosados mechones reposaban sobre su mejilla, tenía los ojos cerrados, los labios ligeramente separados, el sonrojo de sus mejillas y la piel que había sido atendida por sus besos le daban un aire erótico pero inocente.

Alzó una mano para apartar los mechones de cabello y colocarlos tras su oreja, la ojiverde abrió ligeramente los ojos. En ellos se veía reflejado amor y deseo, necesidad y anhelo.

Le encantaba esa chica, podía ser tan ruda y fuerte por fuera, nada la doblegaba, pero interiormente era tan vulnerable y dócil. Ese honor y beneficio del que solo él podía gozar. Le fascinaba ver cómo se derretía entre sus brazos.

— Naruto... — Susurró.

Sonrió al escuchar su nombre brotar de entre sus labios. Sin perder más tiempo atacó su rosado pezón, lo tomó con sus labios mientras movía rápidamente la lengua sobre la punta sensible. Sakura se aferró a la ropa de cama con una mano mientras enterraba la otra en el cabello de Naruto.

El rubio enrolló su lengua con más ímpetu para después dar un ligero mordisco. Sakura dio un brinquito enarcando la espalda por el placer, necesitaba más. Naruto aprovechó el acceso que le daba la ropa de hospital para introducir una mano entre los muslos de su novia. Ella por su parte anticipó sus movimientos, separó levemente las piernas para darle un mejor acceso a sus íntimas caricias, el ojiazul sonrió, ella quería ser tocada por él, eso lo hacía enloquecer.

No la hizo esperar, se adentró más hasta que sintió su humedad con los dedos. Acarició el borde al rededor torturando la, ella quería sentirlo en su botón sensible pero el ojiazul no iba más allá. Bajó la pierna que descansaba en su cadera para volver a colocarse en medio de estas. Cuando el acarició cerca de su entrada ella dejó car sus piernas a cada lado de la cama de hospital, sus rodillas quedaron en el borde, una a cada lado. El sonrió con el acto, no la hizo sufrir más. Comenzó a trazar círculos en simultáneo dándole atención a sus pezones y su clítoris, Sakura jadeo sin aliento mientras se retorcía bajo el cuerpo de su amante. Su pecho subía y bajaba con rapidez, se arqueaba enterrando sus caderas, sus gemidos se hacían cada vez más fuerte. La mano libre de él subió para posarse sobre los labios de la chica en un intento por silenciarla.

Frenó ambas caricias, se alejó de sus pezones para contemplar la vista que le brindaba, bajó lentamente de la camilla evitando hacerle daño. Una vez abajo miró atentamente sus delicadas facciones, acarició desde la rodilla que estaba al borde hasta su cadera, se inclinó para besarla fugazmente. Tomó el antebrazo de la pelirrosa y lo llevó hasta sus labios.

— Abre, pequeña — Ordenó cerca de su oído.

Ella rápidamente obedeció. No comprendía, su muñeca había quedado sobre su boca. El se inclinó para meter nuevamente un pezón a su boca y succionó con delicadeza al mismo tiempo que introducía el dedo medio en su interior, ella chilló sobre su brazo, ahora comprendía la función de este. Abrió los ojos con sorpresa cuando un segundo dedo se sumó. Buscó su mirada solo para comprobar que el también la estaba viendo desde abajo, le sonrió y alejó su boca.

 Él con su mano libre acomodó el fleco que caía sobre el rostro de su novia, quería contemplarla nuevamente, la había extrañado tanto, estuvo mucho tiempo pensando lo peor, seguramente ella estaba más asustada que él. Con ese pensamiento en su cabeza se propuso compensar el mal rato que había pasado, le daría tantos buenos momentos que ella olvidaría lo que sea que hubiese sucedido en ese lugar. No volvería a pasar.

Comenzó a mover los dedos con fuerza, los sacaba y metía rápidamente mientras que con el pulgar masajeaba su clítoris a cada movimiento. Era intenso y desesperado. En ningún momento dejó su mirada, sus ojos estaban conectados. Con su otra mano sostuvo la nuca de la ojiverde. Ella comenzaba a tener espasmos, gemía y jadeaba sobre su brazo, su liberación amenazaba con aparecer, mordió su muñeca en un intento por lidiar con el intenso placer, sus piernas se engancharon con fuerza en los bordes de la camilla intentando soportar, no podía cerrarlas, había cometido un error al colocarlas de ese modo, estaba completamente expuesta y vulnerable a su toque. Los dedos del rubio se engancharon en su interior tocando un punto tan sensible que chilló con fuerza, cerró los ojos y ladeó la cabeza. No sabía cómo soportar tanto placer.

— No, por favor, quiero verte — Dijo el con necesidad.

Ella volvió a posar su mirada sobre la de él. Este a su vez volvió a enganchar los dedos pero está vez no lo soltó y movió con más fuerza y rapidez su mano.

Sakura notó que de ese modo ya no salían pero sentía claramente como golpeaban en su interior, su mano libre sujetó con fuerza la ropa de cama mientras la otra que estaba sobre sus labios abandonaba el lugar para tomar con fuerza el antebrazo que estaba a un costado de su cabeza.

— Naruto... Detente... Por favor — Gimió entrecortadamente, sus ojos comenzaban a ponerse ligeramente llorosos. Negaba con la cabeza mientras una mirada de súplica se reflejaba en sus facciones. Todo esto en vano, solo hacia que el deseara hacerlo más intenso.

El estaba enloquecido con la vista que le ofrecía su chica. Contrario a sus súplicas el aumentó la velocidad, sabía que ella no soportaría más. Gimió en un chillido, el notó su expresión, ella estaba por correrse.

Justo a tiempo atrapó su boca entre la suya silenciando un fuerte gemido mientras sentía como chorros mojaban su mano, no dejó de bombear en su interior. Ella se retorcía y arqueaba debajo de él, nunca había experimentado algo igual, estaba siendo devastador.

La mano en su nuca le impedía alejarse, él la sostenía con fuerza inmovilizándola, no es que ella tuviera la intención de apartarse pero las convulsiones de su liberación habían sido tan intensas que había dejado marca de sus uñas en el brazo que sostenía en un intento para soportar su maravilloso y ensordecedor martirio.

En el momento que ella aflojó el agarre sobre el chico este se alejó para dejarla respirar. Seguía temblando, jadeando y aún sollozaba entrecortadamente. Subió sus labios a su frente, presionó un dulce beso. Pasaron unos segundos así hasta que la respiración de ella comenzaba a regularizarse.

Cuando se alejó lo suficiente notó un par de lágrimas cayendo a cada lado de sus ojos. Frunció el entrecejo, ¿la había lastimado?

— Sakura-Chan, ¿te he hecho daño? — Dijo sacando los dedos de su interior causando un jadeo en la pelirrosa.

— Para nada — Negó con la cabeza.— ¿Por qué lo piensas? — Dijo extrañada.

— Estás llorando — Se inclinó para besar una lágrima.

—         ¿Eh...? — Alzó la mano para tocar su mejilla.

En cuanto sintió la humedad supo que su chico no mentía. Había sentido los ojos vidriosos cuando…

—         No me hiciste daño, fueron por…

Ladeó la cabeza avergonzada. Juntó sus manos sobre su pecho intentando cubrir un poco sus senos. Subió las piernas a la cama para cerrarlas pues aún seguía completamente expuesta, pero en el momento que lo hizo sintió lo mojadas que estaban las sábanas bajo su piel. Se sorprendió, flexionó las rodillas para asomarse.

Su cara se tornó completamente roja cuando vio la ropa de cama empapada, parecía que alguien había abierto el grifo entre sus muslos. Colocó ambas manos sobre su rostro, estaba realmente avergonzada.

Naruto notó enseguida el porqué de su actitud tan cohibida. Soltó una leve risita y la abrazó por el costado. 

—         ¿Qué pasa, pequeña? ¿Te avergüenza ser tan sensible y receptiva al placer?  — Susurró rozando su nariz sobre el oído de ella.

—         Es que yo… Yo nunca… No imaginé qué… — No sabía que decir, no tenía excusa válida.

—         No imaginaste… ¿Qué? — Indagó.

—         No imaginé que fuera ese tipo de mujer. — Respondió enterrando su cabeza en el pecho del rubio.

—         Me encanta que seas tan entregada, que tú cuerpo reaccione de ese modo a mi tacto… Verte correrte de ese modo por mí es fascinante. Ahora que sé lo que te puedo provocar lo haré siempre. — Finalizó con un beso. — Eres maravillosa.

 
******************************

¡Hola, hola!
Hasta que vuelvo a dar señales de vida, jajaja. Mil disculpas por la espera. Ya tengo más capitulos listos pero los estaré subiendo cada semana. Espero que les guste.
¡Gracias los nuevos lectores por su apoyo! Les pido por favor que me regalen un comentario para seguirlos.
¡Los quiero! ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡

Z.R. 🌸
 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro