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CAPÍTULO XLVI. Dolor y placer

Sakura separó ligeramente los labios y cerró los ojos ante la extraña y un poco dolorosa presión que comenzaba a sentir. Su respiración volvió a ser irregular y profunda. El rubio que estaba atento a sus gestos notó el cambio en sus facciones, lamentó enormemente tener que causarle dolor o molestia. Se quedó quieto al escuchar una leve queja desde su garganta, acercó sus labios hasta la boca entreabierta dela chica, aprovechó para besarla con la intención de distraerla un poco de la incomodidad y el dolor mientras se movía otro poco para entrar más en ella.



- Estás muy apretada, cariño. - Gruñó.



La presión era bastante, ella estaba realmente apretada, incluso le estaba costando un poco entrar. Otro leve quejido fue atrapado por sus labios, rápidamente alejó su rostro para ver el de ella. Una expresión de dolor era evidente, sus facciones contraídas y los ojos fuertemente cerrados, además un par de lágrimas resbalaban a los costados. Esa imagen le partió el corazón.



- Sakura, mírame. ¿Quieres que me detenga? Está bien si lo hago, no debes preo- - Fue interrumpido.



- Sigue, por favor, puedo con esto - Susurró abriendo los ojos, vió la preocupación y el dolor reflejados en esos hermosos ojos que siempre la miraban con cariño. Le dedicó una frágil sonrisa pero aún así el rubio no estaba tan convencido. - Por favor.



- De acuerdo, pero si quieres que me detenga, lo haré. - Aseguró, ella solo asintió.



El rubio se movió un poco más hasta que topó con algo. Enseguida lo supo, era la prueba de su pureza la cual él tomaría esa misma noche. Pero para hacerlo debía aplicar algo más de fuerza. Sujetó con más firmeza sus manos aún entrelazadas. Tras un suspiro volvió a buscar su mirada, quería demostrar que estaba con ella.



«Lo siento, Sakura-Chan» Dijo mentalmente antes de dar una firme estocada. Ella contuvo la respiración.



Un gemido de dolor salió de los labios de Sakura al mismo tiempo que abría grandes los ojos con evidente dolor, otro par de lágrimas cayeron de sus ojos, pero ni así apartó la vista de la de su novio, él también pareció sufrir con eso pues es lo que ella lograba ver en sus facciones.



Él por su parte se quedó inmóvil disfrutando del cálido y húmedo recibimiento. Acercó su cabeza un poco más para besar las traicioneras lágrimas que él mismo había provocado en su amada. Después regresó a besar sus dulces labios en señal de disculpa, compensaría ese llanto tan desagradable. Él continuó dando gentiles besos hasta que sintió como ella se relajó nuevamente entre sus brazos, pasó su lengua por sus labios como si los estuviera probando por primera vez, después succionó el labio inferior y profundizó el beso sintiendo como a ella comenzaba a faltarle nuevamente el aire.


Sakura movió un poco sus caderas invitándolo a moverse, él comenzó a hacerlo lentamente para no lastimarla. Después de un rato la sensación de dolor desapareció siendo reemplazada por placer, uno dulce y agradable que inundó su cuerpo. Tímidos gemidos de satisfacción eran atrapados y silenciados por el Uzumaki. Su lengua aprovechó la necesidad de la ojiverde por abrir los labios para explorar su boca. Cuando aumentó un poco la velocidad de sus movimientos ella no pudo más y giró la cabeza para separarse de él y poder tomar bocaradas de aire. Naruto, por su parte, tomó está oportunidad para trasladarse a su cuello.



Ella sentía el calor húmedo de sus labios recorrer desde su clavícula, hombros y cuello hasta el lóbulo de su oreja haciendo que su voz escapara de su boca.


El podía sentir la respiración y cálido aliento de su novia golpeando en su oreja haciendo que su pasión y deseo se desbordaran. Empezó a moverse más rápido marcando un ritmo más demandante.


A Sakura le costaba controlar los sonidos que salían desde su garganta mientras era lentamente consumida por el placer de ser penetrada por el rubio. Él aceleró aún más los movimientos. Sakura sentía que toda ella ardía, era como si de pronto tuviera fiebre, su respiración se volvió entrecortada y sentía un extraño hormigueo en su cuerpo, más intenso que las veces anteriores. Nada se comparaba a esa sensación, lo sentía hasta lo más profundo de su ser. Él la sentía temblar y retorcerse debajo suyo.



- Ah... Creo que voy a... - Gimió de manera entrecortada removiéndose entre sus brazos, no aguantaría por mucho más. - Naruto... Voy a ...



Él lo sabía, ella taba por terminar. La conocía bien, notaba como sus gemidos se hacían cada vez más agudos y ahogados.



- Vamos pequeña, córrete para mí- Dijo desenterrando su cabeza para besar cortamente sus labios. - Yo te cuido.


Ella buscó con desesperación la azul mirada del rubio notando que él ya la observaba con intensidad. Él podía notar el placer y la lujuria de ella en esos hermosos ojos jade vidriosos de deseo. Las perlas de sudor en su frente hacían que algunos pequeños y cortos mechones se pegaran a su blanca piel que por la pasión del momento había teñido de rojo sus mejillas.


sentía los espasmos recorrer su cuerpo mientras calientes oleadas de placer la consumían desde lo más profundo de su ser.



- ¡A-Ah... Ah... N-Naruto! - Gimió con fuerza cuando finalmente alcanzó su liberación. Él Shinobi estaba más que encantado con el rostro de satisfacción de la dama entre sus brazos.



Su espalda se arqueaba contra el cuerpo de su novio mientras se sacudía con violencia echando la cabeza hacia atrás sobre la almohada. Sus uñas se enterraron ligeramente en el dorso de las manos del chico quien lejos de detenerse se movió golpeando con fuerza sus caderas contra las de su amada novia. Ella aferró sus piernas con más ganas para recibirlo por completo, estaba casi segura que podía partirse en ese preciso instante. Era una deliciosa y delgada línea entre placer y dolor que le estaba haciendo perder la cordura.



- Dios... Sakura, estás apretando demasiado. - Dijo el Uzumaki entre jadeos.



Podía sentir como los músculos internos de ella lo apretaban con fuerza mientras era consumida por el orgasmo. No pudo resistir más, tras un gruñido se dejó ir disfrutando del placer que le daba la calidez del interior de la ojiverde. Ella gimoteó y chilló con la nueva sensación, por primera vez experimento la calidez de él cuando se derramaba dentro de ella. Era fascinante.



- Oh Sakura... - Exclamó enterrando la cabeza en la cuerva de su cuello.



Se desplomó en el cuerpo de ella sin recargar todo su peso, sus caderas seguían firmemente presionadas con las de ella permaneciendo en su interior. Cuando sus respiraciones se controlaron un poco, o al menos la de él pues ella seguía sollozando contra su oreja, se incorporó lo suficiente para llevar una de sus manos entrelazadas hasta sus labios y besar así la de ella con cariño.



Lentamente la liberó para poder apartar de su frente las gotas de sudor y los mechones que caían sobre esta. Cerró los ojos y acto seguido dio un tierno beso en ella. Volvió a apartarse para esta vez mirarla directamente a los ojos. Ella seguía respirando con dificultad, lucía realmente agotada.



- Mi preciosa Sakura - Dijo sonriendo le con adoración. - Ahora más que nunca puedes decir que soy tuyo y que tú eres mía.



- Lo soy. - Una enorme sonrisa se dibujó sobre las facciones de la pelirrosa, era evidente que la felicidad no cabía en ella. - Eso fue alucinante.



- Lo fue. Me alegra que también lo hayas disfrutado - Asintió sonriendo completamente complacido.



Acarició su rostro con delicadeza, ella cerró los ojos para disfrutar de su afecto, pasó un rebelde mechón tras su oreja para descubrir sus labios y besarla.



Lentamente fue saliendo de ella robándole un sonoro jadeo, cuando estuvo totalmente afuera se dejó caer a un costado de ella atrayéndola sobre su pecho para abrazarla. La ojiverde acomodó la cabeza sobre su pecho escuchando el compás de su corazón mientras él peinaba su cabello con los dedos.



- Me ha gustado mucho sentirte en mi interior. -Comenzó diciendo.- Aunque al principio dolió como el infierno. - Río por lo bajo.



- Disculpa, Sakura-Chan. Realmente intenté no lastimarte. - Dijo regalando le una sonrisa de arrepentimiento.



- Me hubiese encantado que te quedaste más tiempo - Susurró la chica haciendo que él elevar las cejas.



- Oh... Pensé que te incomodaría - Le sonrió.- Además justo ahora no es muy conveniente para ti.



- ¿Por qué? - Cuestionó atrapando su mirada.



- Eh... Pues, verás... - Se rascó la cabeza sin saber cómo decirlo.



- Solo dilo. - Exclamó tranquila.



- Bueno... Es que si me hubiera quedado lo habría echo otra vez - Admitió algo avergonzado.



- ¿Hacer qué? - Preguntó sin comprender pues aparentemente el oxígeno no había terminado de llegar a su cerebro tras lo experimentado.



- El amor - Soltó con algo un tanto apenado mientras continuaba llenándola de mimos y caricias.



- Oh... Ya veo. - Dijo ella entendiéndolo finalmente. - Y... ¿No quieres? - Susurró apartando la mirada con las mejillas enrojecidas. El Uzumaki detuvo sus movimientos para contemplarla.



- ¿Qué? - Dijo haciéndose el desentendido.



- ¿Quieres darme un poco más de amor, por favor?. - Preguntó ladeando la cabeza avergonzada al tiempo que trataba círculos con sus dedos sobre su pecho.



El Uzumaki volteo a verla mientras ella le sostenía la mirada. Ágilmente se posicionó nuevamente sobre ella cuidando no aplastarla. Se estaba conteniendo creyendo que estaba adolorida o agotada, pero si ella quería un poco más él tenía la obligación de complacerla.




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Bien, aquí están lo de esta semana. De una vez el tercero para ir en par 🤭
Ya saben que si todo va bien nos leemos el viernes de la próxima semana. Gracias por leer.

Los quiero chicos ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡

Z.R. 🌸

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