Los cálidos labios del Uzumaki se sellaron con intensidad sobre los de ella quién gustosa los recibió. Al igual que él, cerró los ojos para disfrutar de esa sensación tan placentera. Era un beso gentil y lento lleno de sentimientos. Delineó con la punta de la lengua el contorno del labio inferior de la ojiverde pidiendo el permiso que rápidamente fue concedido. Tras un par de minutos soltó sus labios para acariciarla con ternura.

—           Cada día que pasa estoy más feliz de estar a tu lado. — Comentó acunando la mejilla de ella en su mano.

—           Yo también soy feliz. Me siento la chica más afortunada de mundo. — Dijo besándole la nariz. — Seguramente soy la envidia de muchas chicas. — Finaliza frotándole los hombros.

—           No es para tanto — Sonríe avergonzado. — Algunas chicas solo les llamo la atención por lo sucedido en la guerra… Pero nada más.

—           Por favor, Naruto. En más de una ocasión vi como te daban obsequios y se te colgaban del cuello. — Espetó un tanto molesta. — Son esos ojos tuyos y tu carisma, además eres rubio.

—           Eran solo niñas jugando — Dice restándole importancia. — Sabes que a su edad todo les llama la atención.

—           Mmm… — Giró la cabeza para no mirarlo.

—           ¿Qué pasa? — Con el dedo la obligó a volver la cabeza.— ¿Estás celosa? — Cuestiona risueño.

—           ¿Debería?

 Devolvió la pregunta arqueando una ceja. Realmente estaba celosa, mucho, casi ardía por dentro queriendo matar a cualquiera que hubiese puesto sus manos sobre su ahora novio.

—           Para nada… No es una sensación agradable. — Respondió con una media sonrisa.

—           ¿Has sentido celos? — Preguntó. «Porque yo sí» Pensó para sí.

—           Por supuesto, muchas veces. — Afirmó.

—           ¿Por qué? — Volvió a plantear una interrogante.

—           Por ti — Responde delineando su labio con el dedo. — Aún recuerdo a ese chico que te robó un beso cuando regresamos de la guerra. — Frunció el ceño. — siempre eres el centro de atención y no lo notas.

—           Ay Naruto — Soltó una carcajada. — Eso tiene mucho tiempo. Creo que desde ese entonces nadie se me ha acercado. — Pensó. —

—           Lo sé, ha sido una tarea difícil. — Dijo sin pensar.

—           ¿Tarea difícil…? — Inclinó su cabeza sin comprender. De repente algo la iluminó. — Tú… ¿Acaso estuviste ahuyentando a mis pretendientes?

Intentó sonar molesta aunque realmente lo que le causó fue gracia. El solo asintió avergonzado. No comprendía cómo alguien podía ser tan sinvergüenza.

—           ¡¿Tienes idea de lo deprimente que fue eso?! — Dijo exaltada. — Realmente pensé que no le gustaba a nadie.

—           No seas tonta… No solo en nuestra aldea hablan de lo hermosa y talentosa que eres. Tuve que escuchar muchos comentarios cuando hacía misiones en otras tierras. — Contó. — Era muy difícil decir que tú corazón era de alguien más. — Admitió con la cabeza gacha.

—           Entonces también será difícil cuando les digas que mi corazón te pertenece — Con su dedo trazó figuras sobre el pecho del chico. — Que eres al único al que amo y deseo.

—           Será más fácil demostrarlo. Más a ese chico Kankuro — Nuevamente se lanzó hambriento a sus labios.

Los brazos de la pelirrosa subieron hasta engancharse del cuello del ojiazul. Él aprovechó esta oportunidad para intensificar el beso. Le rodeó la cintura con su brazo izquierdo pegándola más a él.

Dio un paso al frente haciendo que ella retrocediera quedando atrapada entre su cuerpo y el barandal. La presionó con fuerza para juntar mas sus cuerpos. Sus vestimentas no eran nada abrigadoras por lo que las finas telas no evitaban que los duros pezones de la ojiverde fueran claramente percibidos por el chico.

—           Naruto — Jadeó soltándole los labios.

Él hizo caso omiso a su llamado y volvió a asaltar su boca. Con su mano libre tomó la pierna de su chica y la enganchó de su cintura, en esa posición Sakura podía sentir la dura erección que ahora presionaba sobre su bajo vientre. La temperatura entre ellos seguía en aumento. Con un rápido movimiento el rubio la elevó hasta dejarla sentada sobre la orilla de la estructura a sus espaldas sin soltar su boca. Se colocó entre sus piernas haciendo que sus shorts se subiera hasta la unión de sus piernas pareciendo más una prenda interior que ropa para dormir. Nuevamente se presionó contra ella haciéndola gemir sobre sus labios.

La ojiverde a su ves enrolló las piernas alrededor de su cadera para sentirlo aún más cerca, movió sus caderas frotándose contra él presa de la lujuria, ella quería más, necesitaba más que ese embriagante beso. El rubio al ver su necesidad subió por su muslo la mano hasta llegar al inicio de sus shorts que hábilmente apartó para escabullirse hasta el sexo de su chica y comenzar su lenta tortura trazando círculos con el dedo pulgar sobre su sensible clítoris.

Los pequeños y dulces gemidos que ella daba eran atrapados por la boca de su novio quién se deleitaba sabiendo que era él el causante de su placer. Se alejó un poco de ella para dejarla respirar pues su jadeos hacían que su pecho subiera cada vez con mayor velocidad.

—           Eres tan hermosa, Sakura-Chan. — Le dijo apreciando sus rojos labios entreabiertos y sonrojadas mejillas.

—           Naruto, por favor, te necesito. — Suplicó agarrando fuertemente sus hombros mientras dejaba caer las piernas para separarlas más y disfrutar del toque íntimo que le estaba proporcionando.

—           Lo que me pidas, preciosa. — Inclinó la cabeza para besarle el cuello. — Tus deseos son órdenes.

—           Ah… Naruto — Jadeó al sentir como el agarre en su cintura se apretaba para sostenerla.

Echó la cabeza hacia atrás dejando que su cabello colgara a sus espaldas mientras disfrutaba a de los húmedos besos y juguetones mordiscos que él iba dejando a su paso sobre su sensible y pálida piel, su aliento golpeaba su piel enviando corrientes de placer hasta su centro. La humedad de la chica ya había llegado hasta sus prendas, era inefable el deseo que sentía por él, bastaba ver cómo se derretía con sus caricias.

Dos de sus dedos invadieron el Interior de la ojiverde haciendo que se arqueara contra el firme cuerpo de su chico. Los movimientos eran lentos y torturosos en su interior. Estaba siendo gentil pero ella no necesitaba eso, sentía que estaba en llamas, ansiaba su liberación. No… Lo quería a él.

—           Naruto, por favor, necesito más… — Dijo susurrando.

—           Te lo daré. — Respondió rozando su oreja con la nariz.

—           No… Te quiero a ti, te necesito a ti. — Pidió ansiosa.

Ante el comentario el chico se detuvo por completo sin saber cómo reaccionar. ¿A qué se refería? El ya estaba con ella, le estaba dando placer, ¿qué más quería? O es que acaso ella… ¿Quería que hicieran el amor?... Esta conclusión lo dejo algo perplejo.

Su reacción a su vez causo que la pelirrosa se explicara, quizá él no había entendido.

—           Naruto… — Le llamó, él obedientemente se incorporó para mirarla a los ojos. — Esta noche quiero ser tuya .

No había duda… La seguridad con lo que lo dijo lo confirmó. El quería hacer algo realmente maravilloso para ella, pero su determinación y el deseo que él también sentía se la ponían difícil. ¿Qué debía hacer?

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¡Hola, hola!
Que atrevida nuestra pelirrosa. 🤭
Espero que les haya gustado. En cuanto pueda subo el otro 👀

Z.R. 🌸