Un sudor frío le recorrió la columna de la pelirrosa, algo le decía que la situación era delicada. Shikamaru recostó a Naruto y a Ino a su costado.

— ¿Cómo están? ¿Qué les ha pasado? — Rápidamente se acercó Sakura a sus dos compañeros.

— No lo sabemos, están como... Dormidos, pero no reaccionan. — Respondió Hinata llorando.— Naruto-Kun. — Tomó la mano del rubio.

— Déjenme examinarlos — Dijo apartándola. — Denme espacio.

Todo parecía estar bien en ellos, su signos vitales, su respiración, no había ningún órgano dañado pero... Notó como el chakra seguí fluyendo hacia un punto hacia sus tobillos. Rápidamente subió el pantalón del rubio y lo vió... Después buscó en Ino y ahí estaba... Una marca extraña.

— Esto es... ¿Qué cosa es esto? — Exclamó con preocupación.

— Eso está... Drenando su chakra. — Dijo Hinata usando el byakugan. Este comentario captó la atención de Temari.

— ¿Qué...? ¿Pero eso como es posible? — Estaba impactada.

— Es un Jutsu prohibido de la aldea de la arena — Exclamó la rubia. — Debió estar en uno de los pergaminos que lograron llevarse los atacantes. — Respondió con notable preocupación e inquietud.

— ¿Qué? — Exclamó la pelirrosa sin entender.

— Ese Jutsu permite instalar en tu enemigo o aliados hilos de arena para tener acceso a tu flujo de chakra, esto puede ser usado como apoyo o como arma. Funciona como receptores y transmisores de chakra, el detalle es que... — Continúo—  Como todo los jutsus solo puede deshacerlo el shinobi que lo ejecutó. Mientras tanto los afectados entran en un estado de trance. — Finalizó.

— Bueno, está instalado en su pierna, si corto el flujo de chakra est- — Habla Hinata.

— No, no funciona así, los hilos buscan el chakra, si cortas uno, irán por otro hasta llegar al principal. — Aclaró Temari.

— ¿Y qué pasa si no se desactiva? ¿Estarán en trance todo el tiempo? — Preguntó Shikamaru.

— Sí, y no solo eso. — Suspiró — Si el receptor del chakra, o sea, el ejecutor del Jutsu no lo desactiva puede drenar todo el chakra del emisor. — Dijo viendo a Ino y Naruto.

— ¿Todo...? — Dijo Sakura. Temari asintió.

— Originalmente solo se usaba en aliados cuando era requerido por algún Jounin, obviamente no se abusaba de él pues se sabían las consecuencias, solo era en casos extremos. El ejecutor del Jutsu debía deshacerlo inmediatamente después de ocuparlo. — Concluyó cruzando los brazos con nerviosismo.

— ¿Cuáles... Consecuencias? — Preguntó cuidadosamente la pelirrosa.

— El único límite del Jutsu es la muerte del afectado. — Un silencio total se hizo entre ellos. Sakura contuvo las lágrimas. ¿Cómo fue posible esto?

— ¿Hay alguna manera de romperlo? — Dijo con voz apenas audible.

— Solo una persona ha sido capaz de hacerlo, y hasta tubo su límite, una sola persona. — Respondió haciendo memoria.

— ¡¿Quien es?! ¡¿Cómo lo hizo?! — Gritó Hinata.

— La Princesa Tsunade, la quinta Hokage — Contuvieron la respiración— Usaba un sello capaz de liberar grandes cantidades de chakra, cuando el receptor no podía seguir el paso y se llenaban las reservas de chakra del afectado el Jutsu se rompía.

— ¡Debemos ir con ella! — Chilló Hinata.

— No hay tiempo para tal cosa. — Respondió Temari secamente.

— Sakura... Tú... ¿Sabes de lo que habla? — Se dirigió a ella Shikamaru.

— Sí... Es el sello Byakogou. — Suspiró

— ¿Entonces podrías con esto? — Cuestionó Temari sabiendo que era también una poseedora del mismo. — Se necesita ser muy hábil.

— No lo sé, llevo apenas unos años almacenando chakra. — Frunció el ceño con preocupación — Lo intentaré, espero que sea suficiente. — Se ató el cabello

— Sakura, piénsalo bien, se necesitan grandes, de verdad, enormes cantidades de Chakra para acabar con uno. — Le dijo Shikamaru. — Nada puede pasarte, independientemente de la misión eres mi amiga y- — Fue interrumpido.

— Comprendo la situación pero no puedo dejarlos a su suerte si algo está en mis manos. — Dijo con brusquedad— ¿A dónde irá el chakra acumulado?

— El receptor lo puede almacenar hasta su límite. — Respondió.

— O sea qué lo haré más poderoso...

— Se podría decir, depende de su capacidad. — La rubia suspiró con pesadez, mientras daba la vuelta, se estaba inquietando. — Pero recuerda, aún si el receptor tiene suficiente chakra seguirá drenandolos a ellos. Solo podrás ayudar a uno.

— No puedo ser tan egoísta. — Nadie respondió.

— ¡¿De qué hablas?! No se te ocurra ayudar a los dos, puede que no se suficiente ni para uno caso no te das cue- — Gritó desquiciada.

— Hinata, necesito espacio... Y silencio.— La miró con reproche —Deberías usar tus habilidades para encontar al atacante y deshacer este Jutsu lo más pronto posible mientras yo trabajo desde aquí con ellos.

La pelinegra no respondió, agachó la mirada sin decir nada y empuñó con fuerza sus manos. A los segundos alzó la vista y miró con desprecio a la pelirrosa.

— Yo la acompañaré, no puedo quedarme de brazo cruzados. — Añadió Shikamaru.

— Me quedaré con Sakura por si el enemigo ataca de nuevo, aún no sabemos cuál es su objetivo. Tengan cuidado. — Les recordó Temari. Sakura ajustó su bandana.

— Bien, hagámoslo.

Se colocó en medio de naruto e Ino de rodillas para después sentarse sobre sus piernas, liberó su sello y comenzó a filtrarles su chakra en ellos. Estaba preocupada, no podía dejarlos morir de una manera tan tonta.

«Los de la arena hacen cosas muy peligrosas y no les ponen el debido cuidado.» Dijo internamente refiriendose al veneno y al Jutsu prohibido.

Las horas pasaban con rapidez, el corazón de la pelirrosa palpitaba con fuerza, estaba asustada, pero debía controlarlo si quería ayudarlos.

— Temari... ¿Cómo nos daremos cuenta que se está llenando...? — Cuestionó sin apartar la mirada de los chicos.

— Demonios... Lo había olvidado. Dame un segundo. — Fue a su mochila por un pergamino del cuál sacó dos sellos y los colocó en el pecho de cada uno. Inmediatamente los activó. — Esto nos indicará los niveles de chakra que le resta a cada uno.

Sakura asintió, la más crítica era Ino, lo cual era comprensible, ella no tenía tanto chakra como el Uzumaki.
Un par de horas después regresaron Shikamaru y Hinata, no habían encontrado rastros del enemigo por ningún lado. La pelinegra lloraba desconsoladamente poniendo de nervios a todos los presentes.

Poco después se quedó dormida y los demás lo agradecieron. Sakura les dijo que durmieran para recuperar fuerzas mientras ella hacía guardia mientras continuaba ayudando a sus compañeros. Al principio se negaron pero finalmente accedieron por el cansancio y porque la pelirrosa prometió despertarlos si surgía algún inconveniente.

No pegó el ojo en toda la noche pero tampoco tenía sueño, necesitaba saber que ellos estaba salvo, no podía perderlos.

Estuvo en vela toda la noche, en la mañana la obligaron a comer algo pues decía no tener apetito y que solo quería un par de píldoras de alimentación. No lo aceptaron. Después de convencerla que lo más conveniente era probar comida recién hecha para mejorar su desempeño accedió pero no tardó más de diez minutos y regresó a su labor, no tenía apetito pero sabía que era necesario para lograr su objetivo.

La enorme ventaja de tiempo que habían adquirido se estaba perdiendo, necesitaba apresurarse.

Notaron como ya estaba comenzando a subir a poco más de la mitad el chakra de cada uno, ya no bajaba. Sakura aumentó aún más la velocidad.
No pasó mucho rato cuando finalmente la marca en Naruto había desaparecido pero no dijo nada y continúo dándole chakra, un par de horas después llegada la noche también la de Ino desaparecido y finalmente informó.

— Creo que... Lo logré — Dijo con una sonrisa. Los demás estaban impactados.

— ¿Qué? ¿Tan rápido? ¿Y a los dos? — Temari estaba más que sorprendida, casi asustada. — ¿Tú cómo estás?

— Supongo que cuando las personas a las que debes ayudar te importan a tal nivel todo es posible. — Suspiró secando sudor de su frente, intentó pararse pero flaqueó y calló con las manos apoyadas en el suelo.

— ¡Sakura! — Dijeron Temari y Shikamaru al unísono. Ambos corrieron rápidamente a ayudarla.

— Casi no me queda nada de chakra. — Alcanzó a decir apenas con una sonrisa cansada. A pesar de eso la reconfortaba saber que su novio y su mejor amiga estaban a salvo.

— Debes descansar, te daré algo de mi chakra — Exclamó Temari.

— No. — La detuvo. — Si el enemigo nos ataca nuevamente también estarás débil y no se le podrá hacer frente, guarda tus energías, me recuperaré. — Le dió una cálida sonrisa.

Temari no muy convencida acepto, era razonable, de nada serviría estar débil si llegaran a entrar en batalla.

— Ellos seguirán así un rato más hasta que se recuperen, según sé es muy pesado también para ellos. — Habló al notar a la ojiverde verlos con preocupación.

Sakura asintió — Bien, esperemos, descansaré un poco. — Dijo antes de quedarse dormida.

— Hinata, revisaremos el perímetro para buscar algún rastro del enemigo — Informó la rubia— Cuida de ellos, no estaremos muy lejos, cualquier cosa usa el intercomunicador. — Le tendió uno. Ella asintió.

La pelinegra observó a sus dos compañeras, la rubia se veía bien, pero Sakura se notaba bastante cansada. Sonrió cuando posó su mirada en el rubio.

«Ya no hay peligro» Pensó para sí.

Se recostó del árbol con tranquilidad, tenía sueño. De la nada escuchó un sonido proveniente de detrás suyo, se puso en guardia. Activó su byakugan pero no notó a nadie. De repente sintió como alguien la tomaba del cuello.

«¿Qué...? ¿Descubrió mi punto ciego tan fácil?»

— Vaya, vaya. Pero miren nada más. Una poseedora de Byakugan... No eres muy buena que digamos, si no me viste llegar. — Dijo burlonamente un tipo bastante similar a los clones de ayer.

El ruido provocó que Sakura despertara de golpe. Prestó atención. Cerca de ella estaba Hinata y del otro lado un hombre con una mirada tenebrosa, en su frente reposaba una bandana con el símbolo de Kiri. Enseguida lo reconoció aún estando algo mareada, de él eran los clones de la noche anterior.
Se dió cuenta que lo miraba, él tipo sonrió posando los ojos sobre ella.

— Evidentemente tú eres la Ninja médico de la Hoja... Eres bastante popular entre las naciones ninja al igual que el Jinchuriki y el Uchiha... Ojalá todo lo que digan sea cierto. —
Dijo haciendo un Jutsu que no logró reconocer.

— ¡¿Quien eres qué quieres de nosotros?! — Preguntó la pelinegra.

— ¿De tí? ¿Acaso sirves para algo? Ni siquiera lograste detectarme — Se burló. La Hyuga apretó la mandíbula con molestia. —No eres digna de saber ni pronunciar mi nombre.

— ¡Si lo que quieres es llevarte a Naruto no te lo permitiré! — Exclamó nuevamente.

— ¿Hablas del Junchuriki? — Rió con fuerza. — No te equivoques. Vengo por la médico. — Volvió a posar su mirada en la pelirrosa. — Por cierto, me dejaste impresionado, esas cantidades de Chakra que me diste fueron realmente sorprendentes, nunca había visto tal cantidad en un Ninja que no fuera Junchuriki. — Sonrió burlonamente— Para agradecerte prometo tratarte bien.

— ¿De qué hablas? — Preguntó débilmente.

De la nada salieron cuatro clones al rededor de ella, intentó ponerse de pie pero no lo consiguió, aún no se recuperaba, estaba extremadamente débil y cansada por el esfuerzo que había hecho.

— ¿Lo hacemos ahora, señor?. — Habló uno de los clones recibiendo un asentimiento de cabeza como confirmación.

— ¿Qué es esto...? — Miró la barrera.

— El cubo de estrella, además de ser irrompible, absorve y oculta el chaka del que está adentro, no importa cuánto chakra uses, todo será absorbido para hacer más colores de chakra. — Sonrió con superioridad. — Gracias niña, sin todo el chakra que me diste no creo que hubiera sido posible esto. Se gasta mucho. Gracias a eso mis clones tienen la habilidad para hacerlo.

— ¡Hinata! Llama a los demás — Gritó Sakura. Con la poca fuerza que le quedaba logró ponerse en pie.

«Esta barrera es como la que usaron los Hokages» Enseguida recordó.

— Hinata... Debes romper la barrera desde afuera — Señaló la pelirrosa.

— Ah-ah... Si lo haces lo pagarás con tu vida. — Le dijo a la Hyūga. Ella dudo. — Solo la quiero a ella, si no haces escándalo dejaré que ustedes se vayan.

— ¿Qué...? Hinata... Llama a los demás y rompe la barrera — Apenas y podía hablar. — Usa tu puño suave para cerrar el punto de Chakra de los clones... Con uno basta. — Dijo desesperada poniéndose de pie con las pocas fuerzas que le quedaban.

«Si se la lleva... Naruto-Kun podrá estar conmigo, pero si se entera que no hice nada para ayudarla me odiará» Pensó la Hyuga.

— Si lo que te preocupa es que alguien se entere puedes estar tranquila. En su estado actual no puede hacer nada. En cuanto obtenga lo que necesito me desharé de ella. — Aseguró el desconocido.

La pelinegra dudó... Era una oferta rentadora, esto traería problemas pero mientras el resultado fuera favorable para ella habría valido la pena.

— De acuerdo... Llévatela — Seguía dudando, su corazón latía con fuerza — Pero antes de irte atácame para que pierda la consciencia. — Agachó la cabeza para no ver a la pelirrosa, no se atrevía a hacerlo.

— ¿Pero qué cosa acabas de decir Hinata? — Dijo Sakura.

— Excelente elección, después de todo los de la hoja no son tan buenos como dicen. - Rio con satisfacción el agresor. — Por cierto, no pierdan el tiempo buscándola, esta barrera aísla el chakra de las personas. — Hizo un ligero movimiento de manos. — Y ahora también el sonido. Es molesto escucharla. — Volvió a posar su mirada en la Hyūga. — Bueno, quizá tú logres localizar algo, pero si no quieres que abra la boca no interfieras.

Sakura no sabía qué hacer, estaba muy débil. Se preguntaba por qué la querría a ella, no tenía ninguna habilidad tan codiciada como un Sharingan o similar. El volteó a verla con satisfacción, se le acercó a través de la barrera.

— Vaya que no mentía, eres una belleza, quizás sirvas para algo más... — La miró con malicia. Sakura palideció.

— En cuanto a ti — Se dirigió a Hinata.— Más vale que cumplas el trato y no me estorbes, no eres rival para nosotros.— La Hyūga no dijo nada. El tipo deshizo nuevamente el Jutsu de sonido — ¿Algo que quieras decir por última vez? — Le dijo a la pelirrosa.

— Hinata... Por favor — Apenas y fue audible.

La pelinegra apartó la mirada de ella y miró al rubio.

«Lo hago por nosotros» Pensó.

— Bueno, siguiente. Debemos irnos.

Con otro movimiento de manos hizo estallar un papel bomba dentro del cubo de Sakura, ella sin poder esquivarlo fué embestida por este, rápidamente perdió la conciencia malherida. El desertor al comprobar su estado deshizo el cubo, la tomó con una mano de la cintura y la colocó bajo su hombro.

Dió media vuelta para irse pasando al lado de la pelinegra, le sonrió con complicidad.

«Lo siento, Sakura-Chan» Pensó Hinata antes de ser golpeada en la cabeza cayendo inconsciente.

La observó y se marchó con Sakura. Había sido algo muy fácil esta vez.

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¡Holaaa!
Me tardé en actualizar pero apenas tuve tiempo libre... Mañana les prometo otro cap. Espero que les esté gustando, no quiero que todo sea de besos y acostones, por eso le metí algo de trama interesante... Se viene lo bueno. 🤭

Gracias por su estrellita y por comentar, seguiré a los que lo hagan como agradecimiento.
Los quiero ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡

Z.L.🌸