CAPITULO X. ¿Aceptas?
- Naruto, ¿qué es esto? - Cuestionó bajando la mirada para contemplar el collar. Era una hermosa pieza de oro blanco y rosado con un dije del clan Uzumaki. - Naruto... - Está vez la sorpresa era evidente.
No recibió respuesta, solo sintió como unos cálidos brazos la envolvían desde atrás, se tensó de inmediato sin saber qué hacer. Sintió el aliento del chico en su nuca dónde plantó un beso para después dirigirse a su oído.
- Es un regalo, para que me tengas siempre contigo - Susurró causando un enorme escalofrío en su compañera. - Espero que te guste. - Plantó un beso detrás de su oreja.
- Naruto... - Fué apenas audible su llamado. Se dió la vuelta topándose con unos ojos azules que la veían expectantes. - También tengo algo para ti. - Sacó un pequeña caja de uno de sus bolsillos. - Esta es la tuya.
El rubio se sorprendió, no esperaba recibir algo así de ella. La pelirrosa tomó su mano y la puso frente a ella volteandola. Con delicadeza le colocó el brazalete. «Es realmente lindo» Pensó como con franqueza. Lo contempló por un momento, notó un pequeño grabado en la parte frontal dónde se podía apreciar el nombre de la chica. Volteo a verla con sorpresa.
- Yo también tengo una... ¿Me ayudas? - Le extendió el otro brazalete.
Antes de colocarlo pudo leer su nombre en la misma posición que el de ella. Gustoso se lo puso para después abrazarla con fuerza. Sakura había enterrado su cabeza en el pecho del rubio aferrándose a él. En ese momento se escuchó un estruendo seguido de una luz color verde. Voltearon a ver el lago para corroborar que ya había comenzado el espectáculo de fuegos artificiales. Se separó de él y lo miro a los ojos.
- Naruto... Yo -
No la dejó terminar de hablar, la pelirrosa fue callada con un abrasador beso. Se quedó congelada por un instante sin saber que hacer, le subieron mil colores a las mejillas, cuando reaccionó torpemente comenzó a devolverselo.
No lo podía creer, él la había... Rompió el contacto al instante.
- Sakura-Chan, perdó-
La pelirrosa no lo dejó terminar, se arrojó nuevamente a sus labios, el rubio se perdió por un segundo, pero al momento reaccionó y se lo devolvió con intensidad. Había comenzado como un inocente beso, pero a cada segundo se hacía más pasional.
La lengua del chico pidió permiso para entrar a su boca y volver todo más íntimo, ella gustosa se lo permitió. Había soñado con este momento pero nunca imaginó que sería él quien tomara la iniciativa de dar el primer paso, de hecho ella estaba a punto de confesar sus sentimientos hacia él.
Cuando se quedaron sin aliento sus bocas rompieron contacto pero sus frentes seguían juntas y sus ojos cerrados. Respiraban de manera agitada, los dos estaban sonrojados y nerviosos. Él se agachó y cortó una flor, era un narciso.
- Tenía un discurso pensado pero la verdad lo olvidé - Admitió con vergüenza - Te quería preguntar si...
- Si... ¿Qué? - Insistió.
- Si... ¿Podemos intentarlo...? - La miró directamente a los ojos.
- ¿Intentar qué? - Dijo confundida.
- Sakura-Chan... ¿Te gustaría ser mi novia? - Extendió la flor para que ella la tomara. No recibió respuesta- Hablo de... - Suspiró profundamente - De serlo oficialmente.
- Naruto... - Expresó ella con sorpresa.
- Bueno, entiendo que estés enamorada de alguien más, disculp- - Nuevamente fué callado por ella.
- Me encantaría ser tu novia. - Dijo tomando la flor.
Volvieron a unir sus labios pero esta ves de manera lenta y tierna, los fuegos artificiales y las luciérnagas en el área eran un plus. Después de una pequeña sesión de besos se sentaron a contemplar el resto del show, sin duda una de las mejores experiencias que habían tenido en sus vidas.
Cuando terminó se dieron un último beso, la felicidad en el ambiente era palpable. Naruto siempre había soñado con ese momento, Sakura se preguntó cómo era posible haber sido tan ciega en el pasado.
Dejaron los pensamientos a un lado y recordaron la invitación de Kakashi-Sensei para ir a cenar, pero prefirieron irse directo a casa para dejar las cosas y después regresar, su cabeza estaba en otra dimensión.
Tomaron los regalos y caminaron entre risas y besos. Cuando finalmente llegaron seguían riendo sin razón, es como si ambos se hubieran embriagado pero extrañamente no bebieron nada de alcohol, la felicidad de uno era la felicidad del otro, fue un día maravilloso, pocas veces se es tan feliz en la vida.
Cerraron la puerta a sus espaldas y dejaron los obsequios y accesorios en la sala de estar, eran demasiadas cosas, ¿cómo es que habían podido con todo eso?
No lo pensaron mucho pues el rubio tomo en brazos a su ahora novia y comenzó a subir las escaleras con ella.
- ¿Qué estás haciendo? - Preguntó la pelirrosa entre risas mientras se aferraba al cuello del chico.
- Te voy a arropar - Contestó besando su frente.
- ¿Qué? Pero aún debo tomar un baño - Respondió haciendo un puchero, este gesto casi logra derretir al ojiazul.
- Entonces esperaré a que lo tomes. - Finalizó.
Al llegar a la puerta de su habitación la bajó de sus brazos para que se pusiera de pie.
- Esa puerta de ahí también es un cuarto de baño, por si gustas. - Señaló la pelirrosa.
- ¿Estás diciendo que estoy sucio? - Fingió indignación.
- ¿Qué? ¡No! Solo es por si quieres estar fresco y relajado. - Dijo con gracia.
- Solo estoy jugando, en lo que tomas tu baño también tomaré uno, en cuanto termine regreso. - Finalizó.
Cada quien se fue a tomar su respectivo baño, Sakura se dió el lujo de meterse a la tina un buen rato. Casi se quedaba dormida cuando recordó que Naruto la estaría esperando. Ya afuera de la bañera se colocó su bata de baño y comenzó va secar su cabello con una secadora, ya era de noche y no podía dormir con el cabello mojado.
Salió de la habitación y vio al ojiazul tendido en su espaciosa cama, se veía tan adorable dormido, ya tenía unos shorts puesto pero no llevaba camiseta.
Subió a gatas hasta estar a su altura, tenía una mano a cada lado de la cabeza del rubio. Contempló sus facciones, era tan hermoso.
No quería despertarlo, solo le daría un beso y lo dejaría dormir. El contacto con sus labios la hizo sentir un cosquilleo en el estómago, su corazón latía, era como tomar una bajada rápido. Cerró los ojos disfrutando de la sensación.
Estaba separándose de él cuando dos fuertes brazos la envolvieron por la cintura. Un jadeo fue ahogado por el repentino beso.
- Tardaste - Dijo sonriendo el rubio sin el más mínimo atisbo de somnolencia.
- Estabas fingiendo - Dijo levantando la cabeza.
- Quizá - La besó Fugazmente. - Pero fue por una buena causa.
- ¿Ah sí? ¿Cuál es esa causa? - Cuestionó.
- Quería otro beso tuyo. - Una risita escapó de sus labios.
- ¿Y por qué no solo lo pediste? - Enarcó una ceja.
- Es mejor sí me lo das por voluntad propia - Respondió.
Le dió la vuelta en un abrir y cerrar de ojos invirtiendo los lugares causando la sorpresa de la chica. Bajó la boca hasta sus labios pero sin tocarlos. Sacó su lengua y le rodeó el borde del labio superior, seguido hizo lo mismo con el labio inferior, le brindaba más atención al segundo agregando ligeros chupetes. Un suave jadeo salió de los labios de la pelirrosa, el rubio aprovechó la oportunidad para meter la lengua en su boca.
Al principio todo era muy lento y suave, pero conforme pasaban los segundos la intensidad aumentaba. Dejó sus labios y desvío sus besos hacia su cuello, le ladeó la cabeza a la ojiverde para facilitar el acceso a su cuello mientras sus manos se extienden lentamente por su cintura sobre la bata.
Sin dejar su cuello deslizó la mano hacia la pierna de su chica. Suspiros entrecortados escapan de ella, su piel se eriza a su toque, todo era tan nuevo pero a la vez tan embriagante, debía detenerlo pero no quería, le encantaban sus caricias.
La mano de él hacia su camino de regreso del mismo modo, lento, conociendo la piel a su paso...
Ella no era la primera chica que él tocaba, el último año había estado intentando distraer su mente para olvidarla pero sin éxito alguno pues solo podía imaginar estar con ella.
Cuando topó con la bata de baño sobre su muslo no se detuvo ahí, presionó un poco para pasar por debajo de esta. Sakura pego un leve brinquito por la sorpresa cuando pasó por el costado de su cadera desnuda, eso era un toque más íntimo, no llevaba nada debajo. Al momento que llegó a su cintura ella tomo su mano sobre la bata, deteniendolo.
- ¿Qué pasa? ¿No te gusta? - Pregunto el rubio en un susurro con tono seductor sobre la oreja de la chica. - ¿Quieres que pare? - Dió un leve mordisco.
- Sí... Digo, no... Eh... Yo... - Su mente estaba completamente abrumada por las sensaciones.
El chico quitó la cabeza de la hendidura de su cuello y la miro a los ojos... Luego a sus labios. Contempló la vista, estaba sonrojada, su boca ligeramente abierta, sus ojos estaban entrecerrados con una mirada perdida por el deseo. Respiraba con dificultad, su pecho subía y baja de manera irregular. Sin duda era una vista maravillosa.
Ella soltó su mano, él la sacó por un instante solo para desatar con mucho cuidado el nudo que le impedía a la bata abrirse, no quería que ella lo notara así que atacó sus labios en un lento y torturoso beso para distraerla.
En efecto, ella no sé percató del moviendo. Sin separar los bordes volvió a introducir la mano debajo de la tela, acariciando su cintura, todo lo hacía muy lentamente, no quería apresurarse, había soñado muchas veces con este momento, tenía urgencia pero quería disfrutarlo todo. Su mano continuo su torturoso camino hasta que topó con la base de su seno, los ojos de ella se abrieron de golpe al mismo tiempo que soltaba un suspiro sin interrumpir el contacto de sus labios.
La mano de él subió hasta posarse completamente en su pecho, este contacto no era nada familiar para ella, era extraño sentír a alguien más posar sus manos en esa zona, pero le gustaba que fuera ese chico.
El dedo de él rodeó su aureola con lentitud causando que sus pezones se endurecieran, seguido de esto posó su pulgar en la punta y trazó lentos círculos sobre este. Soltó sus labios y un jadeo escapó de los de ella. El aprovecho la oportunidad para regresar a su cuello y plantar húmedos besos mientras bajaba por él. Llegó a su clavícula y dió un ligero mordisco para instantes después proseguir con su recorrido.
El chico apartó ese costado de la bata y contempló lo que ya había visto en una ocasión, solo que esta vez no se quedaría con las ganas, quitó la mano y la apoyó a un costado de ella, bajó la cabeza dispuesto a probar.
Ella se sonrojó al notar la mirada de depredador de su compañero, sintió el aliento caliente sobre su pezón, un escalofrío la recorrió nuevamente. Cerró los ojos y un lento lengüetazo le siguió, él sopló y esa fría sensación hizo que ella se retorciera un poco.
Finalmente él no pudo esperar más y se abalanzó de lleno al ya endurecido pezón. Su boca caliente ocasionó que ella arqueara la espalda de placer y que un gemido escapara de su labios.
Ella se aferraba con ambas manos a la sábana.
Él introdujo la otra mano por debajo de la tela para darle algo de atención al otro ceno. Lo masajeó, lo apretó y comenzó a juguetear con el pezón entre sus dedos. Abrió la bata de par en par y con maestría se dirigió a darle la misma atención al otro con su boca. Chupaba, lamía y mordisqueaba, no había margen. Ella tomó su labio inferior entre sus dientes para controlar sus entrecortados gemidos pero su respiración era la misma.
Naruto agradeció la experiencia que había adquirido en los encuentros fugaces que tuvo y en los sucios libros de su antiguo maestro Jiraiya. Verla de ese modo era enloquecedor.
Ella estaba perdida, abrumada, sumergida y perdida entre las nuevas sensaciones. Los que enviaba hasta su centro eran deliciosos. Cuando pensó que nada podía ser mejor que eso él la levanto, le terminó de quitar la bata y la recostó en el centro de su king zise.
Estaba avergonzada, el sonrojo se intensificó. Él era el primer hombre que la veía desnuda, intentó cubrir sus pechos con las manos.
- Por favor no, déjame verte, eres hermosa. - Dijo él apartandole sus brazos.
Volvió a besarla para después bajar nuevamente a su cuello y hacer un camino entre sus pechos, esta ocasión no les dió atención, pasó enmedio de estos y siguió bajando hasta su ombligo. Las manos de él se posaron en los tobillos de ella mientras repartía besos en su abdomen.
La acarició hasta subir a sus muslos. El rubio se movió un poco más abajo en la cama de modo que quedó a un costado de ella a la altura de sus tobillos. Instintivamente ella cerro las piernas.
«Desde su posición podrá verme completamente». El le tomó los tobillos, los separó y flexionó sus rodillas para colocarlos con un espacio de al menos medio metro, lo necesario para alcergarlo a él. Ella respondió apretando las rodillas, a los segundos el subió sus caricias hasta esa zona, aplicó presión y las separó un poco, pero ella volvió a cerrarlas. Un atisbo de dolor cruzó por la mirada del rubio.
- Confía en mí... Por favor. - Suplicó.
Ella cerró los ojos con fuerza y aflojó las rodillas, no quería verlo a los ojos, estaba roja de vergüenza. El la miró con dulzura. Aprovechó esta oportunidad para posar una mano en cada rodilla y las separó de par en par, tenía una vista completa de ella.
Estaba totalmente depilada, podía ver sus rosados y mojados pliegues. Una de sus manos se dirigió a sus labios vaginales, con el pulgar comenzó a acariciar desde afuera... Ella dió otro brinquito involuntario y ahogó un grito cuando él posó su dedo sobre su clítoris y comenzó a masajear lentamente trazando círculos imaginarios. Se aferró con más fuerza a las sábanas, su respiración fue en aumento y el calor se intensificó notablemente. Cerró los ojos para lidiar con todo.
Él dejó el pequeño bultito y bajó hasta su entrada, estaba mojada, muy mojada... No. Estaba empapada.
Lentamente comenzó a trazar nuevamente círculos al rededor de su hendidura, esta vez con el dedo medio, era lento y cuidadoso.
Esto solo hacia que la presión en ella fuera mayor, podía escuchar sus propios latidos, sentía la boca seca de tanto jadeo. Sintió como él comenzó a introducir el dedo muy despacio. Esta vez había sido un gran gemido el que salió de sus labios, cerró los ojos disfrutando la sensación.
- ¿Te gusta? - Pregunto él sin detenerse posando la mirada en el rostro de ella.
- Sí - Admitió avergonzada con los párpados abajo.
- ¿Quieres más, dulzura? - Sentenció nuevamente.
- Por favor... - Dijo en un susurro apenas audible.
No quería hacerla esperar más. Se acomodo nuevamente a un costado de ella con su mano libre tomo el pezón entre sus dedos y lo jugueteó entre ellos. Seguía introduciendo su dedo en el interior de ella, añadió nuevamente los círculos con el pulgar. Sakura jadeaba sin poder contenerse, mordía su labio con fuerza para controlar los sonidos que brotaban de su boca.
Una sensación nueva apareció, un remolino comenzaba a formarse en su vientre, algo venía, no sabía que era pero algo se acercaba, una de sus manos se aferró con fuerza a la sábana, con la otra desesperada tomo la muñeca de él mientras su mirada suplicaba que se detuviera.
- Naruto. - Dijo algo preocupada.
Él paró los movimientos. La mano del ojiazul que jugaba con su pecho se dirigió a su mejilla y la acarició con ternura.
- No tengas miedo, pequeña. Yo te cuido.
- Pe-Pero... Y-Yo...
- Te lo prometo, te cuidaré siempre. - Finalizó agachandose para depositar un casto beso en los labios.
Ella se dejó llevar, confiaba en él ciegamente, quería vivir todo a su lado y probar cosas nuevas con él.
Naruto regresó a su posición y continúo con lo que estaba haciendo pero ahora un poco más lento. Sakura disfrutaba del toque, su pecho también recibía atención.
Nuevamente los jadeos se escuchaban a lo alto. Él umentó la velocidad ahí abajo, ella nuevamente comenzó a sentir el remolino, era intenso, muy intenso, se arqueaba y retorcía, quería más, quería saber a dónde la llevaría esa sensación tan intensa. De repente él se detuvo. Ella abrió los ojos y lo mira sin entender.
- ¿Q-Qué pasa? - Preguntó entre suspiros.
- Aún no, Sakura - Respondió.
Repitió la acción al menos otras 5 veces... La llevaba al límite y después se detenía, ella se retorcía con frustración, quería atención con urgencia.
Él sonrió con satisfacción, le gustaba provocarla. Ella siempre era tan fuerte y orgullosa, pero ahora era tan vulnerable y entregada. Le gustaba eso, le gustaba ella, la deseaba, verla así era su delirio, completamente perdida y abrumada por el placer. Nuevamente la estaba llevando a la cima, pero esta vez la dejaría caer para sostenerla entre sus brazos.
Añadió un dedo más a su interior sin dejar de mover los otros. Cada vez era más rápido, más fuerte. Soltó la mano que atendía su pecho y tomó la de ella, entrelazó sus dedos la llevó bajo la espalda de ella. Así podría también sostener su cintura, además el acceso a su vagina era mayor.
- Na-Naruto - Dijo ella suplicante.
- Correte para mí, pequeña - Aumento más la velocidad.
Ella ya no solo jadeaba, gemía con fuerza. Se retorcía y arqueaba. Movía las caderas para librarse de las íntimas caricias. No aguantaba más, sentía que algo la quemaba por dentro. Ese era su límite.
- ¡Naruto!
Gritó de éxtasis cuando un feroz orgasmo la atacó sin piedad, apretó las piernas y arqueo su espalda, se retorcía de placer, todo era muy intenso. Intentó quitarse pero él en lugar de soltarla la llevó hasta su pecho en un abrazo aún con sus manos entrelazadas atrás de la espalda de ella sin dejar de mover sus dedos ni la mano que permanecía abajo, pero más lento. Ella pataleaba y se retorcía de placer entre sus brazos. Él podía sentir los erguidos pezones de la pelirrosa frotándose contra él.
- P-Por f-favor - Suplicó la ojiverde con la voz entrecortada para que la soltara mientras se retorcía entre sus brazos.
- Aún no, dulzura. Abre bien las piernas y no las cierres.
Ella obedeció con dificultad. El rubio en ningún momento sacó sus dedos y nuevamente aumentó la velocidad. Ella sin recuperarse de lo que había pasado comenzó a sentir ese remolino de nuevo, negó con la cabeza pero no pudo evitarlo. Nuevamente la golpeó, pero antes de que pudiera gritar él la besó para ahogar el sonoro gemido. La sostuvo con fuerza mientras temblaba y se retorcía, las convulsiones no sesaban. Las uñas de ella se enterraban en el dorso de su mano entrelazada. Sacó la mano de su interior y la abrazó con ambos brazos.
Rompió el beso para dejarla respirar, la acomodó sobre sus piernas como si fuera una niña pequeña, permanecieron así hasta que ella dejó de jadear. El le sostuvo la barbilla y la alzó para poder mirarla a los ojos. perlas de sudor descansaban en su frente, su piel seguía enrojecida por lo anterior acontecido, le sonrió. Sakura cerro sus hermosos ojos verdes apenada. Naruto le dió un beso en la frente y después en los labios. Juntó sus frentes y la miró a los ojos.
- Te amo, Sakura - Dijo con firmeza.
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¡Hola, hola!
Ya sé que les había prometido un capítulo extra el otro día pero la verdad no pude publicarlo. Este lo hice el doble de largo como disculpa, pero que les guste, en cuanto pueda volveré a actualizar. Como se dieron cuenta este traía algo más picante en el contenido.
Los quiero ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡
Z.R. 🌸
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