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CAPÍTULO LII. Careo

Ambos rieron al notar que al menos en cierta medida fue gracias a él pelinegro que ambos decidieron superarse.


— Ya… Todos mencionaban que ustedes dos harían una gran pareja. — Dijo el rubio recordando los comentarios de las personas.

— Hablaban por ellos— Se burló.— Unas semanas antes de volverte a ver en aquél columpio noté que realmente no podía imaginar una vida a su lado. —Comenzó.— Solo existían interrogantes del cómo sería todo, pero realmente no llegaba ninguna respuesta a mi cabeza. —Admitió.— Quizá él solo iba a estar conmigo a ratos y después enfocarse en otras cosas, finalmente  sería yo la que sostuviera lo que sea que hubiésemos llegado a tener. —Negó con desagrado.— Esa idea no me gustó, no me sentí cómoda, ni segura, mucho menos como una prioridad. —Mencionó.— De repente la idea de estar con él como pareja me incomodó de sobremanera, lo que sentía de forma romántica había muerto en algún momento de mi vida. —Sonrió con tranquilidad.— Sin darme cuenta dejó de ocupar mis pensamientos cuando me planteaba ser feliz, en su lugar, imaginaba el como sería estar a tu lado y compartir nuestras vidas más allá de nuestros deberes como ninjas. Cando pensaba en ti… todo era distinto, es imposible no sentirse bien a tu lado.

— Sakura-Chan… —Realmente no tenía palabras.

— No espero que digas nada. — Le tomó la mano para entrelazar sus dedos. — Simplemente quiero que sepas que solo tú ocupas mi corazón de este modo.


Ninguno dijo nada más al respecto, continuaron disfrutando de su mutua compañía. Una hora después estaban saliendo de la bañera, aún tenían la cena pendiente. Se colocaron el albornoz y fueron hasta el comedor, Naruto calentó la comida y sirvió la mesa mientras la ojiverde lo observaba desenvolverse.
Disfrutaron de sus alimentos entre bromas y adorables comportamientos de pareja, siendo uno alimentado por el otro. Todo era tan armonioso entre ellos, ambos disfrutaron de la paz y tranquilidad que les brindaba el otro.


[…]


La mañana siguiente se despertaron temprano para partir, debían dejar todo en orden y limpio tal cual lo habían encontrado. Tomaron una ducha rápida y se vistieron adecuadamente con la ropa que llevaban en sus mochilas.

La pelirrosa metió las sábanas que había ensuciado para lavarlas adecuadamente en su casa, sabía que no era fácil quitar la sangre de las prendas de algodón, tendría que comprar unas nuevas para su amiga.

No desayunaron en el lugar para no volver a hacer un desastre, decidieron comprar algo al llegar a la aldea. Por la tarde debían reportarse con el sexto, tenían tiempo suficiente para hacer sus pendientes.

Al  salir del lugar, Sakura volvió a colocar la llave dónde la había encontrado, era el lugar secreto designado para tan útil objeto.

Miró a su compañero para sonreírle, habían sido los mejores días de sus vidas. Tras un dulce beso ambos se encaminaron de regreso a la aldea. Al llegar fueron por un tazón de ramen, el favorito del ojiazul. Comieron mientras charlaban, su melosa actitud no pasó desapercibida por el dueño del restaurante y su hija, quienes compartieron miradas cómplices de satisfacción.


Después de comer se dirigieron a sus respectivas viviendas a dejar sus pertenencias. Al llegar, notaron las notas en sus puertas diciendo que el Hokage los esperaba al medio día en su torre. No faltaba más de una hora para tener que ir así que se vistieron adecuadamente.

Sakura partió antes al hospital, necesitaba hablar con su antigua maestra y ex Hokage de lo ocurrido durante la misión. Necesitaba su opinión, después de todo Tsunade era como una madre para ella.
Estaba apunto de tocar la puerta de su oficina cuando esta se abrió.


— Hola Sakura, Lady Tsunade está ocupada con unos documentos importantes así que cr- — Comenzó a decir Shizune.

— ¡Shizune! Haz lo que te pedí. Sakura, puedes pasar. — Habló la rubia.


Shizune le lanzó una mirada de irritación a Sakura mientras rodaba los ojos. Siempre le había tenido algo de envidia por ser la favorita de la médico.


— No le quitaré mucho tiempo, mi Lady. — Dijo la ojiverde sentándose frente a su ex maestra.

— No te preocupes, Sakura. Cuéntame, ¿qué te trae tan pronto por aquí? ¿Ya terminó tu misión? — Preguntó mirándola. La pelirrosa solo suspiró.

— Pues verá, Lady Tsunade. Ocurrió algo durante la misión…


Media hora después Sakura había terminado de contarle todo con lujo de detalle según lo que recordaba. Miró a la ojimiel quien no decía nada.


— Y bueno… Eso fue lo que pasó. ¿Cree que deba decírselo a Kakashi-Sensei? — Cuestionó pero la rubia seguía mirándola completamente ida.— ¿Lady Tsunade?

— ¡¿Cómo ES POSIBLE QUE ESA CHIQUILLA HAYA SIDO CAPAZ DE ALGO ASI!?— Gritó mientras se incorporaba con las manos sobre el escritorio. — Esto tengo que hablarlo con Kakashi, no se va a quedar así. — Dijo mientras caminaba hacia la puerta.

— Sakura, ves a dónde el Hokage, le daré unas instrucciones a Shizune y te alcanzo allá.

— De acuerdo mi Lady. Allá la veo.


Cuando Sakura llegó Naruto ya estaba con su ex sensei en su oficina, los escuchaba hablar de algo así que decidió tocar.


— Adelante. — Escuchó desde el interior.


Se abrió paso desde afuera saludando cortésmente al Hokage y el resto de los presentes. Por las miradas de Naruto, Kakashi y del Nara podía adivinar el tema que estaba en discusión.


— Sakura… ¿Qué pasó exactamente camino a la misión? — Preguntó el Hokage con una mirada fría y aterradora.


[…]


Media hora después se encontraban no solo ellos cuatro en la oficina, también estaba Tsunade, Yamato, Hinata, Homura, Koharu y Hiashi. Todos escuchaban atentamente al Hokage mientras repetía las palabras de su ex alumna y del Nara.


— ¿Tienes algo que decir al respecto, Hinata? — Cuestionó el Hokage con gélida voz.

— Y-Yo… Y-Yo… ¡Ellos están mintiendo! — Exclamó al borde de las lagrimas.


«¡Esa infeliz me mintió!» Gritó con rabia para sus adentros.


— ¿En serio, Hinata? — Esta vez habló el Uzumaki. — ¿Entonces por qué son tus versiones las que no encajan?


Todos volvieron los ojos en su dirección. Podía ver cómo la juzgaban, Naruto la miraba con resentimiento al igual que el Hokage, Sakura con algo de pena, los ancianos con desaprobación, Shikamaru con molestia y su padre… Él ni siquiera la miraba, solo podía notar la vergüenza que lo consumía.


— ¡Sakura-San es mi amiga! Yo no quería hacerlo pero aquel hombre me obligó. ¡No pude hacer nada! El planeaba matarnos a las dos! Sabes que tenemos reglas de supervivencia Naruto-Kun. Además Sakura chan estaba muy débil y…— La desesperación en sus palabras era obvia.

— ¿Tu amiga? — Interrumpió el rubio riendo con amargura.— ¿Sabes? Si eso fuese verdad hay unas palabras que nos enseñó nuestro antiguo sensei. —La miró.— En el mundo ninja aquellos que rompen las reglas y las normas son considerados basura. —Rió sin ganas.— Pero… Aquellos que abandonan a sus compañeros, son peor que la basura.


Sakura lo miró asombrada, esas palabras eran demasiado fuertes para ellos. Para la Hyuga, esas palabras sumadas a la gélida mirada que le dedicó el rubio la dejaron sin respiración. Sin darse cuenta comenzó a temblar, nunca esperó que su Naruto le mirase de aquella manera tan llena de reproche y decepción.


— N-Naruto-Kun… — Dijo derramando lágrimas.

— Sea como sea, no seguiste el protocolo correspondiente ni acataste las instrucciones de tus compañeros. Además atentaste contra tu compañera y colaboraste con el enemigo. ¿Sabes que por esa falta cometida la sentencia es la muerte? — Dijo el Hokage.


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