• Único mini-capítulo •
Myoui Mina estaba cansada de ver a todos sus amigos jugar con el pocky; esa golosina japonesa alargada en forma de palito.
El juego consiste en que una persona tiene que morder un extremo del dulce y el adversario el otro para empezar a comerlo hasta que sus labios chocasen. El que se separaba antes del beso perdía.
¿Ven? Una ridiculez. O al menos así era para Myoui, quien se irritaba cada vez que sus amigos pronunciaban con extrema felicidad: "El juego del pocky".
Aun así, aunque le parezca una estupidez y todo eso, allí se encontraba; sentada en la ronda, esperando a que frenasen la botella para ver quién sería la próxima pareja que jugara al pocky. No es que ella querría jugarlo, simplemente fue obligada por sus amigos a participar.
— ¡Sana y Tzu Yu! — Dijo Na Yeon al ver el resultado de la posición de la botella.
— Denme uno de chocolate. — Respondió Sana con cierta sonrisa picarona. A esta le encantaba jugar a eso, y más si le tocaba besar a alguna chica. Gracias a este "divertido" juego se ha besado un par de veces con mujeres realmente sexys sin que nadie sospeche sobre sus gustos, ya que solo era parte del juego, ¿no?
Las dos nombradas se colocaron en sus puestos y mordieron los extremos para luego empezar a comer el dulce con desesperación, mientras tanto, Mina las miraba con cierta confusión, ¿por qué se desesperaban por ganar?
En fin, el mordisco final lo hizo la taiwanesa, succionando el último pedazo y sin darle el beso a Sana.
— ¡Ganó Tzu Yu!
— Qué más da. — Gruño la perdedora, quien quería probar a toda costa esos labios tan carnosos y deseables.
— Seguimos. — Na Yeon giró el objeto de vidrio, dejo pasar unos segundos y lo frenó, haciendo que la tapa roja diera a Mina, y la base verdosa a nada más y nada menos que a Chae Young; esa chica de segundo año que la volvía completamente loca. Aunque eran solo amigas, Mina gustaba de ella hace más de dos años.
Por alguna razón, el corazón de la japonesa empezó a acelerarse. Sabía como iba a terminar todo esto.
"Jodida. Estoy jodida."
Pensó al negar levemente con la cabeza.
Mientras tanto, Chae Young sacó un pocky de la caja rosada y se lo puso entre sus labios. La adversaria solo soltó un suspiro y le copió la última acción a esta.
— ¡Que empiece la batalla!
Las dos muchachas empezaron a morder rápidamente la golosina. Ahora Mina entendía perfectamente el por qué la desesperación al jugar; las miradas, el deseo de ganar y el tiempo, hacían que sea un completo desorden para la tranquilidad.
Cuando la japonesa iba a dar uno de los últimos mordiscos, sin previo aviso, siente como alguien la agarra de su cuello y le da un leve empujón, haciendo que sus labios chocasen inmediatamente con los de la contraria.
— ¡Lo hice, lo hice! — Festejaba Momo muy orgullosa de hacer besar a las dos jóvenes.
Una sonrojada Chae Young separó inmediatamente sus labios. — Y-yo...
Nadie decía nada, simplemente miraban a las chicas de rostros rojos por la vergüenza que sentían en ese preciso momento.
Mina soltó un suspiro por enésima vez y dirigió la mirada al rostro perfecto de Chae Young. No podía creer que la haya besado por un tonto juego. Frunció el ceño, ¿Dónde estaba su orgullo?, ¿Como es eso que besa a la chica de sus sueños gracias a un juego y no por su propia cuenta? Estaba decidida: Iba a besarla de nuevo. — Igual ya estaba jodida. — Agarró a Chaeng de los brazos para acercarla nuevamente y empezar a besarla con delicadeza.
Había que admitirlo, ella tenía miedo. Tenía miedo de que la contraria cortase el beso y se fuera de allí enojada por el acto de esta, o peor aún, que nunca más le hablase por un simple beso. Pero se tranquilizó cuando la menor le mordió el labio inferior, haciendo que a esta se le salga una sonrisita en el medio del beso. Entre tanto, las manos curiosas de la mayor empezaron a explorar la cintura de la chica.
Por otro lado, los espectadores formaron una "o" con sus bocas mientras miraban asombrados la situación.
Luego de unos segundos de besos, cuando sentían que les faltaba el aire, decidieron separarse. Cruzaron sus miradas y sonrieron; estaban satisfechas con los resultados.
Chae Young, quién tenía la cara como un tomate, miró hacía el suelo. — Me gustas... y mucho, Mina unnie. — Se terminó confesando.
Myoui quedó anonadada por las últimas palabras de esta. Estaba feliz, o, si se podría decir, más que eso. La chica de sus sueños se le había confesado gracias al juego del pocky.
— Bue-bueno, esto no termino siendo una gran mierda como pensé. — Soltó sonrojada.
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Este one-shot lo había publicado en mi perfil de "Twice amino". Si quieren, pueden seguirme buscando el nombre: MomoGs. Allí publicaré otros mini-oneshots, que seguramente, no suba a esta plataforma.
Ojala les haya gustado. <3
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