Capítulo 17
El beso se intensificó más, ya no era únicamente movimientos sutiles y cariñosos de sus labios; se había convertido en algo urgente, apasionado, como si ambos estuvieran intentando expresar todo lo que sentían sin necesidad de palabras. Sus lenguas se entrelazaban con ansiedad, explorando terrenos que parecían nuevos a pesar de la familiaridad creciente entre ellos. El calor en sus cuerpos se propagaba rápidamente, encendiendo cada rincón, mientras sus corazones latían al unísono en un ritmo frenético y ciertos órganos situados en sus entrepiernas empezaban a doler.
Cada vez sentían más calor, sentían la necesidad de quitarse todo. Los dedos de Chan acariciaron suavemente la nuca de Jeongin, profundizando mucho más el beso. Sin embargo, cuando el deseo empezaba a reclamar más espacio, Chan se separó con un jadeo entrecortado, dejando un breve vacío entre sus cuerpos.
Chan acabó con el intenso beso, alejando a Jeongin de los hombros, el menor lo miró confundido con sus labios rojos e hinchados y sus cabellos desordenados.
—¿Por qué te detienes? —preguntó Jeongin en un susurro, su voz ronca por la emoción y deseo contenido.
Chan tragó saliva y respiró profundamente, intentando calmar el temblor de su pecho.
—Dejémoslo aquí —dijo Chan con su pecho agitado—. No aceleremos las cosas.
Jeongin frunció el ceño, visiblemente desilusionado.
—Pero... ¿Por qué no? Somos adultos, no hay problema con eso. ¿O acaso no quieres?
—Claro que quiero, Innie —confesó Chan con honestidad.
—¿Entonces?
—Sé que somos adultos y no es que no quiera, porque en verdad lo quiero y mucho, pero apenas me aceptaste hoy —murmuró nervioso—. Yo te quiero de verdad, Innie... Te quiero para largo, porque lo que siento por ti no es un juego ni nada pasajero. Además, no quiero que te sientas presionado ni acelerar lo que apenas inicia. Vayamos despacio, ¿sí?
Jeongin respiró hondo, bajando la mirada por un instante antes de volver a encontrarse con los ojos de Chan.
—Yo sé que apenas empezamos, pero... yo quiero esto —murmuró, sus labios formando un puchero obstinado—. No me quiero quedar con las ganas, nunca más.
Chan rio con suavidad, encantado y a la vez conmovido por la sinceridad de Jeongin.
—Te entiendo —admitió—. Pero precisamente porque quiero que esto dure, prefiero ir despacio. No es cuestión de querer o no; es cuestión de hacer que cada paso tenga sentido, ¿sabes?
Jeongin suspiro resignado, aunque una sonrisa se asomaba ligeramente en su rostro.
—Supongo que tienes razón —dijo Jeongin, suspirando para luego continuar hablando—. Está bien, Chan, respetaré tu decisión, así como tú siempre me has respetado.
—Gracias por entender, Innie —sonrió embobado.
—Gracias a ti por siempre respetarme —respondió Jeongin con dulzura.
El ambiente se suavizó, dejando una sensación de calma entre ambos. Chan lo abrazó con sutileza, disfrutando de la cercanía de Jeongin sin presiones ni urgencias.
Honestamente, todo fue tan repentino para Chan que no se sentía listo para dar ese paso, al menos no en ese momento. Chan solo quería era ver la preciosa sonrisa de Jeongin, hacerlo reír y crear muchos recuerdos lindos junto a él. Lo único que realmente le importaba era construir un vínculo fuerte y bello con Jeongin. Ya llegará el momento indicado para la intimidad sexual, y estaba seguro de que sería un momento bello y especial.
(...)
En los días siguientes, la rutina de Jeongin había cambiado un poco, pues era inevitable, ya que ahora tenía un novio.
Tenía novio... Ni él se lo creía.
Era algo curioso cómo, después de años rechazando la idea de compartir su vida y tiempo con alguien, ahora estaba haciendo precisamente eso; dejar su vida en las manos de alguien más. Pero Jeongin no se arrepentía, dado que Chan se había convertido en alguien muy importante para su vida.
Chan lo iba a recoger después de clases, para ir a comer, caminar o simplemente para platicar un rato sobre cualquier cosa que les pasara por la mente. Aunque en los últimos días no se habían visto, dado que Chan estaba ocupado con el tema de su tesis. Sin embargo, siempre sacaba tiempo para estar con Jeongin, para mandarle mensajes llenos de cariño o para hacer una breve llamada preguntándole cómo había sido su día. Eso le bastaba a Jeongin, porque sabía que, a pesar de las responsabilidades de adulto, Chan siempre hacia un esfuerzo para ser un novio presente.
Al final el romance podía tener sus partes negativas, pero no era de todo malo como lo pensaba Jeongin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro