XI
Los cerdos y los asnos
se esconden con el perro,
confiándole su carne en fiesta esclava
y en la orgía sangrada.
Las hierbas y los prados
se mueren en la tierra,
la raíz o la espina condenando
ascendiendo su color
al colmillo, al viento.
Las nubes grisáceas
del brote nuevo néctar,
a estridente campo alimentando
con rabia limpia el pelo
de esos seres indignos.
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