Pov Naruto

Al besar a Sasuke este dejo salir un sonido tan dulce que deseo volverlo a escuchar, pero si se lo cuento tal vez se moleste, es bastante sentible y no le gusta sentirse vulnerable, lo es mejor que nadie.

Tiempo después

Los exámenes chunin fueron un desastre, murió el tercer Hokage, hay muchas reparaciones que hacer. Estuve un mes entrenando con el sabio pervertido. Él me ayudó a entender algunos de mis sentimientos y me dio ideas para estar con... mujeres según él. Pero yo quiero experimentar con Sasuke. Tan pronto como anochece voy a su apartamento.

-¿qué haces Naruto?- cuestiona al abrirme

-Hace rato que no nos vemos.- sonrío mientras entro y el cierra a mis espaldas.

Le acorralo contra la puerta para besarlo, un beso violento y demandante.

-Eso fue... diferente- jadea y sonrío triunfante

-Tengo varias ideas diferentes.- vuelvo a besarlo esta vez con calma

Lo beso despacio hasta que su impaciencia sube y es él quien lo convierte en un beso demandante. Aprovecho para colar mis manos bajo su ropa y acariciar su torso, su piel es más suave de lo que imaginaba, mejor de lo que dijo ese pervertido. Al principio su rostro refleja sorpresa, luego se relaja y me imita.

Pov Sasuke

-Maldito Usurantokachi.- gruño en cuanto se marcha- se sintió tan bien.

No debo dejarme llevar, suspiro y me dirijo a mi cuarto recordando sus manos sobre mi piel. Las mías sobre la suya, sus manos retirando mi camisa, el desconcierto ante su acción no me dejo ver sus intenciones hasta que también retiró mis pantalones. No pude protestar, pues sus manos sobre mis piernas ocasionaron un torrente de sensaciones que me dejó en blanco, solo pude imitar sus acciones pues no pensaba permitir que me avergonzara, sino puedo detenerlo, le haré lo mismo.

Así fue como ambos nos acariciamos hasta que algo duro surgió en nuestra entrepierna y el rubio centro su atención en mi entrepierna, yo lo imite centrándome en la suya. Ambos suspirábamos y gemíamos, nuestros nombres y cosas inentendibles, de pronto sentí deseos de ir al baño pero el rubio no me dejo mover. Cuando no soporte más me rendí y lo deje salir, curiosamente no fue orina, al mismo tiempo él también dejo salir ese extraño liquido espeso.

Con una sonrisa el rubio limpio el desastre, me ayudó a vestirme, se organizó y luego de darme un beso se marchó. ¡Sabía lo que hacía! ¿Por qué en lugar de la molestia que quiero sentir, deseo que se repita? ¿Por qué me molesta que se marchase? ¿Por qué quiero estar con él si no lo tolero? No lo toleraba hasta que lo deje besarme una y otra vez, ahora parece que no puedo vivir sin él, en todo momento llena mi mente, hasta aprendí a hacer ramen para sorprenderlo en su próximo cumpleaños. Todo por un mito.

Un mito incompleto, hace poco lo encontré en la biblioteca: "La primera persona que te regala una pluma roja es tu alma gemela, si le devuelves una azul, la unión será fuerte y duradera." Por eso, decía se entregaban plumas multicolor o de colores diferentes a rojo y azul puro, pues nadie puede saber con exactitud si realmente es su alma gemela o no.