Capitulo 6
El aroma no es el mismo... pero es tan acogedor, Tsuna buscaba de donde provenía el aroma de las flores "fresias" aún sin abrir los ojos.
El olor era ligero pero al mismo tiempo profundo, capaz de atontar sus sentidos, se estaba dejando llevar.
-Tsuna... es mejor que te detengas...- Mukuro se despertó cuando empezó a sentir como el pequeño castaño escondía su rostro en su cuello y este se levanto del susto.
Tsuna estaba avergonzado y veía con terror a Mukuro, pero el alpha solo sonrió por la situación. Era mejor ver al castaño de esa forma que llorando y sufriendo como le encontró.
-Perdon...- susurro algo desganado el omega.
-Basta... yo me quedé porque quise.- Mukuro se acercó al castaño y acarició su rostro- además, no podía dejarte solo en la manera que te encontré.
El Vongola se tenso, sabia a lo que se refería y sabia que estaba en un estado deplorable, pero que alguien lo haya visto de esa manera era lo que le preocupaba... además Hibari también lo había visto en un estado de shock que quería ocultar.
-Al final sigo siendo un dame-Tsuna...- se deprimió un poco.
-Nadie tiene permitido llamarte de esa manera, eres el líder de la mafia más poderosa actualmente y por lo que he escuchado.. la estas manteniendo muy bien.
-Eso no quiere decir que como persona sea un fiasco, solo estoy causando problemas... yo simplemente debería desaparec...
-No se te ocurra terminar esa frase!- Mukuro interrumpió con enojo.
Había derribado al omega sobre la cama y lo retenía con fuerza, se vía totalmente enojado, su aroma se había salido de control y estaba abrumando a Tsuna.
-Porque? Acaso cambiaría algo?- trato de defenderse.
-Que mierda no estas viendo el problema en el que ya estas envuelto? Crees que por desaparecer la mafia te va a dejar en paz?
-Entonces que? Es mejor desear mi muerte? Esto es completamente ridículo! Termine en esto por deseos de terceros y mírame!
Mukuro se había asustado, se había apartado del castaño y veía con miedo el como se estaba derrumbando en frente de el... que rayos le habían hecho?
-Te estoy viendo...
-Claro que no, crees que esto es lo único que hay? En estos siete años han cambiado muchas cosas... los secretos parecen ser lo mejor que tengo.
-Todos los tenemos... Tsuna he sido tu mejor aliado en la mierda de la mafia. He ocultado tus investigaciones secretas, tus interrogatorios, las amenazas... he sido a quien has acudido después de ser rechazado, no crees que tengo el derecho de decir que se a quien tengo enfrente?
-Aun así... hay cosas que ni siquiera tu sabes...
-Y esta bien, pero ambos lo sabemos, he sido la única persona a la que acudes cuando tienes problemas. Ni siquiera el niño sabe lo que has estado haciendo para ser el líder que quiere...
-Bien, si lo eres... contento?- refunfuño y eso le causo ternura al alpha.
-Sawada Tsunayoshi...- volvieron a cruzar miradas- tienes que romper la fantasía, ellos no pueden seguir viviendo en esa burbuja de cuanto de hadas que les has hecho.
-No me hagas esto, sabes todo lo que me ha costado mantener la paz para ellos.
-Y es por eso que lo digo, te has sacrificado por ellos y estas a punto de derrumbarte. Es fastidioso decirlo, pero no soy suficiente para mantenerte vivo y si sacrificando ese hecho, puedo lograr tenerte para mi... voy a ceder.
-Mukuro... sabes que no puedo, ni siquiera se si tengo la fuerza para seguir, la que creí mi mejor amiga me traiciono, los que se supone son mia amigos dejaron de buscarme... mi supuesto alpha destinado se siente mejor lejos de mi que conmigo.
-Tsuna...- el Alpha se acerco y acuño el rostro del omega en sus manos- voy a devorarte, voy a consumir tus pensamientos al punto de que olvides todo, me apoderare de tu cuerpo y...
-Aun quieres mi cuerpo?- pregunto con una sonrisa dolida.
Pero ambos sabían la verdad, ese tema ya no era por gobernar en la mafia, ya no quería su cuerpo para conquistar y destrozar el mundo... sabían que todo era más personal.
-Quieres una respuesta?
Tsuna se negó. La respuesta ya la tenía, pero el miedo de volver a confiar y ser abandonado... el miedo a abrir su corazón, a ser rechazado...
El alpha trato de probar terreno, aunque sabia que no lo aceptaba completamente, había logrado tirar la muralla que había puesto entre ellos. Junto sus labios en un pequeño roce, quería disfrutar el momento antes de que le rechazaran, pero no paso...
Tsuna deslizó sus dedos por el cuello del más alto, enredo sus dedos entre su cabello que ahora era más largo que antes y al final se dejo llevar. Profundizó el beso, dejo de sentir ansiedad y parecía que todo su cuerpo se había relajado.
Para Mukuro eso fue una droga, Tsuna nunca le había mostrado su lado vulnerable, aunque a el fuera el único al que le confiara todo. Tampoco nunca le había dejado oler su aroma de manera tan directa, siempre tomaba supresores antes de irlo a ver... era otro mundo para el Alpha.
Al separarse, las respiraciones de ambos era entre cortadas y ambos estaban avergonzados, ni siquiera se podían ver a los ojos... pero aun así no se separaron del agarre que tenían.
-Quien diria que serias el único que se quedaría a mi lado...-Tsuna soltó una pequeña sonrisa.
-Tienes un don para lograr que me quede te siga ciegamente..- verlo sonriendo le reconfortaba y le hacia sentir más relajado, con la certeza de que no desaparecería... por lo menos no ahora.
-Supongo... que tengo que hablar con los demás...
-No tienes que hacerlo si no te sientes listo.
-No puedo escapar de ellos si sigo en la ciudad.
-Te quedaras?- la emoción de Mukuro no paso desapercibida para el castaño.
-Me lo pediste no? Seria grosero si me voy...
-Normelmente, ignoras mis peticiones...
-Supiste negociar bien...- beso su mejilla y escapo por la puerta del hotel.
Si Mukuro estaba a su lado... tal vez... solo tal vez, todo pueda mejorar.
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