Hibari estaba alcanzando su limite de de paciencia, 3 días, solo 3 días fueron suficientes para querer huir.

Tsuna era por lo unico que estaba aguantando y muchos ahí lo sabían, así que empezaron a darle su espacio, pero era inevitable encontrarse, todos estaban viviendo en el mismo lugar, todos los aliados posibles y la manada central de los Vongola en una sola mansión.

Afortunadamente quedaba una semana para terminar aquello, pero el castaño se volvía cada vez más inestable, lo único que Verde les recomendó fue no dejarlo solo y esperar a que el hablara.

Por otro lado Shamal sospechaba algo diferente y ya que el único que lograba acercarse al omega lo suficiente para mantener una conversación era Hibari, le pidió que lo convenciera de hacerse un chequeo general.

Así que ahí estaban el omega y el alpha discutiendo como ya era costumbre.

-Porque eres tan complicado?

-Y tu tan molesto!

-Solo estoy tratando de que no te mates, idiota!

-Estoy trabajando! No tengo tiempo para algo tan estupido!

Si... Tsuna ha estado tan irritable, que su vocabulario se había vuelto vulgar, pero la verdad es que de nuevo, solo era con Hibari. No había forma de que soportara a alguien más a su alrededor.

Cuando salía trataba de poner su mejor cara, sonreír de corazón e interactuar con los demás, pero era difícil. Trataba de convivir con todos aunque se sintiera incomodo... pero de alguna manera Hibari era con quien podía estar, sin sentirse extraño.

-Solo vamos a que Shamal te revise...

-No tengo tiempo.

-Tsunayoshi, no tomara tanto, por favor...

-Dejaras de molestar si lo hago?

-Si todo sale bien, lo haré.

-Bien... vamos- dijo dejando de lado los papeles que tenía y siguiendo al alpha.

Hibari no se atrevió a decir nada más, temía que si comentaba algo mal, el omega volviera a negarse o se pusiera peor.

Llegando a su destino, ambos entraron y Shamal se alegró de verles, por fin le habían convencido y con ese chequeo todos estarían más tranquilos.

-Hola Tsuna.

-Hola...

-Yo, esperare afuera- dijo Hibari, tratando de darles espacio.

-Quedate, esto no tardara- contesto Tsuna.

-Pero...

-Esta vez estoy de acuerdo, parece ser que contigo se estabiliza, así que es mejor que estes cerca.

-Bien.

-Vamos...

Tsuna siguió al mayor e hizo todos los procedimientos, todos los chequeos posibles para estar seguro y claramente hizo del que mayor sospechas tenía.

Mandó a checar todo, menos uno, de ese no tardaría tanto y si era prioritario, menos. Dejo a los menores en el cuarto mientras el hacia el análisis, para dárselo antes de que se fuera.

-Estas bien?- pregunto el alpha cuando se quedaron solos.

-Si, ya he pasado por esto.

-Pero... tu estas bien?- el castaño entendió la pregunta y esta vez le costo más contestar.

-No lo se, pensé que todo lo que me pasaba fue porque Mukuro se había ido, pero... ya duro más de lo que esperaba y en si es algo mío, no me siento mal, pero es incómodo.

-Seguro es el estrés... siempre has sido fuerte, se que estarás bien.

-Aah~ gracias. Y... eso también va por no irte esta vez.

-No me volveré a ir Herbívoro...

-Pense que ya había subido de categoría- se burlo.

-Talvez un omnívoro... pero no un carnívoro.

-Tengo más posibilidades de sobrevivir...

-Eso esta bien- sonrió- mi propósito es que nada te pase.

Eso logro sonrojar a Tsuna, su convivencia nunca fue del todo buena y ahora verlo como un cachorro esperando a su dueño, le parecía raro y al mismo tiempo tierno

-Bien, perdón por hacerlos esperar- regreso Shamal con ellos, más preocupado de lo que esperaba.

-Estoy... estoy enfermo?- pregunto con miedo

-No... claro que no, pero...

-Pero?- insistió Hibari

-Tsuna, estas embarazado.

A ambos les tomo por sorpresa. A Tsunayoshi principalmente, un embarazo? Que rayos haría con eso?
Era claro quien era el padre... y era claro que estaba jodido.

El mundo se le vino encima. La batalla estaba cerca, un embarazo era un impedimento para pelear y... aun así era su bebé... mierda.

El alpha por otro lado. Se si sintió mal, realmente mal. Sus emociones se mezclaban con las del omega y aunque quería deprimirse por todo aquello no podía permitírselo. Tsuna era el que de verdad estaba sufriendo y lo único que podía hacer era estar a su lado para apoyarlo

-Los dejare solos, para que hablen, busquenme mañana y hablaremos para monitorear al bebé.

Shamal se despidió y el lugar quedo en silencio.

-Que quieres hacer?

-Con el bebé? No lo se... un embarazo es lo último que me esperaba.

-Aun así te lo tomaste mejor de lo que esperaba.

-Bueno... deseaba una familia, pero no es el mejor momento- trato de sonreír.

-Hare lo que ordenes Tsuna. Así que la decisión que tomes yo...

-Justo ahora no necesito un soldado... necesito un amigo- se aferro a su mano y noto los pequeños temblores del castaño.

-Si... aquí estoy.

El omega sollozaba quedito, tenía miedo, iba a tener un bebé y ni siquiera tenía a su alpha a lado... pero que se supone que esperaba? Nunca formalizaron nada, tampoco se comprometieron a nada, esperaba ciegamente que Mukuro regresara, pero ahora el bebé...

-Que debería hacer?- pregunto de nuevo el menor

-Solo sigue tus instintos, nunca has fallado en nada de lo que prometes.

-Es injusto, justo ahora no tengo la fuerza, ni el valor de pensarlo... solo por una vez quiero ser el protegido.

-Bien...- El pelinegro abrió sus brazos y espero que Tsuna tomara la iniciativa, si se alejaba buscaría otra forma de reconfortarlo y si lo aceptaba pues...

El castaño se extraño por la acción, pero la acepto, fue hacia sus brazos y sintió como lo envolvían, ese aroma que le encantaba le relajo hasta el punto de quedarse dormido.

-Esta bien?- tocaron la puerta.

-Si, se quedo dormido.

-Le va a costar procesarlo.

-Si... parece que aun no lo acepta, esta algo tranquilo.

-Y que harán?

-El seguramente no retrocederá con la pelea, así que lo único que puedo hacer es protegerlo.

-Espero sepas lo que haces.

-No... la verdad solo estoy improvisando. Yo se que lo perdí, pero no quiero que sufra...

-Tienes que saber lo que él piensa, tener un hijo es mucha responsabilidad.

El alpha suspiro y apretó un poco el cuerpo de sus brazos, rogando que nada saliera mal.