Capítulo 22
Tsuna...
-Hace tiempo no venia a casa- hablo Gokudera cuando llegamos a la mansión de italia.
Reí un poco por la ironía. Hace unos meses huí de este lugar del cual he estado años y ahora regrese por voluntad. Además... la mitad de ellos consideraban este lugar su hogar y yo era el único que se dividía entre ambos países.
Cada quien se acomodo en su habitación y el día de hoy descansariamos, pero mañana empezaría la verdadera masacre.
-Que haces aquí afuera? -escuche la voz de Hibari a mis espaldas.
Yo estaba en una pequeña banca de las que había en el patio de la mansión, salí a despejarme un poco, ya que estar en mi habitación me traía malos recuerdos y no quería que me diera otro ataque.
-Necesitaba descansar...
-Hace frío, no se que tan buen lugar sea para descansar- me puso su saco encima y se sentó a mi lado.
-Me buscabas para algo?
-No había venido a la mansión Italia, me siento incomodo... además demasiada gente ahí dentro.
Sonreí de manera sincera y se veía sorprendido ante mi reacción, aun así quería disfrutar el momento.
-He estado mucho tiempo en este lugar solo... la verdad me alegra un poco el ruido.
-Yo... no puedo pedirte disculpas, se el daño que te hice y no seria justo de mi parte comprometerte a aceptar mi "lo siento" en medio de la situación que estamos, pero cuando esto acabe... quisiera volver a hablar de esto contigo.
-Estas siendo muy serio respecto al tema... pero tienes razón, sufrí demasiado por ti. Aunque sabes que ya tengo algo con alguien más.
-Lo se, pero aun así, permanecere a tu lado, solo si me lo permites.
-Sigues siendo muy injusto...- susurre.
-Perdon... pero seguiré siendo algo egoísta.
-Eres un caso especial, yo no...
-Tsuna!!- llegaron gritando junto a nosotros.
El tono en el que me llamaron, me dio un mal presentimiento, Hibari a mi lado ne rozo la mejilla mostrandome un poco de apoyo, pero cuando llegaron los además a mi lado el parecía ser el chico frívolo de siempre.
-Que sucede?- me tembló un poco la voz.
-Es Mukuro!- grito Chrome alterada.
Sentí las manos frías, la cabeza me daba vueltas. Es como si lo supiera... sabía que la noticia siguiente seria mucho peor que ver a Chrome asustada.
-Que... que sucede?- pregunte nervioso.
-Mukuro desertó, me dejo una carta...
-Dice algo importante?
-Puso el nombre de Byakuran...
Y esta vez el mundo si se me vino encima. Mis piernas fallaron y solo pude sentir unos brazos a mi alrededor. Estaba débil y confuso...
-Tsunayoshi...- me susurraron.
No quise decir nada, ese idiota había hecho lo primero que le pedí no hacer, por eso no quería decirlo... no quería que nadie de ellos se involucrara, por mucho que hubiera sufrido, me dolería más que algo le sucediera a ellos.
-Sabes donde esta?- preguntó Chrome preocupada.
-Yo...- no podía pensar bien, no podía siquiera razonar la pregunta.
-Vamos -fui cargado en brazos por Hibari y me aferre a el con miedo de perder a alguien más.
Porque lo hizo? Porque cuando ya lo había escogido? Él... esta consiente de a donde se dirige? Porque no me lo dijo? Porque no me espero?
Yo sigo siendo un inútil...
No pude contener los sollozos, me derrumbe por solo imaginar que él estaba en peligro y que fue mi culpa... nunca debí haber dicho nada.
-Hay que empezar a movernos, comuníquese con nuestros aliados de toda Italia, que hagan un rastreo de ese idiota- les ordeno Hibari.
No estaba en mis cinco sentidos, pero agradecía que ellos hicieran algo para remediar el lío en el que se metió. Necesitaba tranquilizarme y pensar bien que hacer... cualquier decisión que tome podría poner más gente en riesgo y yo no...
-Tsuna.... Tsuna... Tsunayoshi! -la voz de Hibari me saco de mis pensamientos.
Tuve que bajar la mirada al ver su rostro angustiado. Seguramente me veía mal para que el estuviera preocupado, estaba fuera de mi, justo ahora me sentía vulnerable y solo quería ser reconfortado por mi alpha...
-Solo... necesito pensar las cosas- trate de tranquilizarlo.
-Estara bien, no se dejara matar tan fácil.
Apreté su ropa tratando de aferrarme a él, quería creer en sus palabras, pero conocía a el enemigo, yo mismo he experimentado lo que puede pasar si vamos contra Byakuran, por eso tarde tanto en enfrentarlo, por eso planee el como acabarlo, pero simplemente él...
-No debí regresar a Japón...- susurre con miedo.
-Si lo pones así todo fue mi culpa- sentí el como se tensó y su aroma se volvió amargo.
No quería culpar a nadie, nuestras decisiones se tomaron porque era lo que creíamos mejor para nosotros y para el otro. El que me rechazara y huyera... no significaba que fue su culpa mi encuentro con Byakuran... y el regresar no fue... mi culpa.
Aaah... no puedo aceptarlo, siento que esta vez si es mi culpa, si yo no lo hubiera involucrado en mi desahogó de dolor, el seguiría a mi lado, talvez odiandome y no amandome de la manera que lo ha hecho, pero por lo menos estaría a mi lado.
-Tengo miedo- acepte ocultando mi rostro en su pecho.
-Lo se... y quisiera poder hacer algo, pero solo tendremos que esperar- empezó a caminar hacia algún lado, pero no me interesaba, en mi mente solo estaba el como solucionar el problema.
-Perdon por involucrarlos en esto... yo solo...
-Tsuna...
Sentí como dejo mi peso sobre una de sus manos y me aferre a él con más fuerza. Con su mano libre me tomo del rostro y me obligo a mirarle.
-Nos importas, eres especial para nosotros, no importa lo que suceda, lo hacemos porque eres...
-Basta, ustedes son... los son todo para mi, pero...
-Lo se, él es ahora tu prioridad... solo estoy aquí porque quiero, aunque no soy tu pareja, no quiero apartarme de tu lado.
-No es justo para ti.
-Es mi castigo por haberte dañado- sonrió de medio lado.
Llegamos a mi habitación y me dejo sobre la cama, beso mi mejilla y se retiro en silencio...
De nuevo esa soledad empezaba a invadirme y a angustiarme...
-Tsuna...
Voltee de golpe al reconocer la voz, en el umbral de mi ventana se encontraba quien tanto caos había provocado.
-Mukuro- salí corriendo a aferrarme a él- porque te fuiste? Sabes lo preocupado que estaba? Pensé que habia ido por...
-Tusna, tenemos que hablar...
Me quede sin palabras al ver su mirada, se me había grabado aquel dolor en mi mente... él, ya había decidido.
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