[MORNING]
Morning: Mañana.
— Good morning. (Buenos días) – La voz mecanizada de Cucurucho sonó tras espaldas de Bad. — In what can I help you? (¿En qué puedo ayudarte?)
— Hi, Cucurucho. (Hola, Cucurucho) – Bad suspiró, dándose la vuelta para confrontar al robot. — I need to ask you a favor... But please, don't tell anybody. And before you ask, no. Is not something illegal. (Necesito pedirte un favor... Pero por favor, no le digas a nadie. Y antes de que contestes, no. No es algo ilegal.)
El oso blanco miró de manera curiosa al demonio. Aún si sus emociones estaban limitadas con aquella máscara sonriente, podía notarse expectante de la solicitud.
— What is you request? (¿Cuál es tu petición?)
Cuando Bad salió de las oficinas de la Federación, ya eran las tres de la mañana.
Sabía que debía volver a casa, pero su necesidad de ver a Spreen era más grande.
Y más urgente considerando que ahora no tenía idea de a dónde iría su relación con él.
Si iba a quedarse solo, quería hacerlo una última vez en la habitación del argentino.
Llegar no fue tan difícil considerando que se transportó con su Waystone. Tampoco lo fue entrar a la casa ajena. Lo difícil vino cuando se encontró en frente de la puerta que daba al cuarto de Spreen.
Tardó un buen par de minutos en decidirse a tocar el picaporte para entrar a la alcoba. En el fondo, Bad agradeció observar que el híbrido de Oso se hallaba dormido.
Dando pasos silenciosos, fue acercándose a la cama hasta admirar el cuerpo dormido encima de las sábanas. Spreen, como siempre, le gustaba dormir con lo mínimo de ropa.
Bad respiró profundo antes de sentarse en la cama y acariciar los cabellos oscuros del argentino. La cara pacífica que tenía era tan poco común que era inevitable no derretirse.
Pero la calma duró poco para Bad cuando sintió una mano agarrarle la muñeca. Los ojos de Spreen se abrieron y lo confrontaron.
La situación fue tan rápida que ni siquiera pudo gritar.
Solo logró parpadear un montón de veces antes de caer en cuenta que Spreen lo había jalado para quedar acostado en la cama.
— Che boludo. – Spreen se quejó en una voz ronca. — Te tardaste un toque.
— I was busy. (Estaba ocupado) – Bad murmuró cerca del rostro argentino.
Spreen le dió a Bad un beso suave en los labios.
— ¿Querés dormirte?
Bad negó perezosamente antes de bajar su cuerpo a la entrepierna del tryhard.
Spreen finalmente pudo despabilar por completo al ver las intenciones de Bad.
— Is my first time, so... Don't expect too much. (Es mi primera vez, así que... No esperes mucho). – Con el rostro rojo, Bad tiró del boxer de Spreen antes de enfrentarse con su miembro.
— ¿Y está iniciativa de querer chuparme la pija?
— Languaje. (Lenguaje)
— Pero posta es lo que estás haciendo. – Alzando su mano, Spreen se deshizo de la capucha que cubría la cabeza de Bad para acariciar su cabello.
Aquel toque fue suficiente iniciativa para que Bad llevara sus labios tímidamente a la polla ajena y lo comenzara a lamer.
El demonio hacía lo posible para no pensar mucho en el sabor de aquella carne que se endurecía poco a poco, pero cuando sintió nuevamente una de las manos de Spreen acariciar su cabeza para que continuara, decidió aventurarse a meter parte del miembro en su boca y comenzar a succionarlo.
El argentino echó la cabeza para atrás. Aquella mamada era lenta y tortuosa, pero le excitaba ver el rostro de Bad tratando de tomar más de lo que podía entre sus labios.
— Dale Bad, sigue así... – Spreen jadeó ronco, sujetando de manera suave los cabellos de Bad para guiarlo en su felación.
El demonio gimió por el agarre, pero agradeció internamente que Spreen le estaba dando instrucciones indirectas de como continuar. Metiendo y sacando en un vaivén, Bad jadeaba asustado de dar un ritmo más rápido, lo último que quería era apretar de más su mandíbula y que sus dientes lastimaran al argentino.
Cómo si Spreen le leyera la mente, empezó a empujar las caderas con insistencia hacia su boca haciendo que la polla, ya erecta, lo llenara por completo. Algo que no creyó posible por su longitud.
— ¿Me corro en tu linda boquita o lo querés en otro lado? – Soltó Spreen, quitando unos cabellos de la frente del demonio.
Pero Bad no contestó. Finalmente estaba agarrando el ritmo que debía tomar, y el presemen que empezaba a salir de la punta comenzaba a causarle una erección propia.
Rodando los ojos, el tryhard jaló los cabellos del demonio para separarlo de su miembro erecto. Bad tosió cubriéndose con uno de sus brazos y mirando molesto a Spreen.
— That was rude... (Eso fue grosero...) – Bad habló a lo bajo, con la garganta rasposa.
— Me la podés seguir chupando si contestas. – Spreen se incorporó en la cama para tomar de las mejillas a Bad. — ¿Querés mi poronga en tu culo o en tu boca?
— Did you have to ask like that?! (¡¿Tenías que preguntarlo así?!)
— Sí.
Bad gruñó por aquella respuesta. Odiaba admitir que la palabrería sucia del argentino lo hacía sentir caliente.
— I want... (Yo quiero...) – Bad murmuró inentendible.
— ¿Qué cosa de qué? – Spreen dejó de apretar las mejillas de Bad para descender sus manos hacia su miembro todavía cubierto por ropa.
Con un buen apretón, logró hacer que Bad hablara claro.
— I want both...! (¡Quiero ambos...!) – Bad jadeó llevando sus manos hacia su cara.
Spreen tomó las manos de Bad para besarlas y alejarlas de su rostro.
— ¿Viste? No era tan difícil. – El argentino se deshizo del pantalón de Bad para mostrar su ropa íntima.
Aquellas bragas de encaje se habían vuelto las favoritas del demonio.
— I hate you. (Te odio)
— También te quiero, Boludo. – Spreen no dudó en repartir besos bajo el mentón de Bad, remarcando ciertas mordidas que hizo en otras ocasiones pasionales.
Bad apretó sus piernas temblorosas, sintiendo que la tela rosa en su entrepierna lo estaba lastimando por su erección. Bajando su mano, liberó su miembro y lo sujetó para frotarse insistentemente, siendo estimulado por los besos y marcas que le dejaba Spreen a lo largo de su cuerpo, siendo especialmente rudo con sus pezones.
— Ni en pedo creas que te dejaré ser el primero en correrte. – Spreen interrumpió la masturbación del demonio luego de darle una nueva marca alrededor de los pezones ajenos.
Separándose, Spreen volvió a jalar a Bad del cabello para que pudiera terminar la felación inconclusa. Y, cómo si hubiese vuelto al trance, Bad captó rápido el mensaje y comenzó a chupar con más insistencia el miembro que palpitaba en su lengua.
El líquido blanco, viscoso y caliente comenzó a recorrer la garganta de Bad quien, gustosamente, chupaba y se aferraba a las caderas de Spreen para no desperdiciar semen.
Spreen miró con sorpresa cómo Bad obedientemente succionaba su miembro, con hilos de saliva y esperma restante cayendo de sus labios al momento de separarse, haciendo un sonido húmedo con la punta de sus belfos.
— Fuck. (Joder)
— Did- Did I did It wrong...? (¿Lo- Lo hice mal...?)
— Lo hiciste excelente. – Spreen llevó uno de sus pulgares al mentón de Bad para limpiar los restos líquidos. — ¿Posta es tu primera vez haciéndolo?
Bad asintió tímidamente, teniendo un debate mental en si decir algo, bajo su perspectiva, desvergonzado.
— S-Spreen?
— ¿Qué?
El argentino sintió como el demonio lo tomaba de los hombros y evadía su mirada perdida en lujuria.
— My tummy feels warm... (Mi pancita se siente caliente...)
Ahora el que no podía mirar directamente a Bad era Spreen.
Aquellas palabras cargadas en fingida inocencia fueron como un golpe de adrenalina dirigida a la polla del argentino.
Empujando al demonio a la cama, Spreen se posicionó encima de la húmeda cavidad de Bad para enterrar su miembro nuevamente erecto.
Bad no tardó en dar un grito placentero, enredando sus piernas en las caderas del tryhard en el proceso. Los embistes comenzaron casi de inmediato, sacándole suspiros entrecortados y una eyaculación causada por tantos golpes directo a su sensible próstata. Era tan rudo y sin piedad que no podía evitar amarlo.
— Spreen! – Bad no paraba de gemir, llevando sus brazos alrededor del cuello del argentino.
— ¿Querés más?, ¿Lo querés aquí? – Spreen llevó una de sus manos al vientre de Bad para apretarlo maliciosamente.
El demonio asintió entre balbuceos felices, empujando sus caderas para sentir más profundo la palpitante carne de Spreen.
— Please, please, please... (Por favor, por favor, por favor...)
— Me encanta como seguís siendo tan cortés incluso ahora que te estoy cojiendo. – Spreen se acercó para besar la frente del demonio. — Sos re lindo.
— I- I'm a cute...? (¿Yo- Yo soy lindo...?)
— Siempre. – Los labios de Spreen devoraron la boca de Bad antes de dar unos últimos empujones y correrse dentro de las paredes internas del demonio.
Bad jadeó y lloriqueo entre el beso, pensando que hubiera sido bueno haber escuchado los halagos de Spreen más tiempo.
La mañana había llegado. Bad se hallaba en plena desnudez, abrazando el torso de Spreen en la mullida cama donde tuvieron sexo la noche anterior.
El demonio fue el primero en despertar. Un instinto dentro suyo le decía que debía ponerse alerta.
Sintió que alguien estaba afuera de la habitación.
Robándose una de las camisas azules tiradas en el cuarto, Bad se acercó a la puerta para abrirla con lentitud.
Mirando en la abertura si había alguien en los pasillos, se encontró con Cucurucho sentado en el suelo.
Bad volteó tras de él, debatiendo si despertar a Spreen o no, pero al ver cómo el robot se levantaba, decidió salir cerrando la puerta tras de sí para encarar al Oso blanco.
— Good morning. (Buenos días)
— Did you even know what privacy Is? (¿Siquiera sabes que es la privacidad?) – Bad exclamó a lo bajo, tratando de no gritar. — What do you want?! (¿¡Qué es lo que quieres?!)
Cucurucho pareció no inmutarse a las quejas y, buscando en una mochila blanca, sacó unos sobres negros con el emblema de la Federación cómo sello.
Bad miró las cartas y las tomó con sospecha.
— I'm gonna guess that one Is from Spreen, right? (Voy a suponer que una es para Spreen, ¿Cierto?)
— Yes. (Sí)
— Alright. Then, please go away. (Bien. Entonces, por favor vete)
— No.
Bad iba a reclamar nuevamente, pero se mantuvo en silencio al ver que Cucurucho había sacado un folder amarillo con su nombre.
— Is that...? (¿Eso es...?)
— Yes. Congratulations. (Sí. Felicidades.) – Cucurucho asintió, dándole el folder al demonio y caminando a la salida del hogar. — I hope you enjoy the island. (Disfruta de la isla)
Bad sintió que todo su cuerpo se paralizó con aquel "felicidades".
Caminó de vuelta a la habitación y se sentó en la cama para abrir con manos temblorosas el sobre.
Cómo esperaba, el contenido consistía en un montón de hojas con los datos de un diagnóstico médico que se realizó.
Sacando los papeles, leyó con rapidez los resultados que más le importaban.
— ¿Bad?
Spreen se despertó al escuchar que el demonio hacía lo posible para callar su llanto.
Bad puso boca abajo los papeles e hizo lo posible para no mirar a Spreen.
— ¿Todo bien pa?
— Yeah... Just allergies. (Sí... Sólo alergias) – Bad puso una postura firme y rígida antes de guardar los documentos en el sobre. — I gotta go. (Debo irme)
Justo cuando el peso de Bad estaba dejando la cama, Spreen se apresuró a tomarlo de la muñeca.
— ¿Pasó algo?
Bad apretó sus labios conteniendo más lágrimas.
— Che, dime. No me dejes con la duda. – El tryhard dejó la muñeca de Bad para incorporarse en la cama y mirar el sobre y las cartas negras en las manos ajenas.
— I guess you have to know... (Supongo que debes saber...) – Bad decidió hablar, llamando la atención del argentino. — I... Talk with Cucurucho yesterday and I ask for a medical diagnostic. And... He just gave me the results. (Yo... hablé con Cucurucho ayer y pedí un diagnóstico médico. Y... Me acaba de dar los resultados.)
— ¿Porqué me contás hasta ahora? – Spreen preguntó calmado, tratando de no asustar a Bad.
El demonio solo pudo llevar una mano a su vientre antes de continuar.
— Spreen. I... I'm waiting for your child. (Spreen. Yo... Estoy esperando por tu hijo)
Spreen guardó silencio unos tortuosos segundos.
— ¿Ramón?
— What!? No! I mean our child! (¿¡Qué!? ¡No! ¡Quise decir nuestro hijo!)
— Dapper.
— Aww. I mean, no! I'm pregnat you muffinhead head! (Aww. ¡Digo, no! ¡Estoy embarazado cabeza de muffin!)
— Ah... ¡Pará! ¿¡Qué!?
— Are you even taking it seriously!? (¿¡Siquiera te lo estás tomando en serio!?)
— ¡Claro que sí, boludo! ¡Es de mi chavón del que hablás!
Bad suspiró frustrado, con intenciones de volver a levantarse de la cama.
— Thanks for everything, Spreen. (Gracias por todo, Spreen)
— ¿Cómo que gracias? Si el niño todavía ni nace.
El demonio se congeló ante las palabras de Spreen.
— What...? (¿Qué...?)
El argentino llevó una de sus manos al vientre de Bad.
— Digo que todavía quiero pasar tiempo con vos. No la cortés tan rápido.
— But I thought you said... (Pero creí que dijiste...)
— Sé lo que dije sobre no hacerme cargo. Pero todavía falta un buen para eso, ¿No?
— Spreen... You don't get It. The more I have you around, the more difficult will get for me to be alone. (Spreen... No lo entiendes. Cuánto más te tenga cerca, más difícil será para mí estar solo)
El argentino abrazó por la espalda al demonio antes de darle un beso suave en la nuca.
Bad sintió escalofríos.
— Entonces, no me soltés y ya.
Eso no era una total afirmación.
Lo sabía.
Sabía que no podían durar. Y mucho menos si se trataba sobre Spreen; alguien que le gusta encapricharse con algo hasta tener lo que quiere para luego moverse a la siguiente cosa más interesante o que le dé un reto.
Spreen era cómo uno de sus espíritus, pero a diferencia de sus Ghosties, él era libre.
— Bad, no es por forzar un cambio de tema, pero ¿Qué onda con las cartas?
— I don't know. They come from the federation, but I haven't even opened my letter. (No lo sé. Vienen por parte de la federación, pero ni siquiera he abierto mi carta)
Bad extendió uno de los sobres oscuros al argentino antes de decidirse a abrir su carta.
La candidatura para volverse gobernante de la Isla Quesadilla había sido oficialmente abierta.
Los dos chicos se inundaron en un silencio analizando la situación.
— What do you think, Spreen? (¿Qué opinas, Spreen?)
— Es una trampa super obvia. Ni en pedo participaré en esa mierda. – Spreen apretó la carta en su mano. — ¿Vos qué harás?
— I think this is a trap too. But it worries me to think that someone with bad intentions might want the power that the federation offers. (Pienso que es una trampa también. Pero me preocupa pensar que alguien con malas intenciones pueda querer el poder que ofrece la federación)
— ¿Pensas entrar?
— Maybe. I'm gonna wait to see who Is interested in entering. (Tal vez. Voy a esperar a ver quiénes están interesados en entrar)
— Sería interesante ver que ganaras.
— We-Well, to be fair. if I set my mind to it, I would obviously be the winner. (Bu-Bueno, para ser justos. Si me lo propusiera, sería obviamente el ganador)
— Dejame decirte algo, loco. Si posta llegases a ganar, me volvería tu guardaespaldas.
— You... Are you serious? (Tú... ¿Es en serio?)
— Voy en serio. – Spreen paseó sus dedos en la pierna desnuda del demonio. — Si el gobierno de vos llegase a durar cien años, yo estaría cien años cimentando tu régimen.
— You make me sound like a dictador. (Me haces sonar a un dictador)
— Dictador, presidente, cultista. Lo que quieras ser, yo te protegería.
Bad tragó en seco, reconsiderando sus intenciones de entrar.
— How can I be sure that you will keep your word? (¿Cómo puedo estar seguro de que cumplirás tu palabra?)
Spreen volteó el rostro de Bad para encararlo y acercarse a sus labios.
— Para averiguarlo, vos debés ganar.
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