Empire: Imperio.

Todo había sucedido tan rápido en cuestión de meses.

Badboyhalo comenzó su campaña cómo un candidato en contra de la federación. Un anarquista con traje y cabellera rubia (gracias a Mike).

Al principio, casi nadie veía con buenos ojos su propuesta de hacer una consejería y desmantelar el poder principal de la presidencia. Mucho menos cuando había candidatos cómo Cellbit o Forever en el mismo estrado.

Pero conforme fueron cayendo los candidatos, más personas comenzaron a considerar la propuesta inicial de Bad.

El demonio tuvo que pasar campañas, debates electorales, discursos, ataques del monstruo binario y otros candidatos. Pero eso solo lo hizo aferrarse más con uñas y dientes a la meta de volverse presidente.

Era sorprendente lo que un cambio de Speech y deshacerse de Quackity podía hacer a su imagen.

En un resultado casi empatado con Forever, Bad logró ganar con suerte.

Su grito de victoria resonó presumiblemente por toda la isla.

Se lo tenía bien merecido al haber llevado una campaña limpia y ser alguien de plena confianza para los habitantes, ¡Hasta Forever aplaudió ante su triunfo!

Por ello, cuando Bad recibió la banda presidencial, nadie esperó que, tras su sombra, el desaparecido Spreen apareciera cómo su nuevo guardaespaldas.

Y, que cómo primera orden presidencial, Bad le arrebatara la custodia de los niños a todos los habitantes para tenerlos bajo su ala.

— Is from their own good. And for yours. (Es por el bien de ellos. Y por el de ustedes.) – Bad declaró sonriendo, mirando el panorama que le daba la cima del edificio presidencial.

Cómo fue de esperarse, los rostros, antes alegres por Bad, se llenaron de ira, dolor, confusión y, peor aún, traición.

Pelearon. Realmente los habitantes pelearon al momento de ver a sus hijos siendo llevados a la casa presidencial bajo la mirada intimidante de Cucurucho.

Pero lo que pocos recordaban era que Spreen era una bestia con la espada.

Aunque, en palabras de Bad, también debía darle crédito a la federación por darles acceso a armamento exclusivo que era ilegal para otros habitantes.

Fue poco tiempo para que la isla se tiñera en rojo.

Los estandartes con el semblante de la sombra de un huevo rojo rodeado por un fondo oscuro eran visibles en la casa presidencial.

Varias zonas de la isla eran monitoreadas por empleados de la federación para asegurar el bienestar del líder y de que sus reglas no fuesen pasadas por alto.

Hasta en el recién abierto Nether, los Ghosties de Bad obtuvieron su anhelada libertad e inundaron todos los rincones posibles del inframundo, volviéndose más ojos para beneficio del nuevo presidente.

— Except for the ones who i'm gonna put in prison, Welcome to the beautiful and wonderful Eggpire! (A excepción de los que voy a poner en prisión, ¡Bienvenidos al bello y maravilloso Eggpire!)

La preciosa utopía que Bad antes no pudo ver completa se estaba alzando ante sus ojos.

¿Quién le importaba abandonar la isla?

Había subestimado lo bien que se sentía tener el poder de nuevo.

Finalmente estaba empezando a cumplir sus sueños.

Bad estaba en la oficina presidencial, terminando de llenar unos papeles bajo la mirada indiferente de Cucurucho. Lo único que se oía en la habitación era el tocadiscos y la pluma escribiendo en los interminables documentos.

La puerta fue abierta con brusquedad, pero Bad no se alteró, en cambio, solo dió una sonrisa emocionada.

— Spreen! My favorite right handman! (¡Spreen! ¡Mi mano derecha favorita!) – Bad saludó levantándose del enorme sofá. — Excuse us for a second, Cucurucho. You can take this now. (Discúlpanos por un segundo, Cucurucho. Puedes tomar esto ahora.)

El demonio entregó unas hojas firmadas al oso blanco, quien sólo asintió y salió de la habitación ignorando a Spreen en la habitación.

— Please close the door before you way out! Thank you! (¡Por favor cierra la puerta antes de salir! ¡Gracias!)

Cucurucho azotó la puerta de mármol dejando a los dos chicos solos.

Todavía con el sonido del tocadiscos, Bad caminó hacia donde estaba parado Spreen y le acarició la barbilla.

— So... Tell me you have good news. (Entonces... Dime que tienes buenas noticias.)

Spreen sonrió orgulloso de si mismo.

— Conseguí las coordenadas del nuevo escondite de los brasileños. Esos boludos y los franceses tienen un complejo de túneles bajo tierra re enredada que se hacen pasar por minas abandonadas.

— Oh, I knew I could trust you! (Oh,
¡Sabía que podía confiar en ti!) – Bad alabó complacido. — I guess you deserve a little reward... (Creo que mereces una pequeña recompensa...)

Bad fue silenciado por los labios de Spreen, quien lo besaba brusco y necesitado.

El demonio se dejó llevar y retrocedió junto con el tryhard hacia el enorme ventanal de la oficina.

— Me re emputa y a la vez me prende cuando tratas de simular que soy otro de tus empleados mal pagados.

— But you are my employee. (Pero eres mi empleado) – Bad refunfuñó entre los besos, separándose un segundo para mirar intensamente al argentino. — I could fired you anytime. Or something better. I could make you disappear. (Puedo despedirte en cualquier momento. O algo mejor. Puedo hacerte desaparecer)

— Si lo haces, ¿Qué le dirás a nuestro chavón cuando venga al mundo? – Spreen desafío, tocando desvergonzadamente el vientre abultado de Bad y recibiendo un jadeo necesitado.

— That's easy. I tell him that Skeppy Is his father. (Fácil. Le diré que Skeppy es su padre)

— ¿Qué chorada dices? Si el boludo nunca ha tocado la isla.

— Oh, funny you said that. (Oh, gracioso que lo digas.) – Bad jaló de la camisa Spreen para confrontarlo con una sonrisa calmada. — I'm bringing Skeppy to the island as we speak. (Estoy trayendo a Skeppy a la isla mientras hablamos)

— ¿Y eso porqué?

— Because Skeppy Is someone I love! And also... (¡Porque Skeppy es alguien quien amo! Y además...) – El demonio se acercó al oído del Tryhard. — Consider It as a small revenge for what you did to my cell phone months ago. (Consideralo una pequeña venganza por lo que le hiciste a mi celular meses atrás)

Spreen apretó sus dientes mientras sentía el sudor frío bajar en su frente. Bad lo había descubierto.

— You think I didn't notice? My sweet muffinhead. (¿Pensaste que no lo notaría? Mi dulce cabeza de muffin) – El demonio se separó para colocar sus manos en las mejillas del argentino. — But guess what. I'm, gonna left you have a second chance! (Pero adivina qué. ¡Voy a dejarte tener una segunda oportunidad!)

Spreen se mantuvo firme. En esos momentos no podía jugar con fuego.

— ¿Qué debo hacer?

La sonrisa de Bad se amplió.

—  You have to fight Skeppy in a duel. And proclaim that I am only yours. But I have to warn you! Skeppy was trained by a couple of warriors who are considered PvP gods where I come from. So don't trust yourself. (Tienes que luchar contra Skeppy en un duelo. Y proclamar que soy sólo tuyo. ¡Pero tengo que advertirte! Skeppy fue entrenado por un par de guerreros que son considerados dioses del PvP por donde vengo. Así que no te confíes.)

Spreen tragó en seco. No era un reto difícil para él, pero era una extraña petición viniendo de Bad.

— ¿Y si me niego?

— I know you wouldn't. I know you love a good fight. (Sé que no lo harás. Sé que te gusta una buena pelea.) – El demonio dió un beso rápido a la frente del tryhard. — But you have to know that, If Skeppy wons, he would became my new right handman. And you, well... You will simply lose your privileges with me. (Pero debes saber que, si Skeppy gana, él se volverá mi nueva mano derecha. Y tú, bueno... Simplemente perderás tu privilegios conmigo.)

— Posta que estás cambiado. – Spreen quitó las manos en sus mejillas y las colocó encima de la cabeza de Bad.

— Blame Quackity for that. (Culpa a Quackity por eso) – Bad comentó con poco ánimo. — Speaking of, have you find him? (Hablando de, ¿Lo encontraste?)

— Nada todavía... – El argentino desvío la mirada de Bad para ver por encima el ventanal de la oficina.

— That doesn't sound convincing. (Eso no suena convincente)

— Créeme. Lo atraparé. – Spreen se corrigió con rapidez antes de acercarse a los labios de Bad. — Nomás mi cabeza anda en otra cosa.

Antes de que el demonio pudiera replicar, Spreen lo besó pasionalmente y bajó las manos hasta sus muslos para apretarlos con fuerza. Las piernas de Bad comenzaron a flaquear, por lo que pasó sus brazos tras el cuello de Spreen para sujetarse.

— Ya que el boludo de tu amigo viene para acá, te dejaré re marcado. – Separándose del beso, Spreen bajó sus labios al cuello del demonio para lamerlo y chuparlo.

— We-Well... You have to hurry then. I... (Bu-Bueno... Tendrás que apresurarte. Yo...) – Bad jadeaba tratando de mantener la cabeza fría. — I have a announcement to make in one hour. (Tengo un anuncio que dar en una hora)

— Entonces, tocó hacerlo en la oficina.

— Ho-Hold on! I just cleaned! (¡Es-Espera! ¡Acabo de limpiar!)

Spreen no hizo caso y comenzó a desabrochar la camisa de botones y los pantalones del demonio.

Bad sintió cómo su cuerpo daba vuelta para confrontar la vitrina con vista a toda la isla. Cómo era un vidrio polarizado, podía ver apenas el reflejo de su cuerpo siendo tocado por el argentino. Su capucha se había caído y mechones de su largo cabello, con restos de tinte rubio, caían bajo su frente.

Bad tuvo la urgencia de colocar sus palmas en el vidrio al sentir cómo Spreen lo sujetaba de las caderas, rozando su polla despierta entre sus glúteos. El reflejo de sus expresiones lascivas pasaron frente a sus ojos. A diferencia de otros meses, ya no le molestaba aceptar en lo que se había convertido. Era hasta excitante admirar como Spreen lo tenía subyugado y su papel de presidente se quedaba en el aire por unos segundos.

Por un segundo podía fingir que todavía los dos se hallaban en el tiempo donde solo tenían encuentros casuales y que no tenían que ver con aquel mundo político en el que se envolvió.

— Spreen, put It in... (Spreen, ponlo adentro...) – Bad jadeó lloriqueando, restregando sus caderas en el miembro ajeno.

— Sos un calenturiento de primera. – Spreen comentó mientras daba besos suaves en la nuca del demonio. — ¿Cómo se piden las cosas bebé?

— Please! Please, Spreen. (¡Por favor! Por favor, Spreen) – Con el rostro rojizo, Bad chillaba al sentir finalmente la punta del miembro en su húmeda cavidad.

Lo que terminó de sacarle el aire en un gemido, fue que Spreen tomó sus pechos y los apretó al momento de meter su polla por completo.

El argentino se quedó quieto, amasando entre sus manos los pezones erectos que suplicaban su atención. Para molestar a Bad, Spreen daba pequeños empujones con sus caderas para moverse entre las paredes carnosas que no paraban de succionarlo.

— Andas re sensible, y eso que ayer también lo hicimos. – Spreen comenzó a dar empujes más fuertes mientras pellizcaba los pezones ajenos con sus dedos. Bad sólo podía posar su cabeza en el ventanal mientras abría su boca para jadear entre suspiros. —No tenés llenadera, Bad. Ni una poronga puede satisfacerte.

Los embistes de Spreen fueron en aumento. Con la cabeza nublada, Bad llevó una de sus manos a su propio miembro para poder masturbarlo en un ritmo rápido. Las palabras de Spreen podían ser dignas de reproche, pero con el tiempo aprendió que (al menos en momentos de sexo) podía ser flexible con la palabrería. Además, eran buen combustible para excitarse.

— Ojo. Mira nomás. – Spreen habló en su oído llamando su atención. — No sabía que ya podías sacar leche.

— Huh? – Bad miró hacia sus propios pezones y notó como gotas blancas se derramaban de él.

Su rostro se puso furiosamente rojo. No sabía que podía hacer eso ya.

— S-Stop! I di-didn't know that was a thing! (¡De-Detente! ¡Yo No-No sabía que eso era una cosa!)

— No te apures, Bad. Solo no hay que desperdiciarlo. – Spreen sonrió complacido mientras quitaba su miembro y daba vuelta al cuerpo ajeno.

Tomándolo por los muslos, Spreen caminó al asiento presidencial y se sentó con Bad encima suyo.

Al tenerlo de frente, el argentino llevó sus labios a uno de los pechos lactantes y comenzó a succionarlo, siendo recibido por el dulce sabor de la leche. Bad cerraba los ojos por lo bien que se sentía y por la vergüenza entremezclada, sus manos fueron inevitablemente a la cabeza de Spreen para empujarlo más a su cuerpo y saltar encima de su entrepierna.

— Spreen, please go on! I almost...  (Spreen, sigue por favor, yo casi...)

— ¿Ya casi nene? – Spreen se separó un segundo para besar a Bad y compartir el sabor dulce entre sus labios. — ¿Querés que lo haga dentro como te gusta?

Bad solo pudo asentir desesperado, ahogando un gemido al sentir cómo nuevamente Spreen se enterraba en su cavidad. Fue tan brusco que se terminó de correr, ensuciando la camisa del argentino con una mancha blanca.

Como venganza, Spreen comenzó a chupar nuevamente los pezones de Bad, está vez mordisqueando con suavidad las protuberancias y jalando con sus dientes.
El demonio comenzó a lagrimear de placer mientras daba sentones a la polla del tryhard, rogando entre jadeos que lo partiera en dos.

— So good, so good, so good... (Tan bueno, tan bueno, tan bueno...)

Llevando sus manos a las caderas contrarias, Spreen se azotó con fuerza en la próstata de Bad antes de correrse.

Por el éxtasis, Bad jaló del cabello al argentino para besarlo y fundirse con él.

Todo hubiera sido perfecto sino hubiese sido porque alguien tocaba en la puerta.

Bad jadeó molesto antes de separar sus labios de los de Spreen.

— Who Is It?! (¿¡Quién es!?)

— Good morning. (Buenos días) – La voz robótica de Cucurucho  se escuchó tras la puerta. — The podium Is done. Please, come to see If the task Is well done. (El podio está listo. Por favor, venga a ver si la tarea está bien hecha.)

Bad suspiró molesto antes de mirar a Spreen. Se abrazó por instinto al cuerpo contrario antes de contestar.

— I'll be there in a minute. Thanks, Cucurucho. (Estaré ahí en un minuto. Gracias, Cucurucho.)

— I hope you enjoy the island. (Disfruta de la isla)

— I WAS enjoying the island! (¡ESTABA disfrutando la isla!)

Con al despedida monótona de siempre, los pasos de Cucurucho se fueron alejando de la puerta.

— Tremenda forma de cagar el momento.

— Languaje. (Lenguaje)

— Vos pensas lo mismo.

— I do. (Lo hago) – Bad sintió como los cabellos en su frente eran movidos para atrás de su oído por Spreen.

Los dos se quedaron en un silencio cómodo, escuchando como el tocadiscos estaba terminando con la última canción. Ninguno quería separarse, pero sabían que Cucurucho era insistente y lo último que querían era que se metiera a la habitación.

— ¿Querés quedarte un toque más?

— I'm fine... Let's get back to work. (Estoy bien... Volvamos al trabajo) – Bad se forzó a si mismo a levantar la cara, bochornoso todavía por haber tenido sexo en la oficina. Aunque para ser justos, no era su primera vez haciéndolo.

Spreen se reincorporó y ayudó a Bad a arreglar su uniforme.

Al estar nuevamente presentables, Spreen se dispuso a salir de la habitación, pero antes de que tomara el picaporte, Bad lo detuvo sosteniendo su mano.

— ¿Qué pasa?, ¿Me olvidé de algo?

— Actually, Yes. (De hecho, sí.)

Bad jaló a Spreen para darle un beso rápido en la mejilla y mirarlo con anhelo.

— Good luck with the hunt. (Buena suerte con la cacería)

El argentino sonrió antes de abrir la puerta.

— Suerte con el anuncio, señor dictador.

Welp, que no se note que esta fue mi forma de hacer copium porque Bad no ganó.

¡Gracias por llegar hasta el final de este fic! Quizás haga One-shots de este shipp (ya tengo ideas para al menos dos) para que no muera.

Aunque siendo honesta, estoy dejando de ver el QSMP últimamente. Idk, el anime y hololive me están jalando de las patas nuevamente.

Pero ya veré, si llego a publicar algo SpreenHalo lo avisaré en el tablero de mi cuenta.

¡Cuídense, y recuerden, por cada vaso de arroz, tres de agua!