Apron: Delantal.

Bad se hallaba sacando la última pizza del horno rústico. El característico olor a queso derretido y pepperoni crujiente inundó su pequeño local de comida.

La pizzería, Chico malo's pizzeria, estaba teniendo un buen recibimiento luego de semanas. En especial con Foolish que era su patrocinador por tantas órdenes de pizza que solicitaba.

En más de una ocasión su consciencia lo carcomía al no detener a su amigo, ya que sabía que comer mucha comida chatarra no era bueno para la salud. Pero, para ser justos, con ese y otros empleos, Bad podía sostener el costo de alimentos de los animales exóticos de su hijo.

Era Foolish o las bestias.

Regresando al trabajo, Bad tenía una orden enorme que realizar.

Por fortuna, en su carrera a casa para tomar un baño y cubrir las bochornosas evidencias de su encuentro nocturno entre él y Spreen, el demonio pudo pedir ayuda a su hijo para atender el restaurante y terminar la absurda orden de 64 pizzas que Foolish le había pedido hacía unas horas.

— I swear, Dapper. If this ends up being a troll, I'm gonna throw all the pizzas to his face. (Lo juro, Dapper. Si esto termina siendo un troll, voy a tirar todas las pizzas a su cara)

Bad observó de reojo como su hijo agarraba un libro y escribía con rapidez para colocarlo en la barra. Apenas dejó el libro al alcance, Dapper siguió su trabajo en la caja registradora, calculando el costo de la orden.

— Let It be in his life choices. But If the cholesterol doesn't kill him, I will If he decide not to pay. (Déjalo ser en sus decisiones de vida. Pero si el colesterol no lo mata, yo lo haré si decide no pagar) – Bad leyó en una carcajada. — I know, Dapper! If this end up being legit, we're gonna be more rich than already are! (¡Lo sé, Dapper! ¡Si esto termina siendo legítimo, vamos a ser más ricos de lo que ya somos!)

El pequeño niño saltó de alegría ante la idea. Corriendo hacia su padre, Dapper arrebató el libro para escribir un nuevo mensaje.

— By the way dad, I'm done. I'm gonna take my five minute break. I want to go see Chayanne. (Por cierto papá, ya terminé. Tomaré mis cinco minutos de descanso. Quiero ver a Chayanne) – El demonio leyó, mientras se encargaba de empaquetar la última pizza. — It's okay, son. Have fun. Oh, and say hi to Chayanne for me! (Esta bien, hijo. Diviértete. ¡Oh, y dile hola a Chayanne por mí!)

Dapper asintió y salió prácticamente volando fuera de la pizzería.

Apenas el niño con sombrero de copa quedó fuera de la visión de Bad, el demonio suspiró y acostó su cabeza en la barra.

Estaba agotado.

Trabajar sin parar luego de una noche intensa no le hacía bien a su pobre salud. Aunque se sentía algo feliz.

Las dudas con respecto a él y Spreen todavía lo seguían carcomiendo, pero debía admitir que le gustó el último trato que le dió Spreen luego de tener sexo. Es como si realmente se preocupara por él más allá de los encuentros carnales, cosa que se estaban volviendo bastante frecuentes entre ellos dos.

"To be fair. How many times have we done it so far?"
(Para ser justos. ¿Cuántas veces lo hemos hecho hasta ahora?)

Bad se reincorporó en la barra, pensando en las últimas semanas transcurridas. Ahora que podía tomarse un tiempo para reflexionar, se sorprendía de lo flexible que se estaba volviendo ante la situación.

Según él, solo quería entrenar (y tocar los músculos de Spreen en algún punto), pero terminó volviéndose en el amante del argentino.

Bad comenzó a cuestionarse con algo de pena.

¿Cuando fue la última vez que entrenaron?

En serio necesitaba hablar con Spreen para volver a la rutina original. Al menos una vez a la semana.

¡Podrían incluso apostar los días de sexo en el entrenamiento!

— Hold on. I'm really gonna consider that? (Espera. ¿En serio voy a considerarlo?) – Bad murmuró, dándose cuenta de dónde iban sus calenturientos pensamientos. — Gosh, I'm a muffinhead. (Cielos, soy un cabeza de muffin)

Nuevamente cubrió su cabeza en la barra. Esta vez, para ocultar el sonrojo en su cara ante las crecientes ideas.

Se estaba volviendo débil por culpa de Spreen.

Lo único que lo hizo recuperar la postura fue el sonido de la puerta.

— Buenas tardes. Me da un... ¿Bad?, ¿También laburas de empleado?

— Spreen! Welcome to chico malo's pizzeria! (¡Spreen! ¡Bienvenido a chico malo's pizzería!) – Bad saludó, ignorando la cara de sorpresa del argentino. — Can I take your order? (¿Puedo tomar tu orden?)

— Boludo, creí que nada más eras el jefe.

— I am! But since it's a small business, I need to work as an employee as well. Also, I don't trust anyone to prepare the food... Well, except Dapper. (¡Lo soy! Pero debido a que es una empresa pequeña, necesito trabajar también como empleado. Además, no confío en nadie para preparar la comida... Bueno, excepto Dapper)

— ¿Y dónde está tu chavón?

— Oh, he's out. But I think he will come back later. (Oh, el salió. Pero creo que volverá más tarde)

— Okay... – Los ojos de Spreen no paraban de recorrer de arriba a abajo al demonio.

Bad tragó en seco por la mirada extrañamente intimidante que estaba recibiendo.

— So. Something Is wrong? Or... (Entonces. ¿Algo está mal? O...)

— ¿Mmh? – Spreen hizo un sonido antes de mirar al suelo. — Perdón, no pude evitar notar el delantal.

"Oh"

Bad apretó el mandil rojo que llevaba puesto. Obviamente tenía que usarlo por cuestiones de salubridad al momento de trabajar con comida.

Pero ahora que Spreen lo había mencionado, se sintió algo juzgando.

— What? Is It look bad? (¿Qué? ¿Se ve mal?)

— No. No quise decir eso, pelotudo. – La voz del argentino se suavizó.

Spreen se acercó a la barra y saltó para estar en frente de Bad.

— Posta, te queda perfecto.

Bad de inmediato agachó la cabeza, por un lado quería retroceder en caso de que Foolish llegara, pero por otro, ese halago sorpresa lo hacía querer abrazar al oso.

— Tha-Thanks. (Gra-Gracias.) – Bad río nervioso. —  It's a shame that I'm not in my five minutes break, so... (Es una pena que no esté en mis cinco minutos de descanso, así que...)

— ¿Y si los tomas ahora? – Spreen se acercó al oído de Bad. — Igual no tenés clientes.

— What about you? You don't wanna order anything? (¿Que hay de ti? ¿No quieres ordenar nada?) – Bad trató de convencer al terco oso.

— Se me antoja un Badboyhalo para llevar. – El argentino alzó la cara de Bad con su mano. Aún si tenían casi la misma altura, Spreen le gustaba tener una excusa para tomar la mejilla del demonio. — Pero tampoco tengo problema comiéndolo aquí.

"Oh gosh"
(Oh cielos)

La sugestión en aquellas palabras fue suficiente para que toda la cara de Bad quedara tan roja como su delantal.

Y más por la mirada de Spreen que le dejaba en claro que no lo dejaría escapar.

"I can't believe I agreed to do this.
I can't believe I agreed to do this.
I can't believe I agreed to do this."
(No puedo creer que accedí a hacer esto. No puedo creer que accedí a hacer esto. No puedo creer que accedí a hacer esto)

La cabeza de Bad estaba hecha un desastre mientras era follado sin piedad por Spreen.

El demonio tenía los pantalones y boxers a la altura de los tobillos. Lo único que sobrevivía de su ropa era su bufanda, suéter y el mandil que apretaba su pequeña cintura.

Sus manos estaban apoyadas en la puerta del oscuro cuarto para empleados, mientras que sus caderas eran sostenidas por el argentino, quien disfrutaba clavar sus uñas para dejar marcas en la piel contraria.

Mientras más sentía su carne siendo apretada, más jadeaba Bad entre suspiros.

— Estoy notando que te gusta ser muy vocal cuando te rompo el orto. – El argentino, disfrutando del calor de la adrenalina, decidió hacer algo nuevo.

Le dió una nalgada sonora al demonio mientras seguía enterrando su polla.

Un chillido de vergüenza y excitación salió de los labios cerrados de Bad. Aquello había sido innecesario, pero sentido excelente.

— Dale Bad, deja que tu bella voz se escuche.

Spreen iba a repetir una nalgada más fuerte.

Pero el sonido de voces en el otro lado de la puerta, hizo que ambos chicos se quedaran quietos unos segundos.

—What do you mean I can't ask for a refund!? (¿¡Qué quieres decir con que no puedo pedir un reembolso!?) – La característica voz de Foolish se escuchó.

— Darn It! (¡Maldición!) – Bad salió a medias de su trance erótico. Quiso darse vuelta para encarar a Spreen. —I need to go! (¡Debo irme!)

— No te preocupes, Bad. Supuse que algo así pasaría. – El argentino sonrió, volviéndose a empujar  en un embiste que casi hace gritar al demonio.

Bad quería preguntar que había hecho, pero su capacidad para formular palabras se volvía reducida conforme se dejaba llevar por la bestia que era el oso.

En aquella posición, donde tenía la espalda recta y no podía usar sus manos, era muy dependiente a los golpes en su próstata, sin contar que el agarre en su cadera lentamente se iba a sus glúteos.

Bad se volvía una bomba de tiempo tratando de no hacer ruidos tan fuertes sabiendo que la pizzería tenía paredes delgadas.

— Hey, look Dapper. (Hey, mira Dapper) – La voz de Foolish nuevamente se escuchó.

De pronto, el sudor comenzó a volverse frío en la frente de Bad, acompañada con una sensación de mareo que lo hacía querer vomitar.

Podía escuchar los pasos de Foolish acercarse a la puerta de empleados en donde él se aferraba.

"No. No. No. No. No. No. No."

— Spreen! Please! (¡Spreen! ¡Por favor!) – El demonio se hallaba rogando entre los embistes, mirando con desesperación entre la blancura de sus pupilas al argentino  inmutable. — Stop! You stupid muffinhead! (¡Detente! ¡Estúpido cabeza de muffin!)

— ¿Querés que pare cuando ni siquiera te has corrido? – Spreen murmuró mientras sus dedos recorrían de manera superficial el miembro erecto de Bad.

Bad se mordió tan fuerte los labios que los belfos comenzaron a sangrar.

Los pasos de Foolish se detuvieron cerca de la puerta.

Spreen obedeció a Bad y también se detuvo para esperar la siguiente acción del semi dios.

— A frame item with a note? The fuck? (¿Un marco de Ítem con una nota? ¿Que carajo?) – La voz de Foolish fue baja.

El silencio inundó el restaurante por unos segundos, hasta que fue irrumpida por la misma risa de Foolish.

Bad estaba confundido. Quería saber que estaba ocurriendo, poner su cabeza fría un segundo. Pero todo estaba siendo complicado cuando todavía tenía la polla de Spreen enterrado adentro suyo.

— What did you...? (¿Que es lo que...?) – Bad trató de hilar en una voz baja.

— Well. I guess we'll gonna see your father other day. How much I owe you again? (Bueno. Supongo que veremos a tu padre otro día. ¿Cuánto te debo de nuevo?)

Los pasos comenzaron a escucharse lejanos para fortuna de Bad, quien suspiró más tranquilo.

Luego de unos segundos que parecieron eternos, Foolish y Dapper dejaron el restaurante.

— Gosh, I almost die. (Cielos, casi muero) – El demonio dejó de tensarse a medias.

Ahora venía su segundo problema.

— Ca-Can we continue? (¿Po-Podemos continuar?)

— Perdón, pero dijiste que parara. – Spreen soltó sus manos de los glúteos de Bad y comenzó a sacar su polla lentamente de la cavidad.

— Come on! You can't leave me like that! (¡Vamos! ¡No puedes dejarme así!)

— Yo cumplo con mi palabra, Bad.

La punta del miembro estaba peligrosamente fuera, pero todavía Bad podía sentir el palpitar de la polla que dejaba residuos de calor en su cuerpo.

El pobre demonio se estaba volviendo loco. Incluso con la poca visión del cuarto, podía sentir la cara de satisfacción del argentino ante su acto.

— Don't! Please! Put It back! (¡No! ¡Por favor! ¡Ponlo de nuevo!) – Bad rogaba, haciendo puños encima de la puerta y moviendo sus caderas hacía atrás. Con tanta sensación de vergüenza recorriendo por su cuerpo, aseguraba escuchar los latidos acelerados de su corazón a lado de sus oídos.

— Si tanto lo querés, vos ponela de vuelta. – Spreen estiró sus brazos para aprisionar a Bad bajó su cuerpo y poner las palmas en la puerta.

La respiración del argentino cayó en la nuca del demonio, quien tembló de excitación y odio.

Odiaba ser tan patético, pero al mismo tiempo era lo que necesitaba para llorar de placer.

Con movimientos torpes y ansiosos, Bad empezó a introducir de vuelta la polla de Spreen. Era algo complicado de realizar por su posición, pero Spreen le ayudaba de manera indirecta dándole pequeños empujones.

— Fudge... (Panecillos...) – Bad maldijo complacido al haber llegado hasta la base del miembro nuevamente.

Sin esperar, las caderas de Bad empezaron a dar empujes, tratando de simular una parte de los embistes que el argentino le estaba dando.

Por otro lado, Spreen estaba orgulloso de haber logrado la increíble hazaña de que Badboyhalo estuviera bajo suyo, rogando por su pija.

— Spreen, little help... (Spreen, algo de ayuda...) – La voz necesitada del demonio fue lo último que necesitó para volver a tomar las riendas. Aún si le gustaba ver a Bad tratando de auto-penetrarse, era jodidamente lento.

Las manos del argentino fueron a la cintura contraria y decidió regresar al ritmo brusco para deleitarse con las súplicas en forma de gemidos.

La reacción del agotado cuerpo de Bad fue correrse fuertemente por los incesantes estimulos, dejando una mancha blanca en el mandil que tendría que limpiar después.

Spreen sentía como el cuerpo del demonio comenzaba a flaquear tratando de mantenerse de pie. Por lo que le fue fácil pasar sus manos por las muñecas a Bad y jalarlo para seguir embistiendolo.

— Spreen! – Una media sonrisa perdida en el éxtasis salió del rostro sonrojado de Bad. Aquella posición era dolorosa, pero lo hacía seguir despierto.

— Tengo una propuesta. – Spreen aumentó sus embistes con ganas de correrse dentro de Bad. — Te dejo aquí, con el orto abierto, para que sigas trabajando. O podés cerrar el local por hoy e irnos de fuga a mi humilde casa para seguir sin interrupciones. ¿Qué querés?

Spreen no tuvo que seguir hablando ante los constantes movimientos de cabeza de Bad que accedían ciegamente al trato.

— Yes! Just please-! Please inside! (¡Si! ¡Solo por favor-! ¡Por favor adentro!)

El argentino sonrió con suficiencia. Le había gustado lo que había hecho con Bad.

Dejó de sostener los brazos ajenos y procedió a pasar sus palmas por el vientre de Bad para apretarlo con sutileza.

— Que puto sonaste. – Con sus dientes, Spreen se clavó en el hombro vestido de Bad, al mismo tiempo que dejaba que su semen inundara la desastrosa cavidad del demonio.

Bad por instinto apretó sus piernas y sus uñas se clavaron en la madera de la puerta. Era doloroso. Era humillante. Pero tenía un balance armonioso con el placer que sentía internamente.

No tenía que pensar tanto las cosas. Solo gozar. Sentirse momentáneamente dependiente de Spreen.

— Ni se te ocurra dormirte como siempre. – La voz del argentino resonó en la habitación y llamó la atención del aturdido demonio. — Está vez arreglaré tu problema de stamina.

— Yes... (Sí...) – Bad se reincorporó y se apoyó en el pecho de Spreen para mantener la fuerza en sus piernas húmedas y temblorosas.

"Maybe I just need to be from Spreen"
(Tal vez solo necesito ser de Spreen)

Foolish se hallaba cuidando de Dapper y Leo. Más bien, estaba pasando tiempo con ellos y burlándose de la nota que dejó Bad en el restaurante.

— My god! It just- (¡Por Dios! ¡Es sólo-) – Foolish se hallaba secando sus lágrimas por tanta risa. — I can't help but imagine seeing Bad writing this, with his face all serious, only to say: "I'm going to make shit, come back another time please". With a smiley face at the end!
(No puedo evitar imaginar ver a Bad escribiendo esto, con su cara toda seria, solo para decir: "Voy a hacer mierda, vuelva en otro momento por favor." ¡Con una carita feliz al final!)

Aún si las risas de los niños no eran audibles, Dapper y Leo andaban rodando en el suelo viendo por décima vez la nota escrita en una cursiva característica de Bad.

Luego de unos segundos de calmarse, el niño con sombrero de copa le extendió su libro para comunicarse al semi dios.

— I still think dad didn't write this. But the simple idea of imagining him desperate writing this, is laughable. (Sigo creyendo que papá no escribió esto. Pero la simple idea de imaginarlo desesperado por escribir esto, da risa) – Foolish leyó con rapidez uno de los escritos de Dapper. — Yeah, remember kids. If he say something, we play dementia. Also, this Is now our new inside joke. (Sí, recuerden niños. Si dice algo, fingimos demencia. Además, esto es ahora nuestro nuevo chiste interno)