Séptima carta
Con mis pensamientos centrados completamente en Adrien y las cartas, parecía que mi vida de heoína había pasado a segundo plano o simplemente la había olvidado. De vez en cuando en la ciudad aparecía uno que otro villano, sin embargo, Chat Noir y yo no hablábamos. Seguramente me guardaba un gran rencor por no haberle permitido irse aquel día, y lo entendía, pero eso sólo me hacía sentir que incluso fingiendo ser alguien más, de todas formas lo arruinaría.
***
Después de la muerte de su madre, Adrien no tuvo más remedio que vivir solo con su padre. Antes fuimos capaces de visitarlo solo dos veces, para ninguno de nosotros era realmente agradable toparnos con Gabriel, siempre nos cerró las puertas de su casa en la cara, en especial a mí, por razones que pronto entenderéis.
Sin embargo, los años ablandaron su carácter y parecía querer oírnos hablar de Adrien. La última vez que estuvimos en su casa, fue para el funeral. Hoy estábamos frente a esa gran mansión y fue él mismo quién nos recibió en la puerta.
—Por favor, adelante— dijo mientras que una señorita nos guiaba hacia dentro —Lamento ser incapaz de recordar sus nombres, pero sí te recuerdo a ti, Marinette.
Incluso a un padre tan ausente, él había logrado hablarle de mí.
Para el Adrien del pasado:
Lamento tanto no haber podido ayudarte, quería que habláramos más. Había mucho que quería decirte y que quería que me dijeras. Me arrepiento de no haber tenido el valor para decírtelas.
Ese día... ¿Qué querías decirme?
Incluso ahora, diez años después, sigo pensando en eso.
***
Fuimos de compras con Luka, Nino, Alya y Chloé. Compré unos short a juego con las chicas, los cuales eran muy lindos pero muy cortos.
Después de eso fuimos por un helado al puesto de André. Adrien tenía una cita con Kagami así que no pudo venir, pero las vacaciones empiezan pasado mañana y podremos vernos. No sé cómo actuar cuando lo vea. Mi respuesta su nota fue un "no", ¿qué les habrá pasado?
—Buenos días— saludé a Adrien al topármelo en los casillos, sin embargo no respondió —Hoy no preparé tu almuerzo...
—Está bien, ¿lo olvidaste?— preguntó, con cierta amabilidad inesperada.
La respuesta a eso salió entre tambaleos y titubeos. Le dije que había creído que su novia podría enojarse si le preparaba el almuerzo, así que no lo hice, pues no quería molestar. Su rostro aún parecía calmado y cerró su casillero antes de empezarse a alejar.
—Gracias por haberlo hecho. En serio me gustó— dijo mientras se marchaba —Lamento haberte obligado.
No... No fue así. A mí me gustaba hacerlo, me da la oportunidad de hablarle y verlo sonreír cada vez que le entregaba la comida, eso me hacía realmente feliz. Ni siquiera afectaba en algo mi rutina, tengo que decírselo.
—¡Adrien!— dije antes de que se fuera, logrando que se diese vuelta.
Sin embargo, antes de que pudiese volver a decir algo Kagami apareció y lo tomó de la mano. Él parecía esperar que le hablara, pero decidí hacerle un gesto para que se marchara, y ambos se alejaron de mí, tomados de las manos. Ambos parecían compartir el hecho de estudiar junto a más gente recientemente, pues se fueron hablando de eso.
—¿Dónde está Adrien?— preguntó Chloé mientras todos estábamos reunidos en el receso.
—Kagami vino y se lo llevó— le contestó Nino con la boca llena —Al igual que sucede cada vez que el profesor abandona la sala.
Las chicas comenzaron a hablar de la relación de ellos dos y se cuestionaron por qué los habían apoyado en un principio. Oír hablar sobre ellos hacía que mi corazón doliese. Sentía la mirada de Luka sobre mí, pero seguía divagando en mi mente. ¿Por qué no miré antes el borrador? ¿Por qué simplemente no le dije que no?
Creo que vivir sin arrepentirse de nada es difícil, sé lo que va a suceder y sigo tomando mis propias decisiones. Ver a Kagami y a Adrien hablando en el pasillo era la muestra más clara de ello.
—¿Hay algo que nos estés ocultando?— preguntó Alya, mientras avanzábamos sin rumbo.
—¡No, no hay nada!— respondí volviendo a la realidad.
17 de Mayo
Después de que Adrien y Kagami comenzaran a salir, él y yo dejamos de hablarnos.
Hoy fue el comienzo. Durante el almuerzo, incluso cuando fue Adrien quien me llamó, noté a Kagami viéndonos y huí. Después de eso lo evité constantemente.
Quiero que respondas cuando él te hable. No esperes, dile lo que realmente piensas. Debes tener mucho que decirle.
Decirle lo que realmente pienso... Pero él siempre está con ella, si no está solo no puedo hablarle. Y justo cuando estaba diciéndome eso, le vi sentado en una banca. ¿Está solo?
—Marinette...— dijo al darse cuenta de mi presencia —¡Quiero hablar contigo!
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