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Capítulo 11.- 69 Sombras de ''Mini Het''

Antes de todo: Voy a dedicar este capítulo a: @Laura_Het porque gracias a nuestras conversaciones locas y fangirls encontré el título perfecto para este capítulo. Además que gracias a ella descubrí Wattpad y es una belleza de persona:'3

Nota de la autora: Soy consciente de que en este capítulo se me fue la mano con la suciedad así que no me hago responsable de las inocencias perdidas y de la ropa interior que tenga que ser lavada después de leer esto:v

Y ahora las dejo leer UwUr

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Me desperté sintiendo como repartían besos por lo largo de mi cuello repetidamente, una sonrisa de oreja a oreja se me dibujó en los labios al saber quien era el responsable.

- Buenos días ángel. - susurró junto a mi oído antes de morder el lóbulo de mi oreja, yo me estremecí al sentir su aliento contra mi piel.

- Buenos días... - jadeé mientras estiraba mis brazos y me incorporaba en la cama para poder estar en frente de él.

Una mueca de dolor decoraba mi cara mientras grité.

James río.

- Te dije que si lo hacíamos tantas veces no te podrás mover al día siguiente.

- Pero ha valido la pena señor Hetfield... - lo empujé para que se tumbara encima de la cama y yo me senté a horcajadas encima de él. - ¿O no? - dije rozando sus labios con los míos. Él sonrió.

- Desde luego.

Nos besamos con suavidad, ambos sabíamos como iba a acabar aquello pero hacia mucho que no nos fundíamos en un beso tierno, sin posesión ni deseo desenfrenado.

James se tumbó sobre mí mientras seguíamos besándonos, cada vez con más ferocidad, una de sus manos bajo a mi entrepierna y con la otra acariciaba mi cuello.

- James... - gemí al notar como uno de sus dedos entraba dentro de mí.

Él sonrió con satisfacción mientras dirigía su boca a mis pechos e hizo un camino de besos que lo llevaron hasta mi intimidad. Yo me sonrojé al verlo besar mis muslos, quería que siguiera sin embargo me daba una vergüenza terrible.

A base de besos, rodeó mi intimidad y entonces pasó la lengua por encima de esta, yo gemí mientras tiraba de su pelo con mis manos al sentir tal placer. Lo hizo de nuevo, esta vez entreteniéndose de más en mi clítoris el cual lo rodeó repetidas veces con su lengua, luego lo cogió entre sus dientes y tiró de él provocando que gimiera mucho más que antes.

- James... ya joder... - supliqué.

Él separo su boca de mi entrepierna mientras con sus dedos seguía acariciando esa zona.

- Antes deja que te torture un poco, querida. - y dicho esto sopló encima de mi intimidad provocando que se me erizara la piel y yo diera un pequeño gritito.

Bajó su lengua de nuevo para tener contacto conmigo y me lamió repetidas veces mientras repartía ligeros mordiscos en mis muslos y mis labios.

El calor empezaba a crecer en mi interior y él lo sabia, yo estaba húmeda y resbaladiza y él lo estaba disfrutando.

- James... si sigues así... yo... ahh...

Justo cuando el calor era inaguantable y estaba a punto de alcanzar el orgasmo que tanto estaba anhelando James paró y volvió a ponerse encima de mí.

- Shht... - James me calló con un beso, su lengua se movía con agilidad en mi boca y sentía el gusto salado de mi entrepierna, era algo sucio pero demasiado estimulante.

James entró en mí de manera brusca, la cura de los movimientos que había hecho la noche anterior desaparecieron por completo y sus fuertes embestidas provocaban que la cama se moviera hacia delante, era doloroso, notaba que si seguía con ese ritmo podía partirme por la mitad pero a la vez era placentero y me hacia enloquecer.

Notaba la respiración irregular de James en mi cuello mientras me mordía y dejaba pequeñas marcas rojas en mi piel, estaba volviendo a sentir calor, un calor que poco a poco tomaba el control de mi cuerpo y me hacia temblar y querer más. Mi espalda se arqueó y mientras mis manos arañaban su amplia espalda, ambos estábamos cerca del placer que tanto buscábamos, nuestras respiraciones agitadas y nuestros movimientos salvajes nos hacían querer más del otro.

Nos unimos en un beso apasionado en el que los dos ahogamos nuestros jadeos y gemidos que señalaban la llegada mutua al clímax.

Nos quedamos besándonos cada vez con menos ferocidad y más lentitud, nuestras respiraciones iban al mismo ritmo e iban calmándose por momentos hasta que finalmente James salió de mi interior y se tumbó a mi lado y yo me apoyé en su pecho, cerré mis ojos unos minutos mientras oía el latir de su corazón y él acariciaba mi pelo y repartía besos por mi cabeza.

James alcanzó su móvil y lo desbloqueó poniendo una cara de sorpresa e inquietud.

- ¿Qué ocurre? - pregunté besando su pecho.

- 7 llamadas perdidas de Francesca.

- Quizá deberías llamarla. - me incorporé encima de él para poder mirarle a los ojos y seguí dando pequeños besos por su cuello hasta su abdomen.

James me miró desafiante.

- No hagas nada raro Angie.- Yo me coloqué el pelo tras uno de mis hombros.

- ¿Qué voy a hacer yo de raro? - dije mientras me mordía el labio inferior.

- No hagas eso o te voy a coger duro en el suelo. -gruñó.

Yo reí.

James marcó el número de su mujer y se puso el móvil en la oreja.

- Eso suena bien, señor Hetfield. - dije en voz baja mientras besaba de nuevo su pecho e iba bajando hasta llegar a donde tapaba la sabana.

James aún con el teléfono en la oreja me miró y me negó con la cabeza.

Yo ignoré su gesto y besé su entrepierna por encima de la sabana provocando que el soltara un leve suspiro.

Sabía tan bien como yo lo que iba a hacer.

- Hola Francesca, perdón por no haber contestado cuando me llamaste...

Quité la sabana que cubría su miembro y me sonrojé al verlo de cerca. Tenía un tamaño considerable.

Joder que si era considerable...

Y no estaba animado.

¿En serio había estado toda la noche metiéndome eso dentro de mí y no me había agujereado ningún órgano vital?

Lo cogí con una de mis manos y empecé a moverla arriba y abajo, mientras James hablaba con su mujer y me miraba de reojo, pidiendo que parara.

Notaba como iba poniéndose duro bajo mi mano y la tentación de llevármelo a la boca crecía por momentos, lamí la punta con mi lengua y oí como James soltó un suspiró. Yo reí y lo lamí de arriba a abajo mientras James seguía hablando con Francesca.

- Sí, fui con los de la banda y... luego fuimos a tomar algo, nada... nada serio.

Metí la cabeza de su miembro en mi boca mientras iba acariciándolo con la lengua y lo deslicé hacia abajo hasta llegar a la mitad donde empezaba a notar arcadas y tuve que sacarla. Sin embargo volví a ello, subiendo y bajando cada vez más.

- Sí... yo... me... me quedé dormido en el estudio y... aah... joder.. - Intentaba ocultar los gemidos. - Perdón por no contestarte... uff...

Lo metí completamente en mí y lo volví a sacar para pasar la lengua por él y volver a meterlo en mi boca.

- Ya... vendré más tarde...hmm... ahh.. me tengo que ir... - y cortó.

James me miró juguetón mientras yo sacaba su virilidad de mi boca.

- Creo que en vez de un ángel eres un diablillo. - sonrío.

Yo me mordí el labio inferior.

James se levantó de la cama y me tomó del brazo para que me levantara y me pudiera besar, su lengua invadió mi boca y con sus manos callosas de guitarrista recorrió todo mi cuerpo.

Me arrinconó en la esquina de la habitación, mis piernas estaban entrelazadas en su cintura y con mi mano seguía acariciando su erección. James apoyó mi espalda en la pared y se introdujo dentro de mí, sus embestidas hacían que mi espalda chocara repetidamente contra la pared y mis uñas se clavaran cada vez más en su espalda marcándola con franjas rojas.

Sin seguir nuestro ritual James fue hacia el baño, donde nos metimos dentro de la ducha y el agua fría cayó sobre nosotros contrastando con el calor que predominaba en nuestros cuerpos.

- James... - gemí. - yo... ah...

James me mordió el cuello hasta subir a mi oreja.

- Yo también te quiero. - jadeó en mi boca antes de besarme de nuevo.

Ambos jadeamos al llegar al placer que tanto buscábamos, James me bajó al suelo y me besó de nuevo mientras nuestras respiraciones volvían a ser regulares.

Salimos de la ducha y nos secamos entre besos y risas.

- No quiero que te vayas... - me senté encima de él mientras besaba su cuello.

- No hagas eso o te volveré a desvestir...

Mordí y absorbí su cuello haciendo que una marca roja se formara en su cuello. Una que iba a tardar en irse.

- Te quiero mucho. - mi cara estaba en su cuello, aspirando su masculino olor.

- Yo más. - dijo besando mi frente.

James me cargó en sus brazos y me llevó escaleras abajo hasta la puerta principal donde me dejó en el suelo, aprisionándome entre él y la puerta.

- Te voy a echar de menos. - susurré acariciando su mejilla,

- Y yo a ti. - dijo besándome suavemente en los labios.

- ¿Me llamaras cuando puedas?

- No lo dudes - guiñó uno de sus perfectos ojos celestes.

James abrió la puerta y vi como se montó en su coche, desapareciendo tras los cristales tintados de un color oscuro.

Cerré la puerta y me deslicé por ella hasta llegar al suelo, mi móvil vibró, yo lo cogí para ver de que se trataba:

Recibido ahora (12:37)

Ya estoy echando de menos tus gemidos resonar en mi orejas y tus besos que hacen que se me erice la piel. Espero ansioso volver a verte.

Sonreí como una boba al leer ese mensaje y respondí :

''Tenga por seguro señor Hetfield que no podré estar mucho tiempo separada de su enorme don.''

Reí mientras mordía mi labio inferior, deseando volver a estar entre sus brazos como antes mejor.


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