—¿Conter?

No veo a Conter por ningún lado... Revisé arriba y abajo en toda la base, sus cosas están tal y como las dejó ayer. Comienzo a sentir una punzada de ansiedad que me recorre la espalda.

—Ey, Spring. ¿Qué haces acá, amigo? Mictia te está buscando.

Ah, solo es Farfa. Su presencia siempre trae un aire de calma, pero hoy no puedo evitar sentirme inquieto.

—¿No has visto a Conter? No lo encuentro por ninguna parte.

Farfa se desconcertó por un momento. Lo sentí, aunque sus ojos inexpresivos solo me mostraban la pureza del blanco, a través de la hendidura de su casco. ¿Por qué me mira así? Mis pensamientos comienzan a enredarse, y el temor de que algo haya pasado se hace más fuerte.

—Uy, papá Sprin ya está buscando a mamá Conter —claramente sentí ese toque burlesco en sus palabras, que hoy no consigo apreciar—. Nah man, Conter fue por materiales, no te preocupes, boludo, que en un rato vuelve.

Eso es imposible, todo el equipo está vivo, no necesitamos farmear para tenedores. Hoy no hay misión diaria y los cofres están repletos de cada ítem que te podas imaginar. Me está mintiendo y no lo hace ver como si lo hiciera para gastarme una broma. No es ese tonito gracioso que en este momento necesito.

—¿Por qué me mientes?

—¿Qué? 

Ay, que boludo. Lo dije en voz alta.

—No te estoy mintiendo, man. ¡Ah! Escuché que ya abrieron el casino otra vez, ¿vamos a gastar unas pares de deditas? Y nos reunimos con Mictia allá, que creo que te quería decir una cosa.

Las palabras de Farfa resonaban en mi mente, pero no conseguían apartar la preocupación que sentía. Intenté concentrarme en sus propuestas, en el sonido de su voz, como si eso pudiera calmar la tormenta que rugía en mi interior.

—Bueh, boludo. Ya era tiempo, tengo 3 stacks para aumentar la ludopatía —respondí, tratando de disimular el nerviosismo que me carcomía.

Mientras nos dirigíamos al casino, mi mente no dejaba de pensar en Conter. Cada paso se sentía pesado, y cada segundo que pasaba sin saber de él aumentaba mi desesperación. No podía perderlo, no ahora. La mera idea de que algo le hubiera pasado era insoportable, y estaría dispuesto a hacer cualquier cosa por asegurarlo a mi lado, para siempre.