Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

36. Las verdades han sido dichas

            Ha pasado una semana de mi reconciliación con Dank. Todas las cosas se han arreglado completamente. Le dije cada detalle de ser una amante contratada, y calme todas aquellas preocupaciones que ocupaban por su mente.

                También me disculpe con Marcus Scott. Fue incomodo verlo hace dos días cuando fui a la oficina de Dank, pero después de hablar con él, todo a quedado en el pasado. Además de que ahora fui presentada verdaderamente; con mi nombre real.

                Descubrí que Marcus fue a la preparatoria con Dank y son amigos desde entonces. Los dos me hablaron sobre el verdadero padre de mi mejor amiga. Fue hermoso verlos hablarlos de él. Yo no les diré nada, no es una historia que debería contar yo.

                Mi mejor amiga regreso a Nueva York, pero seguimos igual de unidas que antes. Después de todo, ella fue la que me dio fuerzas para regresar a lado de Dank. También hice las paces con mi madre y me hablo de mi verdadero padre; él cual conocí ayer. Fue incomodo al principio, pero al verme, se le empañaron los ojos, y claro está, también los míos.

                En todo el proceso Dank estuvo a mi lado sosteniendo mi mano.

                Mis padres se tomaron bien mi relación con Dank, lo cual fue un alivio, porque de ningún modo me separaría de nuevo de él. Lo amo, y es perfecto que nuestra relación este siendo bien vista por todas aquellas personas que son cercanas a nosotros.

                Por otro lado, el divorcio de Dank es oficial. Miranda se enteró de que nos reconciliamos y que no tendría ninguna oportunidad, así que firmo los papeles y según se, se fue con su amante a Australia. Es otro alivio, el drama que conviene con ella es un poco estresante.

                Tampoco le he dicho a Dank de mi embarazo.

                He faltado a la universidad la última semana y sé que Dank se ha dado cuenta de ello, sin embargo, él no pregunta. Es cuestión de tiempo para que empiece a preguntar, y no tengo idea de cómo decirlo. Me asusta cómo será su reacción. Todo esto en nosotros es demasiado fresco y se necesita tiempo para digerir todo lo que estuvo mal en el pasado, y aunque él no me lo diga, sé que aún le aterra perderme.

                También me aterra a mí.

                Todo el día de hoy estuve planeando como decírselo.

                El día de hoy, Dank vendrá a mi apartamento a cenar. El envié la invitación en la tarde y vendrá después del trabajo. Todo el día he tratado de averiguar la mejor manera de suavizar en golpe, pero nada me vino a la mente.

                Practique miles de veces el cómo se lo diría y ninguna me convenció. Todos y cada uno de mis intentos fallidos, eran una forma de prácticamente darle un ataque al corazón a Dank. Todas eran una mierda.

                Dios, ¿cómo das una noticia como tal?

                A las nueve en punto suena el timbre y mis nervios se han encrespado más de lo normal. Mi pulso late tan rápidamente que lo puedo sentir através de mi frente. Un dolor consistente aparece en mi cabeza a causa del estrés, pero es hora de ponerme mis calzoncillos de niña grande y empezar a enfrentar la realidad: estoy embarazada.

                Abro la puerta y un muy agotado Dank me ve. Sus labios se estiran en una sonrisa sencilla que hace que mis piernas se debiliten.

                Entra como si fuera la cosa más natural y deja un beso en mi frente mientras camina hacia mi sala de estar.

                No lo sigo.

                Con nerviosismo sirvo nuestra cena, que consiste en una sencilla pasta a la italiana y una ensalada. Esta mañana empecé con los vómitos con cada cosa que olía y no estoy segura aunque alimentos puedo retener en mi estómago. Le sirvo una copa de vino a Dank y, para mí, solo tomo una botella de agua mineral.

                Pongo todo en la encimera de mi cocina y me dirijo a sala de estar. Dank está sentado en mi sofá grande y tiene su cabeza entre sus manos.

                Por la expresión en su rostro, sé que algo le preocupa.

                -La cena esta lista -digo sacándolo de lo que sea que estuviera pensando.

                -Gracias -se levanta y camina a mi lado, deposita un beso en mis labios y sigue su camino.

                Tardo unos segundos en seguirlo y cuando llego a él, veo cómo analiza todo lo que está en la mesa. Me doy cuenta que no se le pasa desapercibido que solo serví vino para él. Sé que tiene preguntas, sé que será fácil si el saca la conversación. Sólo espero que sea así. 

                Comemos silenciosamente. Siento la mirada gris de Dank quemarme. Quiero tanto mirarlo, pero tengo miedo.

                Necesito un poco más de tiempo.

                Pero entonces, el rompe el silencio.

                -Verdadero o Falso -me tenso cuando lo dice-. ¿Esta cena es para hablar de algo serio?

                -V-verdadero -murmuro.

                Asiente de forma lenta, procesando su siguiente pregunta.

                -Verdadero o Falso -repite-. ¿Has estado faltando a la universidad la última semana?

                Trago. -Verdadero.

                Un suspiro cansino sale de su pecho y me pongo rígida por aquello movimiento.

                -Verdadero o Falso. ¿Me estas dejando?

                Jadeo. -¡NO! Jamás haría eso, ¿por qué piensas eso?

                Veo como los hombros de Dank se relajan visiblemente, pero la mirada de desconfianza no abandona su rostro.

                No quiero que piense nada de ello, así que tomo un respiro y suelto-: Estoy embarazada.

                Silencio.

                Silencio.

                Más silencio.

                Quiero gritar y a la vez demandar alguna reacción. Pero nada. Dank no hace nada. Su rostro luce impasible y ha drenado cualquier emoción de su mirada gris. Tengo miedo.

                Estoy a punto de demandarle una respuesta, cuando abruptamente se levanta y sale. Lo último que escucho es la puerta de mi apartamento siendo azotada.

                Cierro los ojos y me trago el nudo que se forma en mi garganta. Respiro hondo varias veces pero nada funciona. Un sollozo explota de mi pecho y tengo que sujetarme de la encimera para no caer.

                Es oficial: lo he perdido.

                Idiota. Idiota. Soy una puta idiota.

                Sabía que era mala suerte decirle cuando todo estaba demasiado fresco. Yo y mi puta boca.

                Con el último esfuerzo y la poca energía que me queda, me levanto y voy a mi habitación. Me acurruco en una bola y lloro por todo lo que perdí en tan solo una noche.

                (***)

                Unos golpes me despiertan.

                Trato de registrar mi entorno. Escucho la puerta de mi apartamento abrirse y tengo miedo. Trato de levantarme para alcanzar mi iPhone y llamar a la policía, pero las náuseas aparecen de golpe y me hacen correr al baño rápidamente.

                Arcada tras arcada hacen a mi cuerpo convulsionarse de una manera dura. El sudor se acumula en mi frente y olvido todo lo que me rodea. De pronto, unas manos aparecen en mi línea de visión y retiran el cabello de mi cara.

                Una toalla húmeda empieza a ser pasada por mi frente, sintiendo alivio.

                -Dios, nena. Lo siento.

                La voz de Dank me sorprende y rápidamente alzo la vista. Sus ojos grises me miran con dolor, pero detengo también un brillo en ellos que no logro reconocer. No sé qué hace aquí y tengo miedo de preguntar.

                Las arcadas terminan y mi estómago deja de vaciarse. Es comprensible sabiendo que mi estómago solo tenía un poco de la cena de anoche.

                -¿Estas mejor? -pregunta Dank con voz suave.

                -Estaré mejor después de lavarme los dientes -le respondo.

                Dank asiente y me ayuda a levantarme. Mis rodillas se sienten adoloridas, no me di cuenta en que momento caí. Hago una mueca de asco al ver todo el vómito en el escusado. Jalo la palanca y me siento aliviada de ver todo irse.

                Rápidamente cepillo mis dientes y veo a Dank recargado en la puerta de mi baño.

                -¿Qué haces aquí? -le pregunto con voz dura.

                Su cuerpo se estremece a causa de mi tono, pero se recupera pronto. Avanza lentamente a mí y yo retrocedo con cada paso que él da.

                Cuando logra acorralarme contra el lavabo, la yema de su dedo pulgar se frota ligeramente debajo de mi ojo.

                -Estuviste llorando -no es una pregunta si no una afirmación.

                Quito su mano de golpe.

                -¿Qué esperabas que hiciera? Me dejaste como una idiota. Me rompiste el corazón, Dank.

                Cierra sus ojos con remordimiento, pero rápidamente los abre. Su mirada me traspasa y veo algo en ella: determinación.

                -Admito que fue un movimiento idiota, pero me tomaste por sorpresa.

                Rio con cinismo. -Sí, bueno. ¿Quién mierda se quedaría a lado de su novia preñada?

                Dank frunce el ceño con enojo.

                -No digas esa palabra -me reprende y me deja confundida. -Dios, Jen. Anoche estaba preparado para que me mandaras a la mierda. Jamás espere que me dieras esa noticia.

                -¿Por ello te fuiste?

                Traga. -Fue grosero de mi parte dejarte, pero si me dejas explicarte, sabrás que no fue con malos motivos. Sólo dios, déjame alimentarte primero. Estas más delgada de lo que te conocí y no me agrada eso sabiendo que vamos a tener un bebé.

                -¿Vamos? -pregunto con mis cejas levantándose con sorpresa.

                Una sonrisa Made In Dank aparece en su rostro. Es una de las más grandes que he tenido el placer de ver. Me encanta verla y tengo un momento de apreciarla.

                ¿Qué significa ello?

                -Sí, nena. Vamos. Quería darte de desayunar primero pero no me dejas otra opción.

                Espero pacientemente.

                -Te amo, Jen. Jamás me cansare de decirlo. Anoche lo soltaste tan rápido que entre en pánico. Fui padre por casi dieciocho años de Cloe, pero aun así me siento aterrado. Sé que no soy el verdadero padre de Cloe y jamás estuve en todo el proceso. Saber que podré hacer todo ello contigo me abrumo de alguna forma.       

                »Me golpeo, y lo único que podía pensar es: ¿qué diablos se yo de embarazos? Salí rápidamente con miedo. Porque si, Jen, tengo miedo. Miedo de fracasar al estar a tu lado (porque esto es nuevo para mí), miedo de defraudarte a ti y al bebé. -Hace una pausa y traga-. Tengo miedo de perderte.

                -No debes tenerlo -digo suavemente.

                Dank toma mis manos en las suyas y entrelaza nuestros dedos.

                -Sé que no debo, pero lo único que puedo pensar es que estoy alegre. Estoy jodidamente asustado por ti, estabas estudiando en una de las mejores universidades, una de las mejores carreras y ahora ya no podrás hacerlo. Me aterra como el infierno que el no cumplir tus sueños con algo tan grande, cambie algo entre nosotros.

                »Salí anoche, porque no sabía cómo lidiar el que no podrás terminar la universidad. Me ataco el hecho de que en unos años te aburrieras de mí o que no querías tener al bebé. Me aterra que no lo quieras, Jen. Porque jodidamente yo ya lo amo. -Saca su mano derecha de mi mano izquierda y saca de su bolsillo una caja de terciopelo negro. Jadeo-. Tengo miedo de hacer todas las cosas al revés, nena. Me case con una chica a la que no amaba, me case para darle la mejor maldita vida a la hija de mi mejor amigo, cuando todo el mundo me dijo que no era necesario y no debía hacer todo ello. Y tenían razón. Todos tenían razón y jamás escuche.

                Abre la caja y un hermoso anillo de Tiffany se muestra en la caja. Es una banda sencilla con un diamante en medio, rodeado de otros pequeños alrededor.

                Mis lágrimas se desbordan.

                -Tenían razón en que no debía casarme con Miranda para darle una hermosa vida a Cloe. Tenían razón en que algún día encontraría a alguien y estaría dispuesto a dejar a Miranda.

                -Pero te ibas a divorciar de Miranda antes de nosotros.

                -En eso te equivocas. Jamás contemple dejar a Miranda a pesar de que sabía de sus infidelidades, hasta ti. Recuerdo a una hermosa chica con una mirada llena de dolor y tristeza debajo de la lluvia un día que fui a recoger a Cloe. Recuerdo ver cómo me miro con curiosidad a pesar de que pasaba por algo triste. Ese día nena, fue el primero que me di cuenta de que debía dejar a Miranda. Tú, hiciste que mi corazón latiera apresuradamente como nunca. Tu mirada ese día, fue lo que me atrapo.

                »Pero algo que sucedió me tuvo en tu bolsillo. Aquella fiesta en que pensabas que estaba borracho y dormido, fingí -jadeo con sorpresa-, fingí estar dormido, y sentí cada maldita emoción en aquel beso que me robaste. Sentí que nuestras almas estaban destinadas, y cariño, ayer cuando me diste esa noticia, estuve realmente sorprendido pero a la vez emocionado. Era la única pieza que me faltaba para decidirme y hacerte mía -saca el anillo de la caja -. Fue la última pieza para decirme que no quiero a nadie más en mi futuro que a ti y a nuestro hijo.

                Dank se arrodilla y toma solo mi mano izquierda. Mis ojos están hinchados gracias a las lágrimas que me han provocado sus palabras.

                Joder, lo amo.

                -Nena, todas esas cosas me dirigieron a ti y realmente creo en el destino. ¿Serias mi esposa y armarías una vida para nuestro bebé conmigo?

                No le respondo. Me lanzo a sus labios.

                Dank corresponde mi beso fuertemente y desliza aquel anillo en mi dedo. Me separo de él y lo admiro un poco. Los diamantes resplandecen fuertemente y se ajustan perfectamente a mi dedo.

                Miro a Dank y sonríe abiertamente. Sé que hay demasiado camino por recorrer, pero el saber que tengo a un maravilloso hombre a mi lado, es suficiente para hacerme saber que los finales felices existen.

                No sé qué pasara mañana, ni el día después de ese; pero lo que si estoy segura, es que viviré cada uno de ellos a lado de Dank Thompson.

                Me sostengo de sus brazos y lo vuelvo a besar. Alejándome solo un poco de sus labios susurro-: Por favor, señor Thompson.

                Es lo único que digo antes de que estemos en mi habitación. Es lo único que hace falta decir para terminar haciendo el amor.

                Todas las preguntas se disipan de mi mente. Todas las dudas se borran. El futuro que me espera será bienvenido por mí con los brazos abiertos.

                No podría estar feliz; después de todo, las verdades han sido dichas.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
¡Pasen los pañuelos! Esto termino y mis chicos se despiden. Es agridulce, pase unos meses escribiéndolas abandonándola un poco y desesperándome a morir. Fue mi primer trabajo y como todo buen principiante, estuve a punto de mandar a la muerda todo. Pero luego el hada de las letras me bendijo con la idea de una trilogía. Así que apure dar historia para un romance express y soltar mi vena escritora en los demás libros. Espero les haya gustado esta historia y si no, una disculpa por hacerlo mal. Gracias por quedarse aquí y darle una oportunidad; me siento bendecida.
.
.
.
.
Editado y registrado: 16/11/17
Original: 08/17

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro