Capítulo 1. - Tocando fondo.
Aún seguía de rodillas en el frío suelo de la calle, ignorando a la gente que pasaba y soltaba comentarios groseros hacia mi persona, las lágrimas inundaban mis ojos y no me dejaban ver con claridad.
Nunca pensé que la misma persona que me alivió durante tantas noches con sus canciones fuera el responsable de aquél grado de dolor que estaba experimentando y que estaba cerca de destruirme.
Tal y como mis piernas me lo permitieron me levanté del suelo aún con la vista borrosa ya que cada vez que secaba las lágrimas de mis ojos, rápidamente eran sustituidas por otras.
Con lentitud fui andando hacia la pared y de nuevo volví a desplomarme, con la espalda pegada a la pared y esta vez con la capucha cubriendo mi cabeza y tapando mi rostro. Las rodillas en mi pecho mientras el sol calentaba mi ropa oscura y hacia que el calor recorriera mi cuerpo y empezara a sudar.
- Angie... - susurró la voz fina y dulce de la única amiga que tenía en aquella ciudad. Yo ignoré su llamada, simplemente seguí sollozando bajo la protección de mis brazos.
Cali se sentó a mi lado y me rodeó con sus brazos y apoyó su cabeza en mi hombro mientras yo seguía mirando al suelo y todavía con lágrimas en mis ojos, no dijo nada solo esperaba callada a que yo hablara hasta que se dió cuenta de que yo no iba a hacerlo.
- Angie, ¿Qué es lo que ha pasado? - preguntó con preocupación mientras yo seguía ignorando sus palabras.
- Angie por favor habla conmigo...
- ¡No quiero hablar con nadie! - chillé enmedio de la multitud haciendo que más de uno girara su cabeza y se quedara mirándonos a mí y a Cali durante unos segundos. - No quiero seguir así, solo quiero... no sé lo que quiero... - suspiré resignada.
- ¿Qué es lo que ha pasado en casa? ¿Por qué tienes esa relación tan extraña con mi padre? Angie solo quiero ayudarte.
Giré mi rostro para encontrarme con el suyo, Cali me miraba con lastima y desconcierto esperando una respuesta.
- No ha pasado nada ¿Vale? Simplemente he explotado y... y James... - en aquél momento estallé de nuevo y los sollozos se intensificaron, Cali apretó su cuerpo contra el mío para intentar consolarme.
- Por favor, no puedo hacer nada sino me lo cuentas.
La farsa que se mantenía por un hilo, cada momento que pasaba era un deseo mayor para confesar todo lo ocurrido en un amor fugaz y prohibido que podría haber sido algo maravilloso y mágico pero que acabó como una tragedia llena de dolor, o al menos en mi situación ya que James parecía encantado con lo que estaba ocurriendo.
- No puedo, lo siento...
Cali me soltó pero se quedó sentada a mi lado. Las lágrimas habían parado de salir de mis ojos pero amenazaban con volver a liberarse en cualquier momento.
- No puedo ayudarte así. - La voz de Cali esta vez sonaba más seria, quería ayudarme pero estaba empezando a impacientarse, el no querer contarle la razón de mi tristeza le provocaba la sensación de traición debido a la falta de confianza que le estaba demostrando.
Pero sinceramente prefería que se enfadara conmigo a que se enterara de la corta relación que su padre había mantenido con su amiga.
- No quiero que me ayudes... No necesito ayuda.
- ¡No me jodas Angie! Estas llorando en mitad de la calle, no puedes decirme que no te pasa nada...
- Te he dicho que no quiero tu ayuda Cali, solo necesito tiempo...
- ¿¡Tiempo para que!? - preguntó ya con apenas paciencia. - Hace demasiado tiempo que actuas de forma extraña, ni podemos estar un rato juntas porque acabas desapareciendo.
Eché mi cabeza hacia atrás y cerré mis ojos con fuerza durante unos segundos a la vez que solté un suspiro, después volví a fijar mi mirada en Cali, la que esperaba mi respuesta con impaciencia.
- Por favor Cali ten paciencia, se me pasará.
Cali me miró con desaprobación y se levantó de mi lado, seguia mirándome mientras negaba con la cabeza.
- Tu decides entonces. - dijo seria, y tal como vino, desapareció, dejándome totalmente sola no solo en aquél momento sino en todo lo que me esperaba de ahora en adelante.
Para proteger al hombre al que por desgracia me tocó querer y también a mi misma, me vi obligada a.perder a la única chica que se molesto en hablar conmigo y se interesó por mi bienestar.
Definitivamente iba de mal en peor.
Las horas pasaban y yo seguía sentada en el suelo de la calle, con mi teléfono como única distracción. Las imágenes del teléfono, todas de momentos felices que estaban ahí capturados y que ahora me producían un extraño dolor punzante en el corazón.
¿Es así como se siente el desamor cierto?
Las imágenes del último día que pasé junto a James, donde los dos salíamos con una gran sonrisa de satisfacción y si cerraba los ojos todavía podía sentir la calentor y seguridad que él me proporcionó durante aquella noche, sus caricias amorosas y sus labios encima de los míos, jurandome el cielo que ambos perdimos con nuestros actos de desmesurada confianza mutua.
Cerré los ojos para evitar que las lágrimas volvieran a salir de ellos, las nuves oscuras tomaron ek control del usual cielo azulado de San Francisco y las primeras gotas empezaban a precipitarse del cielo, chocando finalmente contra la dureza del suelo o la suavidad de alguna de las personas que transitaban la calle.
Minutos, horas. El tiempo pasaba y toda aquella amarga situación, todos aquellos momentos de amor incondicional parecía que quedaban en el olvido de todos, menos en el mío.
Todas aquellas promesas de amor y de una eternidad compartida seguían en mi cabeza, atormentandome. El dolor se apoderaba de todo rincón de mi cuerpo y todos los recuerdos felices que estaban en mi mente pasaron a ser dolorosos y a llenarme de un sentimiento de odio que nunca pensé que podía llegar a experimentar.
La estabilidad que la familia Hetfield estaba adquiriendo de nuevo, cada segundo que pasaba yo era más consciente aún de que James se estaba olvidando de mí.
La lluvia empezó a caer con más ferocidad, empapando todo aquello que alcazaba, dejando mi cuerpo en la mayor fragilidad que había llegado a tener, empecé a tiritar y mi piel empalideció, el frío empezó a controlar mi cuerpo y se podía notar por el color amoratado de mis labios. ¿Era eso lo que quería? ¿Quedar a la merced del clima hasta que una pulmonía jugará con mi vida?
Con el teléfono entre mis manos, marqué el único número familiar que me quedaba en aquella ciudad.
- ¿Si? - preguntó una voz suave y a ma vez masculina. Yo no contesté simplemente dejé que el ruido de la lluvia caer sonara en la línea.
- ¿Hay alguien ahí? - volvió a preguntar esta vez con impaciencia. - Kirk.. - susurré con voz temblorosa.
- ¿Angie? - preguntó Kirk con desconcierto. - ¿Qué ocurre?
- Kirk... yo... yo... - intente permanecer en calma, sin embargo el escuchar después de todo ese tiempo la voz de alguien que se preocupaba por mi - O al menos lo fingía. - provocó que acabara estallando de nuevo y las lágrimas que intenté ocultar volvieron a salir a la luz.
- ¿Angie que pasa, dónde estás? - decía Kirk con preocupación una vez tras otra sin embargo mis lloriqueos eran lo único que él alcanzaba a escuchar.
- No lo se... yo... no se donde estoy... solo me puse a correr y... y... James...
- Sht, tranquila, respira. - dijo intentando calmarme. - Dime que es lo que ves e iré a buscarte ¿Esta bien?
- Veo un parque a lo lejos... grande y con muchos árboles... Muchos coches y... y... no lo sé. - dije con esfuerzo antes de caer de nuevo ante los sollozos que con violencia dominaban mi cuerpo.
- Tranquila, Angie por favor ahora iré a buscarte, tranquilízate.
- ¡No! - chillé. - Por favor Kirk no me cuelgues por favor.... por favor... - las lágrimas dificultaban mi habla y a la vez mi respiración pues la ansiedad se apoderaba de mí por momentos y no me dejaba expresarme con libertad.
- Te prometo que...
- No... - dije entre sollozos. - No me prometas nada y ven... por favor...
- Tengo que colgar Angie, todo irá bien. No tardaré mucho. - Su voz sonaba con preocupación y a la vez con temor y ternura.
- Kirk...
- Cierra los ojos y respira, estaré ahí pronto. - dijo antes de cortar la comunicación entre los dos.
Apreté con fuerza el teléfono entre mis manos mientras las lágrimas seguían resbalando por mis mejillas, tal y como Kirk me aconsejó cerré mis ojos y concentré mis escasas fuerzas en intentar controlar mi propia respiración. El dolor era como si entrara en mi cuerpo a través de mi respiración y se arrelara con fuerza en lo más profundo de mi interior.
Los minutos pasaban y podía notar las luces brillantes de todos los coches que pasaban por la carretera, la lluvia que caía inocentemente y mojaba mi cuerpo en su plenitud no hacía más que empeorar mi situación.
Escuché el sonido acerado de los pasos de algún transeúnte, como se acercaban a mí junto a su presencia y calentor. Noté como dos manos acariciaban mi rostro y la misma voz tranquilizante que escuché hacia unos instantes exigía una respuesta.
Abrí mis ojos con la esperanza de que James fuera el que aclamaba por mi nombre sin embargo la realidad me golpeó con dureza cuando Kirk apareció frente a mis ojos.
Aún así nunca me alegré tanto de ver a Kirk Lee Hammett.
- Kirk... - susurré, mis ojos se abrieron como platos y con una de mis manos acaricié una de las suyas, Kirk me atrajo con fuerza hacia su pecho donde su calor me rodeó al igual que su fragancia de hombres maduro.
- Estas helada... Vamos te llevaré a tu casa. - dijo mientras me ayudó a levantarme, me cogió en sus brazos mientras yo seguía abrazada a su cuello, aspirando su olor. Kirk me dejó en el sitio del copiloto y me rodeó con su chaqueta de cuero que antes vestía con elegancia, besó mi frente durante un momento prolongado antes de atarme el cinturón y cerrar la puerta para ir al asiento del conductor.
Ninguno dijo una palabra, simplemente encendió la calefacción para que mi piel recuperará su tono usual, y junto el suave movimiento del coche caí bajo un profundo sueño del que no quería despertar jamás.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro