
Capítulo 2: Con azúcar, por favor
Esto tenía que ser una pesadilla.
Taehyung comenzó a sudar en frío. No. No, no, no. Esto era... Lógicamente no tenía motivos para avergonzarse. Necesitaba el dinero. Jeon habría hecho lo mismo en su situación —tal vez—, Taehyung no era un pervertido.
Pero en aquel instante el flujo de sangre hacia su rostro le impidió razonar cualquier situación.
El silencio no ayudó, en lo absoluto. Tampoco la expresión en blanco de Jeon, con sus ojos fijos en la falda de Taehyung.
—Por favor, di algo— se rompió Taehyung, anhelando que los aliens lo abdujeran.
Jeon parpadeó, como si recién estuviera despertando. Taehyung pensó que se reiría, o que se burlaría de él en su idiota esplendor. En cambio, Jeon se cubrió la vista con la mano.
—Mierda... Me queman los ojos.
El bastardo.
—¿Por qué demonios estás usando eso?— su voz vino con desagrado—. No te ves para nada adorable.
—Me interesa tres rábanos que no me consideres adorable— mordió Taehyung. Dios, ¿de dónde sacaba Jeon la audacia?
—Espera, tú...— El rostro de Jeon se iluminó, con algo que le hizo olvidar cubrirse los ojos, su mirada encontrando la de Taehyung y haciendo que su sonrojo empeorara—. ¿Trabajas en este lugar?
—No puedo creer que alguien tan lento como tú me haya superado en el ranking de calificaciones— resopló, preguntándose si el otro no podría oler su vergüenza. Al menos tendía a sobrecompensar, incluso si era con insultos mezquinos.
—¿Un maid café?— dijo con sorpresa, o lo que esperaba fuera sorpresa y no terror. Su atención regresó a la falda de Taehyung, pareciendo haber olvidado que hacía dos segundos la simple vista le produjo ganas de vomitar.
—Butler— le corrigió Taehyung, cruzado de brazos. Jeon asintió.
Lo escuchó susurrar la palabra para sí mismo. La idea de que Taehyung sirviera clientes vestido así parecía no caberle totalmente en la cabeza, lo que era lógico, considerando el diminuto tamaño de su cerebro.
Más importante que eso, Taehyung también tenía preguntas, cruciales, y que rogaba que recibieran una respuesta esperanzadora.
—¿Qué haces tú aquí?
Bendita fuera la estupidez de Jeon Jungkook. Para Taehyung todavía era un misterio cómo obtenía mejores calificaciones, sobre todo cuando contestó:
—Fumar un cigarro.
—¿En el otro extremo de Seúl?— gruñó Taehyung. Jeon rascó su nuca, bastante relajado para haber sido descubierto a menos de diez metros de un butler café. ¿Por qué era él quien tenía que lidiar con toda la vergüenza?
—Mi hermana dijo que vendría a este café hoy— explicó—, vine a recogerla.
Un suspiro de alivio salió entre los labios de Taehyung. Eso era bueno. Si se trataba de una única ocasión, entonces no tendrían que encontrarse otra vez en el trabajo de Taehyung, ambos podrían ahorrarse volver a vivir... lo que fuera que estuviera ocurriendo.
El sonido de una notificación hizo a Taehyung concentrarse nuevamente. Jeon sacó el móvil de su bolsillo antes de leer un mensaje.
—Es Jen— informó tipeando en su teléfono y levantando la vista hacia Taehyung al terminar—. Tengo que irme.
—Mis ojos están aquí.
—Claro— Apartó la mirada de su falda y esbozó una sonrisa escalofriante—. Te veo luego entonces.
De preferencia, no.
—Si le dices a alguien, voy a matarte— le amenazó Taehyung (o intentó hacerlo, dudaba que luciera la mitad de intimidante con su uniforme actual).
Jeon parpadeó, con algo en su expresión que le hacía cuestionarse a Taehyung si acaso realmente estaba pensando en contarle de su trabajo a sus amigos. Sin embargo, le conocía lo suficiente para saber que no era la clase de patán que delataría a alguien de esa forma, al menos no si Taehyung se lo pedía.
Debió ser reconfortante. Pero el nuevo brillo en los ojos de Jeon fue aterrador y Taehyung no pudo evitar recapitular su conversación entera, buscando alguna parte que pudiese hacerle creer que podría beneficiarse de esto.
—Por supuesto— dijo, todo sonrisas y amabilidad. Taehyung tenía un horrible presentimiento—. Buena suerte en el maid café.
Butler, quiso insistir Taehyung, como si aquello pudiese salvar su última gota de dignidad. Jeon estaba fuera de su campo visual en menos de un latido.
La sensación inquietante en su estómago estaba lejos de irse.
¿Acaso lo amenazaría? ¿Usaría su trabajo como blackmail? "Guardaré tu secreto si haces mis informes y repruebas el siguiente examen". "¿No quieres que le diga a nadie? Entonces hazme un masaje en los pies". No, Taehyung prefería morir.
Necesitaba ser optimista. Tal vez resultaría tan insignificante que Jeon lo olvidaría llegando a casa.
Sólo podía esperar.
♡♡♡
Bastardo.
—¿Qué demonios haces aquí?— espetó Taehyung, sin la usual sonrisa que esbozaba para sus clientes. Este cliente en específico no era similar en lo absoluto a los habituales y ciertamente no la merecía.
—Pedir un mocha-cacao-vainilla con salsa de frutilla y hielo— respondió Jungkook, muy cómodamente sentado en una de las mesitas del butler café. Antes de que Taehyung pudiera mandarlo al infierno, levantó tres dedos en el aire—. Con tres de azúcar, por favor.
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