BIRTHDAY SPECIAL

--¿Aprovechar para qué?—pregunté sintiendo un cosquilleo en mis pies, estoy emocionado y no sé si es porque Arthur me trajo a su casa o porque llevo más de media hora sin que me pase algo malo o arruine las cosas, algo así como que en este momento salga un perro de la nada y orine en mis tenis.

Él me ve con una sonrisa... AGÁRRENME QUE NO ME HAGO RESPONSABLE DE LO QUE HAGA.

--Es una sorpresa, bobo--¿existe una ley que impida excitarte en la primera cita?

Comenzó a caminar hacia la puerta, yo lo seguí sin dejar de mirar todo su cuerpo desde atrás. Y no es que sea un pervertido, pero ¿qué se supone que vea además de su trasero? ¿Dije trasero? quise decir espalda. El caso es que a pesar de que todo esto es muy genial y hermoso, me parece que si me confío demasiado algo podría arruinar mi momento, y esa sorpresa de la que habla Arthur.

POR FAVOR QUE NO SEA UN CÍRCULO DE LECTURA NERD.

--¿Hey, lo que pa-pasó en la biblioteca...?

--No sé de qué hablas—me cortó, antes de que terminara de hablar. Grosero, pero sexy—ya entremos, aquí afuera el sol es insoportable—se quejó, abrió la puerta con unas llaves que sacó de su bolsillo y me cedió el paso para que yo entrara primero...raro.

Un poquito desconfiado entré, y cuando iba a hacer un cumplido sobre su casa...

"¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!"

Todos gritaron luego de salir de sus escondites, arrojando serpentinas y globos, haciendo ruido con trompetitas y espanta suegras y...oh carajo ¡¿Cómo pude olvidar mi propio cumpleaños?! Pero si yo recuerdo que seguimos en junio, mi madre me hubiera hablado o algo así...

Mi teléfono vibró, lo saqué de mi pantalón y sí, veintitrés llamadas perdidas y cincuenta y cuatro mensajes de texto...

--¡Dame eso ñoño, los celulares están prohibidos en esta fiesta!—Gilbert se acercó para arrebatarme mi precioso y poner en su lugar un... ¿un biberón?

--Un recuerdo de que ya no eres un bebé—esa fue la voz del saco de patatas. ¿Él también está aquí? Sí, al igual que Feli, la loca capitana de natación, llámese Elizabeth, Antonio, alias posaderas doradas y el chino con nombre de auto.

--Gracias, supongo—contesté inseguro. Por supuesto que me gusta mucho todo esto pero no por eso deja de ser sospechoso...el biberón está lleno de algo amarillo--¿De qué lo llenaste?

--Pruébalo—me contestó con una sonrisa, y no tengo motivos para pensar que orinó y lo metió aquí así que confiaré en él, puede que sea jugo de frutita—Salud—dijo y yo probé, sorbiendo del chupete.

Esto no es jugo. Creo que sé de lo que se trata pero, no era necesario. Saboreé en mi boca el amargo líquido, hice una mueca pues nunca había tomado alcohol antes, mucho menos una cerveza.

--Miren su cara, no le gustó esa basura que llaman bebida—esa fue la voz de Frogy, que iba entrando con una botella oscura en la mano—El vino niños, eso sí es bueno.

--Tú a callar anciano, ¡la cerveza es mejor que esa agua de uvas!—le contestó Gilbert, y siguieron discutiendo, ya no les puse atención porque Elizabeth se acercó a mí con una bolsa de regalo y yo no puedo ignorar una bolsa tan colorida.

--Felicidades grandulón—me tendió la bolsa, sonriendo de oreja a oreja—escogí algo que puedas usar, sin importar si subes de peso—creo que ese comentario fue un poco inapropiado para dar un regalo...

--¡Gracias...!—le contesté, ella me dio un abrazo y un rápido beso en la mejilla y se alejó para golpear a mi amigo albino, lo normal.

Luego se me acercaron Feli y su, su... gran pareja. Me abrazó, colgándose de mi cuello y dando muchos saltos, casi me rompe la columna y su novio me miró feo, pensé que me rompería en cachitos muy pequeños así que mejor alejé a Feli. Me dieron una caja de parte de los dos, era de color verde y pesaba mucho. Después vino Gil, él me dio una gran dotación de cervezas de diferentes marcas y procedencias.

Francis me dijo que su regalo aún no estaba listo, no entendí pero no importa, seguí disfrutando de mi fiesta sorpresa. Bebí ponche, comí muchos bocadillos y platicaba a ratos con todos los invitados mientras, Arthur mencionó que estaría un poco ocupado en la cocina y que nadie lo interrumpiera hasta que él saliera. Siento que me falta alguien...

--Jones-san

--¡AH!—santo cielo, qué susto fue ese—Oh, eres tú.

--No somos amigos pero Arthur-san me obligó a venir—me dijo, con la cabeza un poco inclinada hacia abajo, es muy tímido—aun así le traje un presente—era algo pequeño, de forma rectangular y envuelta en papel plateado con un moño. Todo menos un libro, todo menos un libro por favor. }

Lo tomé con la mano temblorosa, como si dentro trajera una bomba mortal o algo así y en ese momento lo supe. Era un disco, de un videojuego, para mi consola.

--Muchas gracias—sonreí agradecido, también apenado por todas las cosas que pené en su contra—Oye, creo que no fui muy amable y nunca me presenté, se supone que yo te guiaría en la escuela y...--respiré profundo, rascando mi nuca--quiero que sepas que podemos ser amigos.

--¡A-arigato Jones-san!—se puso sonrosado, haciendo una reverencia exagerada, ¡se siente muy raro que haga eso!

--Puedes llamarme Alfred, y estrechar mi mano si quieres...

--Claro que sí, Alfred-san—iba a inclinarse de nuevo pero extendió su mano, la estreché y sonreímos—por cierto Alfred-san—me llamó directo antes de soltarme—Soy japonés, no chino.

--¡Oh, claro!—me reí nervioso, creo que se dio cuenta de mis sospechas—Ya lo sabía.

Se alejó y fue a conversar con Feli, parece que ya se conocían. Yo miré alrededor, sigo sintiendo que falta algo...o más bien alguien.

--¡Hora de la comida!—gritó Gil, con una pila de cajas de pizza en las manos.

Fuimos al comedor, era grande y muy limpio. De madera y con una lámpara de aspecto antiguo en el techo. Tengo hambre, es buen momento para comer.

"BOOM"

Escuchamos una especie de explosión salir de la cocina, un poco de humo se coló por la puerta ¿está desarrollando armas nucleares ahí dentro o qué?

--¡¿Chery chat, necesitas ayuda?!—preguntó Frogy, pegando una oreja a la puerta para escuchar.

"¡No te atrevas a entrar Rana!"

Y nadie dijo nada más al respecto, nos sentamos luego de mirarnos como deseando no explotar ahí dentro.

--Gilbert—habló la única mujer presente, con un tono muy serio y como si quisiera matar a alguien--¿Pediste todas las pizzas con piña?

Y el caos invadió el comedor.

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Ya casi dan las seis y Arthur no sale de su laboratorio, que se supone es la cocina. Nosotros nos aburrimos y tras una ronda de jugar al escondite, descubrí una consola de videojuegos en la sala y cuatro mandos, perfecto para nosotros.

--¡Yo quiero el de danza!—pidió Feliciano, muy emocionado y con una cara tan tierna que todos estuvieron de acuerdo con él. Ya luego podemos jugar a algo mejor.

Los primeros en bailar fueron Feli y Antonio, y no les sorprenderá saber que ganó Antonio porque Feli no hizo nada más que saltar, inventar pasos y contorsionarse. Creímos que le estaba dando un ataque. Luego bailamos Gil y yo, me ganó. Pero sólo porque yo prefiero los juegos de guerra, carreras y cosas que no requieran esfuerzo físico. Los siguientes fueron Eli y Ludwig, todos estábamos muy atentos, ¿es posible que un hombre así de musculoso pueda moverse para bailar? No, así que perdió, finalmente quedaban Frogy y Kiku, y créanlo o no, ganó Kiku. Sí señores, es oficial, los asiáticos vienen de otro planeta. Mientras todos pasábamos, siempre nos reíamos cuando alguien se equivocaba o hacía pasos raros, teníamos la cara paralizada de tanta risa, nos cansamos más por reír que por bailar. Finalmente, cuando iba a poner otro juego, Arthur salió de la cocina.

--Prepara los laxantes mon ami—Frogy me dijo, susurrando y dando una palmada en mi hombro.

Todos nos acercamos, y no comprendo el comentario porque ese pastel luce delicioso, decorado de merengue y con la frase "Happy birthday" de color azul, rodeamos la mesa y yo quedé enfrente.

--¿Lo hiciste tú?—le pregunté a Arthur, que se limpiaba la cara con un pañuelo pues tenía rastros de algo que parecía carbón.

Suspiró y asintió con una orgullosa sonrisa. Encendió la vela que estaba en medio, salieron fuegos artificiales y comenzaron a canta. Creo que voy a llorar de lo feliz que estoy, pero sigo sin saber por qué siento que alguien falta, alguien, alguien...

--¡Dale una mordida Alfredo!—y bueno, tengo muchas ganas de probar el pastel que Arthur especialmente hizo para mí, me acerqué un poco y...

"Bam"

ESTOY CIEN PORCIENTO SEGURO DE QUE FUE GILBERT.

Toda mi cara, hasta las orejas, estoy cubierto de merengue y mi boca llena de pastel, me separé y mastiqué un poco antes de atragantarme y creo que mi lengua se disolvió en ácido porque esto... ¡es lo más horrible que he probado en toda mi vida!

Pero no puedo escupir, eso sería ofensivo y sería un imbécil al hacerlo luego de que alguien especial para mí lo hizo con buena intención, o sea ¡Arthur lo hizo para mí! No me importa si esto sabe a hígado de bacalao con espárragos y leche podrida. Todo sea por el amor.

Creo que mi cara dijo más que yo, luego de limpiarme los ojos vi que todos me miraban preocupados, excepto el estúpido Francis, él se reía sin control.

--¿Sabe bien?—me preguntó Arthur, ofreciéndome una servilleta y yo no puede hacer nada más que tratar de sonreír, no vomitar y asentir con la cabeza—Te serviré una rebanada—lo hizo, me condenó.

--Espera Arthur, vas a hacer el pobre cometa suicidio si le das eso—Frogy habló, aun riendo—Pruébalo tú mismo antes de que te enojes.

Y así lo hizo, comió un poco y salió corriendo después. Regreso luego con el ceño fruncido, bastante enojado al parecer. Ahora me siento mal por él.

--Y como ya sabía que una desgracia así ocurriría...--el hombre de barba habló, como si fuera el salvador de la humanidad—Yo hice uno de emergencia—sacó otro pastel, de una caja que estaba en la sala—Tará~

Arthur se cruzó de brazos, se sentó y no dijo nada.

--La decoración estaba muy linda...--le dije, esperando que eso lo animara un poco.

Suspiró, relajándose un poco. Creo que mis dones seductores por fin dan frutos.

Luego de esto todos comimos del delicioso pastel de chocolate que no sabía a cosas feas. Terminamos y volvimos a la sala, donde Antonio propuso jugar "Kiss or truth"

Una maravillosa idea.

Nótese mi sarcasmo, porque yo no tengo buenas experiencias con ese juego infernal. Todos aceptaron, y yo tuve que hacerlo también así que empezamos.

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La botella giraba y giraba, todos elegían la responder una verdad hasta que la botella señaló a Arthur y a mí.

Creo que dejé de respirar.

--¿Qué eliges?—me preguntó, mirándome con esos ojos verde que...

--Verdad—respondí sin darme cuenta, y voy a lamentar eso mucho tiempo.

Todos hicieron un sonido de abucheo, me avergoncé de mi pureza. Sé que soy un pequeño inocente, no me culpen por eso.

--De acuerdo...-piensa un poco la pregunta—¿Eres virgen?

WOW.

--Pues...--no voy a mentir, se los juro—No

Todos comenzaron a gritar sorprendidos, preguntando con quién, a qué edad, si de perrito o parado y cosas así. Son unos pervertidos, pero no les voy a contar, no todavía.

El caso es que esa fue la última, estaba anocheciendo y alguien propuso jugar a la ruleta rusa...

MIERDA, IVÁN.

--¡¿Oigan, qué nadie invitó a Iván?!—pregunté entre preocupado y molesto, no puedo creer que yo esté divirtiéndome con todos menos él.

--Lo hicimos, pero no aceptó—contestó Gil, colgando su brazo de mi hombro—Creo que tenía un compromiso familiar o algo por el estilo.

Ah, bueno eso me relaja pero no me deja tranquilo. Hablaré con él mañana.

Olvidaron el asunto de la ruleta rusa, y propusieron poner una película. Todos votaron por que fuera una de terror, fantástico.

--Pero sin apagar las luces—les condicioné pero todos voltearon a verme como si les hubiera dicho que me gusta ver los Teletubbies. Bueno, antes me gustaba pero eso ya fue hace mucho, ¡ahora soy un hombre y una película no puede asustarme!

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--¡¡¡AAHHH!!!—Ese soy yo gritando mientras desconecto el televisor y enciendo las luces--¿¡Por qué les gusta ver eso!?

--Eres un bebé, no aguantaste ni la mitad—se burló Gil, que recibía dinero de Antonio. Esos dos, seguro apostaron a costa de mi valentía, malvados.

--Mon ami, es sólo una película—me abraza y me acaricia el cabello, como a un niño—El tío Francis está aquí, no tengas miedo—y sentí como sus manos bajaban y bajaban hasta que llegaron a mi trasero y yo lo empujé—Ups, se me resbalaron las manos.

--Sí claro, rana—le contestó Arthur, que seguía sentado en el sofá comiendo palomitas.

--No te pongas celoso—le sigue el juego—Yo soy compartido, tengo amor para todos~

Salió de la sala bailando, juro haber visto chipas brotar. Los demás poco a poco se levantaron, avisaron que se irían y sólo quedamos Arthur y yo, solos.

--¿Quieres seguir viendo la película?—me ofreció, y no pude negarme.

La película volvió a dar inicio, pero esta vez no apagamos las luces. Me senté en el otro extremo y cada tanto, me acercaba un poco a él. Sin darme cuenta, ya estaba a su lado y sentía su calor, de la nada recargó su cabeza en mi pecho y yo...

--Tienes miedo—habló, sin dejar de ver a la pantalla—Tu corazón late muy rápido.

Y es cierto, pero no precisamente por la película...voy a explotar.

--Eso creo...--fue lo único que dije, antes de intentar bajar mi mano hasta su cintura y abrazarlo un poco contra mí para poder-

"WHAT DOES THE FOX SAY?"

Mi maldito teléfono, tenía que sonar justo ahora.

--Está en la cocina—Arthur me informó, y a duras penas me levanté para ir a contestar. Llegué a la cocina y entré, esquivando la comida que parece tener vida propia o podría comerme. Tomé mi móvil que estaba en la alacena y vi la pantalla.

Era Iván quien me hablaba y no dudé en contestar.

--¿Bueno?

--"Alf-red necesito decirte algo importante, paso por ti en cinco minutos"

Y colgó, sin darme chance de decirle algo. Se escuchaba acelerado, pero es raro que él se porte así. Y si dijo que en cinco minutos... vi la hora, casi dan las once. Ya no podré terminar de ver la película con Arthur.

--¿Te tienes que ir?—aparece cuando yo salgo de la cocina.

--Sí, es que mi mejor amigo...

--No te preocupes, ya es tarde de cualquier forma—me vuelve a interrumpir, siento que tiene un afán en hacerlo...sexy.

Nos quedamos mirando, no sentí que fuera tanto pero un claxon sonó y nos sacó del trance.

--Me voy...--me acerqué a la puerta para salir, volteé a verlo y me abrazó de improvisto.

--Felicidades, Jones—recalcó mi apellido con su seductora voz angelical que es capaz de convertir en ángeles a los demonios...ah, ya estoy exagerando, bueno no tanto—Aún no te doy mi regalo, no creas que lo olvidé—me susurró y se alejó, algo aquí abajo se me movió, lo juro.

No resistí mis impulsos pero tampoco soy un irrespetuoso así que le di un tardado beso en su mejilla sonrojada. Se sorprendió mucho, me empujó para sacarme de su casa y cerró la puerta después.

Escuché unos sonidos venir de los arbustos, pero no presté mucha atención. Hoy fue el mejor cumpleaños de la historia. Vi el auto de Iván estacionado enfrente, corrí para entrar en el asiento de copiloto.

--¡No vas a creer lo feliz que estoy ahora!—le revelé emocionado, él estaba más serio de lo habitual, ni siquiera sonreía como siempre--¿Qué querías decirme?

--Te lo cuento cuando leguemos a tu apartamento—

-

Llegamos, no dijo ni una sola palabra pero yo hablé de lo que pasó en la fiesta. Una vez estacionado le volví a preguntar y me respondió.

--Feliz cumpleaños, Alf-red—sacó una caja del portapapeles del asiento y me la dio.

--Gracias amigo, ¿eso querías decirme?—tomé a caja, feliz—No te hubieras molestado ¡Nos vemos mañana!—tomé la puerta para salir pero en ese momento, los seguros se activaron—Iván, ¿puedes quitar los seguros?

--Niet—contestó, yo lo miré asustado. ME VA A SECUESTRAR Y LUEGO ME VENDERÁ POR PEDAZOS A LAS FÁBRICAS DE EMBUTIDOS.

--¡Juro que yo no dije nada, soy inocente!—seguí intentando abrir la puerta, no me gusta cómo se puso esto.

¡Alguien llame al 911!

Este capítulo fue improvisado, no estaba dentro de lo planeado pero quería actualizar así que si no les gustó, pues lo siento, fue mi culpa :c 

Y con esos Alfufus, yo me despido. Hasta la próxima~

Por cierto, les invito a darse un vuelta por mi nuevo fic de hetalia, temática omegaverse <3