--¿Al hospital?--le pregunté sorprendido, todo estaba pasando tan bien que eso me sacó de mi regocijo interno--Uh, yo puedo llevarte entonces.

--Si tienes otro casco, entonces está bien--contestó entre animado y tajante. A veces tiene tantas facetas al mismo tiempo que no sé cómo actuar sin echar todo a perder.

Le contesté con una sonrisa, le pedí que esperara y subí corriendo hasta mi apartamento. Me cambié los pantalones y tomé mi chaqueta marrón junto a mi casco de la suerte. Es rojo y en la parte trasera dice "best dude".

Bajé, y Arthur ya no estaba. 

--¿Por qué eres así, Arthur?--dije al aire y me subí a la motocicleta. No pudo haber avanzado mucho y la estación del tren subterráneo más cercano queda a cuatro manzanas de aquí. Lo alcanzaré pronto.

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Minutos después, cuando estaba por llegar a la estación tuve que parar en el semáforo. A mi lado iba un taxi y no sé por qué sentí la necesidad de voltear. Cuando lo hice, vi a Arthur campante mientras tecleaba algo en su móvil.

Toqué la ventanilla y el respondió levantando su dedo medio y sin siquiera voltear. Me levanté el visor del casco y entonces decidí mandarle un texto, y muy sorprendido volteó, bajó la ventanilla y dijo como quien quiere deshacerse de un paquete que no ordenó.

--Creí que te había dejado en tu hogar--se rasca la punta de su nariz respingona--no era necesario que me siguieras como un cachorrito.

--Pues yo soy el paquete completo--me miró sin entender de lo que hablaba--iré contigo al hospital, quieras o no.

Luego escuché los molestos pitidos de los autos, volteé y vi que el semáforo ya había cambiado, de mala gana me volví a acomodar el casco, el taxi en el que iba Arthur ya había avanzado y yo salí justo detrás.

Si alguien pregunta, soy el apuesto escolta de Arthur.

[...]

Una vez que llegué al hospital, no me bajé sino hasta que vi a Arthur hacerlo antes. Me miró un segundo y comenzó a caminar para entrar. Aparqué rápidamente y lo seguí corriendo, el señor de la entrada me dijo que no lo hiciera así que tuve que caminar rápido, hasta que lo alcancé y vimos a varias personas sentadas en los bancos de espera. Pasé la mirada y me encontré con la seria mirada de...

--¿Iván, qué haces aquí?

Y no era el único conocido, también estaban Gilbert y el profesor Smith...junto a otra persona que juro haber visto antes.

--Compasión--me respondió Ivan mientras se ponía de pies al notar que unos oficiales se acercaban.

Los hombres dijeron algo que sólo él pudo escuchar, luego se comenzó a ir con esos policías detrás...¿qué demonios fue lo que hizo, tan extremo como para que la policía lo encontrara?

  --¡Asesino de animales, ser sin corazón!--Gilbert le gritó, con un cartel de "piel es muerte", iba vestido con una playera de amor a la naturaleza y cosas de activistas.  

--No te preocupes Alf-red, no tienen pruebas de nada--se detuvo un momento antes de seguir caminando. Y no creo que los oficiales se sientan muy seguros por que los vi tiritar de miedo.

Luego de eso, los demás presentes nos miraron a Arthur y a mi alternadamente, como intentando descifrar algo.

--Será mejor que entren antes de que se ponga a gritonear, otra vez--informó aquella persona de la cual no sé el nombre,  pero juro que ya lo he visto antes.

Arthur asintió con la cabeza, yo estaba mirando al desconocido pero me guiñó el ojo y me recorrieron unos familiares escalofríos...seguí a mi esposa y cerré la puerta detrás de mi.

--Te ves hecho una mierda--habla Arthur, con toneladas de sarcasmo en la voz--incluso peor que todos los días.

Puse atención, y no me había dado cuenta de que la persona acostada en la cama de hospital, lleno de moretones y con un brazo enyesado, era nadie más y nadie menos que...

--Frogy, ¿qué te pasó?--me acerqué para ver más de cerca su desgracia--¿Te cogiste una osa o qué mierda?

--Oh, mon ami~ si tan sólo hubiera sido eso--habló tan hostigoso como sólo él podía hacer, incluso en su situación--Me arrolló un auto mientras iba camino a casa.

--Sí, cómo no--habló Arthur cruzándose de brazos--ese camino es directo hacia los burdeles, pervertido.

--Oh, pero tú conoces bien esos lares, ¿no es así cherri?--Arthur enterró sus dedo en unos de los moretones de Frogy, así tan sádico y cruel como es él.

--Pero no entiendo porqué mi amigo estaba aquí--hablé, esperando a que ellos me dieran una respuesta no libidinosa. 

--Será mejor que él te lo cuente, ahora debe estar en la cafetería del hospital--me respondió Frogy, sobando su moretón--pero no le digas que yo te envié, por el amor a mi vida.

No se dijo más, le dirigí una mirada a Arthur y él me asintió, como diciendo "ve mi amor, yo te esperaré el resto de mi vida de ser necesario". Pero antes de salir, hice una última pregunta.

--Oye, el chico de allá afuera no es el que una vez vi en...

--Sí, es el--el lisiado francés me contesta, con una sonrisa--es mi hijo.

¿QUÉ? 

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A fin encontré la cafetería, este lugar es tan grande que más de tres veces terminé entrando al lugar incorrecto...una señora le puso mi nombre a su recién nacido porque entré haciendo un ruido que le hizo dar el primer llanto. Mi vida no deja de estar llena de cosas raras.

Vi a Ivan sentado, tomando un vaso de agua y comiendo unas nueces. No sé porqué me recordó a un castor malhumorado, en busca de un tronco grueso para roer con su mortales dientes soviéticos...ya mejor me callo.

--Hey, ¿que tal dormiste?--hice un intento de comenzar una conversación casual--el me miró con la sonrisa de siempre.

--Las celdas de la prisión estatal son más cómodas de lo que se piensa--me contestó pero no pude saber si estaba siendo sarcástico o simplemente sincero--mi compañero de celda me dio su almohada y su reserva de golosinas, por alguna razón.

--Oh, entonces pasaste la noche ahí porque...

--Porque atropellé a un transeúnte--siguió abriendo las nueces, con una sola mano--aunque yo creí que era un venado, incuso un perro.

Ahora muchas cosas comienzan a tener sentido.

--¿Lo hiciste a propósito?--no me sorprendería si me dijera que sí.

--Claro que no, ese no es mi estilo--se metió una nuez a la boca y comenzó a masticar--me llegó una notificación de una de mis trampas para oso, iba rápido porque es difícil que se mantengan en el lugar y no quería perderlo, luego atropellé al hombre barbudo, llamé a la policía y dije que fue un accidente pero luego revisaron mi auto y vieron la botella de vodka y mi escopeta de caza--suspiró con aburrimiento--los americanos son tan paranoicos.

De alguna manera, me alivia que lo hayan detenido por eso antes de que se enteraran de otras cosas. Tomé una de sus nueces y me la comí. Me senté frente a él y comenzamos a hablar al igual que siempre, sin cosas incómodas ni secretos criminalistas.

El tiempo pasó tan rápido, que no me di cuenta de la hora hasta que nos pidieron amablemente que nos retiráramos.

--Mi hermana pagará la pensión así que te seguiré viendo en la universidad--se pone de pie--Kirkland lleva como  dos horas sentado allá, esperándote.

--¿Eh?--me volteo y es cierto, estaba sentado leyendo una revista y haciendo muecas raras--¡¿porqué no me dijiste antes?!

--Rivalidad, da--me dice y se aleja para salir, con los policía detrás.

Nos despedimos con un choque de puños y luego caminé para llegar con Arthur y tomarle el hombro.

--Perdona, no me di cuenta del tiempo y...

--Está bien, él es tu amigo-- se levantó, dejando la revista a un lado y mirándome a los ojos muy retador--Aunque por la forma en que te mira, cualquiera pensaría que quiere ser algo más.

Damas y caballeros, aquí da inicio mi primer discusión por celos. Al menos eso significa que me quiere de verdad ¿no?

Sé que prometí publicarlo antes de septiembre pero... ¿Feliz navidad? Ok no, espero no heberlos aburrido, pero necesito más drama xd

Hasta la próxima~