F O U R T Y O N E
ME LLEVA LA VEEEEEEEEEERDOSIDAD DE MIS IDEAS. Uff, ha sido un buen rato desde que actualicé esto. Les haré un breve resumen de la situación, pueden leerlo o no.
(Hice copy paste bicos qué güeva) 1.- Me robaron el celular; 2.- Estoy haciendo mi servicio; 3.-Operaron a mi perro; 4.-Mis perras están en brama; 5.-No he tenido ni las ganas ni la inspiración; 6.-Me he estado yendo con mi padre.
Miren, esta historia yo la comencé el año pasado, cuando no me preocupaba de casi nada y tenía mejor sentido del humor; era más activa en Wattpad y estaba más metida en el fandom. Pero, justo ahora esta historia ya no me interesa :v --las cosas como son-- sin embargo no quiero dejarlo descontinuado por ustedes, que han apoyado leyendo, votando y conetando tan hermosamente. (Sin sus comentarios yo me muero). Por eso, les aviso que sí acabaré esto y espero hacerlo pronto.
Como ya les dije, esta historia no me inspira tanto así que en serio perdónenme si esta basura tiene algo de capítulo.
Una semana ha pasado. Parece que todo vuelve a la normalidad, o más bien a un lapso en el que no estoy sufriendo por amor y nadie tiene que cuidarse de algún desastre que casualmente siempre causo yo.
Arthur es el nuevo director, sus nuevos deberes exigen mucho de su tiempo pero tras rogarle con todo el honor posible -y con algunos trucos de macho alfa seductor- logró seguir dando la clase de Literatura para la clase en la que yo estoy.
Y no es porque estuviera preocupado por perjudicar mi aprendizaje en este campo, si no porque de esta manera puedo mirarlo de una forma que no siempre puedo.
Es difícil de explicar. Es como si vieras al Capitán América en acción y no sólo al actor siendo una persona normal. Algo así...
Yo me entiendo, ¿ok?
--Alfured-san, ¿Ya no va a jugar?
--¿Eh...? ¡Ah! Sí voy a jugar dude, sólo pensaba en algo.
--Yo creo más bien, en alguien.--hace una pequeña sonrisa divertida y luego voltea de nuevo al televisor--¿Quiere cambiar de juego?
--Como tú quieras Kiko, ¡juguemos lo que tú quieras!
--Soy Kiku...--susurró y se puso de pie para cambiar el disco de la consola. Luego fue al estante repleto de cajas de videojuegos y supe que ese era mi momento para actuar y cumplir mi misión.
Voy a contarles, por qué de repente estoy en casa de Kiko jugando videojuegos a las nueve de la mañana sentados en unos bancos con estampados de personajes anime.
Regresemos a hace una semana, en el oscuro y frío bosque, conmigo abandonado.
--No soy un secuestrador--se quitó la mascara y me miró como si estuviese en una situación completamente normal--No sabía que Iván-san vendría hoy a usar el...--recargó su mano en su mentón y volteó a verme, primero con seriedad y luego sorprendido.--¿Usted y él...? Sugoi...
--¿Qué? No te entiendo y no me gusta esa cara que haces. Oye, ¿De casualidad cuando venías para acá no te topaste con mi Arthur?
Antes de responder, el tipo se puso rojo hasta las nalgas. No es que yo se las haya visto pero era más que obvio.
--N-no...pero si necesita que alguien lo lleve, yo puedo ayudarle--ofreció su ayuda a lo que inclinaba un poco su cabeza como si él fuera el que pide el favor.
--¿En serio? ¡Muchas gracias amigo!--grité emocionado y me acerqué a darle un abrazo. Es tan pequeño que lo levanté del suelo pero cuando me disponía a soltarlo, sentí algo duro contra mi estomago.--Espero que esto no sea lo que creo que es...
--¿Qué cosa?--lo bajé lentamente y mi vista se dirigió sin querer a aquel lugar íntimo entre sus piernas. Él se dio cuenta... ¡Ahora va a pensar que soy un pervertido!
--¡No es lo que parece! ¡Ah!--moví mis manos con inquietud y puse mi mano en la frente. Mejor cambio de tema antes de que pase algo raro--Eh, ¿Qué disjite que haces aquí?
--Soy fotógrafo--Sacó su cámara de una bolsa que llevaba--Yo publico el diario del campus...
--¿Y de qué sacas fotos a estas horas y en este lugar? ¡Ya se! Captas fantasmas y esas cosas, oh my god, es asombroso pero a mi ¡no me gusta, me quiero ir!--lo sacudí de los hombros y me pegué a él como una sanguijuela.
--¡No...! Yo tomo fotos de gente...haciendo...cosas. Aunque no todo es para el periódico.
--No me digas que tú...
--Sí.
--¿La vez en la casa de Arthur cuando...
--Sí
--En su oficina la vez que...
--Sí
--¿Y cuándo estaba en mi cuarto con una de sus fotos y me mas...
--¡Eso no!
--¡Entonces fuiste tú quien le dio las fotos al pelo regla!
Puso cara de real confusión, luego reaccionó y metió una de sus manos en su bolsillo de la sudadera; sacó un linterna y comprendí que cada día me estoy volviendo más pervertido. Estar cerca de Frogy es un riesgo.
--Acompáñeme, le enseñaré algo--comenzó a caminar justo por donde Iván se había ido. Todo era tan misterioso pero ¿quién soy yo para desconfiar de un chino tan agradable?
Fui tras él y luego de una corta caminata, se detuvo y se hincó para tantear el suelo y lego, como en un juego RPG, abrir una puerta misteriosa a otra dimensión.
Nunca creí vivir para ver Narnia con mis propios ojos.
Aunque sería Narnia Satánico porque ahí abajo estaba pasando algo feo.
Satánico y terrorífico.
--¡SABÍA QUE ERAS UNA BRUJA!--grité mientras señalaba con el dedo a un Scott haciendo cosas de demonio con un plato de vísceras.
--No grite, asusta a los espíritus...--susurró Kiko ¡Como si alguien en medio de este bosque fuera a escucharnos...! ¿Acaso dijo...espíritus?
Toda la información llegaba demasiado rápido a mi cerebro, apenas puedo recordar cómo llegué aquí. O tal vez sea el hecho de que algo golpeó mi cabeza muy fuerte y comencé a desvanecerme.
Al despertar, lo hice sobre el piso y junto a Kiko que estaba sentado con las piernas entrelazadas, al estilo Jedi.
--Dime por favor que anoche Arthur y yo tuvimos sex...
--No, y esta es mi casa. Lo traje aquí porque no sabía a quién avisar.--suspiró y me miró algo serio--Usted es realmente fotogénico.
--Es que mi mami me hizo con amor. Espera, ¿¡Me tomaste fotos mientras dormía?!
--Le hice el desayuno, espero no ser atrevido pero noté que le está creciendo el abdómen así que traje fruta y té.
--¡¿QUÉ CLASE DE DESAYUNO ES ESE?! Y para tu información, es músculo y por si no sabías, la gente como yo tiene más probabilidad de sobrevivir a un disparo.
--¿Quiere que le disparen...?
--Eres muy raro, dame eso--le quité el plato de fruta que tenía entre las manos.
.
.
.
Y así fue como llegamos al presente. O el futuro, si lo vemos desde el punto en que explicaba el pasado... qué.
--Disculpe un momento, tengo una llamada--dijo luego de colocar el juego que escogió sobre la consola. Mientras, yo me levanté rápido y comencé a buscar cualquier rastro de aquellas fotografías.
Revisé unos cajones en donde sólo había playeras de estamapados bastantes cool. En otros estaban sus calzones pero de eso no daré detalles por respeto a mi salud mental.
¡El tipo tiene de todo en este sitio! Tiene muchas figuras coleccionables, póster, peluches, ¡hasta un Pikachú que vibra!
--¡No toque eso!--entró de repente, alarmado. No sabía que era tan preciado para él, si sólo es un pokemon que vibra pero que por alguna extraña razón es ovalado y no tiene patas y tiene diferentes potencias y se le puede cambiar la...
OH DIOS MIO.
--¡ME VAN A VIOLAR!
--¡No es lo que parece! Bueno, sí lo es ¡pero no por la razones que piensa!--se puso en la puerta, bloqueando la única salida de este lugar.
No puedo creerlo, ¡ahora sé porqué me duele el trasero! LLORO.
--Relájese, le explicaré todo pero debe mantener la calma.
--¡No quiero!--Agarré uno de los peluches y se lo arrojé. El se cubrió con las manos pero no desistí y seguí arrojando.
--¡No me ataque con mis cosas, debe relajarse o...!
--¡¿O qué? ¿vas a meterme un Charmander?!
--No, ¿por qué piensa eso? Ah, lo dice por su dolor. Eso es porque el señor Iván lo noqueó para que no comenzara un escándolo en medio del bosque...
--...¡Pero si él ya se había ido!--dejé de atacarlo, ya sólo me quedaba una munición.
--Volvió por usted, sólo quería jugarle una broma dejándolo solo.
ESE HIJO DE SU--
--¡¿DÓNDE ESTÁ ALFRED?!--Alguien llegó de la nada, abriendo la puerta de una patada y entrando con violencia.
Obviamente le arrojé el peluche que al parecer no era peluche, si no alcancía.
Hubo un grito, el sonido de los trozos cayendo al suelo y sangre en el piso.
¿Cuándo dejaré de arruinarlo todo?
Dios, me llevas o me voy yo solo.
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