–Entonces, ¿cuál será el reto?

–Em...no lo sé ¿tú qué opinas Alfredo?

–¿eh? Yo, no...no sé jeje

Esto es muy incómodo, estoy tan nervioso que no paro de rascarme la nuca y pasarme la mano por el cabello, además Arthur me está mirando sombríamente mientras le da un largo trago a su vaso. Tengo muchas ideas sobre retos, es mi especialidad hacer bromas y molestar a la gente pero, realmente no quiero hacerle algo así a mi heladito, mucho menos avergonzarlo, aunque pensándolo bien...

–¡Bailar!

De repente gritó Feliciano alzando los brazos y sonriendo. Arthur frunció el ceño, molesto y luego se cruzó de brazos, se levantó de un tronco en donde estaba sentado y fulminó a mi amigo con la mirada.

–¿Qué clase de baile?

Yo ya sabía que Feliciano era un miedoso de naturaleza y para escapar de esa, habló nuevamente.

Ahora también estoy convencido de que escuchar a ese italiano hablar, es una catástrofe en potencia.

–Yo, ese, tú...¡wa! ¡Alfredo, era una idea nada más para ti! Yo reto a Arthur a...

Y la divina intervención de Frogy me hizo el día...
El francés se acercó a Feliciano y le susurró algo al oído, –seguramente algo macabro– y luego mi pequeño y manipulable amigo, dictó la sentencia.

–Deberás ir a la ciudad y pasearte con un letrero que diga...

–¿Qué diga que?–le interrumpió Arthur con tono regio, incluso a mí se me erizó la piel, pobre Feli

–¡Que diga besos gratis!–gritó y se escondió detrás de mí, cielos, y ahora qué voy a ha- espera ¿dijo besos...gratis?

...

De esta no se libra Bonnefoy.

Adoro escribir a medias (?

23/02/17       14:36 hrs