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yoon + kook = 002 (¿+18?)

002. in house

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     abrió los ojos, acostumbrándose a la luz del sol que entraba por la ventana, bostezando cuando tomó su teléfono, viendo la hora y dándose cuenta que casi era medio día. dejó a un lado su móvil, acomodándose de nuevo en la cama, ahora abrazando por la cintura a su novio y enterrando su cara en su cuello -siendo la cuchara grande-, dispuesto a dormir otro poco. 

     —hyung, ¿qué hora es? —la voz de su novio sonó ronca, efecto de acabar de despertar. —¿hyung?

     yoongi no contestó, solo se abrazó más fuerte a la cintura del menor. jungkook bostezó después de tallar su ojo derecho, tomando su teléfono que estaba en una mesita a un lado de la cama, viendo la hora y dándose cuenta que en realidad ya era tarde. también vio los mensajes que tenia de su madre y de sejin hyung preguntando si habían llegado bien a japón, él enseguida les mandó una respuesta, para después apagar su teléfono y ponerlo bajo su almohada. 

     —buenos días, cariño —susurró jungkook, una vez se dio vuelta y quedó frente a su novio.

     —buenos días, bebé —balbuceó el mayor, aún con los ojos cerrados.

     jungkook hizo una mueca, él quería que yoongi ya despertara.

     —vamos, hyung. ya despierta —besó sus labios y nada. besó sus mejillas y nada. beso su frente y lo único que consiguió fue que el mayor abriera uno de sus ojos. —¿por favor?

     y yoongi sonrió, pero aún así no despertó, cerrando de nueva cuanta ese ojo; lo único que obtuvo jungkook fue que el mayor lo abrazara -acercándolo un poco más a su cuerpo- y que pasara su pierna encima de él, dejándolo casi inmóvil. pero hubo algo que hizo al menor avergonzar. 

     —hyung, ¿qué es lo que está presionando mi pierna? —susurró el menor, viendo el rostro de su novio. 

     —¿qué no habías dicho que despertara? —abrió los ojos yoongi, devolviéndole una mirada divertida a su bebé. 

     —y-yo decía que tú despertaras, no el de allá abajo —dijo entre dientes jungkook, tragando un poco de saliva y de pronto sintiéndose agitado. 

     —¡oh, vamos! no soy el único que de allá abajo despertó —contestó simple yoongi, soltando una risa divertida al ver que su novio adquiría un ligero rosa en sus mejillas. porque era cierto, jungkook también había despertado. —entonces...

     —¿entonces? —y yoongi juntó sus labios, tomando por sorpresa a jungkook, que enseguida siguió el beso. 

     ah, esto era lo bueno de tener por fin vacaciones, después de un largo tiempo sin descanso. ser miembros de bts, sin duda era algo agotador, pero aún así, estaban agradecidos por tener tan exitosa carrera y de todas aquellas personas que los apoyaban incondicionalmente. actualmente estaban en su primer día de vacaciones en la prefectura de miyagi, japón -destino propuesto por el menor-, un lugar tranquilo para pasar su mes de descanso; rentando un pequeño departamento para su pequeña estadía en aquel país. era abril, por lo que el clima era fresco y relajante, perfecto para disfrutar.

     —espera, espera —detuvo jungkook antes de que yoongi se acomodara entre sus piernas.

     —¿qué pasa? ¿te lastime? —preguntó preocupado el mayor, dejando de besar el cuello contrario y haciéndose a un lado para ver a jungkook.

     entonces, el menor negó. 

     —nada de eso, solo no quiero que te lastimes —acarició con la punta de sus dedos la cicatriz del mayor. —sabes que aún estoy un poco quisquilloso con lo de tu operación —entonces yoongi sonrió, tomando la mano de su novio y brindándole un beso. asintió. —gracias.

     —no, gracias a ti por cuidarme —y volvieron a los besos, una vez que el mayor estuvo acostado por completo en la cama y jungkook a horcajadas sobre sus piernas. 

     y entre besos y caricias se deshicieron de la poca ropa que traían -efecto de que cuando llegaron al departamento en la madrugada, solo votaron las maletas, se quitaron los abrigos y los pantalones, para último meterse a la cama y dormir-. 

     —eres tan hermoso —susurró yoongi, viendo desde abajo como jungkook se quitaba el suéter negro que traía, dejando a la vista su hermosa piel. ahora los dos sin una prenda que cubriera sus cuerpos.

     yoongi puso sus manos en la cintura del menor, aún disfrutando de sus besos una vez volvió a agacharse. mientras que jungkook acariciaba los cabellos negros de su amante, disfrutando de la sensación de su miembro frotarse con el estomago de yoongi, así provocando sus gemidos perdidos en los ósculos. 

     —hacía mucho que no estábamos de esta forma —dijo el mayor una vez cortaron el morreo por falta de aire, observando a su hermoso novio con la respiración irregular, sus labios hinchados y rojos, el cabello despeinado y un sonrojo en sus mejillas; sintiéndose de pronto dichoso de ser él el que provocó todo aquello en el menor. 

     —lo sé, pareciera como si hubieran pasado años desde la ultima vez que hicimos el amor —sus miradas unidas hicieron que sus corazones saltaran a la vez, como cada vez que se formaba esa conexión en un momento en especifico. y juntó sus frente para poder susurrar: —te he extrañado tanto, yoongi.

     compartir el calor corporal era algo más que intimo, era su conexión que nadie más podía ver, pues el besarse, abrazarse y hacer el amor, no dejaban marca en sus cuerpos, solo en sus corazones. 

     desde hacía cinco años -casi seis- que estaban juntos, enamorados y felices, solo teniendo esos momentos para amarse libremente, que si realmente no los tuvieran, se volverían locos. un amor lindo y sincero desde el primer instante, que sin pensarlo dos veces, ambos dirían que estaban con la persona indicada, con el amor de su vida. y claro que han pasado altas y bajas como todas las parejas, pero su relación realmente era fuerte, basada en la comunicación, confianza y deseo, además de que sentían correcto el amarse. y aunque no lo pudieran gritar a los cuatro vientos como les gustaría, de esa forma estaban bien; solo con que las personas correctas lo supieran era más que suficiente. 

     —¡ngh!¡yoongi! —chilló jungkook, sintiendo como yoongi entraba en él. 

     el pecho de yoongi subía y bajaba, viendo desde abajo a su precioso novio gemir por lo bajo, sosteniéndose con sus manos encima de su estomago, una vista realmente esplendida.  

     al poco rato -después de que yoongi mimara, acariciara las cadera contraria y lo llenara con besos en cualquier parte de su cuerpo-, jungkook comenzó a mover sus caderas en círculos y de forma lenta, en busca del placer de ambos. 

     yoongi tenía sus ojos dilatados -igual que el menor-, disfrutando de ver a jungkook y su expresión de satisfacción, aunque empezó a morder su labio inferior para evitar gemir, cosa que le molestó. 

     —déjame escucharte, no te calles —pidió con un hilo de voz el mayor, tomando con más fuerza las caderas de su bebé. 

     jungkook tembló al escuchar eso voz ronca, asintiendo ante el pedido y comenzando a gemir bajo el nombre de su amante. manteniendo sus ojos cerrados y sintiendo el miembro de yoongi palpitar en su interior, aun moviendo solo sus caderas porque quería disfrutar y prolongar lo más que pudiera ese acto de amor.

     yoongi bajó sus manos hasta los muslo de su bebé, acariciándolos y gimiendo al mismo volumen que su novio. pero eso no duró por mucho tiempo, pues él también inició con movimientos de pelvis, dando junto en el punto donde hacia a jungkook delirar y que en sus ojos se formaran estrellas. 

     continuando con aquel ritmo entre carias, besos y palabras bonitas hasta por fin culminar aquel acto de amor, llegando a un orgasmo que los hizo temblar y gemir el nombre de su amado.

     —eso fue...

     —fantástico —terminó jungkook, acostándose a un lado del mayor, escuchando en el aire sus respiraciones agitadas. 

     los dos se acomodaran de tal forma que quedaron frente a frente, viendo como habían dejado al contrario; mejillas con un ligero rosa, labios rojos e hinchados, el cabello desordenado y gotas de sudor en la frente, simplemente destrozados por el otro. 

     —esto fue realmente una buena forma de despertarme —dijo con gracia el mayor, viendo directamente a los ojos de su amante.

     jungkook rodó los ojos, pero al ver que yoongi iba a volver a hablar, simplemente volvió a estampar sus labios para un beso lento, que al terminarlo, miró fijamente a yoongi al decir:

     —dame mimos, ya si quieres habrá una segunda ronda en el baño, pero primero los mimos.

     yoongi sonrió, comenzando con pequeñas caricias en la cabellera de su bebé sin poner objeción alguna... aunque él solo quería decir que tenía hambre, antes de que el menor lo interrumpiera. pero bueno, quién era él para rechazar una segunda ronda. 

.

.

.

.

     jungkook suspiró al entrar a la tina, sintiendo primero el agua caliente abrazar su cuerpo y después a los brazos de su novio acomodándolo sobre su pecho. y aunque para muchos podría ser incómodo -pues la forma de sus cuerpos los hacían ver al revés ya que se supone la persona más grande debería estar recargada en la tina mientras la más pequeña debería ser sostenida por la otra-, para ellos estaba más que bien por el simple hecho que a yoongi le gustaba abrazar y besar el cuello de su bebé, y a jungkook le gustaba ser abrazado y besado por su novio. y nada ni nadie iba a poder cambiarlo. 

     —estoy realmente cansado —jadeó el menor, cerrando los ojos y sintiendo los labios de yoongi sobre su hombro. —cariño, si me sigues besando tus labios se lastimarán, ¿acaso olvidaste lo que pasó la última vez? 

     —lo siento, pero es inevitable no besarte —contestó yoongi en su oído, acariciando la zona con la punta de su nariz. —pero está bien, no volveré a besarte... hasta mañana.

     jungkook asintió satisfecho, sonriendo y dejando caer su cabeza en el hombre izquierdo del mayor, con sus ojos cerrados y disfrutando de aquel baño con sales de lavanda. yoongi, por otro lado, frotó su mejilla con cariño a la cabeza de su novio, suspirando y cerrando sus ojos con una linda sonrisa en sus labios, también él gozando del baño.

     el cierre de aquel día era más que perfecto, aunque bueno, desde el inicio lo fue; amarse en cuerpo era algo que realmente necesitaban, pues hacía mucho tiempo que no pasaban de los besos y caricias. además de que aquel día les sirvió para desempacar y ordenar todas las cosas en el pequeño departamento, como se fueran una pareja de recién casados ordenando su nuevo hogar. al casi terminar el día, ordenaron comida a domicilio y disfrutaron de aquella cena como una gran velada romántica -aunque hayan comido un mctrío de mcdonald's y tres botellas de sake-, pero para ellos eso era suficiente. entonces, llegamos a donde estaban ahora: tomando un baño con velas aromáticas y sales de lavanda.

     —¿sabes, yoongi? —susurró jungkook, entre abriendo sus ojos. recibiendo a los pocos segundos un sonido nasal del mayor, prueba de que lo estaba escuchando. —no quiero que esto termine.

     —¿esto? —abrió sus ojos yoongi, conectando enseguida su mirada con la del menor. —te refieres al descanso o...

     —no, no. yo me refiero a esto, a nosotros de esta forma —los ojos de jungkook brillaron. —quisiera tener un lugar así para siempre, solo nosotros dos.

     —un hogar —susurró yoongi en respuesta, aun cautivado por los ojos brillantes de su bebé. —¿sabes, pequeño? no siempre un hogar es un lugar, hay veces en las que es una persona y en mi caso, tú eres mi hogar jungkook. cuando estoy contigo siento que siempre estoy en casa, por eso te doy gracias. 

     y las lágrimas del menor no se hicieron esperar, su corazón latió de tal forma que dolió y un nudo se hizo en su garganta. en verdad, yoongi era lo mejor que le haya pasado en la vida. 

     —te amo, yoongi —murmuró jungkook con la voz un poco quebrada, pasando una mano al rostro de su amado para acercarlo a él y regalarle un dulce beso en su mejilla. —te amo tanto que duele. gracias por estar conmigo.

     yoongi sonrió, también sintiendo sus ojos cristalizar. y desviando su mirada, tomó la mano de su bebé, tocando con la punta de su dedo índice el tatuaje de corazón, diciéndole de forma silenciosa que también lo amaba. 

     aquella noche, durmieron abrazados y con los ojos un poco rojos, pero seguros de que en cualquier lugar que estuvieran, si estaban juntos, ese sería su hogar; estarían en casa.

fin :3

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¿Les gustó?

Perdón la tardanza, pero lo bueno de todo esto es que ya tengo más de diez borradores, wuuuu!!

Spoiler: el próximo OS será de un príncipe, adivinen quién será.

Adiós; aquí Jor.

(Por cierto, vayan a leer mi otra historia -espressione dell'arte- o lloro)

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