Prólogo.
♠️Logan♠️
Mi respiración estaba muy agitada y mis manos y cabeza sudaban como si acabara de correr tres maratones seguidos. Bueno, puede que esté exagerando pero así es como me sentía, estaba comenzando a creer que iba a desmayarme del pánico que sentía.
— ¿Y qué pasa si lo echo todo a perder? — Le pregunté a Kian, mi amigo, quien estaba sentado en el pasillo con la espada recargada en los casilleros mientras veía el inicio de mi ataque de pánico.
— ¡Por un demonio, Logan! ¡Estabas diciendo eso desde hace dos semanas cuando planeaste esto! Si hubiera sabiendo que te comportarías así hubiera entrado a la clase de la señorita Smith ¡Por tu culpa no volveré a ver al amor de mi vida hasta regresar del verano! — Kian seguía diciéndome cosas, en parte lo entendía porque desde que le conté que estaba listo para presentarme a Lucy él me apoyo pero honestamente no creí que el último día de clases llegaría tan rápido.
— ¿Puedes recordarme porque estoy haciendo esto? — Pregunté luego de que dejara de recriminarme el no ver a la maestra de química.
— Bueno, para eso tenemos que retroceder 7 años en el tiempo, amigo mío…
7 años atrás.
Estaba sentado en el comedor haciendo mi tarea mientras que en la cocina se encontraba mamá preparando la cena cuando en eso la puerta principal resonó por todos lados al ser abierta y cerrada de golpe. Automáticamente me tensé porque sabía lo que eso significaba y también mamá lo sabía porque rápidamente se acercó a mí.
— Cariño ¿Qué te parece si sales a la terraza un momento? — Asentí sin decir nada y salí por la puerta trasera como era de costumbre.
Una vez en el patio pude ver por la ventana el momento exacto en el que mi papá entró a la cocina así que rápidamente hui de esa escena yéndome al jardín delantero de la casa para sentarme en las escaleras de entrada del pórtico, tal y como mamá me lo había pedido.
Una vez sentado solo me quedó esperar como siempre, al principio no sabía porque mamá me mandaba aquí pero luego de que esto se volviera una rutina de todos los días entendí que era para no escuchar sus gritos, o eso pensaba ella porque la realidad es que se escuchaban. Tan fuerte gritaban que los vecinos comenzaban a asomarse por las ventanas.
Tan perdido me encontraba con todo lo que estaba pasando que no noté que a un par de casas de distancia, en la acera de enfrente, estaba estacionado un camión de mudanza. Fui consciente de eso hasta que una niña en bicicleta apareció frete a mi jardín.
Nunca había sido como el típico niño al que le gusta una niña de su clase, las niñas de mi escuela nunca me llamaron la atención, ninguna niña a decir verdad pero aquel día eso cambió. La niña se quitó su casco dejándome ver por completo su rojo y largo cabello. Comenzó a caminar por el patio hasta llegar a donde yo me encontraba y puedo jurar que a cada paso que daba mi corazón se aceleraba cada vez más pues era la niña más hermosa que había visto en mi vida.
— Hola. — dijo una vez llegó. Quería hablar, contestarle y decirle que era hermosa pero por más que intentaba las palabras no me salían. — ¿No hablas? — preguntó muy inocentemente pero al no obtener respuesta lo tomó como una afirmación. — Bueno, me llamo Lucy, me acabo de mudar, como puedes ver. — ella apuntó al camión de mudanza. — Me mudé aquí porque mi mamá quería que estuviera con alguien que me alegrara y justamente al lado de tu casa vive mi mejor amiga. — Ahora apuntó a la casa que estaba a la derecha de la mía. — Ella no está ahorita pero…. Bueno, solo venía porque escuché los gritos de tu casa ¿Son tus papás?
Lo único que pude hacer fue asentir, era un progreso.
— No te pongas triste por eso, yo pasé por lo mismo, por eso me terminé mudando aquí con mamá, ellos se divorciaron después de tantas peleas y creo que es mejor así, al principio es triste pero termina siendo lo mejor, ya no hay gritos en la casa. Deberías de sugerirles eso a tus papás, a veces ellos quieren hacerlo pero por amor a nosotros no se animan. Sí llega a pasar eso, créeme que estarás bien. — No contesté, mi cerebro seguía sin procesar palabras pero las suyas me animaban, porque en serio ya estaba cansado de aquellos gritos llenos de odio.
—¡Lucy! — Una mujer con el cabello igual de rojo que el suyo la llamó.
—¡Voy! — me miró — ya me tengo que ir. — se puso el casco y regresó a su bicicleta y una vez que comenzó a pedalear para regresar a casa me gritó. — ¡Gusto en conocerte, niño que no habla!
— Gusto en conocerte, bella niña. — dije apenas en un susurro.
Hoy.
El resto es historia, desde ese día me enamoré de Lucy pero por miedo y mi falta de palabras nunca más volví a hablar con ella y ella jamás volvió a búscame pues su amiga volvió de vacaciones y ya no tuvo necesidad de buscar con quien hablar o jugar. Quiero suponer que también influyó el hecho de que ella siempre pensó que era mudo.
Aquel día, gracias a Lucy, enfrenté a mis padres con solo 10 años de edad, a los pocos días ya estaban en el divorcio y como dijo Lucy, era triste pero era lo mejor pues nunca más hubo gritos en la casa.
Luego de aquel día yo veía a Lucy en todas partes, en la escuela, en el parque y hasta en el campamento de verano pero nunca le he hablado, sé que ella ya no sabe que éxito, está ocupada con su vida, pero mis sentimientos cada día se hacen más intensos y es por eso hace dos semanas supe que lo tenía que hacer ¡Hoy era el día en el que por fin hablaría con ella!
Aunque ahora…
— No creo poder hacerlo.— finalmente miré a mi amigo. Él era el único que sabía de mi enamoramiento con Lucy y desde el primer día que pasó me ha apoyado en cada locura. Al decir eso él se puso de pie y caminó de forma decisiva hacia mí para tomarme por los hombros.
— ¡Escúchame bien! — me quedé quieto.— ¡Estoy harto de apoyarte en todo y que no pases de estar a dos metros de Lucy! ¡Es el último día de escuela! ¡Y no me perdí la clase de la señorita Smith para verte fracasar! — él tenía razón, ya era hora.
—Tienes razón ¡Es hora! — afirmé seguro, o en mi intento de convencerme.
—Entonces ¿¡Ya tienes en mente porque vas a hacer esto!? — me preguntó mi amigo mientras me tomaba de los hombros y me encaraba.
—¡Sí! — dije enérgico, —¡Porque he estado enamorado de ella desde los 10 años!
—¡Exacto! ¡Y hoy por fin has decido dejar de ser un cobarde, chillón y patético hombrecito!
— Eso me lastimó..
— ¡Estoy inspirado! ¡No hables! — me callé. — Así que en cuanto suene la última campana del curso quiero que salgas corriendo a esa puerta — a apuntó con su dedo la puerta del salón de Lucy — y esperes a que Lucy salga para presentarte formalmente y así deje de pensar que eres mudo ¡¿QUEDÓ CLARO, BELL?!
— ¡Sí, señor… digo Kian!
— Excelente. — y antes de que pudiera decir algo más la última campana del ciclo escolar sonó haciendo que las puertas de los salones se abrieran para que los alumnos comenzarán a salir, incluida Lucy. — ¡LLEGÓ LA HORA, CAMPEÓN! — y sin más Kian me empujó.
Ese empujón hizo que perdiera el equilibro y comencé a chocar con todos los estudiantes que se atravesaban en mi camino hasta que finalmente caí al piso pero no fui el único, conmigo cayó alguien más.
— ¡Demonios! — se quejó una voz femenina. Giré mi cabeza para ver de quien se trataba, era una chica de ojos azules y cabello castaño, sabía quien era, era la mejor amiga de Lucy, Alice. — ¿Qué no ves? — estaba molesta y con justa razón, quise disculparme pero al escuchar aquella voz mi cuerpo olvidó como hablar.
— ¡Alice! ¿Qué pasó? — Lucy apareció y ayudó a su amiga a ponerse de pie.
— Nada, este idiota que además de no saber caminar tampoco sabe disculparse. — ambas me miraban molestas desde arriba, sabía que querían una disculpa pero no podía dárselas porque mi mente no procesaba nada que no fuera Lucy.
— ¡Hey! ¡Amigo! — Ese era Kian quien había aparecido en mi rescate. Me ayudó a ponerme de pie pues no era consciente de que tenía a medio mundo mirándonos, en especial a todo el equipo de lacrosse pues el novio de Lucy era el capitán.— ¡Lo siento mucho! ¡Mi amigo tiene una condición en los pies que lo hace tropezar con facilidad! — al escuchar eso quise discutir pues no quería que Lucy pensara que era verdad.
— No... yo no... — mi voz fue apenas audible.
— Lamentamos los inconvenientes, ya nos vamos.— y sin más Kian me sacó de esa escena.
Una vez que estuvimos lejos de todo eso hablé.
— ¡¿Por qué dijiste eso?! — estaba molesto porque de todas la cosas que Lucy podría saber de mí a este chico se le había ocurrido decir lo de mi pie plano.
— ¡¿Qué no viste que el novio de Lucy estaba por golpearte?! — eso me sorprendió, estaba tan perdido en los ojos de Lucy que no lo noté.
— ¿En serio?
— ¡Sí! — sonreí y me acerqué para abrazarlo.
— Gracias, hombre.— me correspondió por unos segundos antes de alejarme.
— Ya, aléjate, de por sí todas las chicas piensan que somos gays, así nunca conseguiré novia.
— En eso tienes razón.— reímos pero luego de unos segundos me callé de golpe.
— ¿Ahora qué pasa?
— Pues que otra vez no lo logré.— mi amigo me miró triste pero al final sonrió.
— ¡Hey! No te desanimes ¡Tienes el campamento de verano! — lo recordé.
— ¡Tienes razón! Lo había olvidado.
— Ahí lo tienes, es tu oportunidad de hablarle sin la presión social de la escuela, además no estará su novio. — ¡Claro! ¡Era perfecto!
— ¡Sí! Es mi oportunidad y creo que lo lograré con tu apoyo... — la cara de mi amigo cambió. — ¿Por qué haces esa cara?
— Am... había olvidado decírtelo pero este año no iré, estaré todo el verano con mi mamá.
— ¿En Japón?
— Sí.— se veía apenado.
— Bueno, no importa, veré cómo lo lograré pero no me iré de ese campamento sin hablarle.
❣Alice❣
— ¿¡CÓMO QUÉ NO IRÁS AL CAMPAMENTO!? — De todo lo que Lucy me había dicho eso era lo único que había escuchado pues estaba muy concentrada en el dolor de mi hombro causado por aquel chico grosero.
— Sí, Ali, hace 5 minutos te expliqué que este verano iría con Nick y su familia a una casa que tienen en Italia. Wow, en serio estás muy distraída. — iba a hablar pero en eso Nick se metió.
— ¿En serio no quieres que vayamos a golpear al chico? — los ojos de Nick me miraban atentos, me puse nerviosa pero terminé negando.
— No, así está bien pero gracias. — volví a mirar a Lucy. — ¿Entonces me dejaras sola? — eso era lo que más me preocupaba pues yo no era muy sociable, Lucy era mi única amiga.
— Ay, Ali, no lo temes así.— me miró molesta.— Tómalo como una oportunidad para conocer gente nueva.
— Sabes que odio a la gente. — me miró mal.
— En serio no me estás ayudando. — decidí dejarlo de lado, de todas formas ya estaba hecho, ella no iría.
Podría no ir tampoco yo pero mis padres no me dejarán, más cuando es el primer año de mis hermanos en el campamento.
— Está bien, ya me tengo que ir.— me puse la mochila y me paré de la mesa.
— ¿No quieres que te llevemos Ali? — era Nick. Lo miré y él se encogió de hombros.— de todas formas vives a dos casas de Lucy.
— No, así estoy bien.— y sin decir nada me fui.
No sabía cómo pero desde ese momento supe que este verano sería horrible.
_____________________
Hola!!!
Bueno aquí está el prólogo de esta nueva historia que me tiene muy emocionada!!! Mil gracias a quienes le han dado un oportunidad!!! Ojalá les haya gustado porque es solo el comienzo!!! 😍😍
En Gracias y nos seguimos leyendo!!! ❣❣
Instagram: bsr.pau
— books-silent-reader.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro