Veintiocho
Sus manos comenzaron a sudar. Las tenía entrelazadas sobre sus piernas mientras una de estas se movía de forma ansiosa al pasar el tiempo.
Con un gran suspiró, soltó el agarre de sus manos para tomar el filo de su falda y limpiar aquella capa de sudor que llevaba en sus manos gracias a los nervios que, a cada minuto que pasaba, estos incrementaban.
Adrien a su lado era realmente lo opuesto a lo que ella reflejaba; se encontraba con una sonrisa tranquila mientras le hablaba de lo ajetreado del trabajo aquella mañana en el buffet matutino, seguramente intentando que su mente se concentrara en otra cosa que no fuese lo que le provocaba aquel estrago en su mente.
Se encontraban en la sala de espera del consultorio de Rose en el hospital Saint-Louis, completamente solos a excepción del recepcionista quien, parecía completamente aburrido en ese momento.
Ella solo pudo evitar sentir algo de culpa, pues seguramente aquel seria su día libre pero gracias a ella no había sido así.
Aunque la culpa le pesó menos cuando al llegar ambos al lugar se encontraron con la noticia de que había llegado una mujer embarazada con su marido antes que ellos a una consulta inesperada y de emergencia, pues a palabras del recepcionista, aparentemente había llegado con un leve sangrado y un fuerte dolor en el abdomen, por lo cual Rose no la hizo esperar. Añadiendo que ambos habían llegado unos minutos tarde debido a que Adrien no había salido del trabajo a la hora esperada.
Marinette se sintió aliviada de que, al menos por ellos, la mujer habia conseguido encontrar a Rose en el consultorio.
Todo aquello simplemente logró poner sus nervios de punta, preocupándose por la pareja que se encontraba dentro con su amiga.
Además de que, tenía miedo.
Hasta el momento, los pensamientos en su cabeza se habían asegurado simplemente en las buenas noticias y en aquellos sentimientos que experimentaba a compañía de Adrien. Nunca en su cabeza había pasado que, aunque las cosas estuviesen bien nada le aseguraba que aquello no podía llegar a sucederle a ella.
― Wayhem ultimadamente anda algo más insistente de lo usual ¿Sabes? Asegura que mi humor ha mejorado a un nivel que él no recordaba ― soltó en forma de broma, posando su mano sobre las de ella, quien ante el contacto respingo un poco, para después intentar relajar sus hombros.
Adrien sintió una opresión en su pecho al verla actuar de esa forma, y como de cierta manera una idea se le implantaba en la cabeza, o más bien, un temor.
Después de todo, ninguno de los dos habia considerado aquel tipo de posibilidades que ahora se les habia aparecido en forma de una pareja de la cual no sabían absolutamente nada.
Pensó entonces que, la idea que su padre le habia dado semanas atrás sobre el vivir juntos durante aquel periodo era realmente una buena idea, más de lo que en un principio pensó.
En algún punto el ir y venir de sus propios apartamentos para estar juntos dejaría de ser algo razonable.
― Creo que deberías decirle la razón de tu buen humor ― intentó sonreír de forma despreocupada, a lo que Adrien suspiró ― Tarde o temprano la señora Marlena sabrá, y creo que es mejor que su amigo se lo diga a que tu jefa te riña frente a todo tu equipo de trabajo ― una pequeña burla se encontraba implícita en aquel comentario, a lo que Adrien soltó una pequeña risa, aliviado al ver como los nervios de ella comenzaban a desaparecer.
No necesitaron más que una mirada entre ellos para entender que el otro compartía aquel pequeño miedo en su interior.
Pero, Marinette al sentir la mano de él acunar las suyas se recordó que Adrien estaba con ella. Que ambos juntos eran una fuerza imparable en cualquier sentido, y que estaba segura de que podrían con todo.
Desde aquel temor que cruzó por su mente, hasta el descubrimiento de lo que podrían llegar a sentir.
Estaba segura de que era un temor que cualquier madre primeriza, e incluso una experimentada en algun punto llevó en su cabeza. Simplemente debía no perturbar su cabeza más con aquello.
― Alya debe morderse la lengua hasta que le digamos esto a Chloé, de no ser así tendremos una mujer muy temible, enojada con ambos ― bromeó, apartando un mechón de cabello corto del costado del rostro de Marinette, acomodándolo tras su oreja ― Y, realmente ya veo a la Chef Césaire preguntando cuales son mis intenciones con su preciosa Marinette, sólo espero que Nora no esté cerca cuando pase, de no ser así me veo sufriendo por un golpe de ella tal como Nino ― agregó, logrando que por fin desde que llegaron, Marinette riera de forma natural.
Ella no pudo negar lo último dicho por Adrien, pues la familia Césaire le tenía un gran aprecio, así como ella se los tenía a ellos. Nora en muchas ocasiones la llegaba a tratar como si fuese su hermana pequeña, tal como con Alya, Etta y Ella.
― Ponte una cacerola debajo de tu uniforme como protección ― le respondió, levantando sus hombros en señal de despreocupación.
Tenerlo a su lado como en muchas situaciones en su vida, lograban que los malos pensamientos pasaran de largo.
No solo en esa ocasión, pensó Marinette. Siempre que algun temor llegaba a su mente, Adrien hacia estragos su vida para que esto quedará apartado en algun rincón.
Ambos guardaron silencio durante unos segundos, él aun no despegaba su mano de las de ella.
― Sabes ― llamó su atención, logrando que Marinette lo mirara de reojo ― Es la segunda vez que te acompaño con un ginecólogo, solo que ahora no está Nino ― recordó con una sonrisa aquel suceso que había ocurrido años atrás.
Y como el ginecólogo con el que habían asistido en aquella ocasión simplemente estaba confundido pues parecía descifrar quien sería el culpable de que ella pensara que se encontraba embarazada.
Marinette enrojeció ante las palabras de él, sintiéndose apenada como a la vez divertida. La vida en verdad daba muchas vueltas, y parecía ser bastante caprichosa.
― Me alegra ser yo quien esté aquí ― agregó él en un susurro, como si de una confesión se tratara.
Ella observó como él miraba al frente, sonriendo plenamente y con un color carmín esparcido en sus mejillas.
Marinette se atrevió a entrelazar una de sus manos con la de él, acariciando con la otra el dorso de la mano de Adrien con delicadeza.
― Es imposible pensar en esta situación con alguien que no seas tú ― soltó, riendo suavemente al verlo tragar saliva, nervioso.
Los corazones de ambos comenzaron a latir de forma acelerada en cuanto escucharon la puerta del consultorio abrirse, y de forma automática dirigieron sus ojos a la pareja, expectantes de sus expresiones.
Para alivió de ellos, sus rostros se mostraban relajados mientras caminaban hasta el mostrador para hablar con el recepcionista, alcanzando a escuchar que se habían alarmado por algo mínimo y que todo estaba bien.
― Son padres primerizos, créanme cuando les digo que no es la primera vez que ocurre ― les comentó él con una sonrisa que reflejaba tranquilidad. Después de todo, durante el poco tiempo que llevaba trabajando ahí aquello se habia vuelto algo normal.
El miedo entre los padres primerizos era algo normal, después de todo.
Antes de que la pareja saliera de la sala de espera, Marinette observó el abultado vientre de la mujer y no pudo sentirse impaciente.
¿Será incomodo? ¿Qué se sentirá?, se preguntaba en silencio.
El sonido de un bip hizo que ambos se sobresaltaran, haciendo reír por lo bajo al recepcionista mientras contestaba el teléfono, a la vez que hacia unas anotaciones en la computadora.
― De acuerdo ― fue lo último que dijo a la persona del otro lado de la bocina, para después dirigir su mirada hacia ambos y colgar el teléfono ― Marinette Dupain-Cheng ¿Cierto? ― preguntó, a lo que ella asintió ― Pueden pasar ― agregó, haciendo un ademan discreto para que se levantaran y entraran al consultorio.
Ambos se observaron entre sí, levantándose al mismo tiempo de sus asientos.
Marinette arregló su falda negra, pues esta al estar sentada se había subido un poco de su posición. Adrien giró su vista hacia otro lado, pues esa falda realmente llevaba a su mente un recuerdo bastante agradable pero que en aquellos momentos no debía tener cabida en su mente.
No supo si Marinette la había elegido para torturarlo, o porque deseaba usar ese tipo de prendas ajustadas antes de que estas ya no le fuesen útiles durante los siguientes meses.
Pero, al observarla de reojo notó algo de lo cual no se había dado cuenta cuando ambos salieron del departamento de ella, completamente apurados por temor a llegar tarde.
Su vientre se mostraba levemente abultado, y gracias a la falda ajustada pudo percatarse aún mejor de ello.
― Nette ¿Lista? ― preguntó, observando como ella veía la puerta del consultorio de su amiga con un brillo en sus ojos.
Ella sonrió, asintiendo con su cabeza, caminando hacia su destino, seguida por él.
Él recepcionista sonrió al verlos entrar para después suspirar con ensoñación, pues la interacción que había visto entre ellos habia sido de las más tiernas que había visto ahí.
Recordó a la mujer en cuanto llegaron y le dijo su nombre. Sabía bien que era amiga de la Doctora Lavillant, le era imposible no recordar la angustia de su jefa al ver los resultados de la biopsia de su amiga, así como el rostro decaído de ella.
No la conocía, no sabía su historia de ella o su pareja. Pero estaba feliz de que las cosas hubiesen resultado para ambos.
Y estaba seguro que la Doctora Lavillant pensaría lo mismo que él.
Sin saber que, ella se llevaría una gran sorpresa.
[...]
El expediente médico que llevaba de Marinette ya se encontraba a su vista en la pantalla de su laptop, simplemente esperaba a que Eugène, su asistente, le avisara a su amiga que podía pasar.
No pudo evitar sonreír un poco, pues a pesar de que el tiempo seguía pasando para todos, Marinette aún tenía sobre ella aquella manía de llegar tarde a ciertos lugares, fuese o no su culpa. Aunque, en aquella ocasión la verdad solo podía tomarlo como un golpe de suerte.
El sonido de la puerta abrirse hizo que sus ojos viajaran desde la pantalla hasta donde ahora se encontraba Marinette entrando, levemente cohibida y con una sonrisa nerviosa en su rostro.
De inmediato se percató que no estaba sola, pues detrás de ella pudo observar a Adrien, saludando con un ademán, dejándola levemente confundida.
Preguntándose si en algun momento ella habia llamado a Adrien para que, en caso de que Marinette se opusiera a aparecer aquel día él le ayudara con aquello, pero estaba segura que eso no habia ocurrido.
Cuando la puerta se cerró a espalda de ambos, Rose salió de sus pensamientos, sonriéndoles a ambos.
― ¿Acaso di la alerta del código Agreste sin recordarlo? ― preguntó ella, sintiéndose ahora levemente nerviosa, sin entender muy bien el por qué.
Quizás porque no sabía que tan enterado de la situación se encontraba su amigo, o por que aquella sensación era la que ambos le transmitían en ese momento.
Los escuchó reírse a la par que avanzaban hacia su escritorio, con pasos temerosos.
Rose se levantó, tendiéndoles la mano como saludo de forma profesional. Eran sus amigos, pero ahora además de ser una amiga, era quien llevaba el expediente médico de Marinette ante aquellas circunstancias.
Ambos tomaron asiento, Rose se limitó a comenzar a teclear un par de cosas en su laptop.
― Eugène tomó tu peso y tu presión arterial ― se refirió a su asistente, comparando los datos que la última consulta a la que Marinette había asistido unos meses atrás ― Subiste levemente de peso, por lo que veo tu presión se encuentra bien, así que por este lado no hay mucho por lo cual debamos alarmarnos ― sus ojos se movieron hacia ambos adultos, quienes la veían atenta ― Entonces, Marinette ¿Esta bien hablar de esto con Adrien presente? Sobre tu elección acerca de, bueno, tú sabes ― alcanzó a preguntar, observándola ahora fijamente a ella.
El rostro de Marinette se habia enrojecido de una forma inesperada, algo que estaba segura que no ocurría hacía mucho tiempo.
Fue entonces que recordó las palabras de Chloé a la perfección durante su primer encuentro en Achu un par de semanas atrás.
Estoy segura que además de salir quemados de esa situación, terminaron con un premio entre manos, fue lo que ella había dicho.
Y aunque en el momento el escuchar aquellas palabras de parte de Chloé no tenían ningún tipo de sentido para ella, poco a poco su cabeza comenzó a hacerse ideas.
Pues, la actitud de ellos daba para pensar de más.
― Sí, pero a decir verdad Rose, el discutir que tratamiento o que opción elegí es algo que no importa ahora ― podía jurar que sentía su respiración comenzaba a faltarle ante las palabras que ella misma había soltado de repente, pero el rostro de Rose con la sorpresa plasmada no daba para darle vueltas a ese asunto.
Después de todo, a ojos de ella, Adrien no tendría nada que ver con aquello. Era más que claro que lo del código Agreste era una broma debido a su innata terquedad.
Un premio entre manos, repitió la rubia de forma mental, llevando su mirada ahora hasta Adrien. Ella no habia notado cuando aquello ocurrió, pero ahora las manos de ambos se encontraban entrelazadas.
― Marinette ― el nombre de su amiga salió de sus labios en un hilo de voz, sintiéndose extraña.
Estaba confundida, completamente conmovida y además, extrañamente feliz.
Pues aunque no entendía del todo los hechos, habia entendido claramente el mensaje. Y, por fin, pudo entender aquellas palabras de Chloé que tanto le habían causado confusión.
La susodicha separó su mano de la de Adrien para remover dentro de su bolso algunas cosas, en búsqueda de un pequeño sobre que, cuando lo tuvo en mano, lo dejo en el escritorio.
Rose lo tomó entre sus manos, sin reparo alguno al momento de abrirlo y poder observar su contenido.
Mentalmente sacó cuentas gracias a la información que aquellos resultados le mostraban, y si no estaba mal, serian seis semanas.
Seis semanas de embarazo.
― Antes de que pienses algo Rose, escúchame ― la voz de Adrien por fin se hizo presente en la habitación, llamando la atención de ambas mujeres ― Yo sé lo de la endometriosis de Marinette. Quizás no lo recuerdes, pero el día que ella no apareció en la reunión que Alya y Nino habia organizado en su apartamento porque Marinette volvía de la semana de la moda en Berlín, por tu expresión supe que algo no habia salido bien en la consulta y ― fue interrumpido por un ademán de Rose, ante la expectante mirada de Marinette.
― Lo recuerdo, tú saliste a buscarla, yo no te podía decir nada, y estabas tan preocupado como yo ― soltó, sintiendo como las piezas de un rompecabezas que, del cual no tenía idea que existían, comenzaban a unirse.
― Yo habia desistido con formar una familia para ese entonces ― explicó él, sonriendo de medio lado ― Marinette, de cierta manera también, y es irónico porque ninguno de los dos queríamos que el otro se rindiera ― soltó con una risa mientras sus mejillas se teñían de carmín.
Marinette no pudo evitar volver a buscar la mano de él, entrelazándolas nuevamente mientras sentía como su corazón comenzaba a latir de forma acelerada.
Ella estaba segura que todo aquello que trataba de explicar era para que Rose no pensará de forma arbitraria que quizás se habia aprovechado de la situación de él sobre el romanticismo para llegar hasta donde se encontraban.
Y aunque estaba segura de que Rose nunca podría pensar algo así de ella, estaba feliz. Adrien buscaba de cierta manera protegerla.
― No fue un accidente, fue algo que planeamos ― agregó él, suspirando ― Aunque, quizás si hubo un accidente entre los dos pero, creo que eso no entra en tema de la consulta ― una sonrisa de medio lado apareció en su rostro, llevando sus labios hasta la mano de Marinette, depositando un casto beso, para después dirigir su mirada hacia Rose, quien mantenía su expresión de sorpresa en su rostro ― Yo solamente tengo que decirte gracias, porque, de una u otra manera estamos aquí debido a ti ―Adrien tragó saliva, esperando algun gesto por parte de su amiga.
Sus palabras eran la verdad.
Adrien estaba agradecido con Rose, pues ella había sido quien le insistió en primer lugar a Marinette sobre aquel chequeo aunque ella le restaba importancia en el momento. Gracias a la preocupación palpada en su rostro, supo que las cosas no habían salido bien.
Gracias a todo eso, ambos habían logrado concebir lo que seguramente sería lo más bello en sus vidas, además de descubrir algo que quizás nunca habían tenido la oportunidad de percatarse.
― Esto es tan poco profesional ― soltó por fin, cubriendo su rostro con ambas manos para que sus amigos no notaran como unas pequeñas lagrimas habían salido de sus ojos, traicionándola ― ¡Maldita sea Adrien tengo que mantenerme en una pieza! ― se quejó, limpiando sus ojos mientras buscaba un pequeño pañuelo desechable.
Y es que, no era para menos.
El estima que le tenía a Marinette era increíblemente alto. Ella había sido el empujón que necesitaba para salir de aquel miedo que le azotaba años atrás.
Recordaba con cariño como ella, de una forma u otra, habia interferido para unirla con Juleka. Razón por la cual, en su momento, las tres eran cercanas.
Marinette había ayudado a Juleka a decirle la verdad sobre su sexualidad a su madre, la señora Anarka, ayudándola también para que Juleka le confesara sus sentimientos.
Y el oír de parte de Adrien, que ella misma habia actuado de forma similar solo que indirectamente, lograba que su corazón latiera de alegría.
No solo por el hecho de ver aquella chispa en los ojos de Marinette que hacia bastante tiempo que no vislumbraba, sino también porque ella ya no tenía aquel miedo, ya no se encontraba entre la espada y la pared.
Y, no estaba segura, pero existía algo ahí en sus palabras.
Además, el modo en el que Adrien veía a Marinette, le aseguraba que no importaba si sabía lo que tenían ellos dos; pues no habia necesidad de saberlo.
― Rose ― la voz de Marinette murmurando su nombre hizo que sonriera, para después golpear sus mejillas con avidez. No debía preocuparla.
Ya no había nada para que eso ocurriera.
― Ahora por su culpa le debo varios euros a Nino ― argumento la mujer, levantándose del lugar para dirigirse a una pequeña camilla ― No haré más que las preguntas necesarias, porque algo me dice que ya pasaron o pasaran muchos interrogatorios, pero ― hizo una pausa, moviendo un aparato con una gran pantalla a un lado de la camilla ― Ese bebé debe llamarme tía ― sentenció, logrando que ambos adultos sonrieran.
― De eso no habrá duda alguna ― respondió Marinette, levantándose del asiento donde se encontraba dirigiéndose a su amiga.
Ambas se abrazaron, conteniendo con una gran fuerza de voluntad el soltar un par de lágrimas más.
Rose no quería perder el poco profesionalismo en aquella consulta, así como Marinette no deseaba ponerse más emocional de lo debido.
Después de unos momentos, Rose le tendió una pequeña bata ordenándole que se cambiara en el baño que se encontraba dentro del consultorio, especificando que solo debía permanecer su ropa de la cintura para arriba.
Explicó que al tener alrededor de seis semanas de gestación, lo mejor para observar y monitorear el estado en el que se encontraba era una ecografía transvaginal, pues para esos momentos, el bebé apenas era del tamaño de un guisante.
Adrien le ayudo a subirse a la camilla con cuidado, quedándose a un costado de ella mientras Rose le colocaba una frazada sobre las piernas, pidiendo que las elevara un poco y las abriera.
Ambos palidecieron en cuanto ella tomó un instrumento alargando y le colocó con cuidado un condón sobre este, entonces ambos por fin cayeron en cuenta que en efecto el nombre de aquel estudio les decía en donde sería introducido aquello.
Marinette sujeto una de las manos de Adrien con fuerza en cuanto su amiga se sentó frente a sus piernas, cerrando de forma automática los ojos al sentir aquel intruso no deseado.
Adrien tragó saliva al notar la incomodidad de Marinette, notando como Rose estaba fija en la pantalla y movía con cuidado el instrumento dentro de ella.
― Miren ― la voz suave de Rose los llamó. Estaba señalando con un puntero láser una zona en la pantalla que se encontraba en blanco y negro, difusa ― Esta es la vejiga de Marinette, y por lo que puedo notar venias preparada para una ecografía ― atinó a decir con una sonrisa, pues la vejiga de su amiga estaba llena.
Marinette enrojeció ante su comentario, mientras Adrien soltó una risa nerviosa.
― La verdad es que estuve investigando un poco, e hice que Marinette tomará un litro de agua en el camino ― agregó divertido, a lo que Marinette bufó por lo bajo.
― Me gustaría que más parejas llegaran con ese mínimo de conocimiento a la hora de estar aquí ― confesó, logrando que ahora el sonrojo estuviese en los rostros de ambos, ante esto, Rose sonrió ― Estas son tus trompas de falopio, y puedo ver que no es un embarazo ectópico ― hizo una pausa al ver el rostro confundido de ambos, suspirando ― Me refiero a que tu embarazo no está ocurriendo en esa zona, y realmente esto es algo muy importante, me tranquiliza ver que todo está bien ― agregó, continuando con los movimientos cuidadosos con el instrumento con el que realizaba la ecografía.
Marinette hizo una mueca de incomodidad, levantando su cabeza un poco para poder apreciar mejor la pantalla.
Adrien al notar esto, ocupo su mano libre como soporte para la cabeza de ella. Marinette ante esto, simplemente pudo sonreír.
Sin saber con exactitud si Adrien a su lado era lo que hacía latir su corazón tan rápido, o la expectativa de conocer al bebé que ambos habían concebido.
― Y, aquí está tu útero ― el punto rojo con el cual estaba señalando la pantalla circulo toda una zona que se mostraba en negro, a excepción de un pequeño punto blanco justo en el medio de todo aquella zona circulada ― Este es su bebé ― estiró un poco su brazo, tocando una tecla, logrando que un peculiar sonido llegara a oídos de los presentes en la sala.
Era un tenue latido de corazón, uno que hizo que algo en el interior de ambos se removiera.
Estaban escuchando el corazón de su bebé.
Para Marinette la incomodidad que se sentía en aquella posición desapareció por completo, al igual que cualquier miedo que antes hubiese pasado por su mente. Tenía una pequeña parte de Adrien y de ella cobrando vida en su interior, y aunque eso hubiese escuchado imposible en el pasado, incluso meses atrás, era ahora su realidad.
Sintió como la mano que Adrien tenía entre la suya era apretada levemente, para después besar su frente con delicadeza. Los ojos de él se encontraban acuosos, al igual que los de ella.
― Tiene cuatro milímetros su bebé, todo parece estar en orden ― agregó Rose, presionando unas teclas más en el aparato, habia logrado grabar aquel momento y ahora se reproducía, por lo cual procedió a retirar el instrumento del interior de Marinette, para después desechar el condón que habia colocado sobre este ― Los dejaré un momento a solas ¿De acuerdo? Debo ir con Eugène para que envié ese clip de video a tu correo ― explicó con una sonrisa, emocionada ante la situación.
Aquella situación para ella era tan surreal, pues, nunca había imaginado algo así entre ese par en el pasado.
Pero ahora que los veía de esa forma, pensó que aquello entre ambos realmente se sentía genuinamente natural a pesar de que sus interacciones no distaban mucho en cómo se comportaban en el pasado.
No entendía mucho, pero no necesitaba entender. Ya habia aprendido que con los sentimientos, la cuestión de lógica y entendimiento era algo que simplemente difícilmente iban de la mano.
El tenue sonido del aquel pequeño corazón seguía resonando en el consultorio en cuanto Rose salió, y en ese momento, Adrien no pudo contenerse.
Buscó los labios de Marinette con desesperación, tomándolos entre los suyos con delicadeza, buscando hacerle saber lo feliz que se sentía.
Marinette correspondió el beso, sintiéndose completamente abrumada por todo aquello. Pero sin duda, feliz.
Meses atrás, pensaron que su decisión de comenzar aquel plan era lo que les había hecho cambiar de página. Pero ahí, en aquel consultorio mientras Marinette estaba tendida sobre la camilla y escuchando el latido del corazón de su bebé comprendieron que simplemente era el inicio.
Pues antes aun sus penas del pasado los atormentaban levemente, ahora, estando juntos lado a lado, parecían cosas tan insignificantes.
Cosas que tenían que pasar para que ese momento llegará a sus vidas.
Y, aunque no negaban que todo aquello habia dolido, ambos admitían algo; agradecían todo aquello en su pasado, pues eso los tenia ahí lado a lado, esperando algo increíble.
Se separaron lentamente, observándose fijamente con aquel sonido de fondo y sonrieron.
― Creo que es hora de que hablemos en cuál de los dos apartamentos viviremos estos meses, porque Marinette, no me quiero separar de ustedes dos ― Confesó de pronto, sintiendo sus mejillas hervir.
No hasta que Marinette eligiera, pensó.
― Pienso lo mismo, en unos meses seré como un balón y difícilmente me podré tallar las piernas en el baño, y ahí es donde entras tú ― soltó a modo de broma, para después caer en cuenta de la clara implicación sexual que llevaba su comentario, haciéndola desviar su mirada ― ¡Aunque claro! También puedo conseguir una esponja larga y con un tipo de agarradera, o hacerla yo misma por qué realmente no creo que sea difícil, tampoco deberías preocuparte por ello y ― comenzó a balbucear de forma espontánea, nerviosa.
Adrien rió por debajo, haciéndola callar.
― Nette, balbuceas otra vez ― atinó a decir, divertido ― Haré todo lo que me pidas, estaré encantado de hacerlo ― agregó, dejando un fugaz beso sobre sus labios para después sonreírle ― Te quiero, Marinette ― ante aquellas palabras, Marinette tragó saliva, para después sonreír.
Era la segunda vez que Adrien le decía aquellas palabras, y simplemente sentía que era más que suficiente para desarmarla.
― Te quiero también ― murmuro, para después negar con su cabeza ― ¡Es decir! Que yo también te quiero, Adrien ― se corrigió, riendo ante su pequeña torpeza ― Gracias por dejarme tener una parte de ti conmigo ― le susurró en un hilo de voz.
Y, tal como pasaba con ella; las palabras de Marinette lograban desarmarlo por completo.
Iba a agregar algo, sobre lo pacientes que debían ser para saber si sería niño o niña su pequeño bebé (que ahora era como un guisante), pero un pequeño alboroto lo hizo sobresaltarse, haciendo que incluso Marinette se girara en cuanto la puerta del consultorio se abrió de golpe.
Ambos tragaron duro al ver que quien había entrado no era Rose; era Chloé.
Y a sus espaldas se encontraba Rose intentando detenerla, pero que, cuando la vio cruzar el umbral se detuvo, cubriendo su rostro con desesperación.
― ¡Realmente nunca me equivoco! ― Exclamó con actitud altiva, observando a sus dos amigos.
Mientras ellos simplemente se preguntaban si de alguna forma ella había sabido algo de aquello como para aparecerse en ese momento ante ellos.
De no ser así, sus sospechas sobre Chloé serían cada vez más acertadas. Quizás, solo quizás, sí era una bruja.
― Chloé, por favor no saques conclusiones apresuradas, esto tiene una explicación ― Adrien intentó que su amiga no se hiciese ideas equivocadas y buscara hacerle una especie de castración química, teniendo mucho más sentido el segundo mensaje que Marinette le habia recibido de ella.
La susodicha bufó mientras se sentaba en una de las sillas del lugar, observando a los presentes para después reír un poco.
― Adrien, cariño, la explicación ya me la sé y tiene cuatro letras ― canturreó con una sonrisa de oreja a oreja, observando que, a pesar de causar un gran impacto con su llegada, los rostros de sus amigos reflejaban una inmensa felicidad ― Te dejaré pensar que palabra es. Simplemente estoy aquí para confirmar que, como siempre, la razón la tengo yo ― añadió, guiñando un ojo a ambos.
Ella en realidad tenía dos palabras en mente, que prefirió guardarse.
Observando de reojo la pantalla donde se mostraba la ecografía de su amiga.
Sexo, obviamente era lo más lógico.
Y, algo muy parecido al amor.
Rose, por su parte, entendió que Chloé había visto todo aquello venir desde tiempo atrás, y sinceramente no le sorprendió que de una forma u otra tuviese su propia explicación.
Estoy segura que además de salir quemados de esa situación, terminaron con un premio entre manos, recordó nuevamente Rose en su cabeza, para después sonreír derrotada. Después de todo, Chloé nunca se cansaría de tener la razón.
[...]
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Primero que nada, lamento la tardanza. Estaba dispuesta a publicar desde el domingo pero al ser "puente" en mi país (México) no tuve la oportunidad pues mi novio vino y fuimos a una boda, vimos amigos y estuvimos con muchas ocupaciones, y pues debía aprovechar porque casi no nos vemos tanto tiempo.
Planeaba volver a mi departamento hoy, pero como pase la noche con él y sus papás para poder ver Oblivio juntos ¡Pues llegué más tarde de lo esperado!
Ahora sí, referente al capítulo de hoy podemos ver como las cosas han empezado a evolucionar entre estos dos tontos y como estaban ansiosos por conocer a su bebé. Como tal, siempre llegando tarde a lugares importantes, pero así ambos ahora son conscientes que realmente apenas llevan un pequeño tramo de la meta, pues ahora deben ser cuidadosos, no porque algo le pueda pasar a Marinette, sino porque los embarazos deben tratarse con cuidado. Marinette va cayendo en cuenta de que es mamá primeriza y que muchos temores vendrán a ella. Así como también vemos la relación de ellos desde ojos externos, ósea, el asistente de Rose.
Cabe agregar que las palabras de Adrien son importantísimas para Rose, pues de alguna manera siente que está contribuyendo a la felicidad de ambos, pero enfocándose más en Marinette quien es con quien tiene un lazo más fuerte. Quizás en el pasado se preguntaban ¿Qué pasó para que Marinette fuese tan unida a Juleka que acepto en brazos a su hermano buscando un confort mutuo? Pues esto. Marinette fue lo que unió a Juleka y a Rose, por eso Rose desde el principio busca cuidar a Marinette, para ella, fue quien la unió de forma definitiva al amor de su vida y les ayudo con los obstáculos. Pero eso para más adelante, ahorita era el momento de los tres (Y Chloé JAJA)
En la sexta semana de embarazo es cuando se comienza a escuchar los primeros latidos del corazón del bebé, me empape de bastante información preguntándole a mi BFF Norma sobre esto y como hacer una buena interpretación de ello, espero que sí haya sido ¡No soy médico lo siento!
Y bueno, después de dos semanas de darle vuelta estos dos, por fin van a decidirse por la idea del abuelo Gabriel.
Chloé no se equivoca, pero tampoco esta TAN en lo correcto (aunque, sí, eso de las cuatro palabras es vea) pero no le interesa, al menos al no ver que hay algo más atrás, solo con llegar a la respuesta está feliz, además ya está más que segura que Marinette no quería hablar del tema. Esta bruja está loca, y les aseguro que, ama a sus dos amigos.
Añado que, se me hace súper especial que Rose sepa que Marinette espera un bebé en el aniversario que tiene con Juleka, más cuando ella fue quien les ayudo en su relación y que además, Adrien dijera lo mismo de ella. FEELS.
Y si, vi que preguntaban de que murió Juleka. En realidad, esto no es algo que aporte mucho, pero aclarando las cosas, fue por enfermedad. Rose menciona en el capítulo anterior que Juleka le hizo prometer que no llorara su perdida, entonces, lo de ella tomó tiempo, y esas son las muertes más dolorosas pues ves a tu ser querido irse lentamente. Quizás, como pista, es la carrera que he elegido para este fanfic para Rose.
En los próximos capítulos ya me enfocaré más en la evolución de Adrien y Marinette, quienes aunque aceptan a full que se quieren, deberán pasar por el vivir juntos y descubrir más allá de las palabras. Por que, los sentimientos son difíciles. Ahora ha sido mucha intervención de amistades porque, quiero que vean la relación a través de sus ojos y no solo de los conflictos internos de Adrien y Marinette.
Rose no lo esperaba, para ella eran simplemente buenos amigos (quizás porque en el pasado tenían sus parejas, y no habia indicio de nada más) pero el verlos actuar como una pareja se le hizo tan natural que lo entendió de inmediato.
Ahora sí, lamento la demora pero espero disfruten el capítulo. Estoy ansiosa por que lean lo que tengo preparado para todos ustedes. Mi única intención aquí es hacerlos feliz con una historia de amor que comenzó de la forma más extraña posible, y que evolucionó a esto.
Y, como extra: Adrien y Marinette agradecen a su pasado :') so, sus vidas realmente comienzan a moverse hacia adelante.
¡Un besote! No entro de la felicidad cada vez que veo sus comentarios.
¡POR CIERTO! ¡YA LA HISTORIA LLEGÓ A LAS 50 K EN VISTAS Y CASI A LOS 7 K EN VOTOS Y ESO ME HACE MUY FELIZ ALV COMO PASÓ ESTO AHHH!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro