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3 Revancha

Su mirada se posa en mí, esperando lo que tengo que decir, Ava a mi lado sonríe ladina y alterna la mirada entre nosotras mientras bebe de su trago, esto le parece muy divertido.

—No quiero hablar de eso, no es correcto hablar de las personas con las que uno se acuesta.

—Pero si recién parecías muy animada a comentarlo ¿No me digas que te dio vergüenza? ¿Quieres saber como conocí a mi peor acoston? Es una historia interesante —la pateo por debajo de la mesa y ella sonríe y continúa.

—Es mi turno —interrumpo y entonces llega la gente que faltaba a la mesa, una pareja y un chico, quedando un asiento vacío que supongo era el de mi acompañante—. Tuvimos una linda conexión, parecía ser un chico agradable.

—¿Chico? No sé por qué pensé que podría ser mujer.

Hija de puta, ella sabe que mi familia no sabe de mi bisexualidad, es mi secreto mejor guardado, pero supongo que eso me gano por contarle mi vida a una desconocida.

Levanto una ceja y a punto de responderle mi prima abre la boca, para dejarme expuesta tan hetero que ella se ríe y no por lo que dijo, sino porque de hetero, tengo la h de homo también.

—Es tan hetero, que es esas de hazme un hijo o flan con tu leche, lo que cuaje primero. Lori para lo único que estaría con una mujer es para hacerla su amiga —Ava ríe a mi lado.

—Bueno, voy al ba... —me quedo congelada al ver sentarse a quién faltaba en la mesa, Terrence.

Llega luciendo un traje impoluto azul oscuro con camisa blanca y corbata plateada, mi ex definitivamente atrae miradas, pero en mi opinión es solo el envase, ya que por dentro solo hay toneladas de mierda. 

—Buenas a todos —me observa clavando sus ojos en mí—. Hola, Lore.

—Hola —le digo seca y tomo la mano de Lena negando con la cabeza.

—Disculpa —se dirige a Ava— ¿No me cambias el lugar? Me gustaría estar cerca de mi novia.

—Ex —resalta Lena— y no, Ava, no se lo cambies ¿Cómo sigues del asalto? —pregunta divertida— ¿Ya pusiste más seguridad? Sería una pena que algo así te volviera a ocurrir.

—Estoy muy bien, casi parezco un hombre nuevo. Cuando algo así te pasa algo dentro cambia, creo que todos nos merecemos una segunda oportunidad en la vida ¿No? —se dirige a mí y ni siquiera lo miro.

No puede ser que sea tan cabrón de haberse presentado a la boda, aún cuando no somos pareja hace más de un mes, quizás piense que estoy jugando o que puedo cambiar de opinión, pero nada más lejos de eso, no me interesa volver a estar con él o con un tipo como él.

Casi no como nada, tenerlo en la misma mesa me indigesta. Las miradas de Ava y Gabrielle se cruzan varías veces con la mía, no he querido moverme de la mesa, mantengo la cabeza baja y no hablo mucho. Tengo miedo de que me intercepte si estoy a solas, aunque sé que Lena me acompañará, pero no puede estar toda la vida pegada a mí o yo a ella.

Entonces alguien llama a Lena y ella se levanta y se va, mis ganas de hacer pis se hacen cada vez peor cuando ella se demora y no la encuentro con la mirada, no me queda más que pedirle a Ava que me acompañe.

—Ava acompáñame al baño, por favor —le susurro.

—¿Tendré al menos un beso a cambio? —me dice susurrándome en mi oído, muerdo mi labio inferior.

—Ava, no aguanto más, por favor.

—Tampoco aguanto más —me mira por unos segundos muy de cerca antes de alejarse con una sonrisa.

—Vamos —dice Gabrielle—, yo también tengo ganas —y la veo extrañada ¿Ganas de qué?

Me levanto sin pensarlo mucho y Ava aunque estaba molestándome también se levanta yo camino delante y ellas parecen ser mi seguridad atrás. Llego y en cuánto entro a uno de los cubículos dos manos aparecen por debajo con papel, son las manos de ellas, ya saben que le tengo alfo de reticencia a los baños muy concurridos.

—Gracias —exclamo tomando ambos. Al salir veo solo a Gabrielle y Ava no está por ningún lado, cuando una chica sale y somos solo las dos aprovecho a intentar disculparme—. Lamento lo que escuchaste de...

—¿Lamentas que lo escuché o haberlo dicho? Porque son dos cosas diferentes.

—Ambas —digo mientras me lavo las manos—, lo siento yo estaba teniendo una plática privada con mi prima —trato de sonar honesta, pero ella se nota molesta.

—Solo vamos si ya terminaste, al menos me cambiaste el sexo al contar la anécdota y para tu información no sé qué pasó, en general soy muy buena en ese area. Pero no te preocupes, no se volverá a repetir, Dios te libre de pasar por un calvario así de nuevo —dice irónica y exageradamente—. Ava está afuera haciendo guardia, vamos.

Sale y la veo salir con ese vestido negro que le queda tan bien y que le entorna aún más el trasero y las piernas definidas. Fui una bocona, mi prima una imprudente que no se sabe mantener callada, y Ava una maldita zorra oportunista que me hundió 15 metros bajo tierra.

Salgo y ahí están paradas frente a mí, la castaña y la de cabello cobrizo, con sus espectaculares vestidos, negro el de Gabrielle y rojo casi como su cabello Ava. La de ojos miel me recibe con una gran sonrisa, típico de esa zorra astuta. La quiero despellejar viva por haberme metido en este problema con Gabrielle.

—¿Desea ir tomada de mi brazo, condesa? —me dice la pelirroja y cierro los ojos despacio.

La castaña levanta una ceja y yo siento el calor en mi rostro, nunca me presento con mi título nobiliario, menos aún menciono todo lo que viene con el apellido y definitivamente no me gusta nada que la gente lo sepa, ya demasiado me juzgan o llaman de mala manera por ser una cerebrito, si saben que soy condesa piensan aún peor sobre mí.

—¿No lo sabías? —le dice divertida— Lorelei es una condensa, prácticamente familia real, y Elena es una princesa, un país chico que aún tiene monarquía, pero lo es.

—No lo sabía —responde Gabrielle— ¿Tengo que hacerte reverencia o algo así?

—Sí —dice Ava sonriendo.

—No —digo yo— no es necesario y no quiero que hagas nada. Olvida lo que te dijo, solo soy Lorelei y punto. Volvamos a la mesa.

Ambas me siguen, Gabrielle con la mirada llena de intriga y Ava super divertida con la situación. Maldita sea está boda se transformó en un estrés innecesario. En cuánto tenga la primera oportunidad me largo de aquí, así sea una de las damas de honor.

Al llegar al salón, la novia nos llama a las solteras por el micrófono, pero mi prima me intercepta antes de llegar con las demás mujeres.

—Vete, ahora.

—¿Qué...?

—Terrence hablo con la Sally, ella le dará el ramo y te lo propondrá delante de toda esta gente y tú eres tan tú, que sé que ni siquiera dirás que no.

—¿Sucede algo? —se acerca Gabrielle.

—Lori se siente mal ¿No es así Lori? —me mira mi prima y yo solo asiento—, se va a ir. Toma mi auto —me da las llaves—, ya que él tan amablemente le dijo a tu chófer y familia que te llevaba a casa —mi mandíbula se tensa.

—Si se siente mal es mejor que yo la lleve entonces —se ofrece la castaña. Ava se mantiene al margen vigilando el panorama.

—Si van a irse es mejor hacerlo ahora antes de que el idiota este sospechando y venga hacía acá.

Gabrielle me toma de la mano sin darme posibilidades a elegir, me lleva a hasta su auto, le saca la traba y me subo. Una vez adentro me observa mientras enciende el auto.

—Cinturón —me lo coloco— ¿Qué tan mal te sientes del 1 al 10? —miro hacía la fiesta y veo al idiota verme por la ventana y comenzar a correr hacia nosotras.

—Diez, definitivamente es un diez.

Ella acelera y salimos del lugar dejando al idiota atrás que de la ira voltea un enorme macetero con un árbol. Hombre nuevo mis dos ovarios, él no ha cambiado nada.

Mi respiración pasar de irregular a una más calmada a medida que avanzamos, es entonces cuando me doy cuenta con quién estoy y en su auto.

—¿A dónde te llevo?

—No lo sé —suspiro y mi teléfono suena—. No voy a volver papá, te dije que terminé con él —le digo furiosa— y es definitivo ¡¿Cómo te atreves a complotar en mi contra y dejarme sin chófer?! ¡Yo sé lo que es mejor para mí y no es Terrence! —le corto mientras tirito ¿Por qué creen que la única persona que puede hacerme feliz es ese idiota?

Gabrielle me toma la mano mientras conduce con la otra, la miro, pero ella no voltea a devolverme la mirada, entonces solo me quedo ahí tomando su mano hasta calmarme.

—Si no sabes que hacer podemos ir a tomar un café —la observo levantando una ceja—, es sin segundas intenciones —menciona—, solo que parece que necesitas un tiempo y supongo que a dónde sea que te estés quedando con él en el panorama, no es buena idea ir —asiento porque tiene razón y el acepto el café.

Vamos a una cafetería, ella baja y me abre la puerta, luego la cierra despacio y caigo que no me abrió por ser caballerosa, sino para cuidar su auto. Entramos a la cafetería y luego de ordenar me mira curiosa.

—¿Es cierto lo que dijeron?

—¿Qué de todo?

—Que eres una duquesa y que tu coeficiente es bastante elevado del promedio.

—Sí, es cierto todo, incluso que mi ex es un Imbécil.

—Y que hubieras aceptado la propuesta si la hubiera hecho delante de tantas personas —agacho la mirada avergonzada.

—Seguro piensas que soy una tonta o que soy muy inteligente para algunas cosas y muy tonta para otras —La observo, pero ella se mantiene seria e inmutable, lo cual me pone nerviosa y nerviosa tiendo a hablar de más—. Se lo dije alguna vez que si me hacía una propuesta que fuera en privado, me pone muy nerviosa tener demasiados ojos en mí, un momento que debería ser lindo, me llena de estrés.

—No creo que seas una tonta —sentencia firme y seria—. Así que no vuelvas a hablar así de ti, por favor.

Está por seguir hablando veo entrar a Ava con una gran sonrisa y a mi prima con mala cara, Ava se acerca a mi lado tomando mi mano haciendo una reverencia me besa la mano y se sienta divertida. No parece ser una respetable psiquiatra, pero supongo que conserva algo de su época de locura, ya que un año antes de graduarse se fue con un grupo de amigas de viaje en bicicleta para vivir la experiencia, es lo que llegué a enterarme por mi mejor amiga, ya que ella y yo para esa época no nos hablábamos.

—Esta tonta tomó el ramo —dice Ava divertida.

—Lo voy a tirar, no pienso casarme nunca —se tira mi prima en la silla a mi otro lado—. De la que te salvé, esta me la debes ¿Ya pidieron? Muero por un doble expresso —la miro—. Gaby nos avisó que estaban aquí —¿Gaby? Ni siquiera yo tengo esas confianzas de buenas a primeras—. Ella me dijo que puedo decirle así.

Llega lo que ordenamos y mi prima y a veces Ava comen de lo que yo pedí, Gabrielle me observa esperando mi reacción, pero a mí no me molesta compartir, aparte Lena siempre ha tenido esa mala costumbre de comer de mi plato, a veces pasaba su comida al mío y comíamos ambas, ella es así y yo simplemente me acostumbré y la dejo. Pedimos otra ronda de café y el teléfono de mi prima suena, atiende fastidiada saliendo afuera, Ava nos mira con una sonrisa divertida.

—Tengo un juego para proponerles —dice con una gran sonrisa.

No me hace falta usar mi IQ para saber que esto es una muy mala idea, pésima idea, pero me orilla y termino aceptando un juego que pasará los límites de lo impuesto y me llevará aún más lejos de lo que esperaba con estás dos mujeres.

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