24 La despedida
Estaba metiendo la cena al horno cuando la puerta de la casa y el timbre es tocado con insistencia, Terrence está sentado en el sofá del living, con los pies sobre la mesa del centro algo que odio con todo mi ser, mientras toma su cerveza y ve un partido.
—Ve a atender, mujer —me grita y lo odio.
Dejo las manoplas en la mesada y voy a abrir la puerta, para encontrarme a ellas dos frente a mí, las miro con los ojos grandes y salgo cerrando despacio detrás de mí.
—¿Qué hacen aquí?
—¿Es cierto que vas a casarte? —mi mandibula se tensa, es obvio que iban a enterarse, pero no pensé que sería tan pronto, no respondo, pero ella ve mi mano y la respuesta le llega sola— ¡Estás loca! ese imbécil quiso abusar de ti —intento calmar a Ava que empezó a gritar y me la llevo unos escalones abajo alejándome de la puerta de entrada.
—Cálmate y baja el tono de voz.
—¡No me calmo una mierda, no me calmo nada! Voy gritar todo lo... —la beso y solo así se calla, al separarme de ella la idiota sonríe— dame más —intenta acercarse y me alejo dándole la espalda.
—Tienen que irse, ahora. No deberían estar acá —miro a la puerta.
—Una pelea entre nosotras y corres a casarte con ese cerdo idiota, pedazo de mono involucionado de tu ex ¡Esto es un chiste! Dime que te volviste loca, te médico, si quieres y tratamos tu cuadro.
—Ava, vámonos —Gabrielle intenta tomarla, pero ella se resiste—, ella ya eligió, Ava.
—No, no me vas a hacer esto de nuevo Lori, si lo eliges a él...
—¡Lorelei entra, ya! —cierro los ojos y suspiro.
—Ya voy —le digo.
—¡YA O ERES SORDA!
—Te dije que ya voy, deja que me despida de ellas.
—Tienes cinco minutos —cierra de un portazo y cierro los ojos.
—Con ese idiota te vas a casar, nosotras te podemos tratar mucho mejor. No lo hagas Lori, no te cases —pero me mantengo firme, mientras que por dentro me desmorono—. Te voy a suplicar si eso quieres —se arrodilla y Gabrielle intenta que ella se levante del suelo, pero Ava me implora de rodillas—. Por favor, te amo, te amamos, no lo hagas, no te cases con él, sino quieres con nosotras tampoco, pero no con él, cásate con alguien mejor, alguien que te haga feliz, Lori, alguien que te merezca.
La veo aferrada a mis piernas y me quiebro. Con ella, con ellas es con las únicas personas que quiero casarme, con las únicas que caminaría feliz hacía el altar porque al final del mismo estaría mi primer amor y la mejor conexión de mi vida, pero no puedo, no hasta terminar y juntar las pruebas que necesito, no hasta asegurarme de que ellas como mi familia están a salvo. Tomo su rostro entre mis manos y limpio sus lágrimas mientras siento mis ojos llenarse de lágrimas.
—Pero que asco, levántate sucia lesbiana que ensucias mi piso, que patética. Como te pueden haber dado un título de psiquiatra...
—¡Cállate sino quieres que suba ahí y te parta la cara, maldito imbécil! —le dice Gabrielle furiosa.
—Bolleras de mierda. Lorelei, mi cena no se cocina, ni se sirve sola, despídete y entra ya —cierra la puerta luego de eso.
—Dime si te está amenazando —claro que lo hace, yo no estaría con él por voluntad propia—, lo vamos a solucionar —me dice Gabrielle cerca—, te puedo proteger, la agencia puede protegerte —¿A ti quién te protege? Porque Pink no mataría a Ava, pero a ti. Ella trabaja con él y podría explotar tu auto—. Lori, es tu oportunidad para decirnos la verdad y dejarnos ayudarte —me quedo callada.
—Es mejor que se vayan —observo las cámaras que tenemos cerca grabandonos—, ya lo escucharon tengo que volver adentro a terminar de hacer la cena —Gabrielle niega indignada.
Ava se para y la beso sin perder un segundo más de los pocos que me quedan. Le susurro al oído todo lo que la amo y le pido perdón por lo que voy a hacer, luego la suelto un momento y aunque la castaña está alto reticente la abrazo, primero sin sentir que me devuelve el gesto y luego hunde su rostro en mi cuello a ella también le digo lo mucho que la amo, pero aparte le doy otro mensaje, me mira extrañada separándose de mí, le dejo un beso amargo que sabe a despedida sobre sus labios y haciendo uso de toda mi fuerza me suelto del agarre de la mano de Ava a quién Gabrielle sostiene.
—Si te vas, si cruzas esa puerta, no volverás a verme nunca más, Lorelei —freno por un segundo ante las palabras de Ava, porque sé que sus palabras son sentencia, pero no puedo fallarle a mi propósito de protegerlas—. Te juro que esta vez es la última que me rompes el corazón, te vas y no vuelves a verme en tu puta vida, Lori, te lo juro.
—Y si jamás volvemos a vernos, igual las amaré hasta mi último día. Lo siento, pero tengo que hacer esto.
Corro el trecho que me queda y cierro la puerta detrás de mí, Terrence me mira con desagrado, me voy a la cocina temblando y siento como el auto se aleja, yo vuelvo a tomar las manoplas y temblando abro la puerta del horno para ver la cena, la cierro y caigo en la cuenta de todo llorando en silencio, tratando de tapar mi llanto en la cocina de esta casa, donde sé que desde ahora soy tremendamente infeliz.
¿Cómo terminamos en este punto? Si hasta hace dos semanas estábamos las tres en la cama abrazadas, yo les confesaba que las amaba y ellas me devolvían ese amor, si hasta dos semanas yo juraba que no me iba a casar con este idiota. Todo comenzó en ese maldito viaje que hice a Londres la última vez, en tomarme casi que a la ligera su amenaza y en creer que Terrence era de verdad un imbécil, porque este tipo lo que no es, es tonto.
Luego de su amenaza suspendieron a Gabrielle y claro que me hizo saber que fue él, por eso viaje a Londres, e impidió que volviera a ellas cuando me dijo todo lo que les haría.
Me negó claramente la comunicación con ellas, me amenazó con hacerles algo peor y no le creí plenamente, pero entonces me presentó a Pink, una chica delga de cabello rosa y apariencia algo enferma, ojerosa y no se veía muy cuerda que digamos, fue entonces cuándo me amenazó con Gabrielle y una bomba en su coche si intentaba algo.
Cuando quise quedar con mi prima y pedirle ayuda, él también intervino y me juro que si Elena se enteraba, que me prepara para ir al funeral de mis tíos y para dejar claro el mensaje le dio una paliza a ella. Pero mis acciones de intentar conseguir ayuda tuvieron su castigo porque incriminó a Ava en el homicidio de esa loca de "Pink".
Ahora si quiero que él las dejé en paz tengo que alejarme de ellas. No confío en su palabra de dejarlas afuera de esto, pero confío en mi tecnología y si quiero pruebas necesito conseguirlas de su computadora, la cual vigila a sol y a sombra, aunque solo necesito 5 minutos de manera literal para entrar con un dispositivo pendrive y un troyano indetectable, que ni siquiera las agencias gubernamentales se han percatado de él, claro que solo lo usé para acceder a las cámaras aquella vez que la loca andaba suelta.
—¿Tanto demoras en servir? —se aparece en la cocina— Si hubieras hecho caso y firmado el acuerdo no tendría que haber llegado a ellas, supongo que después de todo no las amabas tanto como decías hacerlo.
—Cállate.
—Sírveme que voy a ir conseguir a una mujer que si pueda darme lo que a ti te falta.
—Y jamás lo tendrás porque no vas a tocarme un solo pelo.
—Eso veremos nuestra noche de bodas —si, veremos que al día siguiente usaras un cabestrillo, porque sino te disloco, te quiebro el brazo.
Le sirvo la cena, pero no me siento a cenar con él me da asco y repulsion todo lo que tenga que ver con este cerdo asqueroso. Luego de que termina de cenar, sale tomando las llaves de mi auto, que ya no es mío porque pasó a ser de él y se marcha. Ingreso a mi habitación y busco las camisetas que ellas usaban, es lo único que pude conservar sin que él sepa, las abrazo y lloro mientras las acuno contra mi pecho.
Todo esto lo hago para salvarlas, para alejarlas de él y para conseguir las pruebas para meterlo a la cárcel el resto de su asquerosa vida, ahora al menos sé para qué quería mis propiedades, aunque aún me faltan piezas en el puzzle y sé que en todo esto están metidos mis tíos, no solo Paty y Garret, sino también el rey y la reina de alguna manera.
Con Gabrielle fuera de juego, solo tengo una opción y persona de confianza a la cual acudir y si Gabrielle ha confiado tanto tiempo en ella, yo también. Solo espero que Madeleine también confíe en mí y me ayude.
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