22 Explotando la burbuja
No había mucho por traer a casa, ellas prácticamente ya vivían conmigo desde hace tiempo, mudarse era una mera formalidad y finalmente están conmigo cada día. Pusimos un sistema de monitoreo mejor, usando mi propio conocimiento en tecnología y sin decirle a Gabrielle, intervine algunas cámaras alrededor de la casa y por varias manzanas, introduje en la base de datos de un sistema en el que llevo trabajando un tiempo el rostro de esta tal Pink, para trabajar con el reconocimiento facial y que la alarma suelte una alerta en caso de que esta loca está demasiado cerca de nosotras, ya luego lidiaría con nuestra agente federal y la ley.
—Te dejo en la universidad y me voy al aeropuerto —le digo a Ava mientras desayunamos—. Amor ¿necesitas que te deje en el trabajo? —le pregunto a Gabrielle más suave.
—No, ya me viene a buscar mi compañero. Por cierto, Maddy viene a la ciudad y...
—Se puede quedar en casa si quiere, tenemos dos habitaciones extra. Amor esta casa también es de ustedes, quiero que se sientan cómodas, inviten a sus amigos o familia, yo no tengo problema —la castaña sonríe— ¿viene con Alba y Aida?
—Viene sola esta vez, Aida no puede viajar con el enorme vientre y Alba no la quiere dejar sola, aparte Cala extraña mucho si no están dos de sus mamás —se acerca a despedirse de mí—. Te veo entonces en tres días —nos besamos—, ya te estoy extrañando.
—Yo también, pero es trabajo, aparte de que quiero hablar con mis padres, ya se enteraron que estoy con alguien y no tengo ganas de que hagan una escena frente a ustedes, prefiero ir a verlos y terminar con esto. Te veo en unos días —la beso de vuelta y ella sale tomando su placa. Me acerco a Ava quién sospechosamente se ha mantenido calmada y callada— ¿Qué te pasa a ti? —me acerco por su costado besando su mejilla y cuello.
—No tengo un buen presentimiento.
—Te prometo que voy y vuelvo, en menos de lo que se den cuenta estaré de vuelta —gira su rostro a verme y baja su mirada a mis labios, me acerco y beso su lunar cerca de su boca—. Volveré, amor.
—Más te vale porque estamos juntas en esto y no quiero... yo ya no puedo perderte de nuevo, no podemos.
—Y no me van a perder —acorta la distancia y me besa—. Vamos que tengo que tomar un avión.
La dejo en la universidad, y en la camioneta le pido a Norman que esté pendiente de llevar y traer a Ava, no me gusta irme y pasar tiempo alejada de ellas, más sabiendo que esa loca está suelta ahí afuera, pero no tengo más opciones, ninguna puede parar su vida.
Llego a la hora acordada a la cita con el cliente me que pidió verlo en un bufete de abogados para revisar la base de datos y crear un sistema específico para el bufete, algo que podría haber hecho de manera remota, pero insistió en que quería hacerlo de manera presencial. A veces son tan caprichosos y por eso he rechazado a varios, pero como este viene de parte de un amigo de mis padres, solo accedí porque ellos me lo pidieron.
—Buenas tardes —saludo a la secretaria—. Soy Lorelei Nottingham y vengo a ver al señor...
—Señorita Nottingham, la estábamos esperando, pase —miro a la secretaría extrañada, y el mal presentimiento que también tuve, pero no le dije nada a Ava se hace más fuerte, miro las puertas del ascensor que me llaman a correr hacia ellas, pero ignoro el sentimiento, que debería haber seguido.
—Hola, hija —entro y el hombre que me recibió coloca la traba a la puerta y siento como las manos me sudan—. Siéntate.
—¿Qué significa todo esto? ¿qué hace él aquí?
—Siéntate, Lorelei, ahora —dice mi padre, pero permanezco de pie firme.
—Está bien, podemos hacer esto si prefiere quedarse parada, no es ningún problema —exclama el hombre que se supone sería mi cliente—. Señorita Nottingham, la citamos aquí para ver los términos de su casamiento con mi sobrino Terrence —río incrédula.
—Atravesé un océano para esto ¡No voy a casarme con ese imbécil, ni hoy, ni mañana! ¡NI NUNCA! —tomo el pomo de la puerta furiosa.
—Lo harás Lorelei o esas mujeres con las que tienes una relación enfermiza y promiscua, pagaran las consecuencias.
—Atrévete a hacerles algo y que Dios te encuentre confesado de lo que te espera.
—¿Está amenazando a mi sobrino?
—No, solo intercambio ideas como él lo acaba de hacer conmigo —vuelvo a tener el temple.
—Si sales por esa puerta, el acuerdo se termina Lorelei, solo accedí a esto por que tu padre me lo pidió. Si te vas ya sabes quién pagara tu rebeldía, la doctora y esa agente que ahora es federal —mi corazón late desbocado, él se para y me tira los papeles sobre mis pies al suelo—. Lee mis condiciones, si quieres agregar algo hazlo. Después de que nos casamos no volverás a verlas y por supuesto que solo saldrás de casa para eventos a los que asistiremos ambos.
Tomo los papeles del suelo y se los largo al idiota que le pegan en el rostro, veo como su cara se pone roja de ira y mi padre interviene entre ambos para tomar los papeles, frenarlo a él y acercarse a mí para ponerlos en mis manos.
—Lori, por favor no lo hagas más difícil, lee los papeles, fíjate si hay que modificar algo y firma. Si quieres a esas mujeres has lo que te piden.
—Las amo, amo a esas mujeres y no dejaré que ninguno de ustedes les haga daño. Me voy y no quiero volver a verlos, y me llevo esto como prueba de extorsión de lo que me están haciendo.
Salgo furiosa de ese maldito bufete, con los papeles en mis manos me dirijo directamente a mi hotel y comienzo a leer la locura que el Imbécil propone, entre varios ítems uno resalta muy bien, dejar mi trabajo, quedarme en casa siendo "una buena esposa", darle el control total del manejo de mis bienes, para eso él será el encargado de manejarlos ya que yo obviamente estaré en casa y unas de las últimas cláusulas, tener no menos de dos hijos. Trato de respirar y termino de leer el "contrato" que tiene cero beneficios para mí, más que podré ver a mis padres cuando quiera y a mi prima y tíos 3 veces al año, para los cumpleaños y navidad.
Tocan la puerta de mi habitación y al abrir aquí están parados frente a mí, las personas que me criaron.
—¿Qué quieren? ¿Acaso vienen con el juez para querer forzarme a casarme inmediatamente?
—Lorelei, solo déjanos pasar —me hago a un lado y ellos entran, se acomodan en el sofá mientras observan la habitación en la que estoy— ¿Ya firmaste?
—No voy a firmar, porque no voy a casarme y la idiotez que propone Terrence es una maldita locura. Un esclavo en el 1800 tiene más derechos que yo.
—Lori —ahora habla mi "madre"—. ¿No entiendes que la vida de tu padre y mía están en juego? Tu padre hizo negocios con Terrence que salieron mal, él acordó perdonar sus deudas si te casabas con él.
—Lo lamento, pero no ataré mi vida a este imbécil. Venderé alguna de mis propiedades para ayudarte a pagar tus deudas, pero no voy a casarme —les doy la espalda mientras mi teléfono suena y atiendo—. Hola, amor —es Gabrielle—, ya llegué bien y me vi con el cliente, el negocio no va a ser posible, creo que volveré a casa antes —veo un gesto de desaprobación que no me importa en sus rostros—. Estoy algo ocupada ahora, hablamos luego. Ya las extraño las veré en casa al llegar, las amo, adiós —me doy cuenta de lo que dije y corto. Siento mi pulso dispararse es la primera vez que les digo te amo y lo hice por una llamada. Veo a los señores que me criaron frente a mí y vuelvo mi atención a ellos—. Volveré a casa, ya no tengo nada que hacer aquí.
—¿Ni siquiera te importan esas... mujeres? —escucho el desprecio en la boca de ella.
—Me importan, y porque me importan me iré de nuevo a norte america para volver al lado de ellas. De mis mujeres, mis parejas. —el disgusto al nombrarlas es aún más evidente en ambos—. Estoy viviendo la vida que quiero por fin sin miedo a que me separen de las personas que amo, no dejaré que nuevamente algo así ocurra, ni por ustedes, ni por Terrence.
Tomo mi valija, mi teléfono, pasaporte y cartera para salir de la habitación, sin siquiera mirarlos, ni despedirme de ellos. Las personas que me criaron, que se hicieron cargo de mí durante unos años, quiénes me dieron el mayor periodo de infelicidad de mi vida, quiénes me apartaron de la mujer que amo y me dieron un gran morici para apartarme de ellos, quiénes me presentaron al Imbécil e influyeron para que me quedara con él, movidos por sus propios intereses. Ahora puedo decir con seguridad que los aborrezco y que cortaré el vínculo que me une con ellos.
—Hay otra alternativa, Lori —habla él—. Puedes dejarnos a cargo de tus propiedades, que nosotros las manejemos, eso quiere Terrence y entonces...
—Antes muerta que dejarles tocar a ustedes una sola propiedad que mis padres me heredaron. Cuándo las tuvieron a su cuidado el tiempo que era menor, solo lograron que se devaluen —ellos se quedan callados—. Así que Terrence quiere mis propiedades ¿Por qué? —siguen haciendo voto de silencio— No importa, ni ustedes, ni él, va a poner un solo dedo encima de lo que me pertenece. Por cierto Garret y Paty, gracias por "cuidarme tan bien" años atrás, ya no requiero de sus servicios parentales, pueden ocupar el lugar que deberían de mis tíos, lo que en realidad son, y quedarse con la casa donde viven en modo de agradecimiento.
—¡Maldita desagradecida! —Garret quiere arremeter contra mí y usando lo que me enseñó Gabrielle le doy un puñetazo que le parte la naríz.
—No seré más una víctima, ya no les tengo miedo, ni respeto. Déjenme en paz.
Paty comienza a llamarme de lo último y decirme demasiadas cosas que no estoy interesada en saber. Veo la pantalla de mi teléfono y veo un mensaje de Gabrielle.
—¿En serio nos dijiste te amo por una llamada y al otro lado del mundo? —su mensaje me trae de vuelta a la realidad de lo que dije.
—Sí, al parecer lo hice —¿Para qué negar lo innegable?
—Espero escuchar lo mismo personalmente, Ava ya lo sabe por cierto y opina lo mismo. No demores en llegar, te extrañamos.
Sin ser lo suficientemente valiente de seguir hablando con ellas, les llamo a mis tíos, los padres de Lena, para ir a verlos ya que ella no me atiende, aunque me dijo que no tenía buena señal allí, hace dos días que no sé nada de ella.
Llego al castillo y mi tía es quién personalmente sale a recibirme.
—Su majestad.
—Ay Lori, déjate de formalidades innecesarias —me abraza fuerte— ¿Cómo has estado, cariño?
—¿Muy bien tía y el tío?
—Ahí anda algo enfermo, ven pasa a la casa —su "casa" es el castillo, con lo cual Lena y yo siempre nos reímos, porque la reina no dimensiona el tamaño de que su "casa" es un castillo— ¿Has comido algo? —niego— Ay esta niña, ya te preparo algo para que comas ¿Que te parece una ensalada full? —la ensalada full lleva tómate, lechuga, aguacate, huevo, crotones, zanahoria rayada, pollo desmenuzado y garbanzos.
—Está bien, tía.
—Por cierto te ves muy linda. Estás radiante, mucho mejor desde que te separaste de ese sujeto ¿Acaso hay alguien nuevo en tu vida?
—Bueno en realidad sí. Pero ya luego nos sentamos a hablar las dos ¿Qué te parece? —asiente sintiendo— Subo a ver al tío —en las escaleras me encuentro con su mano derecha que nunca me cayó bien—. Buenas tardes —él asiente con la cabeza y baja.
Veo a mi tío en cama y no se ve nada bien, tendré que hablar con Lena para que venga urgente a verlo. Me hace seña de que me acerque y me acuesto a su lado. A veces me pregunto porque mis padres dejaron como última voluntad que quedará a cargo de los tíos equivocados que hasta me obligaron a decirles papá y mamá. El tiempo que conviví con mis tios los reyes y Lena, fueron los más felices y de hecho por vivir aquí un tiempo fue que conocí a Ava.
Luego de ver a mi tío que quiero como un padre bajo a comer y ponerme al día con mi tía, le cuento que tengo a alguien en mi vida y temiendo un poco su reacción le digo que una es Ava, a quién conocen desde chica y la otra es Gabrielle, veo su cara de sorpresa, pero no de asco o disgusto solo sorpresa y eso me alivia, y aún más cuando me da su apoyo y me pide querer conocer a quiénes me están haciendo tan feliz.
Me quedo un día en el castillo y mientras veo como llueve y el agua empapa el vidrio, les llamo para escucharlas.
—Hola —digo en cuánto el tono me da, me atienden y ponen en altavoz—. Las extraño.
—Nosotras también.
—Es raro, desde que estemos juntas es la primera vez que pasamos separadas y lejos tanto tiempo —escucho como suspiran del otro lado de la línea.
—¿Cuando vuelves? ¿Y cómo te fue con tus padres? —preguntan las dos.
—Pasado mañana, vine a ver a mis tíos, los padres de Lena. Con Garret y Paty, no me fue bien, pero lo importante es que con mis tíos sí, y quieren conocerlas.
—¿Voy a conocer a un rey y una reina? —exclama la castaña.
—Sí, amor y te aseguro que son personas muy normales y sencillas, que ni siquiera hacen uso de su título y no tienes que hacer reverencia, porque de seguro Ava te engaña diciendo que lo tendrás que hacer —siento la risa de la pelirroja, descubrí sus intenciones—. Me iré a dormir, solo quería escucharlas antes de acostarme... las... —amo— veo luego —cierro los ojos al decirlo y ellas suspiran del otro lado.
—Te vemos luego, descansa, amor —esa fue Gabrielle—. Te extrañamos.
—Y amamos, adiós —esa fue Ava.
Ava me corta dejándome con el corazón a borde de desfibrilar, pero es justo yo lo hice primero. Una sonrisa boba me acompaña a dormir y dos par de almohadas que me coloco una abrazada y una a mi espalda con las camisetas que ellas usan, oler sus olores me relaja lo suficiente deseando que fueran ellas aquí conmigo en la cama.
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