Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

21 Vamos a casa

AVA

Aún no sé con seguridad si puedo imaginar un tipo de futuro con ellas, solo sé que quiero disfrutar del presente aquí y ahora, que soy parte de lo más lindo que me pasó en la vida, mis dos amores, las personas que llegué a amar juntas y conmigo ¿Qué más podría pedir? Tal vez que dejarán de llegarme notas que me ponen los pelos de punta.

—Hola —dice Gabrielle llegando a nuestro lado preocupada, me besa y los oficiales la ven, y la ven más cuando besa a Lori también a mi lado— ¿Estás bien? —me pregunta— ¿Están bien? —a ambas mientras nos abraza preocupada.

—Sí —le digo algo exhausta y miro mi auto.

Luego de los ramos de flores, llegaron notas, de las notas pasaron cartas y de las cartas a esto, mi auto con las cuatro ruedas desinfladas y rajadas en el estacionamiento de la universidad ¿Las cámaras? Ni siquiera dan a dónde tenía aparcado el auto, resulta que alguien las movió de manera gradual hasta que quedaron en un punto ciego.

Pensé que iba a detenerse cuando intentara llamar mi atención en vano, como lo hizo en el pasado, pero no fue suficiente, nunca fue suficiente, nada la detuvo hasta que logré encerrarla en un psiquiátrico, pero había escapado.

—Cualquier cosa las vamos a mantener al tanto agente —le dicen a Gabrielle.

Las tres vamos a mi departamento, el cuál es la primera vez que venimos desde que estamos juntas. No quise traerlas antes porque sé que van a pegar el grito en el cielo cuando lo vean.

—Ava, vives en un puto penthouse y tienes todo el piso para ti.

—Sí, lo compré en una ganga, hubo un homicidio multiple aquí —ambas me miran horrorizadas—. No es cierto —respiran, pero si hubo la muerte del buen gusto cuando lo compré, la decoración era horrenda.

—Comes en mi casa y en su departamento, manejas un auto modelo 2010, las comidas siempre las pagamos yo o Gabrielle y vives ¡En un puto penthouse! —Lori no sale de la sorpresa.

—Estoy ahorrando para la universidad de los niños, Lori.

—¡Qué niños, si tú no tienes niños!

—Nuestros hijos del futuro chicas —ella suspira frustrada y Gabrielle se ríe—. Tomen asiento y sirvanse lo que quieran, tengo agua fresca en la heladera.

—¡Ava, literal solo tienes agua! —grita Lori y me río ¿Para qué más? Si como siempre con ellas.

Bajo y las veo muy cerca hablando, Gabrielle le habla a Lori y ella asiente preocupada, en cuanto se percatan de mi presencia se callan y sus miradas me encuentran.

—Supongo que hoy toca dormir aquí —digo con una sonrisa tratando de hacer más relajada la situación.

—¿Por qué no me dijiste de esa loca que se obsesionó contigo? —dice Lori con molestía—. Dijiste que tal vez tenías un admirador secreto, no me dijiste que era una acosadora que ya había hecho algo así en el pasado. Soy la última en enterarme que no es la primera vez y que la conoces —miro con reproche a Gabrielle—. No te atrevas a mirarla así, al menos ella ha sido honesta, bueno evidentemente cuando las cosas ya son imposibles de ignorar u ocultar.

—Pensé que pararía, en el pasado, al inicio cuando comenzó con esto la ignoré y paró un tiempo y...

—Y luego qué —vaya de verdad está molesta.

—Se metió a mi hogar y me mantuvo cautiva tres días en el sótano intentando convencerme de que ella me lo daría todo, solo tenía que enamorarme y dejar que me cuidara como merezco —suspiro y el enojo es reemplazado por preocupación—. Ahí conocí a Gabs cuando me sacaron de mi propia casa y la metimos en un psiquiátrico.

Lori se sienta en una de las sillas del comedor, tomando su cabeza con una mano sin decir nada. Sé que seguramente está pensando en mil y una manera de idear algo para alejarme de esa loca, pero yo sé como es ella, y si logró escapar nada va a detenerla hasta dar conmigo.

—Entonces el caso en el que trabajaron juntas era en tu caso —asiento— ¿Y cómo es que tú la salvaste entonces? —le pregunta a Gabrielle.

—La chica era parte de una célula que había cometido unos atentados, era, es, la bombista. Habíamos logrado dar con ella porque en cada artefacto había rastro en algunas piezas de pintura rosa, no era muy difícil dar con ella, su apodo es Pink. Luego de seguirla por un par de días y encontrar de nuevo su rastro, entramos a la casa de Ava para rescatarla.

—Estoy tan enojada con ambas ¡TAN ENOJADA! —dice con una clara molestia con el rostro rojo y las manos cerradas en puños. Tanto yo como Gabrielle nos quedamos paralizadas. Intento acercarme y ella se levanta de pronto como un resorte— ¿Acaso eres consciente de la gravedad de la situación? —me mira fijo y asiento callada— Dime que no van a exponerse —le dice a Gabrielle—, prométemelo tú, porque ella no tiene sentido común —me señala,

—Lori.

—No, quiero que me lo juren ambas —sus ojos se llenan de lágrimas— ¿Acaso no entienden? No quiero que nada les pase —dice llorando—, no quiero perderlas.

Su miedo sale a flote y aflojo mi propio miedo cayendo en la cuenta de lo realmente peligroso que es todo esto, que "Pink" como se hace llamar esa loca, es mucha cosas menos inofensiva y dista años luz de estar cuerda, pero lo que Lori está sacando de la ecuación es a ella misma, porque Pink está detrás de mí y ya sabe de ella y Gabrielle.

—Vamos a cuidarnos —ambas la abrazamos, mientras se aferra con fuerza a nosotras.

—¿Esa loca sabe de nosotras? —me mira con lágrimas en los ojos que seco de inmediato.

—Sí, lo sabe, pero no quería queríamos alarmarte. Gabrielle está trabajando arduamente para atraparla.

—De hecho, con respecto eso les tengo una noticia —dice Gabs a nuestro lado—. El FBI me ofreció un puesto aquí y estoy pensando en quedarme —nos mira a ambas—, renunciaría a la interpol y me quedaría.

—¿Por cuánto? —pregunta Lori.

—Por un tiempo indefinido —nos sonríe ella.

Lori se separa de ambas da unos pasos dándonos la espalda, voltea y nos ve de manera seria. Tiene esa mirada de tengo una idea y pobre de ustedes si me llevan la contraría.

—Tenemos que vivir juntas las tres, es más seguro —sonrío. Al parecer el gordo moralista de Santa leyó mi carta y eso que fui una niña mala este año, como cada año—. Sí, es lo mejor. Ava podemos irnos y venir juntas a la universidad, Gabrielle tu trabajo queda cerca de la uni, y tienes un arma, podrías pasar o pasamos por ti. 

—¿Nos estás pidiendo irnos a vivir contigo? —le digo con una gran sonrisa— No sé, lo tengo que pensar, pensé que este momento sería algo más romántico.

—Ava no es momento para tus cursilerías, la situación es grave —me dice seria.

—En realidad creo que lo mejor sería venir al penthouse —habla Gabrielle—, queda más cerca de la universidad, de mi trabajo y de la comisaria más cercana, por lo que vi tiene vigilancia y muchas más vías de escape.

—Pero, si esta loca ataca es capaz de derivar el edificio, dijiste que es una terrorista, creo que es mejor que vivamos en mi casa, es bastante grande y si algo pasa, si intenta algo, solo va a dañar la propiedad y no morirá gente inocente —Gabrielle asiente—. Supongo que no tienes mucho que sacar ya que tienes prácticamente toda tu ropa en mi casa y el departamento de Gabi. Si tienes que tomar algo hazlo ahora. Amor —se dirige a Gabrielle—, podemos pasar por tu departamento a buscar lo que sea que necesites o puedes ir luego con Norman para que traiga las cosas. Tengo que hacer una llamada, tienes 15 minutos Ava.

Al parecer sigue algo más enojada conmigo, toma su celular y sale al balcón a hacer una llamada, yo me quedo adentro con nuestra mujer policía.

—Que rica se ve cuando asume así el control ¿o no? —Gabs me mira asintiendo, y se acerca a besarme. Solo tomo mi taza favorita de la alacena y entra de nuevo ella seria.

—¿Lista? —Asiento, toma su cartera y se encamina al ascensor— Vamos entonces a casa.

Comparto un gesto de felicidad con Gabrielle, ambas sonreímos como bobas caminando detrás de nuestra ama y señora. Lori se mete al ascensor tecleando aún seria mirando la pantalla de su teléfono, en cuanto las puertas se cierran guarda su teléfono y me mira, acorta la distancia entre nosotras y me besa con fuerza contra una de las paredes del ascensor.

—Ocúltame algo así de nuevo y dormirás en el sofa por un mes y tú —mira a la castaña y la besa con el mismo ímpetu y fuerza, mordiendo su labio inferior— ayúdala en sus locuras y te esposo a la cama con tus esposas mientras te toco y no te permito tocarme ni venirte.

—A la final su castigo será premio.

—Como el tuyo, porque te dejaré ver, más tampoco podrás tocar —sale del ascensor cuando las puertas se abren—. No se queden atrás —camina y con Gabs nos perdemos en el contoneo hipnotizante de sus caderas al son de cada paso del taconeo de sus zapatos.

—Que mujer —dice Gabs a mi lado saliendo del ascensor.

—Que poder. Con ese carácter ojalá me embarace y gustosa llevo a sus bebés.

—Concuerdo.

—¡Me iré sin ustedes! —nos dice en voz alta llegando a su camioneta y apuramos el paso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro