Epílogo
Jisung despertó de un profundo sueño, seguía vivo, seguía respirando a pesar de todo el sufrimiento. Después de la muerte de Taeyeon, lo único que hacía era sumirse en largas horas de sueño, odiaba llorar y no quería recordar nada. Jisung sentía un vacío en su alma, un vacío que nunca había sido capaz de llenar. Ese vacío en el que volcaba todos sus pecados, los cuales se fundían en el precipicio sin fin de su alma, convirtiéndose en nada. Jisung era una persona repleta de nada.
Chenle peino los mechones de cabello azabache de la frente de Jisung, llevo sus manos a lo largo del rostro hasta llegar a los pómulos. Jisung se inclinó ante el toque del castaño, suspiro profundamente cuando Chenle plato un beso en su mejilla. El azabache rodio su brazo en el cuerpo de su pareja, lo acerco aplastándolo contra su pecho. Una pequeña risilla se escuchó departe de el castaño.
_Chenle... _ Jisung trago saliva, hizo círculos con sus dedos en la espalda baja de Chenle, justo donde estaban sus hoyuelos favoritos.
_ ¡Mmmm...! _ Murmuro Chenle erizándose por el simple toque.
_Me voy a entregar..._Susurro Jisung.
Chenle intento zafarse del agarre del azabache, pero este no lo dejo ir, acorralándolo en su ahora tonificado cuerpo. Chenle solía olvidar cuanto tiempo había pasado junto Jisung, era obvio que ya no eran unos adolescentes. El musculoso cuerpo de Jisung, acorralaba su tonificado cuerpo, aun no se acostumbraba a este masculino Jisung.
_Abrázame un poco más, pasara un buen tiempo hasta que vuelvas a hacerlo de nuevo. _ Jisung aspiro el aroma de Chenle.
_Tu no harás tal cosa, te quedaras conmigo. Escaparemos si es necesario. _ Chenle tomo la cara de Jisung.
_Me iré cuando menos lo esperes, no puedes sobreprotegerme para siempre. _
_No te sobreprotejo, te amo. _
_Me quedare con ese te amo, porque yo te amo también. _ Jisung beso los labios de Chenle un par de veces.
_Nos amamos... Merecemos estar juntos. _ Dijo Chenle entre aquellos besos.
_Te amo lo suficiente como para saber, que debo protegerte de mí pasado. _ Jisung acaricio el rostro de Chenle, no soportaba ver la frustración en los ojos del castaño.
_Me importas tú, me importa ahora, no te dejare ir. _Chenle pego su frente con la de Jisung, ambos cerraron sus ojos mientras respiraban profundamente. _ Si te vas iré a buscarte, te abrazare, como todas las veces que te he sacado de apuros. _ Chenle miro a Jisung a los ojos. _ Soy tuyo Jisung. _
_Soy tuyo Chenle, quiero abrazarte ahora y recordarte por el resto de mi vida. _Jisung abrazo a Chenle besando su cabellera, Chenle se aferró a él como si quisiese que el tiempo se detuviese en ese mismo instante.
¿Era mucho pedir seguir siendo unos adolescentes? Salir con sus amigos e ir a la secundaria. Divertirse era lo único que hacían, siendo adultos las cosas eran diferentes. Chenle se dio cuenta que el dinero mal habido de sus padres no justificaba sus abusos ni su explotación, que el dinero no compraba el amor ni la felicidad.
Chenle sabía que Jisung había cometido muchos crímenes, ni siquiera podía negárselo. Jisung era un delincuente descaradamente hábil, que aún no lo arrestasen no era tan difícil de aceptar. El hecho de que ahora se quisiese entregar parecía extraño.
Chenle despertó la mañana siguiente sin sentir los cálidos brazos de Jisung alrededor de su cintura, se levantó de golpe. _Jisung..._ Tomo las sabanas entre sus dedos apretándolas en frustración. Sus ojos se llenaron de lágrimas. No necesitaba buscarlo, porque sabía que se había ido, Jisung siempre cumplía sus promesas.
Chenle corrió hacia la habitación de Jisung, el azabache no se llevó nada consigo. Jisung siempre decía que él nunca había tenido un hogar hasta que se quedó a vivir con Chenle, pero eso no fue capaz de permitirle aferrarse a algo, lo había dejado todo. Chenle vio el pedazo de papel en la cama, precioso, doblado a la perfección como un corazón, justo como los que Jisung hacía para él cuando eran jóvenes. Chenle tomo el origami entre sus manos, con cuidado lo fue desenvolviendo, recordando el día en que beso a Jisung por primera vez. Algo dentro de Chenle se rompía lentamente, termino de desdoblar el papel encontrando un manuscrito.
Seul, 14 de abril del 2022.
Chenle te amo, lo digo una y otra vez solo porque sé que adoras escucharme decirlo. Llegue a tu vida como un fugaz salvador, es curioso como fuiste tú el que termino salvándome. Hice todo lo que me decías durante todos estos años, porque te adoro. Eres mis ojos desde que éramos mejores amigos y lo sigues siendo ahora que eres mi novio. Sé que no quieres leer esto, pero alejarme de ti por un tiempo será lo mejor. Por favor no intentes buscarme como el resto de las veces, no te acerques o terminaras afectado.
Debo ser honesto, no tengo miedo por mí, pero me aterra la idea de que arriesgues tu vida por mí. Eres tan tonto, un tonto enamorado que daría su vida por mí, debería ser más agradecido y haberme alejado de ti cuando esto apenas empezaba. Nunca he sido celoso, pero me gustaría pensar que nadie te amara más que yo. No se amar a nadie más que a ti, así que me alegra saber que fuiste mi primera, mi última y todo lo demás. Eres único, simplemente un ángel y no creo que lo pueda olvidar.
PD
Me tomo varios años saber esto, pero, eres esa persona capaz de llenar el vacío de mi alma atraves de tu amor.
ATT
Park Jisung...
Jisung se valió de lo que le quedaba de conciencia, o simplemente fingió que tenía una. Sabía que había algo malo en él, algo que había desarrollado con los años. Jisung no se atrevías a saber qué era eso que lo hacía sentirse vacío por dentro, pero tenía sospechas de que todo estaba en su mente, probablemente era la única cosa que permanecía en su mente. Es que sentir algo para él era difícil, era casi imposible. La condición de no sentir absolutamente nada, no era tan buena como parecía. No podía arreglar eso, era demasiado tarde para él. A Jisung solo le quedo, pagar por todo el mar que había hecho.
_Puede empezar a confesar sus crímenes cuando escuche el pitido que indica el comienzo de la grabación. _ La oficial desplazo la grabadora en la mesa del cuarto de escasa iluminación en el que Jisung estaba procediendo a confesarse.
Confesarse, era una gran palabra para el ahora pelinegro. Jisung no creía en esa palabra, para él confesarse era para aquellos que sentían algún tipo de arrepentimiento. Jisung no se arrepentía de nada, no sentía nada. Las bandas en las que estuvo lo entrenaron para ser así, algo en él lo tomo de maravilla.
_Mi nombre es Park Jisung, tengo veintiún años. Soy un ciudadano común y corriente. Dedicado guardaespaldas, me esfuerzo en lucir como uno y así es como la gente termina contratándome. A nadie le interesaba él porque era tan bueno para entender a las mentes criminales o el porqué de mi bajo perfil. La verdad es que, no siempre fui un simple guardaespaldas, no siempre salvé la vida de los demás. Hubo un tiempo en el que no fui exactamente un héroe, más bien, hubo un tiempo en el que fui exactamente un villano. Park, el pequeño Park. Sí, estoy seguro que recuerdan mi nombre. Siempre que salía de un problema, me terminaba metiendo en otro. Fui un secuas con obediente, un ladrón ingenioso y un acecino efectivo. Ustedes recuerdan todo eso, así que no me iré a los detalles. Sé muy bien que cosas he pagado y cuales me falta por pagar. Sean sensatos en aceptarme, saben que este lugar es al que he pertenecido toda mi vida. No a un orfanato, no a un hogar substituto, no a un departamento. Saben por qué me entrego, saben incluso lo que he venido a cumplir, una sentencia por los homicidios que he cometido, diez en total, todos en una lista que escribiré a puño y letra. No especificare ninguno de mis clientes, porque yo, Park, simplemente Park, soy un profesional. _
La mujer se quedó en el aire unos segundos, las mentes criminales nunca dejaban de ser complejas. Personas inteligentes, manipuladoras y sin sentimientos. La mirada de Jisung inclinada hacia delante, mostraba que estaba en la cima de algún trastorno emocional. _La grabación ha terminado, puede dirigirse a su celda. _
Jisung había pasado por el juicio en el que le dieron una buena cantidad de años en la cárcel. No se podriría en la cárcel, pero permanecería ahí por un buen tiempo. Lo que siguió fueron unos meses en los que se sumió en su celda, estaba muy bien sin ver el sol salir y ocultarse. No compartía celda con nadie, los psicólogos no sabían cuál era su enfermedad mental y no se querían arriesgar a que matase a alguien. Los reos le temían, preferían no meterse con un acecino sin conciencia como él. Jisung no le apetecía matar a nadie, ni meterse con nadie. El solo mataba por dinero, no le importaba más nada.
Jisung siguió sus días en una prisión de Corea de máxima seguridad, pero de un día simplemente llegaron a su celda para llevárselo a una prisión en Estados Unidos. Jisung no sabía nada de lo que las personas a su alrededor decían, solo se limitó a seguir comandos simples. Al llegar al país, fue llevado a una prisión de máxima seguridad, se le otorgo un traductor y fue entonces cuando empezó a entender la mente retorcida de las prisiones extranjeras.
La razón por la que Jisung había sido llevado a esa prisión, era para que le enseñase sus habilidades de tirador a policías. Jisung no pidió nada a cambio, pero terminaron por reducirle los años de cárcel. Pasaba sus días enseñándole a policías que les temían a las armas, de manos temblorosas, de oídos muy sensibles. Jisung les enseñaba secamente, pero en el fondo, juraba que esos hombres no matarían ni a un simple canario.
Jisung camino alado de la mesa llena de armas y municiones. Limitándose a tomar una de las armas y cargarla con habilidad. Todo esto era visto por sus viejos aprendices de hace un año. El pelinegro se posiciono apuntando de manera relajada. Al tirar, lo hizo con rapidez, logrando estampar las cienes de cada uno de los blancos. Jisung no sonreía como un chiquillo o se sentía superior al lograr acertar a la perfección, él solo bajaba su arma e ignorando la mirada atónita de los presentes.
_ ¿Ese hombre estaba libre por las calles de Corea del Sur? _ Menciono un hombre con facciones americanas.
_ ¿Me crees si te digo que se entregó? _ Menciono un hombre con facciones europeas.
_ ¿Qué hace el aquí? _Dijo el hombre de cabellera envejecida.
El europeo sonrió ladinamente. _Tiene habilidades, necesitamos esas habilidades y él está dispuesto a pasárselas a nuestros tiradores. _Hizo una seña hacia Jisung con su cabeza. _Jisung, ven aquí un momento, tengo algo que preguntarte. _
_ ¿Que? _ Respondió Jisung.
_Haz estado un año enseñándoles a nuestros aprendices, pero ninguno ha logrado ser tan bueno como tú. _ El europeo pico a Jisung, incluso cuando sabía que no serviría de nada. Jisung era sincero y le diría justo lo que podía ver cada día. El mediocre avance de sus aprendices era más que visible y no era precisamente culpa de Jisung.
_Sus aprendices le tienen miedo a todo, no es mi culpa que sean unos cobardes. _
_No creo que seas iguales a ellos, tienes una especie de ventaja mental. _El europeo siseo.
_No me interesa hablar con psicólogos otra vez, si eso es lo que intenta insinuar. _Jisung dio la conversación por terminada.
_En realidad... _ Se apresuró a decir el hombre de cabello gris. _Soy yo el que ahora quiere proponerte algo, será mejor que lo diga por mi cuenta. Veras... Lo diré simple y sencillo. Trabaja para la CIA, trabaja con nosotros y nunca más tendrás que estar encerrado en un lugar como este. _
Jisung miro al hombre fijamente, ninguna expresión en su rostro. _Lo pensare. _
_Te estoy ofreciendo la libertad. _ El hombre siseo, se sentía insultado. Jisung era joven aun, solo tenía veinticinco. Los jóvenes adultos eran así, creían poder comer el mundo en cucharas de plata.
_Me la han ofrecido muchas veces. _ Jisung dijo de manera calmada, desatando un ligero enojo en ambos mayores.
_Tus habilidades se están desperdiciando ¿Estás seguro que no quieres ser libre? _ Amenazo uno de ellos.
Jisung los miro una vez más, unánime y sin interés. _ ¿Qué es ser libre? Realmente...nunca lo sabré. _
La misma mujer que lo había escuchado confesarse, ahora se había convertido en su traductora y protectora en el país. Jisung parecía siempre haber sido la debilidad de las mujeres mayores, ellas siempre se dejaban sugestionar por su falsa vulnerabilidad. La mujer se limitaba a hacer su trabajo, pero no podía evitar, sentir lastima por Jisung. Jisung tenía veinticinco, rastros de su rostro lastimero ya no quedaban. Lo reemplazo una mirada punzante y un semblante de aspecto intimidante. El cabello negro le caía por la frente, su cuerpo seguía siendo delgado, pero ahora tenía músculos de adulto. Toda la lástima que le tenía Irene a Jisung, la lograba conseguir de las cosas que Jisung decía, delo poco que expresaba su interior.
La mujer estaba consciente de que Jisung estaba a punto de aceptar venderle su alma a la CIA y eso sería el fin. Jisung estaba bien con seguir en la cárcel y pasar sus habilidades. Jisung sabía que era caso perdido, nadie nunca tendría la disciplina que el tubo desde tan joven. Otra cosa era trabajar para la CIA, solo estaba considerando trabajar para ellos, porque le venía bien morir en alguna misión o simplemente disfrutar de salir vivo de alguna.
_Tienes una visita. _Irene hablo para Jisung, quien ya estaba sentado en el pequeño salón de visitas.
_Yo no recibo visitas. _Jisung la miro a los ojos, apretó su mandíbula.
Irene se acercó, mirándolo dijo. _Es tu madre. _
_Mi madre me abandono. _Jisung siseo.
_Haz cambiado mucho. _La imagen mental que Jisung tenía de su madre era perfecta. Esa perfección había desaparecido, verla ahí, en esos momentos, lo hizo odiarla.
_Sera mejor que se valla. _Jisung no la miro.
_Soy tu madre. _La mujer suplico, su voz se escuchaba agotada.
Jisung finalmente se giró a verla y no lo podía creer. Ella estaba viva, esa mujer estaba viva, después de todo lo que lo había hecho sufrir. _ ¿La madre que me abandono en un callejón con tan solo cinco años? _Jisung la perdonaba muerta, no viva.
_Todo estaba planeado, ellas cuidarían de ti. _La mujer se sentó frente a Jisung. Ella lucia cansada, seguía siendo bella, pero algo en sus ojos, denotaba una profunda tristeza.
_Suficiente. _Jisung cerro los puños sobre la mesa, era la primera vez que, sentía algo leve en mucho tiempo.
_Señora, será mejor que no toque el tema, Jisung tiende a mostrarse incomodo al respecto. _Irene tomo el hombro de la señora y la consoló.
_Él no tiene sentimientos a flor de piel, tiene alexitimia, fue diagnosticada en él a temprana edad. _La mujer explico, una lagrima rodo por su piel.
Jisung llevo su mirada hacia su madre, esa era la razón, esa era su enfermedad. _ ¿Me abandonaste debido a eso? _
_Tenía que hacerlo, yo era una prostituta. No soportaba que fueses a crecer viéndome así, tu enfermedad fue por mi culpa. _ La mujer tomo el pañuelo que Irene le ofreció. _ Después de un tiempo, este hombre adinerado se acercó, sin muchas preguntas me pidió ser su esposa. Intente buscarte, él se negó rotundamente. El murió hace unos meses, te busqué por todas partes apenas pude. Tengo las influencias para sacarte de aquí. _
_No me interesa, me quedare aquí para siempre. _Jisung no quería mirarla, sus lágrimas, no quería verlas. Después de tanto tiempo, realmente nunca pensó que algo así pasaría. La odiaba, pero, aun así, sentía que no merecía volver a verla.
_Hazlo por Chenle...-La mujer se apresuró a decir. _ ¿Es ese su nombre? _Seulgi busco la mirada de su hijo.
Jisung exhalo sarcástico. _Chenle... ¿Hablas de la única persona que nunca me ha abandonado en la vida? _
_ ¿Dónde está él ahora? _ Seulgi pico en la herida, era la única manera.
_Le dije que se mantuviese alejado. _
_ ¿Entonces prefieres venderles tu alma a estos diablos por el resto de tu vida? _Seulgi alzo la voz, se empezaba a desesperar.
Jisung la miro fijamente. _Seré lo que siempre he sido, una persona desalmada. _
_Sabes que ella ya pago suficiente dinero como para que tus delitos sean borrados de tu expediente. Si quieres trabajar con nosotros está bien, pero no puedes seguir aquí, eres un hombre libre ahora. _Irene interrumpió, no soportaba la escena. Jisung estaba demasiado dañado, demasiado vacío. Odiaba a su madre, pero Irene sabía que solo era una máscara de resentimiento.
La mujer se levantó decidida, llamo a los hombres que la acompañaban y estos rodearon a Jisung. _Te iras conmigo Jisung, sigues siendo mi hijo a pesar de todo, quiero darte todo lo que alguna vez te falto. _
Jisung miro a los hombres, luego a su madre. _Toda la paz que sentía conmigo mismo, la acabas de arruinar con tus caprichos de tenerme a tu lado. _
_ ¿No te recuerdo a alguien? _Seulgi contraataco.
_Alguien del que me voy a mantener alejado. _Jisung siseo.
Seulgi tomo el brazo de su hijo. _Alguien que vendrá a buscarte si no te vas conmigo. _
Irene fue demasiado hábil, logro convencer a Jisung de irse con su madre. Jisung no solo se fue por Irene, sino paro dejar de ayudar a las personas que estaba ayudando. Como Irene decía, en nada bueno terminaría que alguno de ellos fuese a ser como él. Jisung sabía que, era mejor dejar todo su pasado en donde pertenecía, en el pasado. No soportaba a su madre, pero se dio cuenta que lo último que sintió ese día que la vio, fue odio. Era resentimiento, su madre era suertuda de que él no pudiese tener emociones como el resto. Talvez por eso lo habían herido tanto, talvez por eso personas lo usaron una y otra vez. Él sabía que se había dejado usar, pero ya no podía hacer nada al respecto, la venganza nunca había sido lo suyo.
Irene era la única amiga que tenía, pasaba algo de tiempo con ella. Su madre le daba muchos regalos, pero Jisung nunca había tenido tanto dinero, así que su madre solía adivinar su modo. Ella resulto ser muy hábil también, le hizo una nueva vida a Jisung. Jisung lo creía imposible, pero ya había visto a Donghyuck empezar su vida en China con su familia y nadie nunca se enteró de lo que hacían en Corea del Sur. Era una costumbre de la familia del chico, Jisung lo comprendió todo cuando le toco ser una nueva persona otra vez. Conservo su nombre, pero cambio su apellido por el de casada de su madre. Kang Jisung, el hijo de Kang Seulgi, que mágicamente había vuelto de sus estudios en quien sabe que parte de Europa. Jisung tuvo que aprender inglés, para hacerlo ver mas natural.
_Sera mejor que me acompañes esta vez, no puedes fingir odiarme para siempre. _ Seulgi entro al cuarto de Jisung y dejo un traje en el perchero.
El cuarto estaba lleno de armas de colección, que ella compraba solo para complacer a su hijo por cortos segundos. También había una colección de libros que no contrastaba para nada, pero así eran los gustos de su hijo. Rosas, rosas y más rosas. Seulgi las compraba frescas y frondosas. Había hecho un jardín en la mansión, solo porque Jisung le encantaba contemplarlas entre lágrimas.
_Por desgracia no te odio, ni siquiera un poco. No soy capaz de cancelar a personas, como lo hacen las personas normales. _Jisung cerro el libro que leía, miro el traje desde lejos.
_Te alquile un bonito traje...Hijo... ¿Puedo llamarte hijo? _La mujer dijo con cautela.
Jisung resoplo, pero era un resoplo leve y amable. _Demorara aún más que llegue a llamarte madre. _
_Acabas de hacerlo. _La mujer sonrió.
_Eres una mujer inteligente. _Jisung la vio por sobre sus cabellos.
_Yo también te quiero...Hijo. _La mujer acaricio la mejilla de su hijo, era un avance y seguiría luchando por recuperar el tiempo perdido. Quería saber todo sobre su hijo, incluso cuando fuese difícil.
Lo vio desde lejos, su brillante sonrisa acompañaba su rostro, los años habían pasado divinamente en él. Levantaba su copa entablando una conversación, que a Jisung en absoluto no le importaba. No hacía más que ocupar sus ojos en él, tratando de recuperar todos esos años en los que no había sido capaz de observarlo. Su mirada le seguía perteneciendo y no había manera de que el tiempo lo borrase de su memoria.
Jisung se giró dando un caminar seguro, las personas a su alrededor parecían desaparecer, una habitación llena de personas y ellos eran lo único que importaba. Camino sobre la multitud, tomando lo que quedaba de su copa y llego a tomar la mano de Chenle llevándoselo consigo. No le dio mucho tiempo al ahora pelinegro de reaccionar, él solo, se dejó llevar debido a la impresión de un individuo tomándolo del brazo.
Corriendo por los pasillos de la recepción, terminaron justo al fondo de uno de ellos. Jisung empujo a Chenle contra la pared, solo fue cuestión de unos segundos para que Chenle pasase sus dedos a lo largo de su mandíbula, percibiendo el ligero rastrojo que la habitaba. En un parpadeo el solo, termino por besarlo de manera desesperada. Era algo como experimentar el aire después de un tiempo sin respirar. Chenle, su aire, lo necesitaba para respirar, lo necesitaba cerca.
Jisung se despegó de los preciosos labios de su amado. Lo miro por segundos, pego sus frentes y luego sus narices se rozaron. _Permíteme amarte ora vez... _
Chenle deslizo sus dedos por el rostro de Jisung, lo miro a los ojos. _Sé que nunca has dejado de hacerlo. _
Chenle había convencido a Jisung para que volviese a tratar su alexitimia. Tenía alexitimia tipo dos, creada por el sufrimiento que había sufrido desde niño. A Jisung de le había tocado ver cosas horribles al estar con su madre, que era abusada física y sexualmente por sus clientes. El abandono de su madre cuando tenía tan solo cinco años, no había sido sino la gota que derramo el vaso. Jisung comprobó con cada visita al psicólogo, que no solo eran profesionales, sino gente a su alrededor, la que lo había ayudado a sobrellevar su condición. Un alexitimico no lloraba, ni decía palabras dulces, pero el recordaba haberlas dicho un par de veces. Eso era bueno, incluso si no lo sentía demasiado o no lo comprendía lo suficiente debido a su enfermedad. Cada persona era diferente y avanzaba de maneras diferentes.
La enfermedad de Jisung jamás se iría, pero por lo menos no era necesaria la medicación. Le costaba sentir como el resto, comprender que estaba pasando, así que no lo desaprovechaba cada vez que podía, incluso si, era de manera impulsiva. Chenle nunca había sido una persona paciente, más bien era exigente y se estresaba con facilidad. Él cambio, lo hizo por Jisung, no quería volverlo a perder. Todas esas veces en las que se había comportado tan egoísta, no iba mentir, había utilizado a Jisung, no con malas intenciones, pero, aun así, se arrepentía cada vez que lo miraba a sus ojos desprendidos de sentimiento alguno.
Ambos vivían en su pequeño mundo ahora, Chenle no tuvo que leer esa carta para recordarlo nunca más. Lo tenía ahí, entre sus brazos, durmiendo plácidamente, como siempre debieron haber estado. Acaricio sus cabellos negros, Jisung se removió llevando sus ojos hacia él. Jisung lo veía fijamente, sabía que sus ojos siempre decían tantas cosas, no necesitaba nada más.
Jisung abraza a Chenle, disfruta del aroma de su cuello respirando plácidamente. Jisung nunca pensó volver a experimentar algo así, se había acostumbrado a la frialdad de las celdas. Dejo un beso ahí, leve, pero significativo. La piel de Chenle se erizo, se pudo escuchar una pequeña risilla desde sus labios. La melodía de una banda se esparcía por la habitación, la lluvia caía levemente. Jisung rodo sobre Chenle, este lo miro atentamente y con sus brillantes ojos. Jisung paso el mechón de cabello que cubría el rostro de Chenle, este se apegó a su tacto.
_¿Podrías decir por favor, que eres realmente feliz? Así sabré que yo, lo soy también. _Jisung llevo sus ojos a lo largo del rostro se Chenle, no se cansaba de verlo, ya había pasado suficiente tiempo sin verlo. Un gran error de su parte, pero en ese tiempo, lo creyó necesario.
Chenle arrugo la nariz, a pesar de su edad, Jisung lo seguía encontrando adorable. _Te veo y sé que soy feliz a tu lado. _
_Me gusta todo de ti. _Chenle sonrió ampliamente
Jisung lamio sus labios atónitos. _ ¿Todo de mí? _
_No puedo vivir sin ti. _ Chenle beso la barbilla del azabache.
Jisung intentó besarlo, pero este se movió. Chenle era la definición de amor eufórico, de uno a cien; eran polos opuestos. _No tienes que decir demasiado, se todo lo que sientes por mí. _
_Lo has leído en mis ojos. _ Aseguro Jisung. El psicólogo una vez planteo, que sus ojos expresaban leves emociones.
_Tu eres el único libro, que me he atrevido a leer. Estoy enamorado de tus hojas, llenas de historias que me encanta repasar. Tú portada es maravillosa, no me puedo cansar de mirar. Tienes tantos detalles, de seguro todos te quieren leer. Me siento afortunado de tenerte, leerte, disfrutar de ti. _
_ ¿Tú nunca me dejaste de amar? _Jisung miro a Chenle a los ojos, no lo podía creer.
_Siempre fuiste el único, que entendió todo de mí. No iba a intentar nada sabiendo, que en este mundo no había nadie como tú. _Los ojos de Chenle brillaron a pesar de la oscuridad leve del atardecer.
Jisung hizo una pequeña mueca, casi una sonrisa. _ ¿Te has escuchado a ti mismo? _
Los ojos de Chenle brillaron ante la pregunta. _ ¿Te has visto mientas me miras, mientras me besas, mientras me to? _
Jisung baja levemente, colocando sus labios sobre los de Chenle inicia un delicado beso. Tan dulce como la vainilla, sus bocas se exploraban ayudadas con el movimiento de sus cuerpos. Chenle toma el rostro de Jisung, este mira la sonrisa en los labios del mayor, sabiendo que podría jurar que el resto de sus vidas, giraría en torno de ese momento.
A todos los que se han tomado el tiempo de leer esto, muchas gracias.Esta fue mi primera novela completa.La escribí mientras viajaba, en terminales de buses, en la escuela e incluso en reuniones familiares y madrugadas. La termine en tiempo record, pero me tomo un año hacer este epílogo. Escribía y borraba constantemente. Lo termine escribiendo por pedazos, que me imaginaba de momento y que me terminaron gustando para cerrar la historia.
No hable sobre las otras parejas, porque esta historia tiene una especie de saga para la pareja de Mark y Donghyuck.La historia se llama Placer Profundo, explica su relación y sus vidas. Si les agrado esa parejita , pasense por esa historia tambien.
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