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Cuarto Capítulo

Jisung con quince años

Jisung tenía quince años y ya era un hecho. Los sentimientos que tenía para con Taeyeon y la manera en como ella no lo sospechaba siquiera estaba volviéndole insano.

Bajo la sombra de un viejo arce se encontraba Jisung y Taeyeon. Jisung sostenía un libro del cual leía en un tono suave para que solo Taeyeon que estaba cerca de él pudiese escucharlo. Ella escuchaba atentamente, pero mantenía su mirada hacia al frente imaginando la historia que Jisung leía para ella. Suspiraba al escuchar cada frase y volteaba a ver el perfil de Jisung mientras este leía para ella. Se tomó tiempo para apreciar su cara y con ello perdió parcialmente la línea de la historia. Jisung por su parte sintió la mirada de Taeyeon sobre él y se voltio lentamente con expresión interrogante. El chico de cabello rubio la juzgo con la mirada y ella levanto una de sus cejas mientras se encogía de hombros divertida por las expresiones de Jisung. Él se voltio con una sonrisa que poco a poco fue ocultando con su mano para luego seguir leyendo la historia. Ella volvió a dirigir su vista hacia adelante y se concentró en la historia nuevamente. Jisung prosiguió con el nudo de la historia y aprovecho para desviar su mirada hacia Taeyeon. La contemplo hasta que termino de recitar la frase del libro que había memorizado hace unos segundos. Ella era aún más hermosa que el primer día en que la conoció y no se podía creer que fuese tan cobarde como para no confesarle sus sentimientos. Sus interacciones eran tan cómplices, estar junto a ella se sentía tan natural como respirar, pero aun así no era capaz de ser valiente.




Jisung había progresado consiguiendo amigos, pero había decaído escapándose con ellos a media noche. Estas acciones iban a terminar alejándole completamente de Taeyeon. Hablando de amigos, Chenle era uno de ellos y talvez su amigo más cercano en todos los sentidos y escenarios.

A su corta edad había explorado ya afondo su personalidad lo suficientemente profundo como para rozar el pecado o eso era lo que decía Chenle cada que ponía sus manos debajo de su playera respirando muy muy cerca de él mientras se arrepentía una y otra vez de experimentar otro beso. Y es que si Jisung solo tenía ojos para Taeyeon estos ojos solían estar más que abiertos al final del día contemplando la realidad de los diez años que los separaban y si bien ni la una ni la otra se encaminaba en lo que para la sociedad estaba bien al final ninguno de los dos estaba dispuesto a darle absolutamente nada. Y que egoísta de su parte pensar que si quieres algo se te tiene que ser entregado en bandeja de plata.




Tres disparos se escuchan desde lo más alto de una torre y en la parte baja un hombre común se encuentra muerto en el suelo. Nadie sabe quién fue ni por donde escapo.

Un campamento allanado en las afueras de Corea del Sur termina con todos sus integrantes encarcelados excepto por su joven aprendiz a el cual nunca se le encontraron cargos mayores. Se procedió a enviarlo a la correccional de menores por un año.

El chico con ahora un recién tinturado cabello azul se dirigía con su charola a degustar la asquerosa, pero oportuna comida de la correccional cuando un chico de cabello negro y un lunar debajo del ojo derecho se paró frente a él y empujo su charola.

_No, no, no. Esto no va a ser como en las películas. No seas un idiota conmigo. _Jisung simplemente rodo sus ojos y apretó sus manos sobre su charola.

_A quien le dices idiota _El chico de cabello negro lo empuja agresivamente contra la pared apretando su uniforme de correccional.

El de pelo azul examina la cara de su oponente y esboza una media sonrisa.

_Tienes una linda cara ya viene siendo hora que la acompañe una linda cicatriz. _El de pelo azul saca una navaja haciendo que el pelinegro lo suelte inmediatamente.

Hyunjin un chico normal de clase media alta que fue castigado por sus padres siendo enviado a la correccional de menores. Es un vanidoso de primera y le encanta chantajear a los demás con su carita de niño bueno. Sus padres lo engendraron para ganar dinero, ha sido actor y modelo desde que tenía un año. Sus padres no trabajaron por años gracias a él, pero una vez cumplió doce años se dio cuenta de que solo era un maniquí controlado por sus padres. Sin soportar el acoso constante de los medios y sus padres teniéndolo bajo sus garras hasta ser mayor de edad los ataques de pánico se empezaron a presentar. Su salud mental decayó, se volvió agresivo y dependiente a los calmantes. Sus padres más que por la salud de su hijo temían por su comportamiento ante media y en una acción desesperada lo recluyeron en la correccional de menores de las afueras de Corea del Sur con el fin de proteger su imagen.

A Jisung siempre le pareció interesante el pelinegro. Se podía olfatear la tención sexual entre ambos, cortarla pues tendía de un solo hilo. La primera vez que Hyunjin puso sus ojos sobre Jisung, el pelinegro sintió sus ojos arder en llamas, pero después de un tiempo eso había cambiado a una hacer sentir su vista borrosa. Cuando ellos dos se cruzaban todo transcurría en cámara lenta, un momento eternamente constante.

_ ¡Hey! _Jisung estaba arregostado frente a el cuarto del conserje. Al ver el pelinegro pasar no le costó mucho jalarlo del brazo y acorralarlo contra la pared.

_Suelta. _Hyunjin se retorció entre el espacio que los separaba, pero sin ejercer fuerza alguna para salir de este.

_No va a volver a pasar. _ Hyunjin era extremadamente guapo y accesible. Sus negaciones eran falsas, simplemente palabrerías.

_Estamos solos no quieres jugar. _ Jisung llevaba el rechazo tendido sobre sus hombros. Contemplo la idea de liberarse de el para siempre y romper esa mala racha de rechazos y corazones rotos que había tenido toda su vida.

_¿Dónde está tu noviecito millonario ahora, que no te saca de este infierno? _ Hyunjin mordió sus labios lentamente. Un coqueto por naturaleza.

_Le dije que me quería quemar contigo un rato. _El chico del pelo azul se acercó al pelinegro hablando muy cerca de sus labios.

El filtro con el que el pelinegro veía al chico del pelo azul cambio a flashes multicolor aquel día, el beso empezó feroz, pero se había tornado lento a medida que Jisung se habría paso hacia el cuello de Hyunjin. El pelinegro cerro los ojos y abrió la boca de puro placer. Una agradable sensación de agua caliente recorría su ser y cuando el cuerpo de Jisung choco contra él se sintió completamente en llamas. La sensación de paz que recorría su cuerpo al tener las manos del más joven sobre él era mil veces mejor que cualquier calmante. Respiro profundo y desabotono lentamente la camisa de Jisung. Este no escatimo gemidos desde el momento en el que él mayor poso sus labios sobre la piel de sus hombros, los sonidos que hacían sus labios al chupar y morder generaban desesperación en el menor quien gemía dócilmente ante un toque experimentado. Hyunjin se separó lentamente del menor y con sonrisa juguetona empezó a desabrochar lentamente los botones del pantalón de Jisung. Pasaba su dedo en círculos una y otra vez sobre cada uno hasta que los gemidos de Jisung le parecían lo suficientemente necesitados. Al terminar el ultimo botón el mayor relamió sus labios con agilidad y bajo los pantalones agresivamente. Una evidente erección salió a la vista y nuevamente volvió a trazar círculos sobre el bóxer del menor como si de otro botón se tratase. Sube sus manos a las caderas de Jisung y estas tiemblan al tacto mientras bajan jalando consigo la ropa interior. El miembro del menor se descubrió enrojecido y palpitante pidiendo a gritos un poco de atención. Él mayor lo tomo con una mano mientras subía y bajaba su mano sobre miembro del menor. Jisung tiro su cabeza hacia atrás y gimió con voz quebrantada lo que la pareció al mayor una acción muy pura. Hyunjin se terminó arrodillando completamente ante el menor y saco su lengua pasando la misma lentamente sobre la punta del miembro de menor y pudo sentirlo temblar, seguidamente se llevó la punta del miembro a la boca y la rodio varias veces con su lengua haciendo que el menor moviese sus caderas de manera instintiva y por último se llevó todo el miembro a la boca y succionaba en cada entrada a la vez que apretaba su cavidad bucal en cada salida .La boca del mayor era cálida y el menor tuvo que sujetarse del pelo del mayor para contener sus propios impulsos. Hyunjin apuro el paso mientras Jisung jalaba mechones sin piedad sintiendo los olores del ambiente y el calor del lugar eyaculo en la boca del mayor y este soltó el contenido en la regadera de los trapeadores. Hyunjin sacudió su cabello empapado de sudor y le sonrió al menor el cual había quedado petrificado de ver tal espectáculo. Con su cabello pegado a la frente por el sudor y el uniforme puesto de mala gana salió de la habitación minutos después de que Hyunjin se retirase.




La mano de Jisung se posó lentamente en el cristal que lo separaba de Chenle y el frio de la sala entro en su organismo demasiado lento para su gusto. Del otro lado del cristal se encontraba Chenle con su mano posada sobre la suya, escudriñando sus pensamientos como solo él sabía hacerlo. Él lo sabía todo y aun así estaba dispuesto a ayudarlo.

_No hay necesidad de que me saques de aquí, saldré en un par de meses cuando cumpla dieciocho. _Jisung puso su mejor cara mientras decía las cosas, pero la verdad es que el lugar no era un paraíso total.

_Te sacare de aquí hoy mismo, ya pagué tu fianza y no te preocupes que es mi propio dinero. No hay nada más que hablar al respecto. _Otra vez Chenle hablo con esas explicaciones de niño rico que incluían grandes sumas de dinero de promedio.

El policía llego anunciando que la visita había acabado y se llevó a Jisung a la oficina principal de la prisión para tramitar su salida de la cárcel. Chenle espero pacientemente todos los protocolos y Jisung no se podía creer como se había pintado el cabello de chocolate y puesto ropas más sencillas para no ser reconocido en Corea.

Se imaginó a si mismo rasgando agresivamente cada pieza de ropa del cuerpo de Chenle. Ese cuerpo que le arrancaba gemidos cada vez que se posaba sobre él. Recorrió sus ojos sobre el cuerpo de Chenle una vez más y pensó en sí mismo y el cómo no merecía ponerle un solo dedo encima, no lo merecía en absoluto.


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