TERCER CAPÍTULO
Mark con ocho años.
Donghyuck con siete años.
Un resplandeciente sol, hojas de arce crujiendo y un nuevo año escolar llegaba a la vida de Mark Lee de ocho años. Se levantó de la cama con toda la energía de un niño de su edad, a pesar de haber pasado casi toda la noche anterior imaginándose escenarios de su primer día de clases. Sin poder evitarlo ni por un segundo, Mark amaba la escuela, se sentía totalmente a salvo estando en ella, disfrutaba de leer cuantos libros desease en la biblioteca y escribir historias en la parte trasera de sus cuadernos.
A Mark le gustaba escribir por diversión, pero nunca se le ocurrió escribir para alguien hasta que vio por primera vez a Mina. Mina de largas trenzas, abundante cabello y mejillas rosadas. Ella había captado su atención desde el segundo grado. Lo había sabido rápidamente desde la primera vez que intento hablarle y termino siendo un desastre de conversación debido a su ataque de hipo. En retrospectiva con lo del hipo, este venía siendo como una señal de enamoramiento por parte de Mark, o eso era lo que él creía, hasta el día en que le dio un ataque de hipo frente a Donghyuck. Pensó que talvez el hipo no era un signo de enamoramiento desde entonces y lo considero más como un signo de nerviosismo o incomodidad. Los ataques de hipo no eran del todo malos. Las personas los encontraban adorables y no torpes como Mark pensaba.
Mark dio sus clases con gran entusiasmo, pero seguía siendo un niño muy reservado frente a sus compañeros. Él castaño no tenía amigos, pero por lo menos había avanzado en tener la capacidad de hablarle a sus compañeros de clases sin temor a decir algo de más. Eso era un gran logro, comparado con su perpetuo silencio en sus años de pre-jardín.
Al finalizar las clases, Mark siempre prefería pasar un par de horas en la biblioteca, antes de regresar a la casa. Solo para molestar menos a sus padres con su presencia. A ellos no les gustaba escucharlo leer o que tomara hojas de la papelera para escribir algo lindo para ellos. Mark tenía que leer y escribir en silencio en la biblioteca, antes de ir a casa a actuar como un mueble más.
Estaba a punto de tomar su camino hacia la biblioteca, cuando recordó la carta que se encontraba en su cuaderno de matemáticas. Una carta para Mina, que él había escrito con su puño y letra, desde los más profundo de su inocente corazón infante. Nada más que sentimientos puros y buenos deseos estaban plasmados en aquellas líneas. Busco a Mina con la mirada entre los niños que se disponían a esperar sus transportes, para poder divisar a Mina sentada en la marquesina, en espera de sus padres, quienes la venían a traer y buscar a la escuela diariamente.
Mark se colocó detrás de la marquesina, alargo su cuello para llamar la atención de la niña, la cual volteo totalmente su torso, encontrándose a Mark frente a sus narices. Ella no pudo evitar sonrojarse por la sorpresiva aparición de Mark, quien no pudo evitar tener otro ataque de hipo frente a la niña. Mina empezó a sonreír por las expresiones de Mark intentando controlar su hipo. Ella movía sus coletas de un lado al otro, a medida que giraba su cabeza en señal de interrogación evidente.
_Hola Mark. _La niña saludo amablemente, a medida que Mark saltaba la marquesina y se sentaba junto a ella.
_Hola Mina. _Mark hablo rápido, esperando que no lo interrumpiese el hipo, que iba desapareciendo poco a poco.
_ ¿Qué tienes en las manos? _La niña formulo la pregunta. Cuando sus miradas se encontraron, el hipo de Mark desapareció por completo.
_Es para ti. Me gustaría ser tu amigo. _Mark pudo hablar con claridad, en un tono bastante tenue. Su nerviosismo se había ido de repente.
_Eres bueno leyendo ¿Podrías leer la carta para mí? Ahora que somos amigos. _Mina había aceptado ser amiga del chico más inteligente del salón. Para ella no era difícil decir que si a un buen chico como Mark. Le parecía adorable y todas sus amigas decían que era adorable también.
Mark estaba a punto de leerle la carta a Mina, cuando la atención de esta fue robada de el en menos de cinco segundos por Donghyuck. La niña se levantó de inmediato al ver a Donghyuck salir de su salón de clases, corrió hacia él. Lo saludo eufóricamente, mientras intentaba tocar su cabello y apretar sus mejillas. Donghyuck no se movía más que para esquivar las manos de Mina, mientras la miraba con una sonrisa en sus labios.
Mark dejo de prestar atención después de eso, procedió a guardar la carta de Mina en su bolsa y dirigirse a la biblioteca a resguardar su corazón de niño roto en un par de libros anticuados.
Arrastro sus pies hasta una de las mesas del fondo y soltó su bolsa sobre ella con cierta rabia en sus acciones. Se dispuso a releer El Principito, que era uno de sus libros favoritos, dejando que las paginas se llevasen toda decepción amorosa. Siguió pasando las paginas, cuando la voz de Donghyuck llamo su atención de repente. Él chico hablaba discretamente con la bibliotecaria, mientras sostenía una gran columna de libros. Mark supuso que se disponía a ponerlos en su lugar, pero no pudo evitar llamarlo en voz alta, mientras recogía todas sus cosas y las ponía en su bolso.
_ Donghyuck. _Mark lo llamo. Donghyuck se asustó de repente, dejando caer la columna de libros que yacía en sus brazos. Cerro los ojos y espero el regaño de la bibliotecaria, pero en vez de eso Mark se encontraba frente a él, con una evidente expresión de enojo en su cara.
_ ¿Te das cuenta de lo que has hecho? _Mark pregunto al respecto, pero Donghyuck no respondió en lo absoluto. _ ¿Te gusta Mina? _Mark fue un poco más claro al respecto y decidió ir al grano en ese mismo instante.
_ ¿De qué rayos estás hablando? ¿Que yo que? _ Donghyuck no entendía absolutamente nada. Estaba muy ocupado pensando en que cuando la bibliotecaria volviese los iba a castigar a ambos, por hacer un escándalo en la biblioteca.
_ ¿Sabes qué? Olvídalo. _Mark ajusto su bolsa y se dispuso a abandonar la biblioteca rápidamente. Donghyuck intento tomar su brazo, pero Mark había logrado esquivar su agarre.
Donghyuck se encogió de hombros, procedió a recoger los libros y ubicarlos en su lugar. A medida que avanzaba, empezaba a sentir una ligera presión en su pecho, su corazón palpitaba cada vez más rápido y estaba empezando a sentirse incómodo. Por alguna extraña razón, algo le decía que debía seguir a Mark, que debía aclarar las cosas. Esta vez las cosas eran diferentes, se sentían diferentes.
Termino de ubicar el último libro con cierta prisa, corrió lo más rápido posible hasta la salida de la escuela, encontrándose con el hecho de que Mark ya había avanzado unos cuantos metros lejos de esta. Empezó a correr detrás del castaño, esperando poder alcanzarlo, cuando las gotas de lluvia empezaron a caer sobre su uniforme.
_Mark. _ Donghyuck atrajo la atención del castaño, quien se giró con pesadez al escuchar la voz de Donghyuck.
_ ¿Qué haces aquí? _ Mark miro a los lados, esperando que el chofer de Donghyuck estuviese cerca, pero no era así. El chico lo había perseguido hasta donde se encontraban, sin importarle la lluvia o lo poco que conocía el área.
La lluvia había cobrado fuerza y ya para entonces ambos estaban totalmente empapados. El agua escurría sobre los cabellos de Mark y estos se extendían a lo largo de su frente. Mientras que el cabello ondulado de Donghyuck había desaparecido por completo, mostrando lo pequeña que era su cabeza y cubriendo las delicadas facciones de su rostro.
_No entiendo nada de lo que me dices y no sé por qué te seguí aquí en busca de explicaciones que en realidad no me interesan. _ Donghyuck enserio estaba arrepintiéndose de sus decisiones en esos momentos.
_ ¿Si no te interesan entonces porque me seguiste hasta aquí? Es obvio que ambos se gustan, ese es el problema, ese es el error. _Mark no media sus palabras en absoluto, era su corazón roto el que estaba hablando en esos momentos.
_Yo...Mina... A mí no..._Donghyuck estaba a punto de decir lo primero que se le había venido a la mente y se sorprendió a si mismo con aquella respuesta así que decidió callar. Las cosas estaban empezando a perder sentido propio cuando se trataba de Mark Lee.
_Sabias que Mina me gustaba desde primer grado y que había esperado mucho tiempo para siquiera pedirle que fuésemos amigos. Cosa que estaba intentando hacer hoy, hasta que me di cuenta que tú, eres todo lo que ella puede ver en estos momentos. _ Él castaño le reprocho nuevamente, esperando crear conciencia en el pelinegro.
_En serio yo...No tienes de que preocuparte, te lo aseguro... No sé cómo explicártelo en estos momentos, pero no creo que Mina esté interesada en mí. _ Donghyuck mintió totalmente, sabía perfectamente que Mina estaba enamorada de él desde pre-jardín.
_ ¿Y qué me dices tú? ¿Estas interesado en Mina? _Mark opto por aclarar las cosas desde la raíz del problema y la raíz del problema era la sola existencia de Donghyuck.
_No Mark, no estoy interesado en Mina. _El pelinegro hablo cansado, realmente cansado, la ropa le pesaba, sus cuadernos se podían mojar si no se refugiaba pronto.
_Pues no lo parece, no lo parecían hace unas horas en la salida. _El castaño recordó a Mina y a Donghyuck viéndose muy lindos en la salida. Compartían sonrisas y hacían el tonto.
_Mark... Lamento arruinar tu tonta confesión de amor verdadero, pero si las cosas son como tú dices, no es mi culpa que le guste a Mina. _ Donghyuck ya estaba harto, tenía frio, mucho frio, sus labios probablemente estaban rojos.
_Te aprovechaste de que no somos amigos, en verdad lo hiciste. Y esa es la verdadera razón por la que nosotros nunca seremos amigos. _Mark sintió que las lágrimas brotaban de sus ojos, agradeció que las gotas de lluvia se confundiesen con ellas, pero podría jurar que Donghyuck había visto la tristeza a-través de sus ojos.
_Mark... _ Donghyuck se sintió fatal después de escuchar las palabras de Mark. Se sintió a morir cuando vio la tristeza en los ojos de Mark y no pudo evitar llorar cuando este se fue. No sabía si talvez había sido conmovido por las lágrimas de Mark. Hasta que se sintió tan débil, que decidió acurrucarse en una parada de autobuses y esperar a que dejase de llover para volver a casa.
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