SEXTO CAPÍTULO
Mark con once años.
Donghyuck con diez años.
La primavera traía consigo un ambiente maravilloso. El brillo del sol resplandecía sobre sus pieles, dando toques de calidez a-través de sus cuerpos. El aroma de las flores que se esparcía por el aire, llegando a sus fosas nasales, impregnándolas de la singularidad con la que solo la naturaleza sabia crear sus aromas. La manera en como el viento revoloteaba sus cabellos, mientras ambos se dirigían hacia su lugar de destino junto a sus padres.
Mark y Donghyuck disfrutaban del viaje, ignorando la presencia de sus padres. Ambos habían abierto las ventanas del asiento de atrás del autobús en el que viajaban, para así disfrutar del ambiente que los rodeaba. Completamente inmersos en su propio mundo, compartían audífonos, mientras escuchaban canciones y miraban a-través de sus respectivas ventanas. Cada momento que pasaban juntos parecía más significativo desde hace un tiempo, se habían acercado un poco más, se sentían más cómodos los silencios, sus miradas se combinaban para formar complicidad.
La canción que sonaba en su reproductor de pronto se detuvo, como señal que esta había terminado. Ambos acercaron sus manos hacia el reproductor musical en busca de continuar llenando el espacio que había entre ambos por medio de la música que compartían. Sus manos rozaron y sus cuerpos giraron para encontrarse sus miradas. Mark agrando sus ojos con curiosidad, mientras analizaba las expresiones del moreno. Donghyuck por su parte inclino su cabeza, como acto previo antes de quedar petrificado. El carro aparco bruscamente sacando a ambos de su disputa visual, juntos miraron hacia adelante, mientras se retiraban su auricular.
_ ¿Qué esperan para bajar las maletas? Tienen suerte de que los hayamos traído de vacaciones con nosotros. _ Él padre de Donghyuck abrió la puerta trasera del autobús, se dispuso a entrar a la cabaña acompañado de su esposa.
_Pero eso no significa que saldrán con nosotros. _El padre de Mark se acercó para desordenarle el cabello a ambos, para luego empujarlos hacia la parte trasera del auto y obligarlos a que se apresuraran en su tarea.
Mark no se molestó en arreglar su cabellera, mientras que Donghyuck paso sus dedos repetidas veces sobre su cabello, esperando acomodarlo a la vez que bajaba maletas. Se apresuró a tomar otra maleta una vez termino de acomodar su cabello, pero esta preciada maleta que contenía todo el maquillaje de su madre, se deslizo de sus manos enviando imágenes terroríficas de su madre estando enojadísima e intentando acecinarle. Esta fue atrapada torpe pero efectivamente por Mark, quien le sonrió victorioso aun con el cabello alborotado.
_ ¿Podrías relajarte? Solo es una maleta de maquillaje. _Mark estaba divirtiéndose mucho viendo la cara de pánico de Donghyuck, pero este cambio drásticamente de expresión, cuando sus ojos se posaron en él ahora chico de resplandeciente cabello rubio.
_Ese maquillaje vale más que mi vida, mi madre me mataría si uno de los compactos se llegase a descolocar siquiera. _La expresión de pánico de Donghyuck, había cambiado a una de desaprobación cuando vio lo desordenado que se encontraba el cabello de Mark.
_Deja de mirarme así, como yo luzca no es de tu incumbencia. _Mark bajo la mirada, se sentía ofendido por los ojos de Donghyuck, que escudriñaban la razón inconclusa de su pésimo aspecto.
_Basta, no es eso. _ Donghyuck se movió rápidamente, le bloqueo el paso a Mark, el cual se había sorprendido por la agilidad con la que este se había desplazado. _ Yo juro que no es tu aspecto lo que me molesta. _ Donghyuck alargo su brazo, empezó a acomodar los cabellos de Mark, mientras este apaciguaba su enojo a-través de su tacto.
Mark se concentró en la atención que Donghyuck les ponía a sus recién tinturados cabellos, sus dedos viajaban por las hebras de su melena, acomodaban y desplazaban el mismo detrás de sus orejas. Donghyuck contemplaba el brillo del pelo de Mark en contra de la luz de la mañana, los ojos de Mark se apreciaban color miel gracias a la iluminación y su piel estaba a un paso de parecer amarillenta; deseosa de un poco de vitamina D.
Mark tomo la muñeca de Donghyuck, la apretó con fuerzas hasta que el brillo de los ojos de Donghyuck se apagó de repente, denotando la obscuridad que solo su enojo traía consigo_ Esta bien. _El ahora rubio fue descontinuando lentamente su agarre, pero no pudo conservar su mano sostenida a la del moreno, porque este el retiro de manera brusca.
_ ¿Porque haces las cosas tan complicadas entre nosotros? _ Donghyuck tomo dos maletas y lanzo su pregunta con cinismo.
_No empecemos de nuevo. _Mark rodo los ojos evitando la mirada de Donghyuck. Pensó en como su tregua había durado ya lo suficiente.
_Nos vemos en el infierno. _ Donghyuck escupió mientras lo miraba con recelo y se retiraba del lugar arrasando las maletas.
_Vocabulario. _Mark quería seguir enojado como lo demandaba la situación, pero no pudo evitar romper en risas cuando Donghyuck ya se había ido. Le parecía muy tierno ver a su amigo luciendo tan inocente, pero saltando a decir semejantes maldiciones.
El sonido de los tacones de sus respectivas madres se escuchaba en lo más alto de la cabaña, el olor a perfume caro y sus padres esperando en la sala de estar. Era bastante temprano para salir a cenar, demasiado tarde para hacer un tour y completamente inapropiado el dejar a sus hijos solos en una cabaña en medio de la nada. Era bastante evidente que los padres se estaban ya arrepintiendo de haberse llevado a sus molestos retoños, pero no había marcha atrás, así que se marcharon sin importarles nada en lo absoluto.
Mark llevaba más de cinco horas fingiendo ser invisible en una esquina de la sala mientras leía, a la vez que Donghyuck miraba a su madre maquillarse desde una esquina del cuarto de arriba. Cuando los matrimonios abandonaron la casa, esta se sumió en un silencio sepulcral, haciendo que ambos niños se encontrasen en las escaleras.
Mark encontró a Donghyuck disponiéndose a bajar por las escaleras, aun cuando este no lo había divisado siquiera, lo espero pacientemente para luego tomar su mano y jalarlo justo debajo del cuarto que se encontraba bajo las escaleras. Donghyuck había forcejeado, pero no había dicho nada al respecto una vez que ambos estuvieron frente a frente. Mark lo miro por espacio de diez segundos, suplicando una respuesta a su enojo repentino. Quería aclarar las cosas, pero también quería disculparse.
_ ¿Qué pretendes? Abre la puerta en este instante, estoy empezando a sentir claustrofobia _ El espacio entre ambos era estrecho, sus espaldas se chocaban contra las chirriantes paredes de madera de la cabaña. El aire en ese lugar era pesado, sus respiraciones se entremezclaban sin querer. La iluminación se reducía a un miserable foco amarrillo, que tintineaba constantemente haciendo ver la escena como la de una película de terror.
_ ¿Cuál es tu mayor preocupación en estos momentos? _Mark pregunto lo primero que se le vino a la cabeza, pero no estaba muy lejos de las respuestas que estaba tratando de conseguir
_ ¿Eres estúpido? _Las palabras de Donghyuck se cortaron cuando Mark se empezó acercar de más, lentamente deslizando su cuerpo hacia delante. Donghyuck no se atrevió a respirar profundamente por miedo a que su nariz sangrase. Llevo una de sus manos hacia la perilla esperando poder abrir la puerta con rapidez y poder salir de ese incomodo lugar. Se sintió desdichado al no lograr su cometido.
_ ¿Lo soy? ¿Realmente debería serlo? _Mark llevo su mano sobre la de Donghyuck deteniéndolo de abrir la perilla. Sujeto su mano con fuerza y ambas se deslizaron entrelazadas hasta llegar a la superficie del rustico piso de madera. Donghyuck pudo sentir como la mano del rubio temblaba sobre la suya y por instinto la apretó en un intento de reconfortarlo.
_No deberías... Mark escúchame cuando te hablo yo..._Mark jalo el cordón del foco apagándolo consigo. Donghyuck se percató como en un parpadeo todo se encontraba en completa oscuridad. Lo único que lo hacía no sentirse solo, era la respiración de Mark contra la suya.
Podía sentir la humedad del respirar de Mark amenazando con mojar sus labios por la cercanidad que ambos compartían, su aliento olía a frutilla. Lo delicioso del aroma, lo hacía recordar todas las cosas dulces que nunca en su vida había podido probar. Mark estaba siendo totalmente inadecuado, desde su proximidad, hasta la dulzura de su aliento, todo era prohibido.
_Te estoy escuchando, no puedo hacer otra cosa más que escucharle en esta oscuridad. _Mark intento concentrarse en las palabras de Donghyuck, pero su corazón latía muy fuerte, tan fuerte que corrompía su atención y entendimiento.
_Maldición. _ Donghyuck intento alejar su mano de la de Mark, pero esta apretó la suya de manera punzante, enviando escalofríos a su cuerpo, activando con potencia los latidos de su corazón.
_Cuida tus palabras. _Mark estaba haciendo lo imposible para recordar por que se estaba comportando de esa manera, se sentía extraño, no podía comprender absolutamente nada.
_Oblígame. _ Donghyuck se arrepintió de sus palabras justo en el momento en el que los labios de Mark chocaron contra los suyos. El esperaba que le golpearan, un insulto, una amenaza, pero nunca un beso.
Sus labios presionados por escasos cinco segundos, el sonido que estos hicieron al despegarse, la oleada de calor surcando sus cuerpos y el alejarse completamente asustados. Donghyuck empujo a Mark de su vista, abrió la puerta con fuerza y sonoridad, pero ninguno de esos sonidos había despertado a Mark de su trance. Pocos minutos después el rubio se había atrevido a tocar sus labios y sonrió sin pensarlo recordando el beso. Donghyuck por su parte se había encerrado en su cuarto, intentando olvidar el sabor dulce, la suavidad de sus labios y como los ojos de Mark se habían iluminado después del beso.
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