OCTAVO CAPÍTULO
Mark con doce años.
Donghyuck con once años.
Era como el precipicio del que cualquier suicida quisiese saltar, un vicio bastante insano, de esos que te cuesta trabajo deja. Como un viaje de ida para nunca más regresar. Así se sentía Mark, al no poder evitar observar a Donghyuck. Los ojos del azabache se posaban en el castaño, sin importar si este lo miraba de vuelta o no. Al preguntarle lo más mínimo, al escucharlo hablar. Sus ojos se perdían en las expresiones del castaño. Cuando Donghyuck se disponía a ver a Mark de vuelta, la forma en como sus miradas cómplices se unían. Una sonrisa devuelta de parte de los dos se hacía presente, daban como resultado una conexión aparente, un mundo que ambos compartían. Las cosas sí que habían dado un vuelco emocional bastante estable en su amistad. Era algo imposible de creer, la manera en como no se habían peleado en un año. Donghyuck solía llamarle calma antes de la tempestad, pero Mark prefería decirle mejores amigos. Su amistad ya no era una obligación de fin de semana, o un paseo de vacaciones; era mucho más.
La calidez del sol de la mañana cosquilleaba agradablemente sobre la piel de Mark. Era uno de esos días en los que el apreciaba con todo su ser el estar completamente libre de la supervisión de sus padres. Se sentía terriblemente sombrío el salir a trabajar de madrugada y llegar al anochecer. Apreciaba cada vez que podía darse el tiempo para visitar a Donghyuck. El moreno había tomado de costumbre invitarlo todos los fines de semanas, pero eran pocas las veces que el ahora azabache de doce años podía aceptar sus invitaciones.
De un momento a otro las risas de Donghyuck lo sacaron de sus pensamientos, diviso como su mano era sujetada por el castaño, jalándolo consigo en un intento por que corriese en vez de caminar. Al parecer, el castaño se disponía a darse un chapuzón, no sin antes arrastrarlo consigo. Mark entonces pensó en que hubiese sido una buena idea traer algo de ropa para cambiarse, pero Donghyuck no le había advertido del uso de la alberca, y él no era un adivino. Donghyuck se veía muy emocionado al tomar su mano, y no quería herir sus sentimientos, pero no tenía otro remedio.
_ Donghyuck no. _Mark paro en seco, haciendo que Donghyuck se detuviese en el borde de la piscina.
_ ¿No? _Balbució Donghyuck poniendo ojos de perrito, en un intento claro por hacer que Mark cambiase de opinión.
_No tengo más ropa para cambiarme. Donghyuck no pongas esos ojos por favor. _Mark sintió como su mano era soltada por la de Donghyuck, con tanta debilidad y desilusión en esa acción. El azabache había entendido perfectamente como había herido los sentimientos del castaño.
_Mark... los accidentes pasan. _ Donghyuck había cambiado su expresión a una de completa seriedad. Se le hacía muy fácil hacerle bromas a Mark, pero solo recurría a ellas, porque Mark era tan inocente. No caía en alguna, sino en todas y cada una de ellas. Como el chico crédulo que era.
_ ¿Qué accidente? _Mark agrando los ojos con interrogación. Los juegos de palabras de Donghyuck, siempre traían consigo bromas pesadas de promedio.
_Este accidente. _ Donghyuck camino unos pasos hacia adelante, haciendo que Mark quedase en el borde de la piscina, para seguidamente empujarlo al agua. Pensó en que había logrado su cometido, cuando Mark lo jalo consigo y ambos cayeron a la alberca.
Sus cuerpos chocaron contra el agua, hasta que esta consumió sus figuras en su totalidad. El golpe de la caída amortiguada por el agua, los hizo permanecer debajo del agua hasta que ambos abrieron los ojos aun estando dentro de ella. Sus miradas se encontraron. Donghyuck no pudo evitar sonreír con la boca cerrada, mientras que Mark se acercaba a él buceando. Él castaño ladeo su cabeza, la cual le decía a gritos que debía acercarse un poco más al azabache. Debía ceder y lo hizo posible con un par de brazadas, quedando justo en frente de Mark. Entonces su cerebro arrojo un par de pensamientos al azar _Sus labios son de un lindo rosa, su piel es blanca y lechosa, su cabello negro es muy brillante. _ Las ideas que pasaban en su cerebro, habían hecho que él acortara su distancia, hasta el punto en que sus narices rozaban. Nada podía ayudarlo en ese momento y menos el hecho de que Mark no se quitaba de su vista.
_Solo será un beso...Solo quiero saber...que era lo que él sentía...el día en que decidió besarme...por primera vez en mi vida. _Pensó para sí mismo, acercándose a Mark para poder unir sus labios.
Fue bastante simple e inocente, pero la respuesta de Mark había cambiado el significado del beso. Él azabache no se movió en lo absoluto, mientras Donghyuck aún conservaba sus labios sobre los de él, pero el choque de electricidad que recibió al momento en que se separaron, lo hizo contemplar la realidad de lo que estaba pasando. Espero a que Donghyuck se separara por completo, para tomarlo del brazo y jalarlo hacia la superficie de la alberca. Ambos respiraron con dificultad, por la cantidad de tiempo que habían estado bajo el agua, sin saber si era mejor respirar verdades o ahogarse en mentiras.
_ Donghyuck ... los accidentes no ocurren apropósito. _Mark barrio agua mojando la cara de Donghyuck, el cual se veía patético recibiendo el agua, como si de un castigo bien merecido se tratase.
_Si fue un accidente. _Escupió Donghyuck, apretaba sus labios en una fina línea, que demostraba su incredulidad hacia sus propias palabras. Trataba de cambiar sus expresiones al decir mentiras, Mark ya se las había memorizado todas, no había manera de mentirle con expresiones recicladas. En su caso, tenía que mantener el contacto visual y utilizar una expresión diferente por cada mentira dicha.
_ ¿Cual? El beso o tirarme a la piscina. _Mark mordió su labio inferior involuntariamente. Era una costumbre hacerlo cada que se sentía confiado de sí mismo, o talvez, solo denotaba el hecho de estar totalmente concentrado en los ojos de Donghyuck, tratando de descifrar, si le estaba mintiendo o no. Era un trabajo arduo saber si le estaba engañando, ya que Donghyuck sabía desde ya hace un tiempo, que él se había memorizado todas sus expresiones clásicas al mentir y eso fue su fin. Era un jodido misterio descubrir que expresaban sus ojos, pero era la única forma de descubrir si lo que él decía era cierto o falso.
_La respuesta a esa pregunta podría herir tus sentimientos. _Donghyuck había desviado sus ojos, sin importarle denotar duda con dicha acción. No le interesaba el hecho de que Mark estaba mordiéndose los labios frente a él, definitivamente no lo estaba poniendo nervioso y de ninguna manera se estaba empezando a alejar del azabache, claramente intimidado por sus acciones.
_No sería la primera vez. _Mark finalmente había podido leer de los ojos de Donghyuck. Le sorprendía lo fácil que había sido esta vez.
_No insistas Mark, yo solo quería hacer lo mismo que tú. _ Donghyuck cerró los ojos de la frustración. No le quedaba más que decir la verdad, no tenía escapatoria.
_Eso tiene sentido, pero pudiste habérmelo pedido, en vez de robarlo por tu cuenta. _El azabache trato de verse lo más relajado que pudo al decir esas palabras, no quería asustar a su amigo, no quería, ni podía hacerlo sentir mal, así que lo dijo con una doble intención, de la cual pronto se arrepentiría.
_Lo tendré en mente. _Y eso fue todo para su pobre corazón, que no dejaba de palpitar al escuchar tal cosa. Literalmente, podría besarlo cuando quisiese, pero él había deseado solo un beso de experimentación ¿Por qué de pronto le alegraba la idea de tener más que solo uno?
Habían pasado ya varias horas desde que ambos decidieron salir de la piscina. Donghyuck consiguió despertar de su siesta mucho antes que Mark y se dispuso a tomar un tiempo para observarlo mientras dormita. El cuarto en el que ambos descansaban era el de Donghyuck, el cual se veía espacioso y con una hermosa iluminación. Los ventanales de dicha habitación, estaban acomodados para dejar pasar la luz natural por medio de ellos, tal claridad se encargaba de ocupar cada rincón de la pieza. Los rayos de luminosidad que proporcionaba el atardecer, recaían perfectamente en las facciones de Mark. Su piel se había tornado bastante saludable con el paso del tiempo, el cabello negro destellaba su brillo, gracias a la luminiscencia del lugar. Donghyuck se preguntaba si era preciso despertarlo, ya que le interesaba ver los ojos de su amigo, luchando contra los destellos que amenazaban con ocupar su mirada. Al final se decidió por tocar su nariz, este fue despertando lentamente, hasta abrir ambos parpados. Sus ojos color miel se apreciaban perfectos contra el resplandor, eran como un viejo amigo, que, por medio del día, se manifestaba solo en los momentos adecuados, y este era uno de ellos. Donghyuck no pudo evitar sacar su cámara, tomar una foto del azabache, el cual sonrió después de escuchar el clic del aparato.
_No te preocupes, no le diré a nadie que babeas mientras duermes. _ Donghyuck alargo su mano y le hizo cosquillas a Mark en la espalda.
_Por lo menos yo no abrazo gente al dormir. _Mark se retorció, jalando a Donghyuck consigo, abrazándolo contra su voluntad.
_Te queda muy bien mi ropa. Mamá dice que somos como gemelos, incluso cuando no compartimos la misma edad. _ Donghyuck logró zafarse luego de golpear a Mark en el estómago.
_Soy mayor que tú y ni siquiera usas honoríficas. _Mark se recuperaba del golpe en el estómago, mientras desordenaba el cabello de Donghyuck.
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