DÉCIMO SEGUNDO CAPÍTULO
Mark con dieciséis años
El silencio, la invisibilidad, vivir en automático, así se sentía la vida de Mark después de todo lo que había pasado. Se sentía abandonado, estaba seguro de que esa era la palabra para definir como se encontraba en esos momentos. Él realmente había puesto toda su energía en tratar de contactar a Donghyuck. Lo llamo infinidades de veces a su celular, envió mensajes largos, justo como los que a su amigo le gustaban, releyó la carta que Donghyuck le obsequio, cada noche antes de dormir.
Como ultima recurso opto por enviarle cartas, pero no tenía idea de dónde podía encontrarse Donghyuck, porque parecía que la tierra lo hubiese consumido en su totalidad. Las escribió en vano, una por cada mes que pasaba. Cuando las ansias de estar a su lado consumían su mente, no lo dejaban dormir. Despertando a media noche, mientras plasmaba sus ideas en papel, la frustración se iba poco a poco. Escribir, sin duda había sido de gran ayuda, debido a que le permitía dejar salir sus emociones. Si no se encontraba trabajando, entonces se consumía en su habitación, se mantuvo así durante todas las vacaciones.
Un mes se pasó demasiado rápido. Mark talvez había dormido mucho, trabajado en automático, soportado los golpes de sus padres demasiado bien. De un momento a otro, se encontraba en las regaderas del instituto, tomando un desagradable baño de agua fría, después de hacer su turno de madrugada. Regularmente ese era el plan. Salir de casa a media noche, deambular por las calles haciendo entregas, no dormir una mierda o dormir en las calles con sus amigas las prostitutas. Luego se dirigía al instituto, tomaba un baño en las regaderas del gimnasio, ocupaba su uniforme y con suerte, lograba asistir a clases sin oler a drogas.
Las gotas de agua recorriendo su cuerpo, sin duda ya no era un niño. Mark podía verlo, sentirlo, disfrutarlo y lamentarlo. Cerro la llave de paso, agua goteando de su cabello indebidamente secado. Se apuró a tomar una toalla, secar su cuerpo y ocupar su uniforme. Con su cabello aun húmedo, se miró en el espejo de los baños nuevamente. Se notaba que no había dormido en un horario adecuado, pero el cabello que recubría sus ojos, lo disimulaba bastante. Cepillo sus dientes, tomo su bolsa. Su estómago rugía como los mil demonios, la cafetería abriría hasta las nueve. Bebió una gran cantidad de agua para engañar a su estómago y se dirigió a los salones.
Camino hasta su salón de clases, se desplazó en un banco estampando su frente contra la mesa, esperando dormir un poco. Sentía que en cualquier momento su alma abandonaría su cuerpo, para finalmente poder descansar en paz. Sonrió ante sus pensamientos, se percató que alguien había desplazado algo justo frente a él.
_Mark...Mark...Mark...Despierta Minhyung. _Renjun empujo el emparedado y caja de leche sabor izada que su madre le había dado de merienda hacia Mark. Esperaba que este pudiese comer algo, ya que se veía pálido, casi podía jurar que Mark vomitaría en cualquier momento.
_Cierra la puta boca Renjun, tu voz me está jodiendo la cabeza. _ Minhyung, Mark odiaba que lo llamaran de esa manera. La voz de Renjun se escuchaba mucho más alta de lo normal, debido a sus adormilados oídos, pero no dijo nada y se acurruco en su mochila esperando dormir un poco más.
_Te he traído algo de comer, no me iré de tu lado hasta que lo comas. _ Renjun se acercó a Mark, aparto el cabello mojado de la frente del rubio. Mark lo miro con sus grandes ojos almendrados, Renjun sintió sus mejillas calentarse y evito su mirada de inmediato.
_Siento que si como algo lo vomitare de inmediato. _Mark sentía que su estómago se apretaba con fuerza, encontraba asquerosa cada comida que ingería.
_Solo inténtalo, si no comes será peor. _Renjun extendió el emparedado, Mark tomo un bocado algo dudoso.
Renjun lo miro comer despacio. Sus mejillas rellenas de comida se veían adorables, una miga acompañaba la comisura de sus labios, pero el rubio no parecía notarlo en lo absoluto. Renjun alargo su mano, limpio la comisura de los labios de Mark, sonriéndole con timidez. Él rubio había ocupado toda su atención en él, le ofreció del emparedado que estaba comiendo.
_A tu madre no le gustara saber que me estás dando tu comida. _ Mark miro hacia Renjun con una expresión ilegible en su rostro.
_Te estoy ayudando, no seas malagradecido. _Renjun retiro los restos de comida de la vista de Mark y los desplazo en su bolsa.
_No lo soy, solo que... puedo sentir tu lastima. Me miras como si fuese un cachorrito de la calle, que estas apunto de adoptar. _ Mark bajo la mirada avergonzado de lo patético que podía llegar a verse frente a Renjun, sin duda él era el único que no lo encontraba intimidante o asqueroso en absoluto.
_Tu solo... Déjame cuidar de ti...Tu corazón está roto y yo puedo sentirlo. Lo he sabido desde la primera vez que nos presentaron. Estabas solo y desamparado; generas empatía en mí. _Renjun se atrevió a mirarlo a los ojos, él había colocado esos ojos de cachorro que lo hacían sentirse débil. Su corazón palpitando demasiado fuerte, sin duda él estaba perdido, totalmente perdido en Mark.
Renjun escucho la campana de entrada sonar, tenía que irse, dejarlo solo, porque no compartían esa hora en común. Se retiró con una tímida sonrisa en sus labios, Mark lo miraba desde lejos, parecía estar agradecido. Renjun cerró la puerta, respiro profundo, no podía dejar de pensar en el rubio, en el día en que se conocieron. En retrospectiva repetía esa cinta en su cerebro como si fuese su película favorita, en los momentos en los que se sentía realmente aburrido o cuando no podía conciliar el sueño, no había manera de destruir esa cinta de su memoria.
Ridículo, completamente dependiente, así se sentía Mark después de pensar en todas las veces que Renjun había cuidado de él y como lo hacía sentir en deuda con el castaño. Mark nunca le había debido nada a nadie, siempre conseguía todo por su propio esfuerzo. Trabajaba desde que tenía más o menos cinco años ¡Por el amor de Dios! Era una persona completamente autosuficiente, pero Renjun lo hacía ver como un bebe, porque era así como el castaño lo trataba.
Tenía que pararlo, él no debía tener esa confianza con él, no habían pasado mucho tiempo juntos, no tenía derecho de tratarlo de esa manera. Pero él era un blando con aquel chico, no podía decirle que no, no podía alejarlo de él, sabiendo que muy en el fondo, el necesitaba de alguien que lo cuidara, justo como lo protegía Donghyuck. Se sentía egoísta, mil veces injusto con Renjun. Mark sabía que lo estaba usando, así que tenía que pensar en una manera de ayudarlo, para devolverle el favor y dejar de deberle la vida a un casi completo desconocido.
Mark recibía clases de Ingles junto a Renjun. Mark, ni siquiera se molestó en escuchar, se sabía de memoria los temas, aparte de que era hablador nativo del idioma y le parecía estúpido que no le convalidasen la materia, por talvez, el resto de su vida, ya que obviamente sabia Ingles. Garabateaba en su cuaderno fingiendo tomar notas, levantaba la vista y pretendía no entender una mierda. La substituta lo miraba con nerviosismo, tenía miedo de cometer un error frente a él, sabiendo que sería corregida y por lo tanto humillada frente a los demás estudiantes. Pero Mark no estaba lo suficientemente aburrido como para ridiculizar a la linda, joven e inexperta practicante.
Se dedicó a mirar a su lado, Renjun parecía estar muy concentrado en resolver el taller que la profesora había puesto. Mark leyó las oraciones que Renjun estaba redactando. No eran mediocres, pero las partes de la oración estaban ubicadas incorrectamente, haciendo que la oración careciese de sentido. Un error bastante patético de su parte.
_Tus oraciones son gramaticalmente incorrectas. Carecen de sentido propio, debido a tu pobre conocimiento de un tema tan simple como las partes de la oración. _Mark metió una paleta a su boca después de hablar.
_Ahora dilo en palabras que pueda entender. _Renjun ni siquiera entendió las palabras del rubio, estaba más interesado en como el amarillo caramelo rodaba en la lengua de Mark, para luego introducirse en su boca. La acción había enviado punzadas a su entrepierna y sin duda eso lo había matado su ego. No estaba tan necesitado ¿Que rayos estaba pensando? Él no era bisexual.
_Es gramática básica. _Mark balbució en un tono cubierto de ironía. Se había explicado completamente bien, pero el bobo de Renjun parecía estar más interesado en mirar el caramelo que tenía en su boca, que definitivamente no le iba a compartir.
_Mira Mark, no entiendo una mierda de esta materia y no me senté a tu lado para que te duermas la mitad de la clase y luego te levantes a criticar la estructura de mis oraciones. _Renjun capto la mirada despectiva de Mark, desvió su mirada a su cuaderno, rogando no haber sido descubierto.
_ ¿Entonces por qué te sentaste a mi lado? _Mark saco el caramelo de su boca, se resignó a ofrecerle un poco a Renjun, allá él si quería probar de su saliva.
_ ¿Para qué más? Para que me expliques Ingles, porque tú eres canadiense. _Renjun se echó para atrás con cara de asco, al ver el caramelo que Mark le había ofrecido. No entendía su mente, ni que había deseado hace unos segundos, pero, en definitiva, no tenía ganas de compartir saliva con Mark.
_En serio eres una porquería en Ingles. _ Mark menciono, a la vez que corregía las oraciones que había redactado Renjun.
_Me encantaría que aprendieses mandarín y coreano en tu infancia. Y que después venga una vieja oxigenada, a decirte que debes saber también inglés. _Renjun le arrebató el cuaderno, no sin antes cerciorarse de que Mark había corregido por completo el taller.
_En realidad aprendí inglés y francés en Canadá. Después vino una vieja morocha, a decirme que debía aprender a leer hangul correctamente. Así que lidia con ello, no eres el único multilingüe aquí. _No tenía intenciones de presumir, pero él era un leo, eso era lo que los leos hacían.
_Felicidades...genio... Nos vemos en la biblioteca a la salida, para que me trasmitas tus inmensos conocimientos. _Renjun se levantó y tomo su bolsa golpeando la cabeza de Mark con ella. La hora de clases había acabado y tenía que asistir a su clase de gimnasia.
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