DÉCIMO CUARTO CAPÍTULO
Donghyuck con quince años
Los negocios de los padres de Donghyuck estaban renaciendo de las cenizas, aquellos pequeños químicos que creaban drogas en el sótano de su propia casa, habían evolucionado con el tiempo. Cuando los padres de Donghyuck decidieron dejar su vida en Corea del Sur, las cosas se pusieron más condescendientes para con ellos. Ellos habían ahorrado lo suficiente con los años, lo que les permitió comprar dos empresas de laboratorios en Hong Kong.
El moreno sabía que sus padres habían hecho una cantidad exagerada de sacrificios a lo largo de los años para llegar a tener lo que poseían en Corea del Sur, posiblemente era lo que habían planeado hace quince años atrás, pero nunca pensó que al mudarse a Hong Kong se volverían especialmente adinerados. Al tener dos padres con varias empresas que administrar, el contacto que tenía con ellos ahora era nulo, los veía una vez al mes y en las festividades.
Donghyuck recordaba como sus padres solían consentirlo cuando era solo un niño, pero con el tiempo, regalos simples como carritos de juguete, se habían convertido en deportivos de último modelo o simplemente cualquier cosa que a él moreno se le antojase. Tener padres millonarios, permisivos y ausentes fue el detonante de su comportamiento habitual. Donghyuck seguía siendo bueno en sus estudios, pero su vida personal era un desastre, gastaba sus días recorriendo las carreteras de Hong Kong, no tenía amigos y estaba lleno de odio.
Donghyuck había salido de sus clases. Se disponía a abordar su deportivo, cuando diviso una hoja colgada en su parabrisas. Rodo los ojos pensando que era una boleta de algún policía, la arranco del parabrisas. Se percató de que el papel era un tanto diferente, llamando su atención y decidiendo extenderlo con curiosidad. Le tomo unos segundos leerlo, ya que no era tan bueno en chino simplificado, pero logro entenderlo después de unos segundos.
El papel anunciaba una carrera exclusiva para hijos de millonarios, solo podían participara deportivos como el que le pertenecía y además estaba en una zona bastante adinerada de la geografía. Donghyuck bufo ante los prerrequisitos de dicha carrera, era demasiado excluyente, un tanto exigente para dar pleitesía a tales requerimientos. Pensó en que solo era una reunión de niños ricos, que no sabían ni conducir a más de cien kilómetros por hora y que era una pérdida de tiempo.
_ Lucas estará ahí, para que puedas ganarle a las carreritas y satisfacer tu deteriorado ego. No rompas en pedazos dicha oportunidad. _ Sicheng se presentó ante Donghyuck, antes de que este hiciese pedazos el papel que yacía en sus manos.
_ ¡Ah caray! Eso sí me interesa. _Donghyuck se acercó a Sicheng, pero este guardo su espacio personal para consigo, no estaba dispuesto a recibir otro charolaso de parte del moreno.
_En efecto. Si quieres, podrías seguir mi auto, cuando salga de mi residencia a las doce en punto. Recuerda que somos vecinos. _Sicheng cuido cada una de sus palabras, tenía la sensación de que su sola presencia desquiciaba al moreno. _No tienes que responderme si no quieres, al fin y al cabo, sé que te gusta correr. _Sicheng se acercó a abrir la puerta de su carro y le dio un último vistazo al más bajo.
_No hay necesidad de chantajearme con Yukhei, seré tu puta de una noche si eso es lo que quieres. _ Donghyuck guiño su ojo hacia Sicheng y este negó con pesadez.
_Espero que mantengas tu palabra de hombre hasta el final de la noche. _ Sicheng lo señalo con severidad, mientras avanzaba en su deportivo.
Las doce marcaban en el reloj de su cuarto, había considerado ir a la carrera, pero ahora se arrepentía. Pudo escuchar como un carro se estacionaba frente a su casa y pitaba una y otra vez. Sicheng era molesto veintiséis de veinticinco veces, había tenido razones para golpearlo y estaba a punto de bajar a hacerlo nuevamente.
Si, bajo como si su cuerpo no le perteneciese, abordo su deportivo, siguió a Sicheng durante todo el camino y ambos llegaron a lo que parecía ser un viejo estacionamiento, con una extrañamente perfecta iluminación. Salió de su auto, diviso el lugar a lo largo y ancho, mientras se paraba alado de Sicheng.
_No puedo creer que me acompaña un chico y no una chica. _Una sonrisa de ironía se esbozaba en los labios de Sicheng.
_No te emociones campeón, pareces querer llorar al respecto. _ Donghyuck pateo una piedra que se encontraba frente a él, mientras rebuscaba entre la multitud alguna cara conocida. Encontró varias, pero no la que necesitaba.
_Como sea, yo fui el que deje la hoja en tu parabrisas. Necesito que corras por mi esta noche. _ Sicheng soltó su confesión rápido y expectante de una respuesta que le sirviese de algo.
_ ¿Desde cuándo me pides favores? Nosotros no somos amigos. _ Donghyuck se voltio encarando a Sicheng, sus ojos abiertos y expectantes.
_Tú eras el único que podía aceptar correr contra mi oponente, no te lo tomes tan personal. _El rubio alzo sus manos en señal de paz, parecía estar a punto de decir la mejor excusa del mundo. Una tan buena, que podía ser capaz de hacer que el pelirrojo se mantuviese de su lado.
_ ¿Y tú oponente es? _Donghyuck había preguntando fingiendo ignorancia, ya que tenía una idea de lo que el rubio le iba a pedir.
_Yukhei. _ El rubio agrego con emoción y esperanza en sus expresiones corporales.
_ ¡Oh! ¿Piensas que puedo ayudarte solo porque es Yukhei? _El pelirrojo ladeo su cabeza buscando la mirada del rubio, expectante a algo que era bastante obvio para ambos.
_En realidad, eres la peor de mis opciones, pero también eres las ultima, no tengo elección. _Sicheng rogo ante Donghyuck, quien parecía estar siendo especialmente inaccesible.
_ ¿Dime las razones por las que debería considerar ayudar a alguien como tú? _Donghyuck se dedicó a darle una oportunidad al chino, ya que muy en el fondo, tenía unas crecientes ganas de correr contra Yukhei.
_No sé si te has dado cuenta, pero me lesione la pierna. Ya estoy haciendo bastante mal con conducir hasta acá, para también arriesgar mi vida en una carrera, por no estar físicamente saludable. Vengo a decir que me retiro por dos meces, pero te traje, porque esta carrera estaba pactada con dinero de por medio. Si me rehusó a correr o que alguien lo haga por mi estaré en problemas. Además, sé que te gusta correr, así que solo piensa que es una carrera normal y no el hecho de que estas reemplazándome. _Más que explicito Sicheng había escupido todo su plante ante Donghyuck.
_Estarás de mi lado de ahora en adelante, incluso si no somos amigos, tendrás que hacer todo lo que yo diga. _Donghyuck quería ganar o ganar y nada mejor que empezar con robarle a Yukhei uno de sus súbditos.
_No te cansas de manipular a las personas. _Sicheng pensó en que no tenía otra opción, al final del día Donghyuck solo lo quería de su lado y nada más.
_Me estoy sacrificando por ti y tú le llamas manipulación a mis buenos actos. _Donghyuck se puso la mano en el pecho fingiendo estar ofendido.
_Como sea, mantente en tus casillas, no vayas a destrozar tu reputación aquí también. _ El rubio rodo los ojos y arrojo sus advertencias hacia el pelirrojo.
_No te prometo nada. _Donghyuck esbozo en un tono juguetón mientras se retiraba de la discusión.
Donghyuck se perdió entre la gente y se dispuso a colocar su carro alado del de Yukhei. Se las ingenió para que este no lo viese, cubriendo su cara con una máscara que contrastaba con la ropa negra que estaba utilizando. Se dispuso a divisar todo lo que estaba sucediendo y con eso se percató de que las personas estaban muy anuentes a la carrera en la que el participaría.
Donghyuck era el reemplazo del ágil y ligero en el volante Sicheng. Sin duda, las personas a su alrededor estaban completamente ansiosos por ver su desenvolvimiento. Donghyuck no tenía mucha experiencia en carreras clandestinas, se había prometido no pensar demasiado, acelerar el auto e intentar pasarse a Yukhei, simplemente eso y nada más ocupaba ya su mente.
La enardecida fanaticada grito ante la chica de cabello largo que se interponía entre los dos autos. La platinada diviso a los dos conductores, les indico que al soltar su coleta y su cabello cállese sobre sus hombros, sería la señal de partida. En expectativa, ambos corredores activaron sus motores, preparándose para arrancar de inmediato. La chica sostuvo la coleta de su cabello, hizo un movimiento ágil para sacarla de su cabello y que consigo este cállese sobre sus hombros, señalando que ambos debían empezar la carrera.
La competencia empezó feroz y descontrolada. Ambos autos tomando la línea de la carretera principal, esquivando autos y pasándose semáforos. Donghyuck se abrió paso exigiendo la delantera, dejando atrás a Yukhei, quien miraba por su retrovisor, intentando identificar el rostro de quien lo había sobrepasado.
El chino maldijo ente dientes, apretando el timón en una maniobra para esquivar uno que otro auto que se interponía en su camino. Sin pensarlo dos veces, acelero hasta el fondo, alcanzando estar justo alado de su oponente. Yukhei tenía una opción, la cual podía ocupar, pero le parecía un poco antiético, incluso cuando hacer trampa, era abiertamente permitido en dichas carreras. El tiempo estaba pasando, sus delanteras yacían hombro a hombro, su oponente sin ninguna intención de quedarse atrás.
Donghyuck reía por lo bajo, la adrenalina del momento lo hacía querer gritar. Se preguntaba si talvez, estar hombro a hombro con Yukhei, le estaba trayendo una sensación de venganza venidera. Apunto de alcanzar el nivel de su oponente, vencerlo en su propio juego, sin puños, trueques o malas pasadas de por medio.
Donghyuck se dedicó a acelerar un poco más, sobrepasando a su oponente, divisando la cercanía de la meta, dando por hecho que había ganado. Donghyuck apretó el mando, se relajó un poco, esperando no ser alcanzado hasta la meta, pero sus suposiciones fueron erróneas, cuando el auto de su oponente lo golpeo en una esquina, haciendo que perdiese la estabilidad de su auto.
Donghyuck freno, haciendo chirrear sus llantas, quemándose contra el asfalto. Donghyuck lucho para no volcarse debido a la velocidad y el impacto que había recibido su auto. Cuando finalmente obtuvo el control completo de su auto, ya era demasiado tarde, Yukhei le había ganado nuevamente.
Donghyuck maldijo golpeando el timón una vez todo termino, se sentía arto de perder contra ese gran idiota, el cual se encontraba en cada esquina, ganando cancha contra él, con sus expresiones elegantes y caballerosas. En definitiva, deseo ver que Yukhei se saliera de sus casillas por lo menos una vez, en su perfecta vida de niño rico. Se juró una y otra vez que el seria el causante de esa ira, estaba predestinado.
Traqueo su cuello en busca de liberar estrés, sonrió lascivamente con una idea en mente. Él moreno desplazo su mano en la parte de debajo de su asiento, saco un bate de béisbol que ocupaba para jugar béisbol en las horas de gimnasia, pero en esos momentos su mente le invitaba a utilizarlo para algo mucho mejor. Donghyuck salió del auto arrastrando el bate en contra del polvoriento piso que se encontraba bajo él, mientras miraba fijamente la expresión atónita de Yukhei, que más que asustado parecía estar a punto de juzgarle.
Él más bajo arranco la máscara y bajo la capota de su chaqueta desatando gritos de impresión de parte de los presentes, quienes parecían prever lo que estaba a punto de suceder.
_ ¿Donghyuck? _Yukhei parecía estar harto de todo, incluso se notaba en la manera en como había pronunciado el nombre de moreno.
_ Haz hecho trampa. _Donghyuck decidió ir al grano. Eran muchas las ganas de reventarle el bate en su perfecta cara o talvez estaba perdiendo la cabeza por ese chico. La verdad es que, ya no se ponía a pensar demasiado en ello. Era joven, estúpido y se sentía genial siendo de esa manera.
_Tú no eres precisamente alguien que suele jugar limpio. _Yukhei sostuvo el contacto visual, preguntándose qué pasaba por la cabeza del pelirrojo. Sus ojos eran ilegibles, su expresión amenazante, pero por alguna razón él, se había acostumbrado a no ser presa de sus provocaciones. No existía manera de que alguien pudiese sacarlo de sus casillas con violencia, él había sido educado toda su vida.
_Me alegra que lo sepas. _Donghyuck contuvo una risilla y actuó impulsivo como de costumbre. Se dijo que no perdería el control ante Yukhei, que no deseaba perder su calma, pero no podía pararlo.
Donghyuck giro el bate en una maniobra previa, mientras se acercaba a Yukhei y este retrocedió en contra de su propio auto. Donghyuck levanto el bate con ambas manos, dispuesto a golpear al chino, pero este rodo para evitar que lo impactara y el más bajo destrozo el vidrio de su parabrisas por error. Los gritos se hicieron escuchar, dos secuaces de Yukhei lo tomaron de ambos brazos, para evitar que Donghyuck siguiese intentando matarlo con un bate. El pelirrojo levanto los brazos soltando el bate con una sonrisa retadora en su rostro, la cual fue dirigida a Yukhei, quien seguía en el suelo intentando recuperarse del hecho de que Donghyuck había intentado reventarle la cabeza.
_Maldición Donghyuck, tu solo tenías un trabajo que hacer. ¿Era tan difícil para ti no ser problemático? ¿Qué mierda te pasa Donghyuck? Pudiste haberlo matado. _Sicheng decía sentencia sobre sentencia, buscando influir un poco de cordura y el juicio de Donghyuck.
Donghyuck se mordió los labios denotando una pizca de arrepentimiento, pero cuando quiso utilizar esa pena para disculparse con Yukhei el ya había desaparecido del lugar.
_Nos iremos a casa en mi auto. No te preocupes por tu auto, estoy seguro que Yukhei pagara por ello. _Sicheng jaloneaba a Donghyuck, quien parecía estar ebrio, sin siquiera una gota de alcohol en su cuerpo.
_No necesito que alguien pague por ello. _ Donghyuck se deshizo del agarre de Sicheng y espeto la frase pareciendo entrar en cordura.
_Lo necesitaras cuando te enteres cuánto cuesta el vidrio que destrozaste. _El rubio parecía hablar de una buena cantidad de dinero, pero Donghyuck había dejado de escucharlo dirigiéndose a abordar el auto.
El viaje de vuelta a casa fue llenado por un silencio que parecía ser cómodo para Donghyuck, ya que se había quedado dormido en el camino, siendo despertado por Sicheng, cuando finalmente llegaron a su casa. Donghyuck recuerda haber llegado a su habitación tan cansado, que callo en la cama sin siquiera darse un baño, importándole muy poco los constantes golpes que acechaban su puerta. Se había olvidado completamente que sus padres llegarían esa noche y se podía considerar castigado por haber parcialmente destrozado la delantera de su auto más caro. Definitivamente el chico pensaría en ello más tarde, cuando su cuerpo no le doliese tanto o sus parpados no se sintiesen tan pesados.
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