Me quedo impactado ante tal declaración. Jamás imaginé que llegara este momento. Estoy mareado y desnudo, Dios. Mis ojos se ponen llorosos, lo miro. Le brillan los ojos.

—Si, si quiero ser tu novio Esteban.

Me acerco a él. Lo tomo por la nuca y lo beso. Enredo mi lengua en la suya, pruebo sus labios, su sabor.  Se despega de mi. No deja de mirarme.

—¿Lo dices en serio?—Toca mi mejilla.

—Muy en serio. Jamás había hablado con tanta verdad, quiero ser tuyo.

—Ya eras "Mío" aún sin tener un título, yo creía que no hacía falta ponerte una etiqueta o titulo, pero también sabía que a ti te hacía tanta ilusión, así que eres mi Novio.

—así que... soy el novio de mi profesor de álgebra. Eso si que es estar a otro nivel.

—Bueno, Pequeño, vístete, que tenemos recoger las llaves de la casa.

—De inmediato, Jefe.

Lo miro, a sido tanta mi emoción que no había notado su forma de vestir; Pantalones cortos con camisa blanca. Es diferente su forma de vestir habitual, se ve increíblemente sexy. Me lo como con la mirada.

—¿Tengo algo en la cara?—Pregunta divertido.

—No, Nada—Sonrió.

Se acerca a mi. Me levanta entre sus brazos, me lleva a la cama. Llevo la toalla al rededor de mi cintura, Esteban pone Una mano en mi muslo, me hace sentir un gran cosquilleo por mi cuerpo. Alza un poco la toalla y comienza a besar mi pierna, desde mi tobillo a mi muslo. Arqueo la espalda ante la sensación. Quita la toalla, dejándome desnudo, con el corazón al mil por hora. Pasa su mano muy cerca de mi entrepierna, llega a mi torso, sus dedos me masajean la piel, pasa por mi cuello, planta un beso en mi cuello. Mi cuerpo convulsiona.

—Por ahora, Lo dejaremos hasta aquí, tenemos que "Mudarnos"—Me besa en la comisura de los labios—Ahora vístete.

Estoy agitado. La forma en que me toca me deja al mil. Me levanto de la cama, desnudo, Antes de alejarme, Esteban me da una nalgada. Me agita aún más.
Lo miro divertido.

—Basta.

Me acerco a la maleta. Al parecer también traigo unos pantalones cortos.
Saco una playera blanca, unos vans cortos color blanco. Miro a Esteban, trae un outfit parecido al mío, Se ve demasiado Joven vestido de esta manera, y mas porque trae unos Adidas blancos. Sonrió de nuevo al verlo.
Me visto rápidamente, la tensión de los últimos días a disminuido, Y lo mejor de todo; Soy el novio oficial de Esteban.
Entro al baño, me miro al espejo. Me veo radiante y feliz. Me sonrió al espejo. Salgo y Esteban está esperándome con la maleta en la entrada.

—Es hora de ir a "Casa"—hace comillas con los dedos cuando pronuncia la palabra "Casa".

—Claro.

Cuando estoy a punto de salir, recuerdo las flores que me trajo Esteban. Regreso por ellas. Meto la tarjeta a mi bolsillo. Sonrió una vez más antes de salir.
Recorremos un poco por las Calles de Cancún, me siento en un lugar fuera de Mexico, todo aquí parece extranjero, paradisíaco. Tomamos un taxi, este nos lleva a la unidad donde se encuentra la casa que acaba de rentar Mi amor.
Llegamos, Esteban le muestra algo al guardia de seguridad, nos deja pasar. me quedo sorprendido. Todas las casas que están increíblemente elegantes, todas son de color blanco, la mitad de ellas están al borde de la playa. Bajamos del Taxi. Me toma de la mano y caminamos libremente por la unidad, sin importar que nos miren o digan algo. Es lo que siempre quise. Nos paramos frente a la casa número 10.
El saca las llaves de su pantalón, abre la puerta, entramos, me quedo sorprendido ante el interior minimalista de la casa, todo es bellísimo,  la mayoría de los muebles son color blanco, predomina el negro y el blanco. Al fondo hay un ventanal que da a la piscina, donde hay una puertecita que da a la playa. Detrás del ventanal se ve el cielo azul junto al mar.

—¿Te gusta?—Me toma por la cintura.

—Es bellísima, rentarla te debió costar un ojo de la cara.

Mi comentario, la causa algún tipo de gracia.

—Ese no es problema. Lo mejor para ti.

Me sonrojo.

La casa es de dos pisos. Subimos. La habitación principal se encuentra en el segundo piso. Deja la maleta a un lado de la cama.  Miro por la ventana que da a la playa. Me quedo pensando, «Cielos, es la primera vez que visito la playa» Sonrió. Siempre quise visitar el mar, sentir la arena en mis pies. Esteban se pone detrás de mi, pasa sus manos por mi cintura, observa conmigo la hermosa vista playera.

—Es Hermoso ¿No lo crees?

—Muy Hermoso—Me quedó mirando l vista. Fascinado.

—Pero no Tan hermoso como tú—Me sonrojo.

Me giro hacia el. Pongo mis manos en su cara. Me paro de puntitas y lo beso en los labios.

—Eres lo que siempre soñé, Esteban.

—Tú eres lo que no tenía previsto, que cambio mi vida, mi forma de ver las cosas, de expresarme. Tú pensarás que siempre he sido tan expresivo a lo que siento. Pero no, tuve que reservármelo, siempre he sido yo solo, aún cuando estaba Isaac o Andrea, solo era yo. Y tú, tienes algo que me hace vibrar, me haces querer amarte—Sonríe, voltea los ojos—Lo vez, Soy demasiado expresivo contigo.

—Creo que yo soy el que no se expresa tanto, Perdón. Aún así sabes cuánto significas para mi.

—No lo se, ¿Cuanto significó para ti?

—Significas todo, me has enseñado a amarme a mi mismo, a ser quien soy sin importar nada, también me enseñaste que no importa cuantas veces te caigas, o cuántas nadie te escuche, aún así puedes levantarte y seguir adelante, lograr todo lo que te propongas, me inspiras.

—Gracias por no demandarme cuando te dije lo que sentía al verte—Lo dice con aire serio.

Comienzo a reírme.

—Eres un tonto.

—Cuidado con la forma en la que se dirige a mi, Joven Vega.

—Perdone, Profesor— Me besa.