No anoto mi número, como el rebelde que soy. Porque al parecer, Esteban está al mando del FBI y descubrió mi número. Tampoco es que lo haya cambiado. Pero no creo que halla guardado mi número por todo este tiempo.
Al finalizar la clase, llama a todos los que tenemos rezago en Álgebra para darnos un recado que tendrá de utilidad avisar a nuestros padres sobre la clase de regularización. También nos da la dirección de su casa, al recordar todo lo qué pasó ahí, mi estómago se revuelve y el vértigo mueve mi cuerpo. No estoy preparado para volver a pisar un pie ahí. No quiero.

La semana se pasa mucho más rápida de lo que deseaba, en un abrir y cerrar de ojos ya es Sábado. El despertador suena, destruyendo mi increíble sueño. Son las 8:00 AM, Odio despertarme más temprano de lo esperado. Esa mierda de regularización es hasta las 12 de la tarde. Intento dormirme un poco más, pero es imposible, no puedo dejar de pensar en estar de nuevo un fin de semana con Esteban, en clases de regularización. Le agradezco al cielo que Emma esté entre las personas de regularización, como también agradezco que no sea sólo yo el que valla, no quiero estar a solas con Esteban, no podría resistir. Tengo miedo de lo que pueda pasar, de lo que me pueda hacer creer, del que me vuelva a tomar entre sus manos y el día que menos lo espere, me deje tirando en la nada.
Cada hora y minuto qué pasa, los nervios aumentan, no quiero ir, me sudan las manos y mi humor es insoportable, tanto que mi madre prefirió irse con su amiga y dejarme solo. Cuando menos me lo espero son las 11:30 AM. «Dios...no quiero»

Salgo de mi casa y emprendo mi caminata hasta la casa de Esteban. Como en los viejos tiempos. La cabeza me punza, el calor esta insoportable y la idea de repasar Álgebra con el amor de mi vida ( amor que me mando a la mierda y destruyó Su casa) no son cosas que me apetezcan hacer en pleno fin de semana. El camino no es para nada reconfortante. Cuando llego a la privada donde vive Esteban, el guardia de seguridad parece reconocerme, sin protestar, me deja pasar sin problemas. El corazón está apunto de salirse de mi pecho, camino por la calle privada, entre todas estas casas lujosas, llenas de autos lujosos y personas "Refinadas"
Cuando estoy afuera de la casa de Esteban, estoy a punto de vomitar, estoy transpirando horrible, la cabeza me punza, estoy muy mareado. El recuerdo de la primera vez que vine recae en mi mente. Esteban saliendo en poca ropa. «Mierda Abraham, no es momento de cachondadas» toco el timbre.
No veo rastro de ningún alumno. Le mando un mensaje de texto a Emma. No pienso entrar solo.

"¿no piensas venir? Estoy afuera de la casa de Esteban"

La puerta se abre, me quedo helado al ver a Esteban tan Guapo y Sonriente, en lugar de salir semidesnudo como la primera vez, sale con pantalones vaqueros, camisa blanca y mocasines. Odio los mocasines. Estoy tan jodido nervioso que lo único que puedo procesar es que odio los malditos mocasines. Aún así se se ve demasiado Guapo, Mucho mas que Guapo.

—Tierra llamando a Abraham—su voz sexy, profunda y varonil me saca de mi ensueño.

—Aaah si, Hola, Buenas Tardes—Las manos me tiemblan, los nervios no me están ayudando en nada.

—Ven, Pasa.

Me ofrece su mano, pero la paso por alto y entro antes que el.

—Con su permiso.

—Adelante.

Cuando estoy en el vestíbulo de la casa, los recuerdos me vuelven a asechar, Buenos y malos. Estoy teniendo una sensación extraña al volver a pararme aquí. Esteban a remodelado la casa, los muebles antiguos ya no están, han sido remplazados por mejores versiones que hacen ver la casa como toda una Mansión de Película.

—Vamos a la sala.

En efecto, ha cambiado todos los muebles. Me hace falta el aire, lo que menos deseaba era estar a solas con Esteban.
Ya en la sala, tomó asiento en el sillón de piel color Marrón, como alguna vez lo hice, como la maldita primera vez que vine aquí.

—Ya vengo, tengo que revisar unos papeles, en seguida regreso a atenderte.

Desaparece de la estancia, hay un nuevo librero, un piano, en la chimenea ya no se encuentra ninguna figura o cuadro, un tocadiscos, hermosas alfombras Europeas. Esta estancia es del siglo pasado, definitivamente, lo contrario a la pequeña sala de estar que se encuentra en el piso de arriba. El ambiente tan Vitage me hace sentir fuera de cuadro. Me levanto del sillón, me pongo a husmear, me poso frente al librero de Esteban, sin duda debe ser valioso, teniendo versiones antiguas de Gabriel Garcia Marquez, Miguel de Cervantes, Edgar Allan Poe, H.P Lovecraft, William Shakespeare, entre otros grandes autores clásicos. Me alejo del librero y me acerco al bellísimo Piano color negro. Pasó mis dedos por las teclas, es una sensación divertida, Jamás había visto un piano en persona. Divago en aquella Sala Vitage, cada pieza que se encuentra aquí es hermosa, antigua, elegante, muy acorde con su dueño.  Al igual que jamás había visto un piano en persona, Pasó igual con el tocadiscos, en verdad que todo en esta casa es alucinante. Yo no es nada de lo que fue la última vez que estuve aquí; Cuadros y figuras de cerámica rotas, muebles en el suelo, vidrios rotos, Corazón roto. Recordarlo me hace sentir un nudo en la garganta, los ojos se me ponen llorosos tan solo de recordar esa ultima vez que estuve aquí, todo fue tan doloroso, ver a Esteban llorando y gritando, la casa hecha mierda, todas las palabras que soltó, el accidente, Mierda, ese día fue una maldita bomba.

Esteban y los demás chicos no vuelven, eso me pone de nervios, no puedo soportar estar mas aquí solo. Mi teléfono suena; un mensaje de Emma.
«Porfavor, que Este en Camino»

"Abraham...¿No te aviso Esteban? La clase de hoy se cancelaba, El profe tenía que arreglar unos asuntos de suma importancia, entonces tuvo que cancelar la clase..."

«Mierda»